Hex [h.s]

Od borntoharry

492K 44.9K 8.7K

❝Para romper la maldición hay que matar al que la echó sobre ti.❞ Libro 1 ✍ © TriciaJeanL → Traducción al es... Viac

Hex.
Capitulo 01.
Capitulo 02.
Capitulo 03.
Capitulo 04.
Capitulo 06.
Capitulo 07.
Capitulo 08.
Capitulo 09.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20.
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
Capitulo 41.
Capitulo 42.
Capitulo 43.
Capitulo 44.
Capitulo 45.
Capitulo 46.

Capitulo 05.

15.2K 1.3K 181
Od borntoharry

—¡Mama! ¡No estoy mintiendo! ¡Ben esta m–muerto! ¡El está muerto! —exclame, mi voz se quebró al final, y lagrimas recorrían mis cachetes.

Quien mato a mi perro debe de ser ese raro y tenebroso chico con el que me encontré hace un tiempo en la habitación principal. Sea lo que sea, se que debo mantenerme alejada.

Ella me miro entrecerrando sus ojos, diciéndome con este gesto que ella no me creía.

—Lucinda, si estas bromeando, te voy a castigar en este mismo instante, ¡no debes ver a la muerte como algo gracioso! —ella me regaño— Por lo tanto, voy a ver y comprobar. Si lo que dices es cierto, entonces ciertamente te creería. —Abrió el grifo, se lavo las manos y salió por la puerta trasera.

Corrí hacia la ventana y la vi irse hasta el jardín. Ella comenzó a mirar hacia todos lados, buscando y silbando por la presencia de Ben. Lastimosamente, ella no sabe que él esta muerdo. Realmente muerto.

Deje salir un grito cuando sentí un frio brazo envolverse en mi cintura, cuando iba a gritar otra vez ese alguien coloco una helada mano sobre mi boca, ahogando mis gritos y chillidos.

—¡Mmmmh! —comencé a suplicar, tratando de quitar la mano de encima.

Shh... Deja de retorcerte, no quieres que te mate, ¿verdad? —Mis ojos se abrieron en cuanto escuche la voz que tanto temía oír. El me gira duramente para que pueda quedar frente a él. Mis ojos se abrieron como platos al ver sus vacios y negros ojos.

El es tenebroso hombre que se comió a los cuervos. Esta vez, el no llevaba una sucia y rota remera, si no que un viejo polo azul oscuro con jeans negros.

Prométeme que no vas a gritar. —El se rio, haciendo una pausa para lamer mi mejilla, haciéndome estremecer en disgusto —O de lo contrario, te hare gritar de otra manera, una mucho más dolorosa. —El se rio entre dientes con maldad— ¿Estoy siendo lo bastante claro? —cuestionó duramente, apretando mi garganta con fuerza, haciendo que lagrimas caigan por mis mejillas.

Asentí con la cabeza a toda prisa, hare lo que sea para que el saque sus sucias manos de mi. Finalmente, me dejo ir, y tome respiraciones profundas.

¿De qué tienes miedo? —el pregunto de repente, mirándome con sus mortalmente vacios y negros ojos.

Trague saliva ¿qué está tratando de decir? ¿él quiere saber a qué le temo? Si es así, ¿por qué? El coloco sus sangrientas manos sobre mis hombros y me sacudió con violencia.

¡¿Has malditamente escuchado lo que te dije?! —grito, haciéndome estremecer y asentir con la cabeza nuevamente. El sonrió y se rio entre diente con maldad—. No te lo preguntare otra vez, Lucinda, así que dime, ¿a que le tienes miedo? —el hablo con severidad, ¿Cómo sabia mi nombre? Lo mire, dejando salir el coraje en mí.

—Yo no le tengo miedo a nada, ¡especialmente a ti! —escupí hacia él, tratando de sonar ruda, pero para mi desgracia, no pareció funcionar. Es más, se burlo.

No deberías haber dicho eso, solo has cavado tu propia tumba.

El mordió mi mejilla con sus afilados dientes, haciéndome gritar de dolor. Lamio la sangre de mi mejilla herida y abofeteo con fuerza la que estaba sana.

Casi al suelo logrando un ruido sordo. Poco a poco me senté, mi mano sobre mi mejilla herida –la cual picaba como el infierno–, sintiendo la sangre salir.

—¡Vete al infierno! —le grite— ¡¿Por qué yo?! ¡Jamás te he hecho nada! ¡Vete al infierno, bastardo!

El hizo una mueca.

Ya he estado en el infierno, y debo decir que es maravilloso. —El rio y desapareció en el aire, haciéndome gemir en shock.

Solo cerré mi ojos y llore, las lagrimas caían por mi mejilla. Mis lagrimas y sudor, mas la sangre, eran visibles en mi mejilla. Lentamente me recosté, sintiendo el frio del suelo, mi energía drenada.

—¡Lucinda! —escuche a mi madre gritar mientras la sentía arrodillarse junto a mí. Con lentitud abrí mis ojos y vi la preocupación en los suyos.

