《 TOKYO REVENGERS STORIES ♡ 》

Από champagnexproblem

888K 39.5K 28.1K

ONE SHOTS TOKYO REVENGERS +18 SE PROHIBE COPIAR LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, A EXCEPCIÓN DE LAS OC. CON... Περισσότερα

A N T E S D E L E E R
S H U J I H A N M A
M A N J I R O S A N O
M A N J I R O S A N O P A R T E I I
K E I S U K E B A J I
S H I N I C H I R O S A N O
T A K A S H I M I T S U Y A
C H I F U Y U M A T S U N O
C H I F U Y U M A T S U N O P A R T E I I
S H U J I H A N M A P A R T E I I
R Y Ū G U J I K E N
E S P E C I A L: M I T S U Y A & H A K K A I
K I S A K I T E T T A
N A O T O T A C H I B A N A
R A N H A I T A N I
R I N D O U H A I T A N I
K A Z U T O R A H A N E M I Y A
H A R U C H I Y O S A N Z U
H A R U C H I Y O S A N Z U P A R T E I I
✨ ¡G R A C I A S! ✨
W A K A S A I M A U C H I - EXTENDIDO ✨
K A K U C H O H I T T O
Y U Z U H A S H I B A
T A K E M I C H I H A N A G A K I
H A J I M E K O K O N O I
N A H O Y A K A W A T A
I Z A N A K U R O K A W A
S E I S H U I N U I
I Z A N A K U R O K A W A P A R T E I I
S H U J I H A N M A P A R T E I I I
R A N & R I N D O U H A I T A N I: E S P E C I A L 2 0 0 K ✨
T A K A S H I M I T S U Y A
H A K K A I S H I B A
R Y O H E I H A Y A S H I
A T S U S H I S E N D O
W A K A S A I M A U S H I
S H I N I C H I R O S A N O
H A R U C H I Y O S A N Z U
S H U J I H A N M A P A R T E I V
H O A X: NUEVA HISTORIA
E S P E C I A L: H A R U C H I Y O &. S E N J U A K A S H I
S Ō Y A K A W A T A
R A N H A I T A N I
N U E V A H I S T O R I A: R A N VS K A Z U T O R A
H A R U C H I Y O S A N Z U: M O R P H I N E
S H I N I C H I R O S A N O P A R T E I I

K E I S U K E B A J I

19.5K 1K 859
Από champagnexproblem

*hola, por si acaso, no tiene nada que ver con el One Shot anterior...

𝕂𝕖𝕚𝕤𝕦𝕜𝕖 𝔹𝕒𝕛𝕚
𝔻𝕖𝕤𝕡𝕖𝕕𝕚𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕤𝕠𝕝𝕥𝕖𝕣𝕒

¿Por qué estas tan distraída?, se supone que una novia debe disfrutar de su despedida de soltera, o así es como debe ser. Pero no dejas de mirar a la nada, soportando los alaridos de tus amigas al ver bailar a los strippers en ese club de mala muerte al que te obligaron a ir, por que de otra forma no asistirías a un lugar así ni muerta.

—Eh, _____, cuéntanos algo interesante —cuchichean mis amigas—. ¿Como es el sexo con tu prometido?

—Bien, el sexo está bien... —respondes escuetamente—. Ya saben, como debería ser.

Supongo que las comparaciones son difíciles de hacer una vez que ya probaste la perfección.

—¡¿Que es esa respuesta?! —se burlan ellas—. Ya sabemos que Ichiro es todo un principe, no es necesario que te guardes los detalles para que no sintamos envidia.

—¡No es eso! —respondes rápidamente—. Bueno, él es muy grandioso en todo lo que hace... Se lleva muy bien con mi papá, es muy cercano a mi madre.

—¿Nos estás leyendo su hoja de vida? —cuestionan—. Anda, ¿como es su relación?

Ruedas los ojos, das un sorbo a tu copa de vino y suspiras profundamente antes de continuar.

—Él es sensible, es atento, e incluso ustedes estarían celosas. Ichiro es del tipo de persona que dice que me veo hermosa cada vez que me mira, y siempre abre la puerta del auto cuando quiero bajarme o subir de él como si fuera una celebridad o algo por el estilo.

—Tienes mucha suerte de habértelo encontrado! y mira que te propuso matrimonio antes del primer año de relación... —respondieron—. Llegábamos a pensar que te quedarías con ese novio tuyo, el pandillero del cabello largo, ese con el que te peleabas semana por medio.

