Music is playing in the darkness and a lantern goes swinging by shadows flickering, my heart's jittering just
you and I.
New York, 1978.
A la 1am Roger Meddows Taylor se encontraba en el sillón de su sala viendo un show televisivo sobre... ¿Talentos?.
Quién sabe de qué era, pues su mente se encontraba ya bastante aturdida de que al día siguiente iría a la ciudad de Londres.
Aquel lugar donde ha soñado ir toda su vida, probablemente vivir ahí.
En la televisión pasaban todos los viernes documentales sobre la historia de Londres, sus pueblos, costumbres y la última moda. Estaba muy obsesionado con ese lugar.
Probablemente lo que haría al llegar sería abrazar un inglés y hablar con su peculiar acento que Roger podía hablar a la perfección, pues sus padres también son de Londres y lo criaron así.
Te preguntarás... ¿Por qué Roger está tan obsesionado?.
La razón es simple; Privileged and authoritative national university of London. La universidad más admirada de Londres en la que cualquier joven quiere entrar y para hacerlo debería arriesgar muchas cosas.
En la secundaria, Roger nunca fue alguien de muy buenas calificaciones, pero destacó en el examen de ingreso para esa universidad.
En resumen, fué el 3er lugar de 100 jóvenes más que habían hecho el mismo examen.
Para ello, gastó muchos días de sueño, horas de hambre y varios días sin jugar videojuegos. Ni él mismo sabe cómo sobrevivió durante dos meses con esa rutina.
Después pasó por una semana llena de noches con insomnio esperando los resultados. Obviamente al ver su posición se sintió muy feliz y aliviado.
Hoy era el cuarto día en el que tomaba su descanso, acostado en el sofá con un bote de helado de vainilla y por supuesto papas fritas, pero le hacía más caso al helado. Estaba viendo la televisión mientras pensaba en todo lo anterior.
— ¿Qué haces?— preguntó Clare, la hermana menor de Roger. Sentándose en el sofá de a lado.
Roger se sobresaltó y la miró. — ¿No deberías estar dormida?—.
— No puedo dormir— dijo con obviedad.— Además, sé que mañana te irás.— ella dijo — Bueno... Hoy— señaló el reloj.
— Me iré en la tarde— vió a su hermana tomar sus frituras. —¿Por qué?, ¿Me vas a extrañar?— preguntó divertido.
— No seas tonto. Nadie te va a extrañar—. Dijo sonriendo.
— Sé que tú sí—. Rieron — Ve a la cama, mamá podría llegar en cualquier momento—. Asintió y se fué, no sin antes robarle el helado a Roger y un beso de buenas noches de su hermano mayor.
Él hizo lo mismo, subió las escaleras y entró a su habitación que estaba en frente de la de Clare.
Fué a su escritorio que tenía una lámpara encendida y comenzó a dibujar un rostro en algún cuaderno. No era nadie, simplemente era un boceto.
Su pasatiempo era dibujar cualquier cosa, especialmente caras que no existían o carros que le gustaría que existieran.
Se hizo tarde, pero su dibujo ya estaba terminado. Lo miró y era una mujer con el estilo de los 30's. Era una mujer bastante elegante y bonita.
Se preguntaba si habrían mujeres igual de hermosas en Londres. Su moda era muy buena, delicada y refinada.
Escuchó la puerta de su habitación rechinar ligeramente, era su madre que ya había llegado.
—Hijo, estás despierto.— jadeó de sorpresa.
— Mamá— sonrió y la abrazó.
—Deberías dormir— correspondió el abrazo. —Puedes estar cansado en el vuelo y no podrás dormir.—
— No te preocupes, mamá. No puedo dormir, es todo.— la mayor asintió. Le dió un beso en la frente, acarició sus rubios cabellos y se fué. ¿Quién diría que su pequeño hijo ya era un adulto que entraría a la universidad?.
Roger fué a la cama y se acostó en su almohada favorita de robots en carros azules y flamas. Sus párpados se cerraron lentamente y cayó dormido. Muy dormido, sus pequeños ronquidos lo confirmaban.
Después de haber cerrado los ojos todo estaba muy blanco. Su propio sueño lo cegaba.
Se escuchaban disparos como los de Star Wars y de repente un rayo rojo pasó encima suyo, su vista comenzó a enfocarse mejor y vio a Yoda sonreírle dándole un arma.
