Solange

By KryzizBonny

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Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una... More

Advertencia
Prefacio
Capítulo 1 - Una Segunda Vida
Capítulo 2 - Emblemas
Capítulo 3 - Fracasos y Conquistas
Capítulo 4 - Liderazgo y Confrontación
Capítulo 5 - Equipo Integrado
Capítulo 6 - El Punto Débil
Capítulo 7 - Vida Mortal
Capítulo 8 - Iniciación
Capítulo 9 - Cabeza Fría
Capítulo 10 - Siguiente Nivel
Capítulo 11 - Dulces 16
Capítulo 12 - Corazón Roto
Capítulo 13 - Delirio
Capítulo 14 - Jack de la Morte
Capítulo 15 - Promesas, Secretos y Dudas
Capítulo 16 - Historias que se Tocan
Capítulo 17 - El Innombrable
Capítulo 18 - Doble Pérdida
Capítulo 19 - Rostros Amigables
Capítulo 20 - Recompenza
Capítulo 21 - Verdades
Capítulo 22 - Confianza
Capítulo 23 - Convivencia
Capítulo 24 - Rivales
Capítulo 25 - Invitada
Capítulo 26 - Vándala Juvenil al Volante
Capítulo 28 - Un rostro extraño
Capítulo 29 - Colapso
Capítulo 30 - Torn el Vampiro
Capítulo 31 - Ayuda
Capítulo 32- Bloqueos y Reuniones Secretas
Capítulo 33- Fuego, Lluvia y Burbujas
Capítulo 34- Revolución
Capítulo 35 - Cosas que se ganan, cosas que se pierden.
Epílogo
Créditos

Capítulo 27 - Verdades que Destruyen

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By KryzizBonny

⚔️ Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den play al video.


Despertó en un susto. Estaba en un auto que le resultaba familiar. Había una tonada de cumbia que venía del mercado al otro lado de la calle. En el asiento junto a ella estaba su amiga Elvira comiendo una torta de tamal y bebiendo una coca-cola de dieta. Sus ojos estaban severamente irritados pero aún así parecía de buen humor.

—¿Qué haces? ¿Qué...? —preguntó Solange aún entre dormida y despierta. Sentía un dolor en el cuerpo peculiar acompañado de una cierta incomodidad restrictiva. Fue entonces que se dio cuenta que estaba atada al asiento del auto. —¿QUÉ DEMONIOS? —exclamó antes de recordar lo sucedido.

Elvira volteó a verla en pánico.

—DESÁTAME EN ESTE MISMO MOMENTO —rugió Solange agitándose al punto de casi romper el asiento.

—¡OK, CÁLMATE UN POQUITO PRIMERO!— le pidió Elvira —. En cuanto te tranquilices, te desato. Catrina dijo que...

—¡ELVIRAAA!

Elvira dejó el refresco en el portavasos, se puso la torta de tamal en la boca e intentó desatar el nudo nerviosa.
—¡YA VOY, CALMA! —balbuceó.

—¿Qué te sucedió? —preguntó Solange con cierta exasperación al verla, sus dedos eran demasiado lentos y torpes con las uñas de diamantina roja que llevaba.

—Me dio hambre —contestó Elvira.

—¡No eso! ¡Tus ojos!

—Oh, nada —dijo mirándose rápido en el espejo retrovisor, aprovechando para arreglar su cabello. Intenté detener a Catrina.

—¿Intentaste qué?

—Ni me mires así Soleil. Intentaba ayudar. Fue con mi spray pimienta pero la válvula me apuntaba cuando lo disparé. Por eso estoy así.

—¡¡¡UGH!!!— rugió Solange. ¡Elvira solo había ajustado más el nudo! Sumiendo su estómago lo mas posible, logró empujarse hacia arriba y torcerce hasta quedar libre de la cuerda por si sola.

—Qué impaciente, ya casi te soltaba —protestó su amiga.

La adrenalina le corrió a Solange por las venas. Todo su plan... o intento de plan, o mejor dicho, inicio de intento de plan se había ido al caño.
—Por favor dime que traes celular —dijo Solange.

