(Mohamed, oficina principal)
-Así que, has vencido nuevamente- dijo Mohamed, aparentando más armonía de la que sentía.
-Antes que nada...- dijo Abril, intentando calmar la furia de aquel demonio —Quiero decir que en serio siento mi insolencia, pero tenía que romper esas reglas, no estoy segura del por qué, supongo que debía probarme algo a mí misma, y sé que merezco un castigo, estoy dispuesta a aceptarlo, pero por favor, no involucre a mis amigos
-Admiro tu valor al tratar de salvarlos, demonio de ojos azules, pero sigues siendo una amenaza
-¡No lo soy! En todo caso ¿Por qué no me matas y ya?
-Sería tan fácil ¿No lo crees? Pero no escaparás tan fácil, pequeña insolente
-¡Usted es el que me llama demonio de ojos azules! ¿Se puede saber por qué?
-Que divertida, fingir ignorancia- la risa de Mohamed hizo temblar al suelo, y la humana cayó de rodillas —Ahora veamos, ¿Qué haré contigo?
Abril abrió la boca para hablar, pero se cayó al instante, pues como había dicho antes, iba a aceptar las consecuencias de sus actos, por más crueles que fueran.
-No puedo matarte, eso está claro...
-¿Por qué?
-¡No me interrumpas!- Mohamed golpeó fuertemente el suelo con el pie —Tampoco puedo hacerte sufrir, después de todo, has vencido y mereces un premio
-¿Por qué no darme un castigo disfrazado de premio?
-Pero que lista eres
Con un chasquido, una luz se prendió al fondo de la habitación, dejando ver una silueta aparentemente humana, Mohamed extendió su mano, destellos de luz plateada salieron de ella, los cuales viajaron por los aires, llegando hasta aquella silueta, que al sentir aquella magia, comenzó a retorcerse, la figura se fue encogiendo y cambiando su forma.
Poco después, desapareció.
-Se les llama espíritus condenados- dijo Mohamed entre risas —Suerte al convivir con este- Abril no habló, esperó a que Mohamed dejara de reír -¿En qué piensas, demonio de ojos azules?
-Hace un año, mi premio me lo dio el consejo, tú solo me concediste un deseo, el cual me negué a aceptar ¿Por qué ahora fue diferente?
-Tienes prohibido comunicarte con mi consejo, tu único contacto con nosotros será Leonardo, y eso en ocasiones especiales, ahora, debo concederte tu deseo ¿O nuevamente te negarás a aceptarlo? Recuerda que todavía tienes el deseo del año pasado
-Solo quiero una cosa, el próximo año, yo seré la participante de la dimensión humana
-Eso no es un deseo, por lo que aún te quedan dos
-Eso es lo único que quiero
-Bien
-Algo más- dijo Abril después de levantarse —No quiero que nadie lo sepa
-De acuerdo, reclama tu premio con tus amigos, y espero no saber nada de ti hasta dentro de un año- Abril comenzó a caminar hasta la salida —Y cuídate de los chismosos
Abril no hizo caso al comentario y se marchó.
***
(Marcie, Punto de encuentro)
Abril apareció finalmente, parecía algo asustada.
-¿Qué sucedió ahí?- preguntó Marcie, acercándose a la humana.
-Realmente... nada- respondió Abril sonriendo.
-¿En serio?- preguntó Michael, con una jaula en mano —Porque este premio dice algo diferente- extendió la jaula y se la dio a Abril.
Ella la abrió y de ahí salió un gato negro, con ojos azules y una boca que parecía sonreír.
-Este... ni yo lo entiendo- dijo Abril, abrazando al gato.
-Fácil, soy un espíritu condenado, trío de indoctos- dijo el gato mientras movía su cola con violencia.
-Ah, claro, Mohamed dijo algo de eso... pero sigo sin entender- comentó Abril, mientras acariciaba la cabeza del minino.
