La confesión de Navier.
Pov: Navier.
Desde aquel momento en que cometí el más tonto error de mi vida ya no volví a ver a Rashta, ella se negaba a verme y cuando preguntaba por ella nadie me daba razón de Rashta. Se muy bien mi error ojalá hubiera podido tener el valor de decirle los sentimientos que ella despierta en mi.
Todas aquellas raras sensaciones y deseos que surguen cuando estamos juntas y que me hacen sentir en el cielo de solo imaginar cómo sería mi vida sino fuera la emperatriz y ella no fuera la amante del emperador.
Sin duda sería una vida maravillosa.
Un día normal me desperté y comence con mi rutina pero había un pequeño detalle y es que está vez tomaría el té con el príncipe Heinrey, aunque normalmente lo hago con mis damas de compañía hoy preferí hacerlo con el príncipe Heinrey ya que este me invitó a acompañarlo. Cuando llegó la hora de ver al príncipe Heinrey yo me dirigí hacia el lugar del jardín real que habíamos acordado para tomar el té. En el camino por una cosa del destino me dieron ganas de girar mi cabeza hacia uno de los ventanales, grande fue mi sorpresa de ver a Rashta abrazada del brazo del duque Ergi, se muy bien que ellos se conocen y que aveces estaban juntos pero no espere verlos así de unidos.
Una amargura comenzó hacerse presente en mi pecho al igual que una molestia comenzaba a crecer y por más que me esforzara en ignorarla para seguir mi camino no lo logré, simplemente comence a caminar pero no hacia la fiesta de té con el príncipe Heinrey sino que me dirigía con el duque Ergi y Rashta.
-¿Porque estoy haciendo esto?
Me pregunté en voz alta a mi misma mientras mis piernas me llevaban contra mi voluntad al lugar donde se encontraba Rashta. Cuando logré detenerme a mi misma dirigí mi mirada hacia el duque Ergi y Rashta los cuales se alejaban caminando tomados de la mano, ver aquello hizo que mi pecho sintiera una horrible punzada.
-¿Porque?
Volví a decirme a mí misma y entonces una idea cruzo por mi cabeza.
-Ella.......¿será mi destinada?
Quedé en silencio analizando mi extraña relación con Rashta y según las creencias los destinados son personas que nacieron para estar juntas dicen que son la otra parte de tu alma, que justo en el momento en que veas a esa persona a los ojos automáticamente tu destino y el de aquella persona se harán uno solo.
Estuve un largo tiempo parada pensando en ese tema aunque son creencias podrían ser una realidad ya que eso explicaría todas estas extrañas emociones que nunca sentí por nadie antes.
-¿Mi reina?
Al escuchar la voz del príncipe me sobresalte y luego me giré a verlo, su rostro se miraba desanimado y preocupado casi como el de un niño.
-P-principe Heinrey
Dije nerviosa había olvidado por completo que iba a tomar el té con el.
-¿Me preocupe porque había ido a nuestra cita?
Dijo desanimado mientras observaba a su alrededor como si estuviera buscando algo o a alguien.
-Lo lamento es que yo me distraje por un momento pero ya iba para haya
Mentí un poco porque no tendría el valor de decirle el porque me había retrasado, se muy bien la enemistad que el tiene con Rashta.
-Espero que mi reina aún tenga tiempo de tomar el té conmigo
Sonrió dulcemente extendiendo su mano hacia mí y aunque yo no quisiera ir con el porque deseaba investigar más sobre los destinados, ya había hecho un compromiso con el que casi no cumplo y sería muy grosero de mi parte decirle que no.
-Claro que si
Sonreí de manera forzada mientras tomaba su mano para ir con el príncipe Heinrey al lugar donde vamos a tomar el té. Cuando llegamos al lugar y nos pusimos cómodos empezamos a charlar de diversos temas, todo iba de maravilla casi había olvidado el tema de los destinados hasta que el príncipe Heinrey lo menciono.
-¿Usted cree que ese mito sea real?
Me preguntó mientras le daba un trago a su té yo guardé silencio mientras dirigía mi mirada a mi taza de té.
-La verdad no lo se
Respondí haciendo que ambos quedáramos en silencioso por unos segundos.
-Bueno yo sí creo que es verdad, ya que creo que encontré a mi destinada
Cuando escuché eso dirigí mi mirada hacia el príncipe Heinrey el cual se encontraba apenado con un tierno sonrojo en sus mejillas, sabía muy bien que el se refería a mi como su destinada no era ningún misterio.
-¿Y como sabes que esa persona es tu destinada?
Pregunté para seguirle el juego a lo que el príncipe Heinrey dejaba su taza de té sobre un pequeño plato.
-Bueno.......yo lo supe desde el instante en qué la mire a los ojos, al principio te niegas, luego lo piensas y después lo aceptas
Yo solo me dedique a observarlo escuchando cada palabra que decía.