—Obvi —le contestó Elvira buscando entre su brasiere.

Solange lo tomó rápido, lo limpió en su regazo del sudor de tetas con una mirada juzgona y le marcó a Julieta con las manos temblorosas.
No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente. Sabía que Cirse no asesinaría a Catrina pero habría MUCHA diferencia entre rescatar a una Catrina que no hubiese sido detectada, a una rodeada por vampiros y la psicópata.

—Julieta.

—¿Solange, qué sucede?

—Estoy a punto de entrar a la fábrica. Escucha... si no salgo de esto...

—A ver, aguanta. Estoy cocinando, déjame apagar el fuego. ¿A qué fábrica? ¿De qué hab...? —pero entonces, el tono de Julieta cambió de inmediato al entender por el silencio, a qué fábrica se refería—. ¿ESTÁS HACIENDO QUÉ?

Solange escuchó el estruendo de un sartén caer y a Julieta maldecir.

—No tengo opción, Catrina está ahí.
Debo intentar sacarla por mi cuenta. Ella trae uno de los botones de ayuda. Si lo ves, ignóralo. Era para comunicarse conmigo. Si Cirse consigue el demonio...

—¡Ugh! Escucha y escuchame bien. Esto es más pronto de lo que tenía planeado pero no Solange. No estás sola. Nuestro plan era hacer las redes de apoyo para destruir a la Corte eventualmente.

—Julieta, eso era un plan muy a futuro y medio fantaseoso. Apenas y pude recolectar pocos contactos. No va a funcionar.

—¡No me digas qué hacer, Soleil! Sigo siendo tu capitana y tengo mucho más rango que tú. Escucha, intenta sacar a Catrina. Sí, no voy a negar que fuiste algo incompetente en el reclutamiento, culpo a tu falta de inteligencia emocional, PERO tengo a más involucrados, Miranda ha reclutado ya a varias decenas de cazadores en formación y hemos hecho varias sesiones de entrenamiento. Convocaré a todos. Nos acercaremos a la locación y estaremos al pendiente. Si recibo el ping del botón de alarma o no me llamas de vuelta en unas dos horas, entraremos por ti.

—No pueden exponerse así solo por mí.

—No es solo por ti, cabezota. Cirse no puede obtener el demonio ni hoy ni nunca. Menos teniendo al vampiro psíquico Yoltic o puede ser un exterminio completo.

—¿Cómo sucedería un exterminio? ¿A qué te refieres? Se necesita más que nuestros números, Catrina tendría que beber nuestra sangre.

—El suero de los cazadores viene de la sangre de Cirse, obtenida por la vampira Michiko.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—Las ventajas de ser cercana a la Elite es que tengo acceso a información clasificada.
Me dejaron unos minutos vigilando una de las computadoras centrales y lo aproveché.
El suero nos reemplaza la química del cuerpo y nos afecta de forma física. Mi teoría es que todos tenemos su sangre en cierta forma con el virus vampírico inactivo y temo que eso cuente con el demonio.
Teóricamente solo tendría que darle una gota de su propia sangre a Catrina y luego darle nuestros números de nacimiento.
Puede que no funcione, puede que sea solo mi paranoia y que ni tenga eso en mente pero no quiero arriesgarme.

—Pero qué hay de... —dijo Solange dudando—. Julieta, no quiero que te molestes pero creo que los cazadores están bastante involucrados con la Corte. No creo que hagan eso... Nos necesitan de cierta forma.

—Sí, eso es lo que sospecho y lo que me preocupa porque no nos necesitan a nosotros, los jóvenes que nos rebelamos contra lo establecido.
Hay mucho que perder para la generación de nuestros padres y abuelos. Desde el principio he mantenido nuestras intenciones de derrocar a la Corte solo entre las nuevas generaciones. Ya somos carne de cañón cada día para los viejos... no dudo que ellos mismos se deshagan de nosotros al momento que seamos inconvenientes. Al momento en que se enteren que queremos cortarles una de sus mayores entradas de dinero.