Todas a excepción de una además de ti comenzaron a reír, como si les hubieran contado el mejor chiste.

Es lo que siempre dicen

La velada continua, todas tus amigas se divierten, pero hay una a la que jamás podrías lograr engañar. Pues Yuzuha es la única que conoce tus mas íntimos secretos, la persona en que más confías y quien es capaz de leerte con tan solo observar tus gestos.

Todas estaban bailando tan alcoholizadas que al día siguiente no recordarían que habría una boda. Diste un sorbo a tu bebida a través de la pajita, esperando que las horas pasaran rápido, tu mejor amiga se había quedado junto a ti, la habías visto concentrada en su teléfono por algún rato.

—Tenemos que hablar...

—Me asustas —dijiste, fingiendo sorpresa.

—Hay un lugar al que quiero que me acompañes, tonta.

—¿Por que me tratas así? —le preguntaste a tu sincera amiga, ella rodó sus ojos un tanto molesta—. No puedo irme de aquí, se supone que es mi despedida de soltera.

—Vamos a aprovechar que todas estas brujas superficiales están tratando de encontrar un incauto y huiremos, no preguntes nada, y me agradeces luego...

Pero, ¿a donde?

El viaje en taxi se tardó largos minutos, ambas permanecían en silencio mientras observabas las luces de Tokyo a través de la ventanilla, mirando de vez en cuando la pantalla de tu teléfono acariciando las orejas de gatito de la funda protectora cuando tu prometido te enviaba mensajes de buenas noches, cerciorándose de que estabas bien con el grupo de maniáticas con las que habías salido.

—Ya llegamos... —suspiró Yuzuha bajando primero.

—¿Una tienda de mascotas?

Nunca habías estado en ese lugar, el exterior era muy lindo, había un banco junto a un pequeño farol a un costado de la entrada principal, que por obvias razones a esa hora se encontraba cerrada, y en la parte izquierda una puerta mas pequeña, la luz de la ventana frontal en la planta superior se encontraba encendida, así que hilando los puntos no te costo darte cuenta de donde te encontrabas.

Yuzuha... —musitaste, viéndola subir nuevamente al taxi.

—Te amo _____, enojate conmigo todo lo que quieras. Pero por favor no te hagas esto, y no se lo hagas a él...

Permaneciste de pie frente a su puerta por largos minutos, los grillos cantaban en el jardín y la luz de la luna era eclipsada por algunas nubes, el viento corría y golpeaba suavemente con tu rostro, luchabas por poder moverte y huir de ahí, y estuviste a punto de hacerlo cuando la puerta se abrió.

Te congelaste en el lugar, tu boca se secó y él dejó caer la bolsa que traía con comida para gatos que llevaba en su mano. Ambos se quedaron mirando sin soltar una sola palabra, fue él quien decidió romper el hielo.

—¿Que haces aquí? —preguntó mirándote fijamente, con una expresión indescifrable, cuando algunos felinos callejeros se acercaron para aprovecharse de su hospitalidad.

—No lo sé... —dijiste en un hilo de voz.

—¿Para esto quería Yuhuza la dirección de mi tienda? —cuestionó agachándose para acariciar a los mininos mientras se alimentaban. Restándole total importancia a tu presencia.

—No lo sé —respondiste—. Ella solo me trajo aquí, yo no sabía nada...

El sonido de un trueno rompió en los cielos, al parecer la tormenta era inminente, debías volver a casa rápido, antes de que la lluvia comenzara a caer.

—Parece que comenzará a llover pronto... —dijo poniéndose de pie y avanzando hacia donde estabas. Mentirías si dijeras que tu cuerpo no tembló al tenerlo cerca nuevamente, hace mucho tiempo no lo veías, y apenas sabías sobre él. Pero las gotas de lluvia comenzaron a mojar el suelo, y debías buscar un refugio seguro—. ¿Quieres pasar?.

—¿Estás seguro? —preguntaste, algo en tu cabeza te decía que no lo hicieras, pero en tu pecho una fuerte punzada te decía todo lo contrario.

—Es eso, o mojarte. Puedes pedir un taxi mientras estás adentro.

Entrar no te haría mal tampoco, ¿o si?