-Un espíritu condenado- explicó Mihcael —Una especie de demonio, condenado por algún crimen de total seriedad, se les condena a perder todos sus dones y vivir durante varios años en el cuerpo de algún animal
-Sí, y luego somos obligados a que nos cuiden los humanos- se quejó el gato.
-Parece que él es especial- comentó Marcie, mirándolo a los ojos y sonriendo —Que pena por ti, Efrayn- rio ella.
-¡Cállate, que eres mi cómplice!- se quejó él.
-Pero nadie lo sabe y nadie te cree- replicó Marcie.
La cola del gato se erizó involuntariamente y comenzó a maullar de forma amenazadora.
-¡Marcie!- le regañó Abril — ¡No debes dejar que un gato se erice! ¿Sabes el daño que les hace? Se llenan de estrés, primero se erizan, y se les cae el pelaje como ni te imaginas, de por si hay que cepillarlos y cuando se estresan más, pero cuando se le caigan los bigotes... será tu culpa si pierde un solo bigote
-Creo que me agrada esta niña- comentó Efrayn, ronroneando un poco -Parece amar a los gatos- Abril solo asintió.
***
(Abril, dimensión humana)
Abril ya se encontraba frente a su casa, con su nuevo amigo en brazos y a punto de entrar.
-No te olvides del color de tus ojos- le recordó Efrayn, al notar el azul metálico en el rostro de la humana.
-Gracias- Abril cerró los ojos e hizo en conjuro que Tina le había enseñado —Que extraño- dijo cuando hubo mirado la puerta durante un tiempo.
Un silencio total reinaba a todo su alrededor, pero a pesar de ello, se sentía la presencia de más de uno dentro de la casa.
-Efrayn, recuerda, eres un gato, no hables- dijo Abril, mirando al minino —Si realmente no quieres estar con nadie subes las escaleras y vas a mi habitación, es la única con puerta color blanco, y tal vez te encuentres con mi gatita ¿Entendido?
-Sí, no soy tonto
Abril abrió la puerta, al instante se escuchó un fuerte grito.
-¡Sorpresa!- gritaron todos al unísono.
El gato negro de inmediato se erizó del susto, brincó de los brazos de su ama y salió corriendo escaleras arriba.
-¡Efrayn!- gritó Abril al ver desaparecer a su amigo, luego volteó a ver a todas las personas -¿Pero qué es esto?
-Feliz cumpleaños, cariño- se acercó Anastasia, entregando a Abril una caja de regalo.
-No puedo creerlo- dijo Abril.
La música comenzó a escucharse y todos se esparcieron por todo el lugar.
-¡Abril!- gritaron Jess y Valeria mientras iban a abrazarla.
-¿Qué pasó, chicas?- preguntó Abril sosteniendo con fuerza el regalo de su madre y buscando con la mirada un lugar donde dejarlo.
-Que han pasado tantas cosas, ni te imaginas- dijo Jess con una diminuta sonrisa y con los brazos cruzados.
-Pues comiencen a contar- les pidió Abril.
-Comencemos por que Caro fue la que convenció a tu madre de organizar la fiesta, ¿Te lo puedes creer?- preguntó Valeria.
-Imposible, debe haber un error- dijo Abril.
-Te digo la verdad...- Valeria desvió su vista hacia un punto del otro lado del lugar —Ya vuelvo
-¿Y ahora qué le pasa?- preguntó Abril a Jess.
-¿Eh? Pronto te enteras- dijo ella.
-¿Ocurre algo? ¿Luces extraña?
-No sé, de pronto me sentí... fuera de lugar, estoy así desde hace varios días
-¿Hay algo que pueda hacer por ti?
-No... bueno... si tú... si tú tuvieras un problema, como de vida o muerte... ¿Nos los dirías?
-Pero qué dices
-No sé, es solo...
-Entiendo, claro que se los diría- mintió Abril —Tal vez no en el instante, hay cosas que es necesario pensar antes de expresar ¿No?
