Había dejado vivir a un demonio.
Giyuu no sabía porque había echo eso si estaba totalmente prohibido, pero al ver cómo aquella chica protegía a su hermano su mente se puso analizar todo. No quería que aquel chico perdiera a su única familia, sabía lo que se sentía estar sólo y perderlo todo de una, así que por eso los dejó vivir.
Ese mismo día continuó realizando misiones para tratar de mantener su mente ocupada, pero no pudo. Estaba nervioso, y lo que más le preocupaba saber es; «¿Qué le diría Sanemi?»
Él odiaba a los demonios, no se lo tomaría nada bien.
—¡Hola Tomioka! —Escucha a alguien gritar y detiene su andar. —¿Ya terminaste tu misión?
—Es lo que estoy haciendo, ¿y tú Rengoku?
—¡A mí me enviaron aquí para apoyarte! ¿Vamos?
—Bueno... —Respondió sin dirigirle la mirada.
Giyuu estaba nervioso y Kyojuro notó aquello. Trató de no darle importancia al saber que el peli negro siempre era así, pero al cabo de varias horas Giyuu no dejó de tener esa expresión, osea, él siempre mantenía su aura tranquila y serena, ésta vez no estaba así.
Al terminar con algunos demonios se dirigieron a almorzar en uno de los puestos más cercanos y allí Kyojuro empezó a pensar un sin fin de cosas.
¿Habrá pasado algo con Sanemi?
¿Se habrán peleado?
¿Le dolerá el estómago?
¿La cabeza?
¿Una enfermedad mortal?
¿La depresión?
—Tomioka... —Lo llama al ver que estaba distraído —¿Qué tienes?
—Nada.
—Puedes contarme lo que sea, ¡yo te apoyaré en todo! —Suelta transmitiendole confianza y Giyuu ríe al ver lo chistoso que se veía. —¡Sonreiste! ¡Te ves muy bonito así, deberías hacerlo seguido!
Giyuu voltea su rostro algo avergonzado y después suspira para poner una expresión más seria. —Rengoku tú... —Duda un momento —¿Que harías si uno de los pilares dejaría vivir a un demonio? — Pregunta calmado y al instante Kyojuro deja su aura de alegría a un lado.
—Eso está muy mal, yo haría que castiguen al pilar y que maten al demonio —Dice algo molesto —Pero no creo que alguien haga eso —Agrega ésta vez sonriente y continúa comiendo su comida.
Giyuu ya no sabía que pensar. Nunca había visto a Kyojuro hablar con tanta seriedad.
Había pasado demasiado tiempo desde aquella vez, aproximadamente dos años.
Giyuu, Sanemi, Kyojuro y Tengen siguieron cómo siempre, los días que tenían horario libre siempre salían los cuatro a disfrutar del día y charlar sobre cómo iban en su relación, pero algo ya no cuadraba. Giyuu había empezado actuar diferente, no hablaba mucho, no sonreía mucho, incluso cuándo estaba sólo con Sanemi, siempre lo apartaba o lo ignoraba. Nunca tocó el tema de la chica demonio y el chico pelirrojo por miedo, y eso hacía que esté tenso en todo momento.
No más abrazos.
No más cariño.
Giyuu sentía que no merecía eso de parte de Sanemi, por eso lo rechazaba.
Al cabo de unos días, en el cuál lo mandaron a él y a Shinobu hacia el monte Natagumo, volvió a encontrarse con aquel chico peli burdeos.
No sabía lo que pasaría con él, pero tenía en cuenta que no sería nada bueno. Todos se reunieron en la sede y el patrón dio a informar lo que estaba pasando.
Sanemi sintió una punzada demasiado dolorosa dentro de sí. ¿Tomioka estaba dando su vida por un demonio? ¿Tan poco le valía? ¿Ya no quería vivir? ¿No le importaba su relación? ¿Que había echo mal? ¿Acaso no le tenia confianza?
Si tan sólo se hubiera acercado a Sanemi para hablar de ese tema antes, quizá, sólo quizá, él lo hubiera tratado de aceptar y no estaría sintiendo el dolor que tenía ahora mismo.
—¡Castiguemos a Tomioka y matemos al demonio! —Le dolía decir eso —¡Un pilar no debe dejar vivir a un demonio!
—¡Pero ella no mató a nadie, no metan a Tomioka-San en esto! —Trataba de defender el Kamado.
Fue una tarde llena de discusiones, algunos apoyaban, algunos no. Sanemi decidió probar que la demonio no mataría a un humano, y por suerte, ella se negó a morder su brazo. Sintió un alivio inmenso al ver eso ya que Tomioka seguiría viviendo, pero eso no quitaba el enojo que tenía.
Más tarde se juntaron para la reunión de pilares y luego de ello cada uno se retiró a sus respectivas misiones, sin embargo Giyuu y Sanemi se dirigieron al bosque juntos.
—Sanemi... Lo siento. —Le pedía el pelinegro mientras seguía al albino con temor. —Yo no te lo dije por-
—Ya cállate.
—Sanemi en serio yo-
—¡Callate Tomioka!
Giyuu se quedó helado al escucharlo gritar. Hacia mucho tiempo que no había recibido eso.
—¿Tu crees que está bien lo que hiciste? — Pregunta volteando su mirada —No, eso no es lo que más me molesta. —Agrega furioso y va acercándose rápidamente al peli negro mientras éste trata de retroceder —¡Lo que me molesta es que no me hayas dicho nada y que hayas puesto tu vida en riesgo de esa manera!
—...
—¡Pasaron dos malditos años ¿No pudiste decírmelo?! ¡Eso demuestra que no me tienes confianza, lo poco que te importo y lo mucho que te importa ese niño!
—¡Pero él necesitaba ayuda!
—¡¿Y se la das sin más!? ¡Tomioka, estás dando tu vida! —Grita más fuerte y toma al chico de su traje para encararlo —¡Tomioka, tu vida!
—¡Tampoco es cómo si mi vida importara! ¡El chico se la merecía!
Sanemi volvió a sentir una punzada. —Me estas dando a entender que no te importo...
—¿Y qué si es así? No te metas en mi vida, no eres nadie para hacerlo, no decides por mí.
No se había dado cuenta de lo que había dicho por la rabia que sentía en aquel momento, pero al Sanemi mostrar una expresión triste recién lo supo.
—N-no yo no-
—¿Te importa más ese niño que yo?
—¡No!
—Con razón ya no querías acercarte a mí. Claro, ¡ese maldito chico había robado tú corazón ¿No?! ¡Respondeme con la maldita verdad Tomioka, estás haciendo que quiera matarte!
—¡Entonces mátame! ¡Me importa más ese niño que tú!
Silencio.
Sanemi no supo que responder.
Tomioka trató de remendar lo que dijo pero antes de poder pronunciar algo Sanemi lo soltó bruscamente, haciendo que éste cayera al suelo.
—Creo que deberíamos darnos un tiempo Tomioka. —Dice sin mirarlo.— Reflexiona lo que estás haciendo... —Suelta algo rápido y desaparece del lugar.
Tomioka observo el oscuro bosque e inconscientemente lágrimas fueron derramándose de sus ojos. Sanemi tenía razón... No estaba valorando su vida, no estaba valorando su relación y no estaba valorando sus sentimientos.
Lo había arruinado.
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Supongo hasta aquí llegaron los momentos de color rosa. 📍🙂 Gracias por leer📍
28-11-21