LAS CLASES PARA Nesryn habían sido más largas que de costumbre, la voz de cada uno de los profesores parecía un ruido más de fondo, ella respondía en automático cada vez que le preguntaban, era la hija de Tony Stark, todos creían firmemente en la gran capacidad intelectual con la que había nacido, no se quejaba, su padre era muy inteligente, pero a ella le costaba mantener el ritmo. Además, seguía tensa por la cantidad de problemas que podían suscitarse al volver a casa, aquellas personas desconocidas tenían algo... Algo que la hacía sentir inquieta, tensa, y desesperada.
¿Quiénes eran? ¿Qué querían y porque era tan importante o tan secreto al punto en el que ella no pudiera estar presente para que ellos dieran inicio a una conversación? Lo había visto en los ojos de su mejor amiga Wanda, había un deje de miedo, su tía Nat parecía bastante protectora sin contar a su padre.
La clase de física avanzada estaba siendo bastante tediosa para ella, cada una de esas cosas su padre y su tío Bruce ya se las habían enseñado, y muy a su pesar ella había comprendido el revoltijo de letras, números y signos que la componían. Dio un último suspiro antes de hundir su cabeza entre las páginas del libro, necesitaba con urgencia ir a casa, tenía un presentimiento y no sabía por qué. Se recompuso y alzó la mano a lo que el profesor le concedió la palabra.
— ¿Puedo retirarme a la enfermería? — pregunto colocando su rostro en una ligera mueca para que se viera creíble. El profesor asintió sin cuestionar más, pues era raro que la joven Stark pudiera permiso hasta para ir al baño. Nesryn guardó sus cosas y se despidió de sus compañeros con una sonrisa saliendo lentamente del salón.
Una vez hubo llegado al pasillo emprendió la carrera hasta salir a las afueras de la institución y sentir el aire golpearla con fuerza. La Torre de los Vengadores quedaba algo lejos de su escuela por lo que siempre salía con media hora de anticipación desde allá para llegar puntual a sus clases. No podía volar, se supone que no debe usar sus poderes hasta que sea estrictamente necesario, pero se escudó bajo la excusa de que Wanda siempre andaba moviendo las cosas cada que quería y a Pietro lo usaban para los mandados. No se molestarían por ello.
— Lo lamentó, papá — Y dicho esto, sus pies se despegaron del suelo sobrevolando los automóviles hasta llegar a la altura de los grandes edificios cuyas puntas llegaban casi a las nubes. No le costó mucho divisar la Torre. Aterrizó en el gran balcón y abrió una de las ventanas.
Todo se quedó en silencio una vez ella hizo acto de presencia. Los Vengadores estaban sentados en varios sillones mientras que los Eternos estaban en la mesa del comedor. Cada uno ocupado de sus asuntos, habían pasado varias horas y ellos seguían aquí. Algo le hizo darse cuenta de que quizá la estaban esperando a ella pues alzaron su vista y le entregaron una sonrisa que ella no supo si responder.
— ¡Elinor! — Nesryn se quitó la mochila y la dejó en uno de los sillones sonriéndole inocentemente a su padre.
Wanda se río, pero volvió a su postura seria al segundo. La joven Vengadora abrió sus brazos hacia su padre quien venía con un vaso de whisky en la mano y la tableta en la otra.
— Hola... Sólo quería ver si no se habían matado — Tony Stark le dio un gran trago a su vaso antes de regañar con la mirada a Nesryn. Los Eternos estaban bastante atentos a la interacción que tenían ambos, en realidad parecían una verdadera pareja de padre e hija, sobre todo cuando Nesryn y Tony habían optado por ponerse en la misma pose; brazos a un costado de la cadera y apoyando su peso en la pierna izquierda.
— ¿Qué te dije acerca de volar?
— Que era muy buena haciéndolo y que el Capipaleta me tenía envidia— Clint, quien había llegado una hora después de la partida de Nesryn se hecho a reír. La casa estaba llena, los Eternos, los Vengadores, eran más de quince personas en la gran sala de la Torre.