Aceptaste tu oferta y te invito a entrar, la primera planta contenía tan solo la tienda, era como él siempre lo había soñado, incluso tenía un gran acuario. Te quedaste mirando los peces de colores por un minuto, sabías por qué estabas ahí aún, pero no había forma de abordarlo, la ansiedad te comía por dentro, él tan solo te miraba con atención esperando que dijeras algo, que hicieras algo para justificar tu presencia, su pecho dolía, pero sabía que ya te había perdido.

—Supe lo de tu boda... —soltó para romper la tensión—. ¿Que tan importante debe ser tu prometido para que anuncien tu boda por los noticieros?

Si, era alguien muy importante

—Si, creo que lo es —respondiste dubitativa, volteando tu mirada hacía sus ojos color avellana que te miraban fijamente, mientras él recargaba su espalda en la parte frontal del mostrador justo a un costado tuyo—. Tu tienda es muy bonita, veo que finalmente cumpliste tu sueño.

—Si, algo así... —dijo rascándose levemente la cabeza, sabías que tenía ese gesto—. ¿Cuando es el gran día?

—Mañana

—¿Y que hace la mujer que se va a casar mañana —con un famoso actor— en casa de su fracasado ex novio? —cuestionó sonriendo con ironía, clavando un metafórico puñal en tu pecho, sus palabras seguían siendo filosas, lo recordabas muy bien.

No pudiste contenerte más, tus ojos comenzaron a arder y una solitaria lagrima recorrió tu mejilla, tenías millones de emociones revoloteando en tu cabeza a la misma vez; miedo, tristeza, amor. Él tan solo permanecía ahí con una mirada inquisitoria.

—Creo que fue un error venir —respondiste—. Tienes razón, mañana me casaré y no tendré que seguir pensando en ti, este amor que siento será cosa del pasado y así dejará de matarme por dentro por que no puedo verte, por que el solo escuchar tu nombre me lastima... —soltaste sin pensar en una explosión de llanto.

Cubriste tus ojos con ambas manos, querías huir de ahí luego de soltar lo que dijiste, todo dentro de ti era un caos, y su presencia no hacía mas que confundirte, no podías contener el llanto. De pronto, sus fuertes brazos te rodearon por detrás como solían hacerlo siempre, su mentón se posó en tu coronilla, permanecieron así un largo rato, mientras desahogabas tus emociones en lagrimas que se negaban a dejar de salir.

—Lo siento, no quería hacerte sentir así, perdóname... —musitaba él una y otra vez intentando calmarte—. Me alegra que puedas seguir con tu vida, y te envidio por qué yo aún no puedo hacerlo. Te perdí para siempre, supongo que tengo mi castigo...

Ya no te quedaban mas lagrimas que soltar, pero permanecías en la misma posición junto a él, acariciando la piel de sus manos que seguían posadas sobre tu abdomen, palpando esas cicatrices que había conseguido gracias a innumerables peleas callejeras cuando era mas joven.

—Ya ni siquiera recuerdo por que nos peleamos —confesaste.

—Siempre solía ser así, discutíamos por cualquier cosa, ¿no lo recuerdas?

Una sonrisa nostálgica hizo un amago de aparición en tu rostro, pero tan rápido como apareció se desvaneció.

—Y a las horas después no dejábamos de besarnos y de decirnos lo mucho que nos queríamos. No importaba que tan molesta me encontrara, siempre volvía a los brazos de Keisuke Baji —dijiste.

—Pero ahora es diferente —suspiró él afianzando aún mas su agarre, esta vez reposando su frente en tu cabeza, aspirando el aroma de tu shampoo y de tu perfume con notas de sándalo, vainilla y caramelo—. Supongo que te cansaste de eso, después de nuestra última pelea ya no volviste a mi.

—Tú tampoco fuiste a buscarme... —soltaste sintiendo el nudo de la garganta apareciendo nuevamente—. Y te espere mucho, pero los meses pasaron y la vida me llevó por un camino diferente.

—¿Tú lo amas? —cuestionó tensando su mandíbula, y por primera vez en la vida sentiste su pulso temblar.

—Lo quiero mucho...

Lo sentiste reír sutilmente y soltar un suspiro, volteaste para encararlo, y su rostro quedó tan cerca del tuyo que su respiración chocaba contra tus labios y su nariz casi rozaba la tuya, sus ojos avellana te miraban con ese cariño característico con el que siempre solía mirarte, y te perdiste en ellos recordando todo lo que él te hacía sentir.