Solange tragó saliva. Dolía pero era cierto. El trauma por el que pasaban los cazadores empezando desde los doce, dejaba ciertas secuelas.
Una vez que un cazador alcanzaba una edad en la que no tenía que enfrentar más a los vampiros, una estabilidad en la que podía realmente disfrutar todo el dinero que en tantos años de incertidumbre había ganado, el cazador entonces hacía lo que tuviera que hacer para mantenerse ahí.

—Si atacamos la Corte hoy y sobrevivimos, cada uno debe esconderse justo después. Vendrán por nosotros Solange. La Corte no está solo en México. Abarca bastantes países y matar a su actual líder va a desatar varias situaciones peligrosas. Nuestros padres no arriesgarán todo lo que han construido por nosotros. Les entregarán nuestras cabezas en bandeja de plata si es necesario.

—Mi madre jamás haría eso.

—Una, ¿de cuántos tantos que sí?

Elvira miró con cierta inquietud a Solange al escuchar todo aquello.

—Por eso no quiero involucrarlos...

—Soleil, esa no es tu decisión —le dijo Julieta con firmeza.

Solange suspiró. Era verdad. Tenía que confiar en su jefa de equipo y en el plan que había estado armando.

—Entendido.

—Muy bien. Mantente a salvo. Nos vemos pronto —le dijo Julieta y colgó.

—Sol... —dijo Elvira en cuanto Solange terminó su conversación y le dio el celular de vuelta—. Ten cuidado. Esto... hasta ahora me da el golpe de realidad. No quiero pensar lo peor así que solo... cuídate, ¿ok?

—Tú también Elv. Gracias por todo. Toma el auto y márchate. Este no es un lugar seguro para ti.

Elvira asintió y le dio un abrazo. Solange salió de ahí, se puso todo el equipo de cazadora y después de que dejó de ver el auto, caminó alrededor de la fábrica.

La banqueta estaba chueca, mugrosa y rota. No había siquiera pasto en la tierra de las jardineras más cercanas. Era como si todo ser vivo supiera perfectamente que en ese lugar solo había muerte.

Solange miró a ambos lados para comprobar que nadie viera lo que estaba por suceder, pasar desapercibida era difícil siendo que era la única loca vistiendo una capa negra en plena mañana de verano.

Fijó los ojos en el alto muro de la fábrica e hizo sus debidos cálculos. Se alejó, de foma que tuvo que colocarse en medio de la calle y luego corrió tan rápido como pudo.
Se impulsó con el pie, dio unos tres saltos en la pared y se escabulló por una de las ventanas. Una vez arriba, se tiró al piso en uno de sus mas perfectos y silenciosos aterrizajes.
10 puntos por discreción, 10 puntos por dificultad y 10 puntos por estilo. No era momento para celebrar pero merecía una medalla por aquello.

—La puerta estaba abierta, querida —dijo una voz femenina que le heló la sangre. Al escucharla, volteó de inmediato para comprobar sus temores.

Llevaba un vestido blanco vaporoso pegado al cuerpo y joyas preciosas adornando sus muñecas, dedos, cuello, orejas y cabello rojo. La miraba paciente con los brazos cruzados, una sonrisa altanera. Sus ojos rojos resplandecían como los de un gato al atrapar un ratón.

Escoltándola habían vampiros varios pero no reconocía a ninguno, y por tanto, realmente no le importaban.
Yoltic, el vampiro psíquico, era el único otro vampiro que podía causarle problemas. Uno pensaría que sentiría alivio pero no, en su caso, el no verlo la tenía más inquieta que tranquila.

Yoltic era tan poderoso que podía hacerse invisible ante las mentes débiles y Solange estaba segura que entre sus propias cualidades, una mente fuerte no era lo suyo. Tendría que valerse de otros sentidos para intentar detectarlo, excepto el olfato, por obvias razones.

