Tara estaba muy nerviosa por ir a la tienda. No sabía qué buscar en un pañal, o realmente qué tamaño necesitaba. Caminó por la calle, entró en la tienda y se dirigió a la isla de los pañales. No tenían muchas opciones para cosas para adultos, pero ella encontró dos opciones y rápidamente tomó un paquete. Revisó la tabla de tallas y pensó que necesitaba una pequeña y tomó el paquete del estante. Rápidamente se dirigió a la caja para hacer el pago y se fue lo más rápido posible. Llevó el paquete a la casa de la Sra. Johnson y lo puso en el cuarto de niños. Ella disfrutaba del hecho de que ahora sería "su" guardería, al menos durante el resto del fin de semana.
"Está bien, ya lo hice. Mis pañales están en mi cuarto de niños". Dijo Tara.
"Genial. Bueno, ¿por qué no te vas a casa un rato? Son las 3:15 y tengo que acostar a las niñas para que duerman la siesta y luego ordenar y preparar algunas cosas para tu pequeña visita".
"Ok, estoy muy emocionada y no puedo esperar a que llegue esta noche, señora Johnson". Dijo Tara con ansiedad.
"Me alegra escuchar eso y, por cierto, es mejor que te acostumbres a llamarme 'mami', ya que eso seré".
"Está bien ... mami." dijo Tara. Se sentía extraño llamar a otra persona "mami", pero tenía sentido. Incluso la propia madre de Tara no le había cambiado los pañales, ni siquiera la había visto desnuda, en unos 13 años.
Tara estaba tan emocionada. Esto es algo que ella quería, pero nunca pensó que sucedería. Todas esas veces cuidando niños, preguntándose cómo sería y ahora va a suceder.
Tara entró a su casa tratando de actuar con normalidad. No quería que su madre sospechara que iba a pasar algo inusual mientras ella no estaba. Caminó hasta su habitación y buscó las blusas más infantiles que tenía. Encontró un par, eran bonitas de color blanco con un moño rosa y un pequeño lazo en el cuello. Había tenido esta camisa desde que tenía 12 años y de alguna manera todavía le quedaba y era muy linda. La otra era de color blanco liso con una flor de colores en el medio del pecho.
"Estas serán perfectos". Tara dijo mientras los sostenía frente a ella. Estas eran las que siempre usaba con sus jeans azules. Le llegaban justo por encima del ombligo, que por lo general se veía muy sexy, pero ahora ayudarán a lucir sus pañales. Tara luego escuchó un golpe en su puerta. Fue su madre. Abrió la puerta y entró.
"¿Entonces escuché que te quedarás en casa de la Sra. Johnson por el resto del fin de semana?" dijo la madre.
"Sí, espero que no te importe." Tara respondió.
"Oh, en absoluto, creo que es amable de tu parte ayudarla con las niñas. Dijo que tenía mucho trabajo que hacer y que sin tu ayuda nunca lo podría hacer". Respondió su madre.
Metió sus camisas en la bolsa y miró el reloj. Eran las 3:45. La cuenta regresiva había comenzado y ella estaba mirando cada minuto. Le preocupaba que su madre se enterara o lo que pudieran decir los vecinos si la vieran. Ella solo estaba al otro lado de la calle. Tara decidió ir a ver televisión para ayudar a pasar el tiempo.
Tara se había quedado dormida. Era difícil imaginar quedarse dormida con toda la emoción que tenía, pero de alguna manera se las arregló.
Se despertó sobresaltada, pensó que iba a llegar tarde. No se dio cuenta de que se había quedado dormida. Rápidamente se acercó a mirar el reloj, marcaba las 4:50 pm.
"¡¡WOW !! ¡¡Ya es hora!!"
Corrió a su habitación y agarró su bolsa de camisetas. Fue a despedirse de su madre antes de irse.
"Está bien mamá, me voy. Te veré mañana por la noche cuando regrese".
"Está bien, cariño, diviértete". Respondió su madre.
Tan rápido como pudo, cruzó la calle corriendo hacia la casa de la Sra. Johnson.
"¡Hola mami!" gritó mientras entraba a la casa.
