Dos Almas Unidas

By ash_ortega

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Liv Barker es una adolescente y junto con su madre se muda a un nuevo pueblo donde tendrá que asistir a un nu... More

Sipnosis
[Capitulo 1]
[Capitulo 2]
[Capítulo 3]
[Capitulo 4]
[Capitulo 5]
[Capitulo 7]
[Capitulo 8]
[Capitulo 9]
[Capitulo 10]
[Capítulo 11]
[Capítulo 12]
[Capitulo 13]
[Capítulo 14]
[Capitulo 15]
[Capitulo 16]
[Capítulo 17]
[Capitulo 18]
[Capitulo 19]
[Capítulo 20]
[Capítulo 21]
[Capitulo 22]
[Capítulo 23]
[Capitulo 24]
[Capitulo 25]
[Capitulo 26]
[Capitulo 27]
[Capitulo 28]
[Capitulo 29]
[Epílogo]
Nota de la autora
Dos almas perdidas || Segundo libro
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5

[Capitulo 6]

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By ash_ortega


Cuando era más joven solía soñar cosas un tanto extrañas, cosas sin explicación alguna.

Duendes, hadas con vestidos hechos de flores de colores, gigantes inmensos que se paseaban por todo el lugar, criaturas sin explicación alguna. Castillos hermosos, flores extravagantes y un ambiente único.

Decía que la cosa mas extraña que me había pasado eran los sueños, bueno, ahora no puedo decir lo mismo cuando un desconocido está en mi cama.

Algo que nunca entendí era ¿Porque soñaba eso? Cuando tenía siete años eso sueños empezaron, haciéndose aún más fuertes y realistas. Mi madre y padre solo decían que eran sueños normales, no eran verdad. Yo estaba completamente segura que significaba algo, ¿Porque era tan realista? Era como si yo misma lo estuviera viviendo.

Habían cosas que me dejaban perpleja, y otras cosas que eran fantástica y hermosas.  A medida que crecía me iba acostumbrando a los sueños, y cuando cumplí diez años los sueños cesaron, aún sigo recordando cada cosa que sucedía.

— ¿En qué piensas niña? — pregunto Damen.

— Tonterías.

— Ya lo sé pero quería ser amable para que pensarás que me importas.

Puse los ojos en blanco mientras miraba por mi ventana las gotas de lluvia, toda la tarde ha estado lloviendo y hacia un frío insoportable. Me abrazo a mi misma, miró de reojo mi cama donde está Damen leyendo un libro que sacó de la biblioteca, ya no aguantaba el frío así que sin decir una sola palabra me acercó a la cama para acostarse. Damen me miró con una ceja alzada.

— ¿Que? Es mi cama puedo dormir aquí.

— Como digas — murmura.

Me tapo con las sábanas suaves y veo a Damen sonreír, pero no era la sonrisa de siempre, la burlona o divertida era... Tierna.

— ¿Que quieres sapo? — solté de mala gana.

Su sonrisa desapareció y volvió a leer su libro sin decir una sola palabra, sonreí y me acomodé dispuesta a dormir.

— Tu gentil novio .— soltó Damen de mala gana —. Me dijo que me alejará de ti.

— ¿Novio? .— repetí confusa —. Estoy más sola que una cucaracha.

— Cucaracha .— repito —. ¿Eso se come?

Sonreí divertida.

— Un día te voy a traer una cucharada para que la pruebes.

El asintio lentamente y se mordió el labio inferior.

— Me cae mal tu novio .— informo —. Es muy feo.

— No tengo novio.

— Ajá.

Fruncí el ceño y mi vista fue hacia su libro, parecía un libro antiguo, nunca iba visto algo parecido.

— ¿Que lees? — pregunte con una sonrisa.

— Un libro.

— Ah.

Me acerque a Damen para poder leer pero el rápidamente se aparto nervioso, fruncí el ceño y le arrebaté el libro, sus ojos se abrieron de sorpresa.