—¿A qué debo tu visita? — le preguntó Cirse en tono casual.

—¿Qué no puedo hacer visitas amistosas? —le dijo Solange. Mostrar temor alimentaba a esa psicópata y si esos eran sus últimos momentos de vida, no le iba a dar el gusto.

—Uno creería que aprenderías que no, tras tu última "visita amistosa" —contestó Cirse antes de relamerse los labios, como para atrapar el veneno que su lengua desbordaba tras tal comentario.

Solange jadeó. Fue como arrancar una costra fresca. La forma tan simple y burlona en la que lo dijo, rompió con su concentración.
Todo ese fatídico día en el que el Grupo A y Nolan cayeron en sus garras, le nubló la vista por unos segundos. Recordó todo con cierto dolor pero entonces hubo algo más. Yoltic no estaba ahí.

Entre sus recuerdos estaba el detalle de que siempre el vampiro reía tras el humor extraño de la vampira y esta vez solo hubo silencio.
Quiso decir algo más, dándole entrada a Cirse para hacer otro chiste cruel y comprobarlo, pero el querer visitar sus memorias para encontrar material, fue más de lo que pudo soportar.

Cada que recordaba el rostro de Nolan, de inmediato solo visualizaba su cabeza rodar en la arena sin expresión alguna. Dudas, dolor, incertidumbre, odio, pena... El aire escapó sus pulmones. Intentaba no obviarlo, cerrar su mente, pero ese tipo de control no era su fortaleza y fue inútil.

Cirse pareció captarlo de inmediato. Su expresión fue de aquella como si recordara algo a una mueca de maldad pura.

—Pequeña Soleil. Había olvidado esa parte por completo.

—No me llames así —fue lo único que pudo decir.

—Pero tú... quizás has pensado demasiado en ello. Desde ese día... una y otra vez...

—Basta.

—Sí... todavía te preguntas si Nolan de verdad quería matarte, ¿no es así?

Solange guardó silencio.

—O si fue un error de tu familia —continuó Cirse con una sonrisa cruel —siempre quisiste pensar lo segundo... era más fácil.

Solange sintió su corazón agitarse, el silencio era involuntario. Sentía un bloqueo en la garganta como si se hubiera tragado una pelota. No quería saberlo.

—Es curioso, en nuestras vidas hay un evento traumático que nos marca de tal forma que nos brinda una preferencia de víctima cuando pasamos al vampirismo... Mi madre vampírica vio a muchos morir sin cumplir sus sueños, su tipo siempre han sido aquellos que dan sus vidas voluntariamente por un último deseo. Mi hija vampírica fue vendida en vida, su tipo siempre fue destruir a personas de gran poder y rango.

—Eso no tiene nada que ver conmigo.

—Tiene mucho que ver, porque creo que este es tu evento traumático y me llena la cabeza de fantasía pensar en qué tipo tendrías si te diera la sangre—le dijo la vampira.

Los ojos de Solange se abrieron al triple. El shock que le causó aquello se sintió como un golpe y por unos segundos se le olvidó cómo respirar. No hablaba en serio. No podía.

Cirse rió.
—Patética... ¡qué expresión te cargaste! Les lavan en cerebro bien en la academia —dijo ella—. Si solo supieran lo mucho que se pierden... si llegaran a tan siquiera probar la libertad del vampirismo... Como sea, sí es verdad, Nolan iba a asesinarte.

—Mientes —quiso decir Solange pero su voz no salió pues esa era la verdad. Había evadido aquello en su corazón pero lo sabía bien en su mente.

—No fue nada personal en contra tuya—dijo Cirse encogiéndose de hombros—, solo era la venganza ideal en contra de los Soleil. Destruir a la última en la línea. Tu padre deshizo a su familia, era solo justo. Si sirve de consuelo, iba a hacerlo rápido. No te odiaba... tampoco te amaba pero no quería hacerte sufrir.

—¡No puedes saber eso!— espetó Solange de forma defensiva. Todo le daba vueltas.