—No escuche la palabra amor... —susurró contra tus labios, casi tocándolos con los suyos—. Y mira que sé lo que es esa mierda, por que yo a ti te amo, mas que a mi vida, mas que a cualquier mierda en el mundo, y no tengo ninguna duda al decirlo...

—Si me amas como dices, ¿por qué no fuiste a buscarme? —cuestionaste.

—¡Porque soy un idiota que creyó que estarías para mi siempre!

—Me rompiste el corazón en pedazos, Keisuke —dijiste cerrando tus ojos a la vez que llevabas una de tus manos a su mejilla, acariciandole con ternura, ambos unieron sus labios lenta y suavemente, fue un beso corto, pero tan solo el toque de su boca con la tuya hicieron brotar millones de chispas imaginarias que iluminaron el ambiente—. Y no entiendo como puedo seguir amándote con cada una de esas partes.

—Perdóname... —suplicó antes de volver a besarte, esta vez con mayor intensidad, una de sus manos se posó en la parte baja de su espalda mientras la otra sujetaba tu mentón, tu reposabas las tuyas en sus duros pectorales, sintiendo el palpitar de su corazón acelerándose cada vez más, su lengua buscaba la tuya, no tuviste problemas en permitirle encontrarla, por que cada parte de tu cuerpo le pertenecía a él y solo a él.

Por que Ichiro podría ser un principe de cuentos de hadas, de esos que siempre se comportan como caballeros y que te hacen sentir como una reina. Pero eso no era lo que a ti te hacía feliz, tu preferías ser la presa de una bestia indomable que te hiciera vivir una montaña rusa de emociones, tan impredecible y voraz que te asustaba, tan frustrante, embriagador y complicado, pero siempre haciéndote sentir amada y deseada, de una forma que no lograbas comprender del todo.

Por que Ichiro jamás rompería tu corazón, y es que no sentías nada en absoluto.

Ambos seguían devorando sus labios, él se aferraba a ti con tanta fuerza, con su habitual forma tosca de tocarte, pero que te hacía sentir maravillosamente. Por tu parte querías permanecer atrapada en ese momento, tan solo tú y ese hombre que te arrancaba suspiros y algo más. Pero en unas horas mas serías la esposa de otro, de alguien que no era el dueño de tu corazón, pero no podías deshacer el compromiso, no después de lo bien que él se había portado contigo, al menos se merecía que te dieras la oportunidad de intentar ser feliz a su lado.

Te separaste de sus labios intentando mantener la cordura, tu cuerpo temblaba y las palabras se rehusaban a salir de tu boca, bajaste tu mirada y cerraste tus puños intentando separarte de la calidez de su cuerpo.

—Debo irme, esto está mal, no debí venir aquí... —dijiste antes de salir huyendo, tu maquillaje ya estaba arruinado por las lagrimas y tu pecho ardía intentando darte señales de algo que no querías admitir.

Prácticamente corriste hacía la puerta dejándolo solo, llegaste nuevamente al exterior de la tienda solo para cubrir tu rostro con ambas manos y echarte a llorar.

—¡Maldito Baji! —repetías frustrada—. Mira el desastre que hicimos...

Pero Baji no quería perderte, luego de verte frente a su puerta supo que no podía volver a desperdiciar la oportunidad de estar junto a ti, así que te siguió. La lluvia golpeaba el piso con fuerza y relámpagos surcaban los cielos nocturnos, simplemente te quedaste de pie sin poder moverte, por que no querías irte, lo querías a él por siempre.

—Por favor, no te vayas...

Él tomó tu mano y te acercó a su cuerpo, su rostro comenzaba a perlarse con las gotas de lluvia y su ropa se empapaba al igual que la tuya, lucía tan guapo como siempre, con esa esencia indomable que su cuerpo irradiaba, esa mirada felina que era capaz de atraparte y su voz hipnótica que te llevaba a perder la cordura.

—¡Estoy tan molesta! —vociferaste—. Debería amarlo, él es todo lo que alguien podría pedir. ¡Pero yo no dejo de extrañar el gritar, rompernos y deshacernos, pelear y luego besarnos bajo la lluvia, porque nunca pensé que podía sentir algo así, y es esta la forma en que te amo, Baji!

—¡Lo entiendo! —respondió él—. Te amo tanto que a veces actuó como un loco, pero no quiero seguir despertando y ver que no estás a mi lado, y estoy cansado de fingir que estoy bien cuando estoy en la mierda sin ti.

