TRATO
Maratón 3/3
SUSPIRÉ VIENDO EL COMPUTADOR DE IZZIE. Ya sé, esta mal ver los mensajes de alguien, pero no podía evitar tener curiosidad, la única cosa que hacía mi hermana era estar sentada frente a la ventana, bañarse, comer poco e ir a la computadora, era un ciclo que cumplía todos los días, pero no entraba a sus redes sociales por lo que tenía la duda de lo que hacía en su computador.
Peor lo único que había eran emails enviados a Alice.
Alice.
Que lejano me sonaba su nombre en esos momentos, todavía sentía ese hueco en el pecho al pensar en ella o los demás, pero me frustraban los mensajes que Izzie enviaba constantemente a la vampiro. Papá había hablado conmigo, tanto como con mamá, diciendo que si Izzie seguía de esa manera iban a mandarla a Jacksonville.
Escuche la puerta del baño y me aleje de la computadora para sentarme sobre su cama, mire la puerta de la habitación que se abrió y por ahí entró Izzie, que al segundo de verme frunció el ceño.
- Escucha, sé que no aguantas verme, ya me cansé de mentir y te voy a decir que yo tampoco aguanto este modo de Izzie zombie - Hable cansandome de la situación - Pero papá va a llevarte a Jacksonville si sigues así
- ¿Qué? - Preguntó casi gritando, yo sólo suspiré tratando de calmar mi poca paciencia, pero ver los mensajes desesperados a Alice me habían molestado
- Así que más vale que dejes tú maldita burbuja depresiva, o te irás con mamá - Estaba por irme pero ella se interpuso
- ¿Qué le dijiste a papá? ¡Yo estoy bien! Tú...Tú... ¡deberías entenderme! - Se señaló con desesperación, pero yo sólo exhale aire algo agitada, sólo tenía ganas de golpearla - ¿O fuiste tú quien le dijo eso? ¿Quieres que me vaya de aquí, cierto?
- Oh por los ancestros, Izzie - Suspiré pasándome las manos por el rostro cansada - Estoy cansada de ti, así que sólo sal con Jessica o algo, no tengo ganas de lidiar contigo, ya tengo suficiente conmigo
- ¡Leona...
- ¡Leona nada! - Grite levantando las manos exasperada e Izzie retrocedió por inercia algo asustada, respire nuevamente tratando de calmarme para no sentirme algo herida, pero entendía su susto, sólo no quería asustarla - ¿A caso no entiendes que nos enferma verte así?
Mierda.
- Si puedes, sólo tienes que soltarlo - Suspiré agachando la mirada - Pero si no quieres hacerlo esta bien, sólo trata de fingir que sales adelante - Hice un movimiento con la mano rendida - Ya, déjalo, yo sólo vine a avisarte
Le di una mirada cansada antes de pasar a su lado, viendo de reojo el computador pero termine por salir de su cuarto con desgana. Entre a mi habitación suspirando, camine hasta la torre de Draco para verlo comiendo en tranquilidad, lo mismo que él me provocaba a mi, él me provocaba paz, pero algo de reojo llamó mi atención.
Mire sobre mi mesita de noche, así que camine hasta ella para mover los libros que estaban en ella, notando el frasquito que me había dado la chica de la otra noche, un poco no vendría mal en estos momentos.
No quería llorar. No quería llorar. No quería llorar. Eso me repetía, eso pensaba, pero unas pequeñas lagrimas traicioneras se asomaron en mis ojitos al sentir a los pequeños abrazandome. Era mi último día dando clases con Allison, así para ya poder tener el título y dejar la escuela. Los pequeños alumnos que tuvimos nos estaban abrazando a modo de despedida.
- Suerte con el tema de confianza, señorita Swan - Me dijo la pequeña que hace una semana me había preguntado sobre el tema
- Suerte con tus padres, pequeña - Murmuré devuelta antes de sentir a Allison entrelazar nuestras manos para salir del curso
- ¡Adiós chicos! - Dijo la pelirroja
- ¡Adiós señorita McGarrett, adiós señorita Swan!
Los salude con la mano antes de seguir con la pelirroja hasta la sala del director, donde se suponía que nos esperaba con los papeles para firmar así ya tener el título de graduadas, luego vendria un año sabático para ambas, así trabajando en alguna tienda y luego ver las universidades. Todo estaba saliendo bien.
- Graduadas - Suspiro Allison algo soñadora - ¿Puedes creer el terminar la escuela? No quiero hacerlo - Sollozo dramáticamente haciéndome reír un poco, pero también me daba tristeza terminar la escuela
- Graduadas - Repetí sonriendo risueña antes de tocar la puerta de la dirección
Fue abierta por el profesor que menos nos quiere a Allison y a mi, por lo que ambas le sonreimos sarcasticamente pero nos dejó pasar para estar frente al director. Él nos tendió dos papeles con los diplomas y unas plumas para firmar.
- Felicitaciones, señoritas
- ¡Por las graduadas!