-Mientras pasa ese proceso tu no puedes evitar mirarlos, piensas en ellos antes de dormir, todo sobre ellos te parece interesante incluso si actúan como vejestorios o de forma infantil tu aún así crees que son lindos, quieres entender lo que sea que hagan y quieres saber lo que les gusta, quieres darle regalos y cuidar de ellos, te preocupa si les ocurre algo malo, quieres estar a su lado todo el tiempo, les aprecias cada pequeño detalle, también te gusta descubrir un lado nuevo de ellos y para ti no existe otra persona igual de especial que ellos
Cuando el noto que lo miraba fijamente se sonrojo aún más y desvió su mirada yo solo me quedé pensando en sus palabras describían masó menos lo que me pasaba con Rashta.......tal vez ella sea mi destinada.
-Espero no haberla hecho sentir incómoda con mis palabras mi reina
Yo negué con la cabeza de forma inconciente, estaba sonriendo ante el pensamiento de que Rashta era la persona con la que compartiría mi destino.
-No se disculpe príncipe Heinrey en cambio me hizo darme cuenta de algo importante
Pude ver cómo sonreía con orgullo yo simplemente solté una risita, realmente me hacía feliz tener por fin la respuesta a mis locos sentimientos por Rashta
Después de haber tomado el té con el príncipe Heinrey me dedique a mis labores de siempre con toda la actitud del mundo. Cuando llegó la noche me fui a buscar a Rashta ya que necesitaba disculparme y darle la respuesta a su pregunta y ni siquiera me importaba la advertencia del emperador sobre acercarme a ella yo simplemente deseaba decirle aquello que mi corazón ansiaba.
Ya estaba cercas solo me faltaban unos pocos metros y por suerte estaba viendo a Rashta salir de su habitación, quise gritar su nombre pero no lo hice porque observé como el duque Ergi salía también de la habitación de Rashta.
-¿Que?
Me quedé quieta observando en silencio como se despedían de una manera muy amistosa demasiado la verdad, de nuevo sentí esa punzada en mi pecho pero esta vez era más sofocante.
-¿Emperatriz?
Escuché la voz del duque Ergi hablarme eso me hizo salir de mi trance, ni siquiera note el momento en el que se me acerco.
-¿Que la trae por aquí? ¿Viene a buscar al emperador?
Pregunto amablemente a lo que yo contesté de mala manera.
-Eso no es de su interés
Lo mire seriamente, el solamente hizo una leve reverencia creo que sabía que no quería verlo.
-Permiso y buenas noches emperatriz
El sonrió dulcemente y después se retiró dejándome sola con Rashta la cuál se encontraba afuera de su habitación observandome fijamente, esa mirada tan seria hizo que dejara de lado mis celos del duque Ergi.
Tenía una cosa más importante ahora como para concentrarme en celos.
-Rashta......
Comencé a caminar rápido hacia ella, casi tenía ganas de correr por temor a que ella entrara ala habitación y se negara a verme como lo hizo durante este tiempo pero.......no lo hizo estuvo quieta esperándome. Cuando estuve enfrente de ella podía ver su dulce rostro lleno de seriedad era como estar enfrente de otra persona.
-No debería estar aquí
Dijo en un tono frío a lo que yo sorpresivamente la abrace con fuerza.
-Tengo algo demasiado importante que decirte
Ella se sobresalto y sentía bien como su corazón comenzó a latir muy fuerte.
-¿Q-que quiere decirme?
Pregunto con un tono nervioso a lo que yo con una leve sonrisa me separé un poco del abrazo para poder mirar su rostro.
-Primero que nada quería disculparme por no haber respondido tu pregunta aquella noche
Miraba sus ojos los cuales los tenía bien abiertos como si estos esperarán algo más de mi.
-Bueno......no sé si yo podría per......
Ella dejo de hablar cuando me acerque a sus labios rozando los de ella con los míos.
-No es necesario que me perdones sino quieres solo déjame terminar de hablar
Ella tragó saliva de manera ruidosa y lentamente asintió con la cabeza.
-Tu me gustas y creo que desde el instante en qué nos conocimos
Dije sin rodeos a lo que Rashta parpadeo un par de veces mientras su rostro estaba totalmente sonrojada, su expresión era de sorpresa parecía que no creía en mis palabras.
-Por favor no digas eso sí no lo siente
Dijo en voz baja mientras desviaba su mirada hacia otra parte.
-Ahora se que mis palabras no son convincentes así que te lo voy a demostrar
Ella regreso su mirada hacia a mi y yo sin detenerme la bese de una forma suave y tierna, creí que Rashta se iba a separar pero en cambio ella correspondió el beso.
Estaba en las nubes y por esa misma razón no me di cuenta de que alguien nos observaba desde lo lejos.
Continuará.
¿Quién creen que sea la persona que observa a nuestra querida emperatriz y a Rashta?.