— ¿Eso te dijo? — Steve replicó incrédulo aun estando sentado en el sillón con Clint a un lado de él. Nesryn le asintió con la cabeza.
— En parte sí. De cualquier forma... Está bien que hayas llegado — Tony Stark no podía aplazar más la conversación por la que se había debatido gran parte de la mañana, motivo por la cual los Eternos aún no se habían marchado.
— Tony, no estamos obligados —le dijo Natasha, pero Tony confiaba bastante en su hija y no podía seguirle mintiendo. Cada Vengador había aportado al desarrollo de Nesryn, por lo que ella tenía un poco de todos. Su carácter y un poco de su ego al igual que inteligencia era producto Stark, una gran curiosidad se lo debía a Banner quien siempre la incitaba a saber más, Natasha le había inculcado carácter, Steve buenos valores y el compañerismo, Clint además de enseñarle el tiro en arco siempre le decía que lo importante era la familia, fueran quienes fueran. Visión sin duda parecía ayudarla a comprender aún más su naturaleza con pláticas breves pero muy profundas, Wanda y Pietro eran aquella chispa de amistad y diversión que ella necesitaba. Pepper para ella era una figura materna la cual siempre estaba pendiente de ella e iba a las juntas de su escuela cuando su padre no podía.
Muy pocas veces veía a Thor, pero cuando llegaba de visita siempre le traía extraños artefactos de su mundo. Todos los Vengadores tenían miedo, miedo de que cuando la joven — que en realidad tenía más edad que todos ellos juntos —, recuperara sus recuerdos ella decidiría partir y con ella un poco de cada uno. Fue difícil para ellos entrenarla, pues era cierto que su poder era igual de mortífero aún sin controlar y muchas veces habían tenido que cambiar una que otra puerta y cristal, las cosas que hicieron por ella habían valido la pena.
— ¿Hablar de qué? — Tony la guio hasta la silla principal de la mesa donde estaban los Eternos. A su lado izquierdo estaba Ajak, Druig al derecho, el resto de los Eternos estaban a su vista. Ella los saludo con una leve sonrisa, pero no más. Los Vengadores se pusieron de pie pero dejaron a Ajak comenzar a relatarle a la joven.
𝐈 𝐌 𝐏 𝐄 𝐑 𝐈 𝐎 𝐆 𝐔 𝐏 𝐓 𝐀 𝟒𝟎𝟎 𝐃. 𝐂
INCREDULIDAD ERA lo que sentía Nesryn. Hace un rato Ajak la había mandado a uno de los lagos más lejanos solo para recolectar lo que sería una piedra bastante extraña que según la Eterna líder era importante, y ella se sintió especial, por una vez pensó que era útil, por lo que emprendió su camino contenta, caminando cuidadosamente por el lugar desnivelado hasta llegar al lago en donde se pasó la tarde buscando y buscando hasta encontrarla. Cuando regreso lo primero encontró fueron algunas casas destrozadas y varios cadáveres de Desviantes.
— Nes...— habló Sprite una vez vio el enojo en el rostro. Una carcajada brotó de los labios de la mencionada, pero una risa sarcástica casi cruel. Ajak se acercó hasta ella una vez observó sus manos temblar.
— ¿Soy un estorbo tan grande? —la pregunta brotó de sus labios con una voz apagada, todos se quedaron estáticos. Druig negó con la cabeza y también se quiso acercar a la Eterna pero ella dio un paso hacia atrás, cuando alzó la vista sus ojos estaban llenos de lágrimas —. ¿Qué tan inservible puede ser alguien a tal punto en el que tengan que engañarla? ¿Creen que no lo sé? Lo sé, desde que desperté en la maldita nave, desde la primera misión y las que siguieron, una tras otra, y otra. Me sentí... Impotente, pero quería conservar la esperanza de que en unos años mejoraría. No fue así, y ustedes ni si quiera pueden confiar en mí.
— Eso no es así, Nes, es más complicado de lo que imaginas —Phastos intervino. La Eterna se limpió las lágrimas y arrojó las piedras con fuerza al suelo.