Sonreí chocando la coca cola con la de Allison, viendo a Mike, Tyler, Angela, Eric y Marina que estaban a los lados o frente a nosotras, disfrutando de estar juntos pues a pesar de ser meses o un año mayor, ellos se habían hecho bastante cercanas a nosotras.
Estaba por decir algo, pero entre tantas sonrisas, risas, chistes o abrazos, pude ver a Leah que estaba sirviéndo café a unos clientes a unos metros más alejada.
- ¿Por qué no vino Jessica? - Escuche a Allison, pero trataba de buscar la mirada de Leah que estaba de espaldas a nuestra mesa
- Salió con Bella ¿No les dijo Leona? - Mire se nuevo a la mesa, viendo como ellos me observaban curiosos
- Yo no sabía que salieron juntas - Me excuse pero luego vi a Clearwater volver a la barra - Ya vuelvo
Me levanté sin esperar respuesta de ellos, y camine hasta sentarme en el lugar de la barra, viendo que la chica estaba limpiando unos vasos cuando levantó la mirada para acto seguido rodar los ojos y lograr que mi sonrisa se agrandara cual gato sonriente.
- Que tal, mesera gruñona - Salude y ella estaba por ignorarme cuando apareció Cora
- Hola, morocha Swan - Me saludó Cora y respondí de misma manera con una sonrisa radiante - ¿Qué haces por aquí? No he visto que el sheriff entrara
- Él esta trabajando, vine con unos amigos - Me excuse, pero luego sonreí traviesamente - Vine a pedirle una coca cola a esa amable mesera, pero ella simplemente...
- Swan - frene para ver a Leah que me veía con la mandíbula apretada, sonreí inocentemente encogiendome de hombros
- ¿Sucedió algo? - Preguntó Cora sospechosamente
- No, esta todo resuelto - Habló ella defendiendo la situación, Cora me miró con una ceja alzada y asenti cómo niña fingiendo que nada había pasado
- Si, tranquila Cora, incluso creo que te llaman de la mesa de allí - Señale una donde había señoras haciendo señas para llamar la atención de alguna mesera y Cora asintió alejándose
- ¿Qué crees que haces? - Preguntó Leah cuando ella estuvo lo suficientemente lejos - Vas a meterme en problemas
- Estoy buscando tú atención - admiti viendo como ella tomaba mi coca cola vacía para renovarla por una llena - ¿Por qué me ignoras? Estoy hace al menos una semana tratando de que me notes ¡Hola, Leona tratando de hablar con Leah Clearwater! - Ironize viendo que nuevamente trataba de ignorarme - ¿Por qué me ignoras tanto?
- ¿Por qué te empeñas tanto en que te dé atención? - Bufó dándome la bebida sin delicadeza - ¿Por qué no te vas a tú casa a cuidar de tú hermana? - Mi mirada se endureció un poco ante su tono brusco y el nombrar a Izzie - Yo... Lo siento
- No, esta bien, supongo que tener una hermana zombie ya no es noticia - Bufe tomando la bebida, estaba cansada de oír cosas de Izzie, que si estaba mal o bien, que si se encontraba viva o apunto de morir de un corazón roto
- No quise decirlo asi - Se excusó y yo ablande mi rostro - Pero es que...
- Ya sé, le rompieron el corazón al igual que a mi, todo el mundo lo sabe y habla de eso - Murmuré algo incómoda, no me gustaba recordar constantemente lo que ellos hicieron
Nos quedamos en un silencio incómodo por unos segundos, no pensaba que en serio vaya a surgir lo que sucedió con los Cullen. Sólo quería que me tratarán cómo los primeros días, pero nada era igual que en ese entonces, ya ni siquiera yo era igual ¿En qué momento me dejaron de gustar cosas cómo Marvel, el yogurt o los videojuegos? Pues en el momento en el que cosas tan importantes cómo esas las había compartido con ellos.
- ¿Cómo es que estas... - Habló con un tono incrédulo haciéndome levantar una ceja - Bien?
- ¿Bien? - Repetí algo confusa
- Tú no sólo estuviste con uno, estuviste con mas y se fueron, pero estas... Aquí - Me señaló sin poder creérselo
Aplané los labios pensando en por qué lo pensaba de esa manera, no pensaba tener una conversación tan larga con alguien tan gruñona con ella, pero simplemente me sorprendió el hecho de que le costará tanto hablar del amor.
- ¿Te rompieron el corazón?
Pregunté sin poder evitar y ella frunció el ceño quitándose el delantal de su trabajo, procedió a ignorarme como lo hacía estos últimos días desde que la conocí, por lo que sonreí algo victoriosa pero también hice una mueca al pensar que ella era así porque alguien la hubiese lastimado.
- Mi turno terminó - Se excusó saliendo del lugar, yo me quedé congelada unos segundos hasta que reaccione saliendo detrás de ella
Abrí la puerta de la cafetería ignorando los llamados de mis amigos para ir detrás de Clearwater, ella se arregló el abrigo empezando a caminar en direccion a su hogar supuse, pero corrí un poco hasta llegar a su lado.