-Sí, creo que sí
Poco después apareció Valeria, tomada de la mano con un chico algo alto, piel blanca, cabello rubio y ojos verdes, con una sonrisa que se contagiaba con tan solo mirarla.
-Abril, te presento a Pablo, él es mi novio- dijo Valeria, que estaba siendo abrazada por ese chico.
-¿Novio? Me voy dos semanas y me pierdo de todo- se quejó Abril fingiendo enfado -¿Cuándo pasó?
-La muy "discreta"- explicó Jess —No nos quería contar hasta que fuera un hecho, y mírala ahora
-Sí, lo siento- dijo Valeria, que parecía bastante feliz.
Valeria se volteó a ver a Pablo, quien la miraba con dulzura, y sin darse cuenta, ambos se habían dado un beso de unos dos segundos.
Esto hizo que Abril recordara a Marco, y la historia que nunca tuvieron. No quería llorar, porque luego tendría que explicar la razón. Sus ojos comenzaban a volverse cristalinos.
-Am... debo... debo irme- dijo Abril, pues debía huir antes de que la lágrimas escaparan.
-¿A dónde vas?- preguntó Jess.
-Debo cambiarme, estas ropas no son de fiesta- se excusó Abril mientras se alejaba.
En eso, escuchó una voz llamarla, trató de ignorarla, pero antes de que llegara a esas escaleras de caracol, Caro apareció junto a ella con una sonrisa bastante falsa.
-Abril, gusto en verte- dijo Caro.
-No estoy de humor, Caro- contestó Abril, dándole la espalda y comenzando a caminar.
-¿Cómo estuvieron los juegos?- preguntó Caro, haciendo que Abril se detuviera de pronto —Escuché que volviste a ganar, te felicito
-¿Cómo sabes eso?- preguntó Abril, dándose la vuelta y mirando a Caro, por fuera mostraba furia, por dentro temor.
-Solo hay una manera de saberlo ¿No? Somos más parecidas de lo que crees
-Explícate- exigió Abril, dando un paso violentamente a Caro.
-Aguarda, no querrás hacer una escena aquí, en tu fiesta, bueno, mejor me marcho, te dejo
Y Caro desapareció al instante entre la multitud de chicos, dejando a Abril con un gran conflicto en su mente.
***
(Efrayn, dimensión humana)
-Qué molestos son los humanos- dijo el gato negro cuando vio que Abril entraba -¿Cuándo acabará la fiesta?
-Cuando tenga que acabar- respondió ella.
-No quieres estar ahí ¿Me equivoco?
-¿Después de lo que he pasado? Solo quiero estar sola, siento que acabo de estar en una alucinación
-Exagerada
-Como digas- Abril se dejó caer en su cama y se cubrió la cara con su almohada —Cuéntame algo para que pueda distraerme y regresar abajo lo más normal posible
-Tú no eres nadie para darme órdenes
-¿Quieres comer comida de gato el resto de tu vida?
-No me importa, estoy condenado a vivir así, así que tendré que acostumbrarme tarde o temprano
-Pero qué conformista
-Me da igual lo que digas
-Esto parece una mala parodia de Sabrina, la buja adolescente
-¡Ha! Ese programa sí que sabe entretener... pero solo eso
-¿Has estado antes en el mundo humano?
-Escapé hace siete años, pero como podrás ver me encontraron, y nuevamente estoy aquí
-Creo que te comenzaré a llamar Salem ¿O te gusta Becquer? Como el de la película
-Me gusta Efrayn, gracias
-Tú me ayudarás, estoy segura
Nota de la autora: Pues así concluye nuestra segunda parte, el lado positivo es que la tercera parte, titulada "El demonio de ojos azules" ya está confirmada. Solo les puedo agradecer por tanto apoyo que me han entregado y pues nos leemos en la siguiente entrega... haha, que formal se escuchó...