We'll go walking in the moonlight
(Oh, we'll be happy, we'll be happy)
Walking in the moonlight
Anteriormente
— Freddie, estoy aburrido, ya hice toda mi tarea, he estudiado todo y ya caminé por toda la universidad—.
— ¿Quieres ir por dulces?—.
— ¿Dulces? ¡Si!— chilló emocionado.
Después de unos minutos se encontraban en un puesto de dulces, la señorita que los atendía era muy amable, regresaron a la universidad con una gran bolsa.
Habían chocolates, paletas, gomitas y caramelos de miel. Estaban sentados en una de las bancas del colegio.
— Freddie, debes probar los dulces de miel— dijo terminando uno de esos dulces de miel.
— Cariño, te acabaste todos los caramelos de miel—.
— ¡Oh!- ¡Lo siento mucho! podemos comprar más o-
— Está bien, puedo probarlos—.
— Pero no hay, ¿Cómo vas a- fué interrumpido por los labios de Freddie contra los suyos abrió los ojos tan grandes, ambos labios siendo dulces por los caramelos.
John correspondió al beso cerrando los ojos, era muy inexperto en esto de besar así que dejó que Freddie lo guiara.
Posó una mano alrededor de la nuca de Freddie, este tomando de la cintura a John.
Mentiría si dijera que besar a Freddie era algo que no quería, obvio lo deseaba pero no ahora, no tan pronto.
Se alejó perplejo.
— F-Freddie, ¿Qué fué- Que fué eso?—.
— Lo siento, no pensé con—.
— Y-yo no- no te quería besar—.
— Perdón ¿Si?—.
— ¿Cómo te atreves?, Eres una mala persona, eso fue algo malo, ¿Entiendes?— explicó asustado.
— Johnny, perdóname. Prometo no volver a hacerlo—.
— Creo que iré a- voy a... Necesito ir con- ¡Adiós!— se fue corriendo a quien sabe dónde.
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— Cariño, no sé qué hacer—.
— ¿Te gusta John?— intervino Brian y Freddie no respondió.
— Okey... entonces por qué no esperas que yo hable con él y tratar de solucionar esto, ¿Mhm?— dijo Roger.
— ¿Harías eso por mi?, ¡Gracias!— abrazó a su amigo.
— Puedes dejar de abrazar a Roger, está muy cansado— menciono Brian y Freddie se apartó confundido, luego garraspeo Roger.
De alguna manera, hablar con otras personas mientras estaba con Brian lo hacía sentir incómodo, como ahora mismo.
— Me tengo que ir, mis amores— se puso de pie y salió de la habitación muy rápido.
— Eso fué- comenzó a decir Brian.
— ¿Raro?— preguntó Roger.
— Si—.
— Mhm— afirmó.
Toda la tarde estuvieron buscando a John quién no se encontraba en ningún lado, habían buscado por todos los salones de su facultad, todos los jardines, habitaciones, armarios, incluso en los vestidores pero solo faltaba un lugar; la azotea de la universidad.
Fueron a ese lugar y tan pronto como llegaron comenzaron a buscarlo, unos sonidos los alertaron y encontraron a John llorando con su rostro pálido, sus labios rojos e hinchados y sentado en el piso, recargado en una pared abrazando sus piernas.
— ¿Estás bien?— preguntó Roger.
— Si— susurró.
— Hace frío aquí, vayamos a mi habitación—.
— Mía— murmuró Brian y Roger lo miró raro.
— Estoy bien- Estoy bien así— dijo temblando.
« ¿No es tanto drama por un beso?» se preguntó Brian.
— ¿Por qué lloras?— preguntó el mayor.
— Porque- Porque arruiné todo, ¡lo arruiné todo!— gritó con una mueca de dolor.
— No arruinaste nada, Deacy. Cuéntanos qué pasó—.
Obviamente sabían los hechos pero querían saber la versión de John.
— F-Freddie me besó y yo le grité—.
— Se solucionará, John, lo prometo, deja de llorar—.
— Las estrellas están más solas y no lloran, de hecho brillan cada vez más—.
— ¡Brian!— reprendió Roger.
— Tienes razón, pero me siento mal— dijo John temblando — No sé que me pasa, siempre me ha gustado Freddie pero yo- limpió sus lágrimas — Yo le grité y él no hizo nada malo—.
— ¿Te gusta Freddie?— preguntó Roger sorprendido.
— Quería convencerme que no pero él me hace sentir algo—.
— Quiero que regreses a tu habitación y arreglen las cosas, además este es un lugar donde no puedes estar— demandó Brian y John hizo caso yéndose cabizbajo.
Se veía tan vulnerable y frágil, a Brian le dió un poco de lástima.
— ¡Oye!, ¿¡Por qué le hablaste así?!— preguntó el blondo muy furioso ya que John no estaba ahí.
— No querías que lo suspendieran por estar aquí, ¿verdad?—.
— John es mi amigo—.
— Y este es un lugar restringido—.
— ¡El necesitaba ayuda!—.
— ¡No quiero que se acerque a ti!, Quiero decir, ¡No quiero que nadie este contigo—.
— ¿De qué estás-.
— Vámonos de aquí— tomó con fuerza la muñeca de Roger para dirigirse a las escaleras y bajar.