- Ósea que adivine - ella se volteó a mi suspirando cansada - Te rompieron el corazón, Clearwater
- ¿En necesario que lo sepas? - frenó de golpe viéndome algo molesta - Yo creo que la conversación terminó aquí
- No, yo no - Me crucé de brazos - Tú sabes que salí con... Los Cullen - Trate de nombrarlos sin sentir demasiado revuelo - Merezco saber con quien saliste tú ¿Quién te hizo una loba gruñona, Leah?
Ella me miró unos segundos hasta que desvió la mirada, ella sabía que yo no me rendiria, así que sólo suspiró volviéndose a mi, pero luego me rebajó con la mirada frunciendo el ceño.
- ¿No tienes frío? - Baje la mirada notando que estaba algo desabrigada, pero luego la alce para ver como ella enarcaba una ceja - ya que, vamos a mi casa y te cuento allí - Asenti sonriendo satisfecha
Pero no esperaba lo que ella me dijese.
Sam Uley.
Ese era el nombre del hombre que rompió su corazón. En la reserva son casi todos descendientes de la misma familia, por lo que siempre se criaron juntos y todos se conocían con todos, entre ellos estaban los Clearwater con los Uley, aún que yo no conocía a este último, conocía a la familia de Harry. Al parecer, Leah se enamoró en la escuela de Sam Uley, ambos siendo una relación bastante sana, duradera, que algunos envidiaban y otros amaban.
- ¿Eres heterosexual? - Pregunté con una mueca pero ella rodó los ojos ofreciéndome una taza de té que tome sin quejas
- ¿Vas a dejarme seguir o vas a ir interrumpiendo la historia? Recuerda que eres tú quien molestó una semana por saberla - Se quejó viéndome con su característica molestia
- Ya, sigue perdón
Siguió su historia, diciendo que estuvieron juntos hasta hace un dos años atrás, justo antes de poder egresarse, Sam le había propuesto matrimonio para cuando terminaran casarse, pero cuando terminaron la escuela, Sam desapareció por unas dos semanas y Emily, prima de Leah, vino para consolarla por la preocupación que sentía al no encontrar a su prometido.
- ¿Entonces? - Pregunté confusa tomando de la bebida
- Él volvió - murmuro amargadamente - Pero después de dos semanas terminó conmigo dejando el compromiso atrás - Auch, eso debió doler - y... Otras semanas después bastaron para enterarme que estaba saliendo con Emily
Escupi el té accidentalmente.
Leah se movió para atrás como reflejo y yo me quedé estática por ese final trágico de la historia.
- Inesperado - Sólo pude decir y por primera vez, pude escuchar a Leah reír
Alce la mirada torpemente viendo que Clearwater reía divertida viendo el té que se me había escapado, pero asintió de acuerdo con mi comentario.
- Lamento lo que sucedió, Clearwater - Murmuré tomando unas servilletas para limpiarme - Pero no puedes ser una gruñona por Uley
- No lo entiendes... - Suspiró dejando su taza
- No, no lo hago, el amor no es una mierda sólo porque él sea una mierda - Bufe dejando también mi taza sobre la mesa - la vida no es una miseria sólo porque él es un asco de hombre y ella una mala prima, hay más personas en el mundo
- ¿Lo dice la chica que se droga para olvidar su corazón roto? - Preguntó incrédula. Eso me dolió, no voy anegarlo y al parecer lo notó - Lo siento
- Esta bien, me estoy acostumbrando a lo directa que eres - Tranquilice - Pero si, lo hago porque es mi manera de sanar, pero eso no implica que deje de creer en el amor, debe haber alguna persona que cure lo que ellos dañaron - Me encogi de hombros
- ¿Cómo estás tan segura?
Cerré los ojos unos segundos pensando en ello, no sabía que responder, pero me parecía ridículo lo que Leah había hecho, cerrarse no sólo en el amor romántico, sino en dejar de confiar en todo el mundo para evitar ser dañada, a pesar de entenderla, ella debía comprender que la gente siempre iba a salir lastimada quiera o no, pero no todos son malos.
Así que mi cerebro inteligente como siempre, tuvo una idea. Ignorando la pregunta de Leah, le dije la sugerencia.
- Hagamos algo, Clearwater - Sonreí volviendo a tener mis aires característicos - Yo te enseñaré que el amor no es malo, y que el problema es Uley y Emily, pero no el resto
- ¿Así? - Se burló riendo sarcástica. Asenti segura - ¿Qué, tenemos seis años que hacemos este tipo de acuerdos?
- Yo sigo jugando a las sirenas, con eso te digo todo - Bromee y ella volvió a reír. Creo que podría acostumbrarme a escuchar su hermosa risa
- Bien, pero debes... Dejar las drogas y el alcohol - Estaba por negarme pero se adelantó - Eres tú quien se va a quedar con la promesa en la conciencia si rechazas, no yo, o dejas de drogarte y te dejo "mostrarme" lo que es el amor o no hay trato
Mierda.
- Trato