ᴇᴍᴘɪʀᴇᴏ❕
──────ᴇᴍᴘɪʀᴇᴏ
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❛ 𝙸𝙽𝙲𝙸𝙽𝙴𝚁𝙰𝙲𝙸Ó𝙽 ❜
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Blake estaba furioso. Ya había tomado sus pastillas pero aún no surtían efecto alguno en él.
Con el ceño fruncido y los sentidos al límite listos para saltar ante el menor estímulo, pasó de largo la parada de autobús y decidió caminar a casa. Tal vez en los treinta minutos de camino lograría calmarse, y no regresar a la escuela a golpear a su profesor de álgebra.
Soltó un gruñido ante el recuerdo del adulto y su sonrisa burlona diciéndole que no le cambiaría la calificación.
"━━━Creo que cometió un error al calificarme Sr. Davis.
━━━Yo nunca me equivoco. –el mayor lo miró por encima de sus lentes, deteniendo su tarea de guardar sus pertenencias. Blake resistió el impulso de golpearlos fuera de su cara.
━━━Creo que lo hizo porque todas mis respuestas son acertadas y me calificó con 80. –Le enseñó su examen sin ningún tipo de corrección–. Tiene que ser un error.
–No lo es. –el profesor terminó de recoger sus pertenencias.
━━━Nunca califico con 100 a mis alumnos.
━━━¿Por qué no?
━━━Porque no quiero."
Blake sintió la ira hormiguear por sus venas, listo para destrozar a cualquier cosa o persona que se interpusiera en su camino.
Con manos temblorosas aumentó el volúmen de la música en sus audífonos. Ahogando los pensamientos y el latido de su corazón en sus oídos. Acomodó la mochila en su espalda y siguió el camino largo a casa.
━━━ ¡Fuego! ¡Fuego!
Abruptamente oyó un grito, durante el silencio de cambio de canción.
Dirigió su mirada al callejón por el que pasaba en busca de los llamativos colores, humo o alguna otra señal de que había un incendio.
Pero sus ojos cayeron en dos figuras de diferente tamaño.
El que parecía ser un hombre, se inclinaba de manera imponente sobre la pequeña figura de la mujer que forcejeaba contra él mientras le gritaba que se detuviera.
Blake rodó lo ojos claramente fastidiado con la humanidad. No tenía tiempo para lidiar con peleas de pareja de extraños.
Estaba por seguir su camino cuando hizo contacto visual con la mujer, sólo entonces se dio cuenta que en realidad era una adolescente probablemente de su edad; la piel oscura de sus mejillas relucía con lágrimas, y ojos suplicantes que pedían la ayuda que sus labios cubiertos con la mano del hombre no podían.
El castaño sintió un tirón en sus entrañas al ver cómo el hombre intentaba desabrochar el pantalón de la chica.
Una vez más, el calor de la ira recorrió sus venas.
Seguido por un impulso inconsciente, se quitó los audífonos guardándolos en los bolsillos de su chaqueta.
Decidiendo intervenir con una exclamación envuelta de cólera. ━━━¡Hey!
Llamó la atención del desconocido que, en lugar de parecer preocupado por lo que podría pasarle al ser descubierto, le sonrió como si fueran conocidos de toda la vida.
━━━ ¡Hola! ¿Tú también quieres un poco de ella? Puedes tenerla pero tendrá que ser después de mí. –Los pasos de Blake titubearon con la pregunta y la risa que soltó el desconocido–. Las perras como ella son insaciables.
Una vez lo suficiente cerca el italiano pudo ver los ojos rojizos, pupilas dilatadas y mirada enloquecida del hombre, clara evidencia que estaba bajo los efectos de alguna sustancia.
Sabía que tenía que proceder con cuidado, cualquier movimiento brusco o palabra equivocada podían hacer que el sujeto reaccionara mal y lastimara a la chica. Por lo que forzando una sonrisa se acercó un paso más a ambos. ━━━Sí, me gustaría. –Blake le dirigió una mirada que esperaba le dijera que podía confiar en él–. Pero quiero tenerla yo primero.
La carcajada que soltó el hombre resonó por el callejón y no hizo nada para calmar la ansiedad y miedo que hacía retorcer el estómago de los menores.
━━━Me temo que eso no se va a poder. Verás, –el hombre le mostro sus dientes amarillentos en una sonrisa lobuna-, yo fui el que vio a la perra primero y la trajo hasta acá. Lo justo es que yo la tenga primero.