Roger vio acercarse una persona con un traje blanco, tal como los soldados de asalto. Se reunieron aún más de esos soldados y al final vió a Darth Vader volar hacia él. Le disparó pero falló.
C-3PO le gritó que corriera pero Roger solo lo vió hasta que Darth Vader finalmente se estrelló contra él y ahí fue cuando Roger saltó.
Abrió los ojos y era su padre despertándolo para desayunar.
Decidió estirarse un poco y finalmente fué a la ducha para despertar mejor, lavó su cabello, sus dientes y sus brazos. Al salir se enrolló una toalla en la cabeza y una bata blanca en su cuerpo.
Eligió ropa cómoda que incluía un pantalón de mezclilla, camisa abotonada, zapatos Converse rosas con brillitos y unos tirantes que había comprado hace poco que tenían un montón de colores. Últimamente los modelos de revistas vestían colores más vivos, desprendiéndose de la moda de los 50's.
Trató de despeinar más su cabello y bajó al comedor donde estaba su madre y padre, su hermana siempre se iba temprano al colegio.
— Buenos días. —saludó su madre.
—Buenos días— respondió dándole un beso en la mejilla a su madre que estaba preparando un té.
— Buenos días.— entró su padre a la cocina y lo vió de pies a cabeza. — Estás muy... Colorido.—
— ¿Gracias?—.
— Te hice un jugo de naranja.— le dijo su madre amablemente. Roger tomó el vaso y lo llevó a sus labios. Después de un sorbo escupió todo.
— ¿Estás... Estás bien?— dijo su madre asustada.
-— ¡Perdón!. Olvidé que me lavé los dientes.— tartamudeó asustado. — Lo siento— su padre río.
Todos lo limpiaron y siguieron desayunando con normalidad, Roger evitando las cosas dulces que al final sí tomó.
Ya eran las 2pm y estaba empacando cosas que faltaban como algunas figuras de acción y carros de juguete, también un poco de ropa puesto que antes ya había empacado todo. Clare le ayudó cuando regresó de la escuela. Al final decidió llevar un mini maletín donde guardar un cuaderno de dibujo muy pequeño, un lápiz, dos jugos de manzana en cartón y dinero.
Tenía dos maletas grandes y pesadas las cuales iban en el maletero del carro de su padre. Toda su familia iba con él.
— Hijo, cuídate— dijo su padre. — Debes estudiar mucho.—
— Michael, ¡Ya sabe esas cosas!— reprochó su madre.
— ¿Tendrás novia?— preguntó Clare. Roger se quedó congelado. ¿Novia?, Pfff obvio no, trataría de enfocarse mucho en sus estudios y su futuro.
— ¿Qué?, ¡Claro que no!— respondió. — Además, no creo tener tiempo de conocer a alguien—.
— Vas a encontrar a una linda persona.—
— ¡Mamá!,— gritó— Yo solo voy a estudiar— dijo firme. Su padre lo vió por el espejo retrovisor.
Llegaron al aeropuerto en menos de diez minutos y Roger le dió un abrazo a su familia por última vez antes de correr a registrarse y tomar su vuelo. Llegó más tarde de lo normal y eso definitivamente no fue bueno.
Cuando el avión despegó al cabo de unos minutos Roger vió nubes por su ventanilla.
Sacó el mini cuaderno de dibujo donde dibujaba nubes con un lápiz y un Sol muy deforme. Hubo una turbulencia que arruinó su dibujo, ¡AHHHHH!. Suspiró y decidió dormir. Sus ojeras eran notorias.
Ya no eran robots y rayos láser. Esta vez no soñó nada, su mente estaba en blanco, posiblemente por el cansancio que traía.
"Damas y caballeros, nos encontramos a 38 mil pies de altura, la temperatura es de 12°, aterrizaremos en media hora" - habló el piloto.
Roger abrió los ojos de golpe y vió a su alrededor. Varias personas apenas despertando, otras hablando y unas cuantas comiendo algo.
No había mucho Sol, ¿De verdad durmió tanto?.
Esperó y cuando al fin aterrizaron salieron todos. Se podía notar el cambio de clima muy helado. Roger ya llevaba un abrigo largo. Apenas estaba saliendo el Sol así que era comprensible.
Entró al aeropuerto y al menos ya no hacía tanto frío, esperó por sus maletas y al recogerlas se marchó.