"Bueno, ahí está mi pequeña niña. ¿Estamos listos para un gran fin de semana?" preguntó la Sra. Johnson.
"Estoy muy nerviosa y un poco asustada, pero estoy lista". Dijo Tara.
"Bueno, entonces vamos a instalarte. Las niñas todavía están durmiendo la siesta, así que cuando se despierten ya serás un bebé. Les va a encantar".
Entraron en la guardería y Kathy tomó el bolso de Tara y lo puso junto a la mesa para cambiar pañales.
"Lo primero es lo primero, vamos a ponerte el pañal, y luego repasaremos las reglas por ti mientras estás aquí, ¿de acuerdo?" dijo Kathy.
"Okey." Respondió Tara.
Kathy le indicó a Tara que se subiera a la mesa de cambio. Ella pensó que no cabría y apenas lo hizo. Su trasero estaba justo en la parte inferior de la mesa, apenas podía mantener los talones en él y la base de su cabeza agarraba el extremo superior, pero pudo permanecer lo suficiente para que Kathy cambiara el pañal. Era una mesa hecha en casa que hizo desde que su hija de cuatro años todavía necesitaba cambios. Tara yacía allí con un montón de emociones atravesándola.
Kathy luego comenzó a quitarle la ropa a Tara. Desabrochó las hebillas de sus pantalones cortos y luego los deslizó por sus piernas y se los quitó. A continuación, desabrochó el sostén de Tara y se lo quitó de los brazos. Por último, estaban las bragas de niña grande. Tara ahora estaba acostada allí completamente desnuda. Kathy se dio cuenta de que Tara estaba nerviosa y no sabía cómo actuar, así que rápidamente agarró uno de los chupetes de Aimee y se lo puso en la boca. Tara comenzó a chuparlo de inmediato. Luego comenzó a arrullarla y hacerle cosquillas, como lo haría con Kayla, luego se agachó y agarró uno de los pañales de Tara, lo abrió y lo deslizó debajo del trasero de Tara. Tara pudo escuchar el crujir del pañal y la emocionó. Esta vez era su pañal y no el de Kayla. Kathy luego frotó una buena porción de aceite para bebé en el área del pañal y luego roció una buena capa de talco para bebé. A Tara le encantó el olor del polvo y empezó a sonreír. Luego le pasó el pañal entre las piernas y lo abrocho suficientemente bien.
Tara ahora estaba usando ub pañal y lo amaba. No sabía cómo se iba a sentir una vez que le pusieran el pañal, ya que nunca había usado uno antes, pero le encantaba la sensación de abultamiento. Le gustó la forma en que el pañal era grueso, suave y muy arrugado. La hizo sentir como un bebé. Kathy la sentó en la mesa, agarró una de las camisas de Tara y se la pasó por la cabeza. La camisa llegó hasta la parte superior del pañal. A Kathy le gustó el aspecto de su nuevo bebé y le dio un gran abrazo y un beso.
"¿Cómo está mi nuevo bebé?" preguntó Kathy
"Feliz, quiero verme en el espejo". dijo Tara.
Kathy la llevó hasta el espejo de cuerpo entero en la parte trasera de la puerta. Tara miró asombrada, no podía creer lo mucho que se parecía a una niña. No pudo evitar agacharse y sentir su pañal. Era tan grueso que no podía creer que estuviera usando uno y frente a alguien que conocía. Jugó con él por un tiempo, haciéndolo arrugar y amando la sensación. Ella puso una gran sonrisa y continuó chupando su chupete.
"Está bien bebé, es hora de repasar las reglas", dijo Kathy.
"¿Qué tipo de reglas, mami?" preguntó Tara.
Kathy tomó a Tara, la llevó a la mecedora y la sentó en su regazo. No encajaba tan fácilmente y tampoco era tan ligera, pero se las arregló.
Estas son las reglas:
Regla 1: tienes 2 años. Tara adulta no está aquí, si actúas como Tara adulta, recibirás una paliza.
Regla 2: Estarás en pañales en todo momento y debes usarlos
Regla 3: te vestiré, te alimentaré y te bañaré
Regla 4: Me obedecerás en todo momento, soy tu madre
Regla 5: si quieres algo debes pedirlo
"¿Entiendes estas reglas bebé?" preguntó Kathy
"Sí mami, entiendo" respondió Tara.