━━━Bueno yo la quiero primero. -avanzó con la intención de tomar el brazo de la chica y con algo de suerte liberarla de las manos del mayor; ayudándola escapar.
Pero la suerte no estaba de su lado porque el hombre, de un movimiento brusco lanzó a la morena detrás de sí ocasionando que ésta tropezara y cayera al suelo violentamente.
El hombre le apuntó con una navaja que no había notado hasta ese momento. Con mirada enloquecida vociferó.
━━━¡No la tendrás primero!
━━━¿Por qué no? –Le preguntó Blake concentrado en ver si la morena tenía alguna herida que le impediría correr.
━━━Porque no quiero.
Como si fueran mágicas, las palabras le recordaron a Blake la cara burlona de su profesor y la injustica que había cometido en su contra.
El enojo remplazó cualquier otro sentimiento dentro del castaño. Con los puños apretados desvió su vista de la chica en dirección al hombre pero no lo suficiente mente rápido para esquivar el golpe que este le lanzó.
El italiano retrocedió un paso por el impacto pero la ira burbujeante en sus venas lo hizo reaccionar. Tomó al hombre del cuello de su camisa desgastada y lo estampó contra la pared del callejón.
Con una mano en su cuello para mantenerlo en su lugar, Blake comenzó a golpear al desconocido sin piedad.
Con la vista teñida de rojo su cerebro le decía que no solo golpeaba a un drogadicto violador, sino que de alguna manera también golpeaba a su profesor. Y eso lo llenó de satisfacción.
Con la vista teñida de rojo, su cerebro le decía que no solo golpeaba a un drogadicto violador, sino que de alguna manera también golpeaba a su profesor. Y eso le llenó de satisfacción.
La última vez que había dejado salir su ira a tal grado, fue cuando aún vivía en Italia. Rompiendo la ventana a un auto que casi lo atropelló.
Pero esta vez se sentía diferente. Asfixiante.
El enojo lo agobiaba, queriendo sofocarle.
Cual bola de algodón en su garganta y otra de plomo en su pecho; mientras su cerebro corría a mil por hora, intentando encontrar un balance en la situación.
Blake sintió sus entrañas calentarse, temiendo que si no dejaba alir el calor de su cuerpo terminarían derritiéndose.
Y así que lo hizo.
El sonido de un hueso quebrándose fue lo que lo devolvió a la realidad.
Con la respiración agitada se alejó de la pared, solo para darse cuenta que fueron sus propios dedos los que habían crujido.
En donde había estado su mano sosteniendo el cuello del hombre, había una huella humeante derretida en el ladrillo.
Confundido y asustado observó sus manos en busca de alguna señal de lo que había pasado.
Pero obviando los dedos rotos de su mano derecha, todo parecía igual.
━━━Lo incineraste. –La voz de la chica interrumpió el silencio.
Incinerado. Blake había incinerado a alguien, su corazón se aceleró en su pecho pero esta vez no era de enojo "¿Qué he hecho?" pensó.
━━━Me salvaste. –volvió a hablar la morena como si leyera sus pensamientos.
━━━No. Yo... yo no lo hice.
Con la mirada en el suelo el castaño dio media vuelta para salir de ahí lo más pronto posible, solo para toparse con dos figuras en la entrada al callejón.
Dos adolescentes, tal vez de su edad o menores, ambos tenían cabello rizado pero allí acababan las similitudes, ambos delgados pero uno con complexión atlética y el otro no tanto y con una diferencia de estatura de alrededor de 5 centímetro.
El más alto lo veía con los ojos abiertos, anonadado con lo que acababa de presenciar, mientras que el otro (aunque también sorprendido) lo miraba con recelo y sospecha.
━━━Desapareciste a ese hombre. –dijo el que parecía más musculoso de los dos.
━━━Yo... Yo... –volvió a tartamudear Blake antes de que lo interrumpiera el otro.
━━━Te he visto antes.
Blake apretó la mandíbula y se regañó a sí mismo por dejar ver su nerviosismo ante desconocidos. Si ellos decían conocerlo entonces tendrían un nombre y una cara la cual acusar con la policía.
━━━No. No es cierto. –le dijo con brusquedad, para después salir del callejón. No sin antes chocar su hombro con el del adolescente.