— ¡No!— se soltó del agarre — ¡Ya me cansé que siempre me digas que hacer!, Te agradezco todo pero- pero eres muy brusco, aveces sigues molestando y al parecer te gusta verme así—.
— ¿Qué?—.
— ¡Sí!, ¡Alejas a todos de mi y eso no me gusta!—.
— Roger...-
— ¡John y Freddie siempre me han apoyado, y tú también pero aveces quisiera que fueras más... Bueno!—.
— ¡Oh, lo siento!, ¿¡Quieres que te prepare el desayuno todos los días y te arrope para dormir o te lea un cuento?!— espetó sarcástico.
— ¡No!, ¡Ni siquiera sé que es lo que quiero!—.
— ¿¡Cómo esperas que yo lo sepa?!—.
Roger chistó nervioso— N-No lo sé— probablemente nunca alejarse de Brian, eso es lo que quiere. — Simplemente quiero que estés- quiero que seamos amigos—.
— ¿No lo éramos?— preguntó intenso, su timbre era oscuro, enojado.
— Si- quise decir-
— ¿Que quisiste decir?— preguntó Brian cortante caminando hacia Roger, este sin dejar de mirarlo dando pasos atrás.
— M-Mejores amigos, quisiera que n-nos lleváramos mejor— tartamudeó miedoso.
— ¿"Mejores amigos"?— dijo cuando la espalda de Roger tocó la pared haciéndolo jadear de miedo.
— S-Si, como John y yo— sus piernas comenzaron a temblar.
La mirada de Brian era penetrante, intensa y oscura. Podía ver su rostro levemente hacia abajo con el ceño fruncido. Realmente aterraba a Roger.
— ¿¡Crees que soy estúpido?!— gritó con todas su fuerzas pegando su puño contra la pared, a lado de la cabeza de Roger quien saltó y cerró los ojos apretando con fuerza como si esperara un golpe.
— N-No- susurró con la voz muy aguda. Nunca había visto a Brian en ese estado.
— Te gusta John, ¿Verdad?— Brian interrogó relajando su rostro.
— ¿¡Qué?!—.
— Te gusta John, sé que estás enamorado de él— comenzó a reír.
— ¡No!, ¡No me gusta John!— alegó — Me gusta alguien más— tartamudeó.
— ¿Quién?— preguntó con la voz grave.
— No- ¡No te lo diré!— aludió.
Brian tenía el impulso de besar ahí mismo a Roger, sus cuerpos estaban muy cerca. Su puño con los nudillos llenos de sangre seguía pegado en la pared y Roger también quién temblaba de miedo y nerviosismo.
— ¿Por qué no?— preguntó Brian perdido en los ojos de Roger.
— Porque- no lo sé—.
— No lo sabes... Mhm— agravó su voz.
— No...—.
Roger miró sus labios y realmente quería hacerlo, ambos corazones se aceleraron aún más. Después de aquella pelea se querían besar, parecía una locura.
Comenzaron a acercarse lentamente, sus respiraciones se mezclaban. Roger flexionó sus manos en el pecho del mayor, faltaba tan poco.
— Brian Harold May, Ven aquí, ¡Ahora!— gritó el director, Roger por instinto empujó a Brian y este apretó la mandíbula viendo a su padre.
Ambos se vieron por un momento y Roger salió corriendo avergonzado, Brian seguía en la azotea con los puños apretados y una mirada inexpresiva en su rostro.
— ¿¡No me escuchaste?!— gritó el director. — Maricón de mierda, ¡Ven aquí ahora mismo!—.
— Lo que tengas que decir, hazlo ahora— dijo Brian en la misma posición.
— Tu- Alejate de Roger—.
— ¿O sí no?—.
— Lo expulsare—.
Brian comenzó a reír como un maníaco — ¿Lo expulsaras?, No tienes razones y podría demandarte. Él fue de los puestos más altos y ¿así piensas expulsarlo?— mencionó con una sonrisa.
— Niño malcriado— murmuró — Se iban a besar aquí... ¡En mi escuela!—.
— ¿Y?— preguntó aburrido.
— ¿Sabes lo repugnante que es eso?, Un hombre con otro hombre... Me da asco de sólo pensarlo. ¡Eres la deshonra de la familia!, ¡Yo no te crié así!—.
— Tú no me criaste, fué mi madre, sí me hubieras criado tú sería una maldita basura igual de despreciable que tú.
— ¿¡Qué dijiste!? Sí tan sólo no fueras.... Tú mamá estaría-
— Mamá ya no está aquí, ella siempre me apoyó en todo. Desearía que tú estuvieras muerto en vez de ella. Nunca te mereció— espetó.
— Cuida tus palabras, niño—.
Brian comenzó a acercarse a su padre.
— Me gusta Roger— comenzó a decir con la voz grave— ni tú ni nadie cambiarán eso, el me ha hecho una mejor persona, me ha dado tanto amor en pocas semanas de lo que tú me has dado en toda mi vida. Él es el único hombre que quiero conmigo— sonrió— ¿Qué piensas hacer al respecto?—.
— Voy a-
— Shh, realmente no me importa lo que pienses— le dió la espalda y caminó a las escaleras con una sonrisa de satisfacción y las manos en sus bolsillos.
El director se quedó congelado, tal vez debería disculparse pero su orgullo no lo dejaba. Disculparse sería aceptar un error y él nunca aceptaba ninguno.