"Buena chica, mami te quiere cariño". Dijo Kathy.
Kathy tomó a Tara de la mano y la llevó a la sala de estar donde estaban todos los juguetes de las niñas. Dejó que Tara se sentara en el suelo y comenzara a jugar con los juguetes al final Kathy encendió la televisión en un canal infantil.
Tara pasó gran parte del tiempo gateando para escuchar el sonido del pañal. Esto es algo que Tara quería desde que comenzó a cuidar a las niñas. Ahora iba a saber lo que se sentía al ser un bebé. Unos minutos después, Kathy regresó a la habitación con un biberón y un babero. Tara sabía que era para ella y sonrió.
"Mi bebé debe tener hambre". Dijo Kathy
"Sí mami" Tara respondió.
Kathy se acercó a Tara y le ató el babero alrededor del cuello. A Tara le encantaba mucho ser tratada como bebé. No tenía que preocuparse por nada, todo estaba arreglado. Kathy se sentó en el sofá y le indicó a Tara que se acercara y recostara la cabeza en su regazo. Así lo hizo y Kathy se metió el biberón en la boca y empezó a chupar. Esto estaba empezando a ser todo lo que Tara esperaba que fuera. A Tara le encantó el sabor de la fórmula tibia y chupó el biberón hasta dejarlo seco.
"Vaya, mi bebé tenía hambre. Espera aquí mientras consigo otro".
Kathy fue a la cocina y puso otra botella en el microondas para calentarla. Un minuto después estaba de vuelta y Tara empezó a beber ese. Cuando estaba a la mitad del segundo biberón, Aimee se despertó de su siesta y bajó las escaleras. Ella pareció perpleja por un momento y luego entró en la habitación.
"Tara, ¿eres tú?" ella preguntó.
"Sí", respondió su madre, "ella será tu hermanita hasta mañana. Tendrá la misma edad que Kayla, así que quiero que la trates de la misma manera que tratas a Kayla. ¿De acuerdo?"
"Está bien, se ve tan linda con un pañal. Es el bebé más grande que he visto en mi vida, pero va a ser muy divertido". Dijo Aimee.
Tara terminó la segunda botella y se la quitó de la boca.
"Hola Aimee, ¿quieres jugar?" preguntó Tara con su voz de bebé.
"Está bien, pero mamá tiene que cambiarme el pañal primero, estoy muy mojada".
Kathy puso a Tara en el corralito de Kayla mientras subía las escaleras para cambiar a Aimee por un pañal limpio. Tara jugaba con los juguetes. No estaba pensando en nada de su vida real en este momento, quería disfrutar esto tanto como pudiera. Tara nunca se dio cuenta de lo llena que era la fórmula, en realidad se sentía casi llena por las dos botellas que bebió.
Arriba, Kathy puso a Aimee en su cama y comenzó a desabrocharle el pañal.
"¿Por qué Tara va a ser un bebé?" preguntó Aimee
"Bueno, ella quería saber qué se siente ser un bebé. Después de todos estos años de cuidar niños y cambiar sus pañales, tenía curiosidad, así que le dije que la trataría como a un bebé este fin de semana si quería realmente averiguarlo. Y ella estuvo de acuerdo ".
Kathy terminó de cambiarle el pañal a Aimee y la dejó bajar a jugar con Tara. Kathy fue a ver a Kayla y la vio despierta acostada en la cama. Su pañal también estaba mojado, así que la llevó a la guardería y le cambió el pañal. Cuando terminaron, bajaron las escaleras y Kayla vio a Tara por primera vez.
"¡Mira mami! ¡Tara lleva un pañal como yo!" Ella exclamo.
"Sí, cariño, Tara es un bebé este fin de semana. Tiene la misma edad que tú".
Kayla se acercó y le dio a Tara un gran abrazo. Tara la devolvió y pidió salir de su corralito. Kathy se acercó, la levantó y la dejó en el suelo. Las niñas empezaron a jugar felices juntas mientras Kathy preparaba sus cenas.