—¡Solo puedo pensar en besarte, y en lo mucho que te extraño! —confesaste.

—¡¿Y aún así te casarás con alguien más?!

—¡No tienes derecho de recriminarme nada! —dijiste enojada acercandote más a él.

—¡Si lo tengo! —continuó él—. ¡Por que cadparte de ti me pertenece. Y cada parte de mi te pertenece a ti!

Ibas a responder, pero tus palabras fueron calladas por un intenso y húmedo beso, el calor de su piel atravesaba su camiseta mojada y se sentía tan bien para ti estar aferrada a él, rodeando su cuello con tus brazos mientras él sujetaba tu cintura, acariciabas su cabello tan oscuro como la noche mientras cada centímetro de tu cuerpo sucumbia a sus encantos.

No le costó mucho trabajo levantarte del piso, enganchaste tus piernas en su cintura y ambos volvieron a entrar, empapando las escaleras mientras te cargaba hasta la planta superior, no tuviste tiempo de familiarizarte con el lugar pues tu mirada estaba fija en sus ojos destellantes que te sumergían en un mar de emociones. Las prendas goteantes comenzaban a sobrar, pues la intensa pasión que existía entre ambos dominaba por sobre todo lo demás.

Estás perdida, y es su culpa.

Separas tus labios y el desliza su lengua por tu labio inferior, sus dientes se clavan en él y la piel rosada comienza a arder, al igual que tu interior. Tus rápidas manos bajan por su abdomen y levantan con facilidad su camiseta adherida a su tersa piel, hacía tanto tiempo no te deleitabas con la vista de sus sensuales abdominales, tus dedos dibujaron cada uno de sus surcos y él sonreía ladinamente debido a tus acciones.

Sus fuertes manos sujetaban tu cintura, encargándose de subir hasta tus pechos y bajar tu vestido strapless liberando tus pechos, no estabas usando sujetador, y debido al frío y la humedad del agua tus pezones estaban duros y tus pechos turgentes. Tu espalda chocó contra la pared y paseo su lengua por sus propios labios como preparándose para saborear un delicioso postre, tu espalda se arqueó hacía su boca cuando dió la primera lamida sobre uno de tus pezones, su lengua se sentía tan cálida y la forma en que succionaba tu piel rosada te hacía recordar la forma en que tenía esas mismas atenciones con una zona mas privada de tu cuerpo. Sus dedos pellizcaban el pezón que no era atendido por su boca y sus ojos marrones no se perdían ni una sola de tus reacciones.

Baji alucinaba con la forma en que mordías tu labio inferior mientras él mordisqueaba tus pechos y su entrepierna se frotaba contra ti sobre la ropa mojada, pues sabía que la lluvia no era lo único que hacía mojar tus prendas.

Quitaste el broche de su pantalón bajando dicha prenda, miraste inquisitivamente esa parte de su cuerpo que siempre se encargaba de darte un placer inimaginable, su grosor se marcaba en la ropa interior elasticada de color blanco, transparentandose al estirarse en demasía debido al gran tamaño de lo que guardaba, sentías el burbujeo en tu entrepierna y sentías que tu ropa comenzaba a sobrar.

—¿Que estamos haciendo? —cuestionaste frenando el acalorado beso que él te daba mientras sus ásperas manos masajeaban tus pechos.

—Lo que hacíamos cada vez que nos reconciliábamos...

Jadeaste al sentir sus afilados colmillos enterrándose en la piel de tu cuello, su boca chupeteando cada rincón de tu pecho y su aliento chocando muy cerca de tu oído te hacían estremecer. Tus zapatos de tacón volaron por la habitación y rápidamente terminó por deslizar tu vestido de color carmín hasta el piso junto a tus bragas. Él se detuvo por un segundo a observarte de pies a cabeza y no podías siquiera imaginar todo lo que pasaba por su mente, él era un experto, sabía hacerlo demasiado bien.

Con su rodilla se encargo de separar tus piernas mientras permanecías aprisionada contra la pared, su mano derecha recorrió tu bajo vientre y con su dedo índice y anular separó tus labios íntimos para introducir el dedo medio en tu vagina, sonriendo cuando escuchó tus fluidos chapoteando en aquel lugar solo gracias a él, su boca se estampó sobre la tuya y un gemido se ahogó contra sus labios cuando comenzó a jugar con su dedo en tu interior, metiéndolo hasta el fondo mientras su pulgar masajeaba tu clítoris de forma lenta y pausada.