— ¿Complicado? ¿Creen que si esto me atraviesa deje de vivir? Lo he pensado, todos los días — los Eternos observaron a Nesryn hacer crecer del suelo una gran columna puntiaguda brillante. Ella sonrió —. No hace falta que me mientan. Solo díganme que no estorbe, me subiré al Domo y no saldré de ahí en unos miles de años. En eso si puedo servir.
— «Eso no es así, Arishem tiene un propósito para ti» — le explico Makkari, quien era una de sus amigas más cercanas, después estaba Kingo y al último el Eterno que le robaba suspiros, Druig.
— «¿Arishem?, seguro se debe estar divirtiendo mucho viendo mi fracaso» — Druig se volvió a acercar a ella, pero ella ya había dado un salto y despegado del suelo dejando una ráfaga de arena a su paso.
— Tenemos que darle tiempo —explicó Ajak cuando se volteó para ver a todo el equipo.
— Ha sido suficiente tiempo, siempre le damos tiempo, en realidad nunca la ayudamos. El tiempo no es la solución, solo es una excusa — esta vez fue Thena quien había observado con pesar a la joven y su total enojo.
— ¿Y qué podemos hacer? No sé enseñarle. No sé ni cómo hago esto con las manos — expuso Sprite, y los Eternos se sintieron aún más frustrados. No era lo mismo tener un poder y saber controlarlo que enseñarle a alguien controlar el suyo, no cuando ese alguien tenía un poder completamente diferente.
— Tal vez algún día encontremos alguna solución. Pero ese día no será hoy. Vamos, hay que ayudar con lo que se destruyó — fue lo último que dijo Ajak, los demás Eternos asintieron, pero Druig se escabulló para buscar a Nesryn.
Camino, y camino hasta encontrarla debajo de la gran sombra de un manzano. Estaba sentada jugando con una manzana entre sus manos.
— Hola — Nesryn levantó su mirada y le extendió la manzana, el Eterno se sentó a su lado y tomó la manzana. Al poco tiempo la cabeza de Nesryn cayó en su hombro y Druig pudo escuchar los sollozos de su compañera. Llantos cargados de dolor, impotencia y decepción. El Eterno se permitió indagar un poco en su mente, y lo vio. La manera en que ella percibía todo, siendo dejada de lado sin poder incluirse de todo con el equipo por la clara diferencia que ellos marcaban cada vez más. Incluso él, que lo único que podía hacer era quedarse a su lado escuchándola llorar.
Pero a Nesryn esa compañía la reconfortaba y la hacía sentir menos sola. Busco la mano del hombre y la entrelazo. Él no la apartó, se aferró a su mano con fuerza también.
UNA RISITA BROTÓ de los labios de la joven Stark una vez Ajak terminó de explicarle.
— Ay no...— aplaudió un par de veces y empezó a buscar las cámaras escondidas. Seguro era una broma de su padre, o de los mellizos.
— ¿Qué es tan divertido? —pregunto Sersi.
— Esto — ella señaló las personas alrededor de la mesa —. Lo que me contaron. ¿Una Eterna? ¿Yo? Además, según... Uhm, Ajak, tengo más de siete mil años y me borro la memoria para después dejarme con los Vengadores, también que Tony no es mi papá. ¿Qué sigue? ¿Tengo pareja?
— En realidad sí tienes...— Kingo le dijo y ella estalló a carcajadas. Tenía tiempo que Druig no la veía hacer esos gestos, o escuchar su risa escandalosa, fuera de ello le dolió no poder decirle que él era o bueno, quizá había sido su pareja.
— Claro, claro, y yo no soy virgen.
— Pero es que no...— Druig pateo debajo de la mesa a Kingo y este guardó silencio.
— ¿Papá...? — llamó Nesryn.
— No es una broma, Elinor. Es cierto.
Y fue entonces que ella se dejó de reír para observar a los demás presentes que asentían.
— Mierda.
— Lenguaje — la regañó Steve. Y ella se disculpó con la mirada.
Ays, si encuentran faltas de ortografía, díganme, así lo cambio, siempre intento que no haya ninguna.
De cualquier forma, ¡disfruten el capítulo!, ya saben que si les gusta pueden darle una estrellita y comentar. ✨☝🏻