—Él nos contó. Tras la revelación de lo que tu padre hizo, dijo que aprovecharía tu enamoramiento para asesinarte. ¿Es verdad? ¿Estabas enamorada de él?

Aquello le rompió el corazón aún más, si es que era posible. ¿Qué era su historia con Nolan sin amor?
El solo ser usada por la persona por la que arriesgó todo... Ocultó sus lágrimas y las retuvo en sus ojos hasta que se secaron ahí, justo como había aprendido a hacer tantas veces antes.

—¿Por qué dejaste que lo asesinaran entonces antes de cumplir su cometido? —preguntó Solange intentando ahogar sus sollozos.

—No solo lo permití, yo misma le revelé a la Dinastía del Sol su locación y sus intenciones —dijo Cirse con una sonrisa triunfal—. Me era más valioso hacer las pases con la Dinastía que tomar la ciudad amurallada de Cartagena. Ya llegará el día para eso después.
En fin, el chico no me agradaba, me daba mala espina, eso de presumir enamoramientos me dio nauseas.
Ayudarlos a protegerte de él fue la forma en la que se solucionó todo el drama con tu hermano. Así son las cosas, querida, ya te acostumbrarás. Pronto dejarás de entrar sin invitación a mis dominios, PRONTO me servirás o incluso buscarás mi ayuda.

—Preferiría morir.

—No se trata de lo que prefieras, se trata de tus obligaciones. Desármenle y tráiganla.

La sujetaron fuerte pero no eran una amenaza, habían varios indicadores que le dejaban claro que podría matarlos en segundos, pero no lo haría.

En primera, iniciar un enfrentamiento solo traería más vampiros. Vampiros que quizás le darían más problemas. Yoltic siendo uno de esos por seguro.

En segunda, terminaría muerta puesto que Cirse era la verdadera amenaza ahí. Que la sostuvieran vampiros tan débiles era solo una formalidad para que Cirse no tuviera que tocarla. El jalonear a alguien por los pasillos no era propio para ella, la ama de la Corte, solo para sus sirvientes.

Le quitaron cada arma, pero olvidaron las de su cabello. Tenía dos muy filosas "últimas esperanzas" ahí. Hechas de metal con punta de madera sagrada. Un regalo de cumpleaños que su amiga Georgina, quien se había vuelto muy creativa fabricando armas, le había hecho con cariño.
No todos los cazadores las usaban, quizás por eso las habían pasado de largo.

—Sigo esperando la razón de tu visita, pequeña Soleil. Me parece una enorme coincidencia tenerte aquí considerando la última adición a mis protectores.

Solange bufó. Catrina lo mencionó; Cirse había obligado a la sanguijuela, Jack de la Morte, unirse a su ejército de protectores por chantaje.

Esos "protectores" eran vampiros antiguos o poderosos. La diferencia con sus seguidores normales era que estos detestaban a Cirse, pero por alguna razón u otra ahora eran suyos.

Se pensaba que se les mantenía en un estado débil o cadavérico y que Yoltic era la pieza clave para controlarlos mentalmente cual marionetas, si se necesitaba, aunque nunca sin la autorización de Cirse.

—No sé de qué hablas —le dijo Solange en la voz más monótona que pudo fingir.

Escuchó entonces, muy bajo, un grito ahogado a lo lejos, parecía venir de una voz masculina, fue terrible y doloroso pero se apagó tan rápido que hasta le quedó duda si aquello había sido real.

El rostro de Cirse cambió, dejando claro que algo había sucedido pero no pudo deducir qué exactamente pues era una combinación de expresiones opuestas.

¿Y ahora qué?

Notas de la Autora

Muchas gracias de nuevo por seguir leyendo Solange. Admito que no he sido la mejor en actualizaciones porque literal el trabajo me tiene presa 😅 pero bueno, me acaba de dar Covid (todo bien) y nos pusieron a mí y a mi roomate en aislamiento.
Por tanto tengo 5 días para darle con todo a Solange. Espero poder terminarla por fin. Échenme porras 😅😂

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