—Si no quieres seguir con esto puedes frenarme ahora mismo... —murmuró contra tus labios, pero estabas tan abrumada con tus pensamientos indecorosos que no podrías detenerte.

—Es muy tarde para detenerme... —dijiste.

Lo miraste sonreír, extrayendo su dedo del interior de tu cuerpo para llevarlo a su boca y chupar gustosamente, tus mejillas se encendieron y ya no resistías más, necesitabas volver a probar de aquella fruta prohibida y estabas dispuesta a todo.

Él era tan fuerte que no dudó en enrollar tu cintura con un brazo y levantarte hasta que volviste a enrollar tus piernas alrededor de su cadera, sintiendo como el grosor de su intimidad chocaba contra tus labios hinchados y resbaladizos. Tus brazos se aferraban con fuerza a sus hombros mientras él retiraba su ropa interior y con una mano llevó su virilidad a tu feminidad, empapando su longitud por tus líquidos viscosos, estabas tan mojada que no sería problema que él entrara en ti.

De una firme estocada comenzó a penetrarte, gemiste con fuerza sintiendo como tu interior comenzaba a dilatarse alrededor de su miembro, sus manos sujetaron tus caderas mientras las suyas se movían adelante y atrás en un ritmo pausado, tus párpados pesaban y no podías enfocarte en nada mas que no fuera recibir gustosamente todo su tamaño dentro de ti, golpeando tu útero una y otra vez, sintiendo como su glande desgarraba tus entrañas y te hacía sentir una satisfacción que jamás lograrías explicar.

Sus roncos gemidos cerca de tu oído te encendían y tus uñas se enterraban en la piel de sus hombros, tu cuerpo temblaba de placer y tan solo podías mirarlo a sus ojos mientras él se deleitaba saboreando tu cuerpo, mordiendo tus pezones y embistiéndote cada vez con mas fuerza,  hasta que los gemidos no dejaban de escapar entre tus labios, siendo acallados por los suyos en algunas ocasiones.

—¿No crees que tu coño está hecho perfectamente para mi, mi amor? —cuestionó burlonamente—. ¿De verdad crees que alguien más podrá hacerte sentir de esta manera?

Tu mente daba vueltas, no pensabas con claridad.

—No, solo tú. Solo tú me llenas así, Keisuke... —gemiste desesperadamente.

—Eso es, gime mi nombre... —ordenó para luego morder tu labio inferior logrando que abrieras la boca, sin dudarlo escupió dentro de ella y disfrutaste del sabor de su saliva—. Sé que te encanta que sea duro contigo, te voy a mostrar que estamos destinados a estar juntos...

—Soy tuya, solo tuya mi amor... Baji.

Sus movimientos aumentaron tanto en velocidad como en fuerza, tu clítoris chocaba con su piel haciendo mas intensa la sensación de placer cuando una llama ardiente recorrió tus entrañas y tu cavidad apretó con fuerza el miembro de tu amante.

—¡_______! —gimió contra tus labios con voz ronca, introduciendo su lengua en tu boca mientras tu cavidad se llenaba de su esperma.

Caíste rendida en sus brazos, pero lo conocías bien y sabías que para él no era suficiente. Que se iba a encargar de demostrarte que eras suya, y lo deseabas con todo tu ser, porque nadie era capaz de hacerte sentir de la forma en que lo hacía él.

Te tomó entre sus brazos llevándote hasta la cama, recostándose sobre las sabanas blancas para caer cuidadosamente sobre ti, sus labios besaban los tuyos y tan solo mirabas lo hermoso que lucía con el sudor perlando su frente y su larga cabellera húmeda adhiriéndose a la piel de su cuello y su rostro.

Sus manos recorrían cada rincón de tu cuerpo y te aferraste a él abrazándolo junto a ti, ambos permanecieron en silencio, pero su mirada decía que no se acabaría ahí.

—No pienses que esto acabó, es tan solo el principio... —dijo él.

—Lo sé... Te conozco —respondiste.