—Mama... —dije cautelosamente, ella cerro sus ojos y lagrimas se deslizaron por sus mejillas.

—¿Qué te paso? —Ella pregunto— Oh Dios mío, ¿qué fue lo que paso, bebe? ¿Qué paso cuando me fui?

—Mama. Es el.

—¿Quién bebe? ¡¿Quien?! —ella casi grito, viéndose dispuesta a matar a la persona que lastimo a su niña. Desafortunadamente, esa persona, no es una persona.

Es un demonio.

—Es un demonio —respondí— El está jugando con mi mente, mama, ¡tienes que creerme! ¡el incluso mordió mi mejilla!

Todas mis esperanzad de hacer que mi mama me crea desaparecieron en cuanto ella hizo una mueca y frunció su mirada hacia mí.

—¿Mordió tu mejilla? —ella repitió en tono de burla.

—¡Sí! ¡Es verdad! Mira —removí mi mano de mi cara para que ella pudiera ver la mordida, pero ella me miro aburrida.

—¿Qué mordida? —ella pregunto, confundida. Corrí mis dedos a través de mi mejilla y solté un gemido. La herida ya no estaba allí, sin un pequeño recordatorio de ella. Ningún trazo de sangre. Nada.

—Pero mama, ¡era real! El estaba aquí...

—Lucinda, ¡para con tus estúpidos jueguitos! ¡Estoy cansada! Si quieres volver con tu padre, ¡hazlo!

—Pero mama, ¡él era real! —exclame, tratando de hacer que me creyera, pero sé que fue inútil.

—¡Cierra la boca! No me importa si sigues amando a tu padre, ¡no me importa! En primer lugar, ¿Quieres saber por qué lo dejamos? ¡Porque él quería que lo hiciéramos!

Mis ojos se abrieron y mi respiración se detuvo un momento. Pareciera que el mundo se había detenido.

—¿Q–Que? —balbucee.

—Él quería que lo dejáramos solo, por nuestro bien. —Ella suspiro.

Mis lágrimas comenzaron a caer nuevamente. No puedo creer que el hombre a quien llame «Papa» es quien quería que nos fuéramos. El hombre a quien confié mi vida, quien me enseño a caminar, quien me ayudo cada vez que caía.

—El no tenía otra mujer, el tenia otra esposa. El quería que nos fuéramos, para siempre. —Mi madre lloraba, escondiendo su cara entre sus manos.

Lentamente me levante del suelo y negué con la cabeza, sin creer ninguna de sus palabras.

—¡No! ¡El jamás haría eso! ¡Él es mi padre! —grite.

Corrí escaleras arriba hacia mi habitación, y bloquee la puerta, escuchando los sollozos de mi madre escaleras abajo. Coloque una mano sobre mi corazón y me deslicé al suelo.

Cubrí mi cara con mis manos y solloce. Llore porque nadie parece querer quedarse conmigo. Incluso mi propia sangre y carne.

Fue una linda escena la que ocurrió allí —escuche la voz del demonio nuevamente, podía sentirlo mirando hacia mí.

Poco a poco levante mi cabeza y mire sus mortales ojos negros, que parecían lanzar ira y odio.

—¿Qué quieres de mi? Solo vine hace un tiempo, ¡¿y ya estas molestándome?! ¿Qué te hice para que me odies?

El rio macabramente.

El odio es algo que siempre está presente en mí, incluso antes de que vinieras. Bebe, no has visto nada aun. Pronto vas a ver el poder del diablo.

—No nos iremos de esta casa hasta que te vayas —hable con valentía. El frunció su ceño, retándome.

Ya veremos. Solo para que sepas, nadie que haya vivido en esta casa la ha dejado, vivo.

El desapareció en el aire y mentalmente me golpee. ¡¿Qué acabo de hacer?! Hice un 'a ver quién gana'. Soy muy estúpida.

Espero que se aburra de asustarnos y se vaya, o nos asuste tanto que nos mate. Probablemente haga de nuestros cuerpos vivos su juguete. O peor aún, su comida.

Espero ganar esta apuesta, sin importar las probabilidades, o los miedos que tengo que enfrentar durante mi estancia aquí. Yo ganare, no él. Voy a probar que hacer un trato con ese demonio es algo de lo que  no me arrepentiré.

El ángel pronto se hará cargo y derrotara al mismísimo diablo. Pero el diablo siempre va un paso por delante.

Que empiece el juego —lo escuche susurrar en algún lugar tras de mí, y la puerta del baño se abrió lentamente, y luego, un espeso charco de sangre salió de allí. Instantáneamente cubriendo el suelo de un color rojo.

© waysidestyles | borntoharry


Pokračovať v čítaní

You'll Also Like

502K 80.7K 34
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
114K 3K 29
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
315K 24.5K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
149K 9.2K 45
Porque Avery Leclerc siente que nadie va a volver a amarla tanto como Max Verstappen, hasta que Lando Norris le demuestra lo contrario. o Porque Lan...