Levantando el cuello de su chaqueta, para cubrir su rostro y seguir su camino a casa. Ignorando el dolor entumecido de sus manos, ahora que la adrenalina cegadora había disminuido.
En la hora del almuerzo Blake se encontraba sentado en la cima de las gradas de la cancha de futbol en la parte de atrás de la escuela. El entrenamiento del equipo de americano hacía de ruido de fondo mientras el castaño observaba los dedos vendados de su mano derecha.
El fin de semana había terminado y se había llevado consigo el dolor de sus dedos que ahora parecían nunca haber estado rotos. El castaño sabía que tenía un buen sistema inmune ya que nunca duraba resfriado más de un día, pero no creía que eso implicara sanar dedos rotos en menos de dos días.
El sonido de pasos lo trajeron devuelta a la realidad, probablemente no debería ser capaz de escucharlos pero desde el viernes pasado, desde el incidente, parecía como si sus sentidos se hubieran afilado no estaba seguro de cuanto pero era lo suficiente pare escuchar los ligeros pasos sobre el ruido del equipo de futbol. Eran los mismos pasos que llevaba escuchando todo el día.
— Sé que estás ahí. —Dijo al aire sin despegar la vista de sus dedos.
Esta vez los pasos se escucharon firmes y pudo sentir una presencia sentándose a medio metro de él.
—Hola. —La voz tímida hizo que Blake despegara la vista de sus manos en dirección al sonido confirmando lo que ya sabía. Ojos castaños y piel morena, era la misma chica del incidente del viernes por la tarde.
— ¿Por qué me estas siguiendo? — Respondió el castaño desviando la mirada con repentino interés en la práctica de futbol.
— El otro día no tuve la oportunidad de decir gracias. —la morena hizo un intento de acercarse pero la mirada de advertencia del italiano fue suficiente para detenerla. —Gracias.
Blake la miró fijamente por unos cuantos segundos intentando encontrar alguna señal de que la muchacha se burlaba de él, al no encontrar nada volvió a desviar la mirada sin responder.
—Le conté a mis padres sobre lo que sucedió. —Volvió a interrumpir el silencio y el castaño pudo notar la esperanza en su voz. —Ellos quieren conocerte.
— ¿Quieren conocer a un asesino?
— No, quieren conocer a mi salvador.
— ¡Ahí esta! —interrumpió una tercera voz. — Te dije que yo lo conocía de algún lugar.
— ¿Me sacaste de clase para esto?
Los adolescentes sentados llevaron la vista para encontrarse con quienes pudieron reconocer como los muchachos que estaban en el callejón el viernes anterior.
—No sabía que eran amigos. —los señaló el que parecía más fuerte de los dos y dueño de la primera voz. —Pero ahora tiene sentido que la hayas salvado. Me llamo Henry y este es Elliot.
Elliot parecía estar igual de incomodo que Blake.
—Yo soy Dara. —Aprovechó para presentarse Dara.
—Blake.
Fue la única palabra que soltó el castaño cortando todo tipo de amabilidad en el ambiente.
— Bueno esto es asombroso, —siguió Henry no notando (o ignorando) la incomodidad del ambiente. —Oh por cierto, tengo algo que darte.
Comenzó a buscar en los bolsillos de su pantalón y cuando encontró lo que necesitaba le tendió al mayor una bolsita de dos por tres centímetros con algunos residuos de polvo morado.
— ¿Qué es esto? —le preguntó Blake desconcertado.
—No lo sé, estaba en uno de los bolsillos del pantalón del hombre que incineraste.
El castaño hizo una mueca al escuchar la última palabra. — ¿Por qué revisaste su ropa?
— Quería ver que le había pasado y al acercarme estaba su ropa en el suelo junto con sus cenizas.
Blake asintió para sí mismo, pues aunque él lo había causado no estaba seguro de lo que había hecho. No lo quería admitir pero estaba asustado de lo que podía hacer y se había pasado el fin de semana intentando ignorar lo que había sucedido.
— ¿Por qué me estás dando esto?
—Creí que te sería útil para tu investigación. —Respondió Henry con obviedad. —Eres un vigilante ahora ¿No?
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EMPIREO ©
wildrosxs ; (🔥)
N/A ahora si se viene lo chido *no actualiza en un año*
La vdd es que Blake es mi oc favorito entonces si le voy a echar ganas para actualizar seguido pero no prometo nada gracias por leer los tqm