Pero no imaginabas que exactamente "eso" iba a ocurrir, pues sus ágiles manos te voltearon en la cama y quedaste apoyada por tu pecho y tus rodillas, él restregaba su virilidad entre tus pliegues, mientras su dedo índice estimulaba tu clítoris, hasta que se irguió detras de tí, lo miraste por encima de tu hombro y lo viste amarrar su cabello en una coleta, y cerraste tus ojos al sentir un fuerte golpe sobre tus glúteos, y gemiste con fuerza al sentirlo abriendose paso por tu entrada posterior, las lagrimas de dolor brotaban de tus ojos y sus movimientos fueron acelerandose, sus gemidos eran hipnotizantes y poco a poco el dolor que sentías fue convirtiendose en placer, te encantaba sentir su cuerpo golpeando contra tu trasero con fuerza y como te penetraba hasta el fondo, tu cuerpo estaba rendido a sus acciones y tan solo te dedicaste a disfrutar de todo lo que él te daba, hasta sentir como su liquido caliente comenzaba a bañar tu trasero.

Tus pensamientos nublaban tu juicio, ahora te encontrabas entre sus brazos, él estaba dormido y tu cabeza reposaba sobre su pecho, sabías que no encontrarías en el mundo alguien que te hiciera sentir todo lo que el hacía, tanto física como emocionalmente.

Él abrió sus ojos y te vio despierta, comenzó a acariciar tu cabello y besar tu frente, tus mejillas y tus labios con una sola petición saliendo de su boca.

—Por favor, no te cases.

...

Han pasado seis años desde ese día, ahora estas sentada en un banco del parque junto a Yuzuha, te da gusto que haya tenido tiempo de visitarte, ella siempre esta ocupada siendo la representante de Hakkai y estás muy orgullosa de que esten siendo tan exitosos.

—Por cierto... —dice Yuzuha—. El otro día vi la nueva película de Ichiro, estoy segura de que le darán algún premio.

Sonríes mirando a tu amiga.

—Si, Ichiro es muy bueno en lo que hace... —respondes.

—Por cierto, ¿donde se metieron los niños? —pregunta tu amiga buscando con la mirada.

Te pones de pie y te diriges al tumulto de niños en medio del parque, tomando del brazo al pequeño azabache y a la pequeña castaña que lo alentaba desde un costado.

—¿Que se supone que están haciendo? —cuestionas con tono autoritario, es la única forma de que esos tercos niños te hagan caso.

—Ese tonto niño estaba lastimando a un gatito, mi hermano solo quería darle una lección... —defiende tu hija menor.

—Lo mismo dijeron la semana pasada y resulta que tú —dices señalando al mayor de tus hijos—, solo golpeaste a otro chico por que tenías hambre, e incluso destrozaste su auto de juguete, tendré que castigarlos si siguen así...

—¡Por favor no! —piden los mellizos al unísono.

—¡Ya es hora de volver a casa! —señalas llevandolos de la mano de vuelta al banco donde está Yuzuha.

Todos se despiden de Yuzuha y vuelven a casa, los tres felinos corren a la puerta y tus hijos no dudan en abrazarlos y mimarlos.

—Dejen en paz a los gatos... Y vayan a lavarse las manos para cenar, su papá va a llegar en cualquier momento...

La puerta principal se abre y tu esposo entra con una caja de chocolates y una enorme sonrisa.

—¡Ya estoy en casa! —dice dejando su bolso en el colgador de la entrada—. ¿Donde están el subcomandante de esta casa y la capitana de la primera división?

—¡Papá! —gritan los niños corriendo a sus brazos.

Caminas hacia él y tus labios se estampan contra los suyos en un dulce beso, te ofrece la caja de chocolates que trajo especialmente para ti, te acercas a su oído y el sonríe por tu coqueta insinuación.

—Feliz aniversario, amor.

—Feliz aniversario, Keisuke...

Ando bien creativa esta semana así que les dejo un nuevo One Shot de Baji, ¿se esperaban el final? 👀

Espero que les guste, nos vemos muy pronto, que tengan una muy linda semana, besitos y abrazos.

Ahh y por cierto, el proximo es Kakucho 😳

PD: ¡Que se me suba el muerto! 🥵

Συνέχεια Ανάγνωσης

Θα σας αρέσει επίσης

89.4K 10K 15
Tras la victoria de Max en los X-Games Bradley se encarga de ser el chico de las toallas del equipo de patinaje de Max, ambos se ven forzados a iner...
472K 48.3K 121
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
3.8M 517K 49
Kim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. ...
160K 12.2K 77
"Moriría por tí" • Historia de Alexa Grimes, de 22 años, Militar, hija del Sheriff Rick Grimes. En medio del apocalipsis conoce a Daryl Dixon, un ca...