Intentó buscar taxis pero todos estaban ocupados. Siguió esperando, estaba congelándose y uno llegó. Roger lo paró y después de negociar subió.
Le dió la dirección de la universidad y este alzó las cejas.
— ¿Es nuevo aquí?— preguntó el taxista.
— Sí. Estoy aquí para estudiar.—
— ¿Cuántos años tienes?.—
— 19. Mi padre cree que soy muy joven para estudiar en otra ciudad.—
— Igual creo eso.—
— Siempre he querido venir a esta universidad.— mencionó.
— Buena elección, estudié aquí. Es realmente buena.— Roger sonrió.
Llegaron y Roger bajó. El taxista le entregó sus maletas y le deseó suerte.
Entró con sus maletas a la universidad atravesando su enorme jardín, varios estudiantes estaban igual registrándose, dando papeles y firmando cosas. Roger estaba muy aburrido, ya había esperado cinco minutos en la fila.
Otros diez minutos más tarde llegó su turno. Dió un fólder y llenó de firmas algunos papeles que incluían reglas y responsabilidades de la institución. ¿Quién inventó las reglas?, ¿¡Y por qué debían portar un uniforme todos los Lunes?!.
Le entregaron una llave y debía ir a buscar su habitación a otro edificio. Ese lugar era realmente enorme. Podría parecer un laberinto.
Mientras llevaba una maleta arrastrando en cada mano con dificultad y la llave entre sus dientes, una mano le tocó el hombro. Se dió vuelta y vio a una persona de su edad
— ¿Necesitas ayuda?. Esa llave tiene muchos gérmenes.— preguntó. Roger iba a responder y la otra persona le quitó las llaves de su boca.
— Ah... No, gracias. Yo puedo sólo— volvió a tomar la llave y comenzó a caminar, una maleta se atoró con una piedra y Roger casi cae.
— Persona de los zapatos bonitos, ¿Estás seguro?.— el asintió y volvió a caminar.
— ¿"Zapatos bonitos"?— murmuró.
Llegó al edificio con facilidad y ahora debía subir sus maletas por las escaleras. Subió tres pisos para llegar a su habitación medio muerto porque Roger odiaba el ejercicio y por eso no soportaba el peso.
Abrió la puerta y habían dos camas individuales- una de cada lado de la habitación-, otros muebles, dos guardarropas grandes. ¿Cómo los metieron al pequeño cuarto?, Además de dos escritorios. Agradecía tenerlos porque serían de gran ayuda a sus estudios.
Dejó ambas maletas en el piso para abrirlas y acomodar sus cosas. Primero puso un portarretrato con una foto de él y su familia sonriendo con nostalgia, luego comenzó a acomodar sus prendas y finalmente sus zapatos.
Se puso triste porque no había un lugar para poner sus carritos de juguete, mejor metió la maleta al guardarropa en un pequeño espacio que había.
Se sentó un poco cansado en la cama del lado derecho y se recostó. Descansaría un último día antes de iniciar las clases.
Volvió a sacar su cuaderno de dibujo y comenzó a dibujar un paisaje extraño.
Sus árboles eran altos, sus caminos largos y las hojas de los árboles... No habían hojas, sólo ramas.
Escuchó que estaban abriendo la puerta y se emocionó, tal vez era su compañero.
La persona entró y lo vió. — Hola soy Ro-
— ¿Qué haces aquí?— Roger parpadeó varias veces.
— ¿Eh?—-.
— Te equivocaste de habitación, no puedes estar aquí.— entró el tipo alto. También tenía maletas enormes.
— No me equivoqué. Y-yo... Esta es mi habitación. Debes ser mi compañero de cuarto.—
— Estupideces. Yo no tengo compañeros de cuarto— Roger rió incómodo.
— ¿A qué te refieres?— El contrario lo miró intimidante, era alto, a decir verdad guapo y tenía muchos rulos.
— No- Yo no tengo compañeros de cuarto— repitió. — Yo elegí estar en una habitación para mí sólo.—
— ¿Para tí solo?. Eso es imposible.—
— Le dije a mi padre que quería estar solo, el me reservó está habitación.— gritó de frustración. — Sal de aquí.—
— ¿Q-Qué? No puedes- Esto no es un hotel—.
— ¡Sal de aquí!—