— ¿De que trata? — dije mirándolo a los ojos.

— De... Leyendas.

— ¿Enserio? Parece muy antiguo.

— Si, son leyendas antiguas, ahora dame el libro .— Damen intento arrebatarme el libro pero no lo logro —. Dije que me lo dieras.

— No.

Empeze a leer la página en la que Damen estaba, las páginas estaban muy desgastadas al igual que la portada que simplemente era de color rojo, las letras no se veían muy bien pero aún así no era tan difícil leer.

La leyenda del castillo.

Me quedé perpleja al ver lo que Damen estaba leyendo, era sobre la leyenda del castillo, todo lo que investigue con Marley y lo que dijo el profesor estaba ahí, incluso habían más cosas y ahora sí tenía algo de sentido, miré de reojo a Damen quien parecía querer morirse. Algunas cosas no coinciden con lo que las personas hablan pero la mayoría si.

En el libro habla de el 31 de octubre, cada 30 años la historia se repite, una joven es la elegida, es la persona perfecta para el chico el cual viene de algún lugar desconocido, un lugar donde no tiene sentido, algo aterrador. El 31 de octubre la elegida llegará al castillo en el bosque, y se encontrará a el chico que viene de otro mundo totalmente diferente. Una noche es suficiente para que ambas almas unidas y destrozadas sean solamente una sola, sean algo perfectamente imperfecto.

No todo será bueno, tendrán que luchar por su amor, día tras día. Superar a el mounstro que está dispuesto a destrozar cada humano que es feliz, cada humano que tiene amor. El mounstro será liberado cuando el chico pise este mundo, las dos almas perdidas, se encontrarán peleando contra el, se encontrarán envueltas en un desastre, un desastre peligroso.

Un desastre en el que solo uno será el ganador...

— Vaya, Mucho información que procesar.

Damen me quito el libro de mala gana y me miró como si me quisiera matar. ¿Cómo rayos consiguió ese libro? ¿Es verdad?

— ¿Dónde lo conseguiste?

— En la biblioteca, la sección restringida.

— ¡No puedes ir ahí! ¡Ni mucho menos agarrar un libro!

— Lo se .— dice obvio —. Por algo se llama restringida.

No te hagas el gracioso, ¿Eso es verdad?

— Creo.

— ¿Crees?

— Si, puede que sea verdad puede que no, todo es posible.

— Eso no ayuda, Damen .— replique —. Si es verdad, todo este pueblo está en gran peligro.

— Eres demasiado ciega .— murmuró mientras miraba a otra parte —. Tonta.

— ¿Ciega?  .— repetí confusa —.  Veo muy bien, gracias.

— ¡De verdad eres tonta!

— ¡No lo soy!

— ¡Estúpida lenta!

— ¿¡De que hablas!?

— ¡De que tú eres la elegida!

Abrí mis ojos como platos ¿Que? Sentía que me desmayaría en cualquier momento, miré a Damen como si estuviera loco pero el solo se limito a verme furioso ¿Porque se enoja? Yo no tengo la culpa de nada, me calme y lo volví a ver.

— ¿Y quién es el chico?

Damen se quitó la cobija de mala gana y salió de la cama dando fuertes pasos hacía el baño, ya dentro, cerro la puerta de un portazo.

— ¡Estúpida lenta!

— ¡Pero dime quién es! — protesté.

Me acerque al baño y toque la puerta, escuché el gruñido de Damen después de unos segundos abrió la puerta y me miró con mala cara, yo sonreí incómoda.

— Y ... ¿No me dirás?

Creo que quería llorar.

— ¡Me estás volviendo loco! — se quejo.

— Pero cálmate ¿No sabe quién es?

— No, niña, no tengo la menor idea de quién es.

— Que mal — murmuré con una mueca triste.

— ¿No sabes que es el sarcasmo?

— Si se que es.

— ¿Entonces? — dijo arrastrando las palabras.

— ¿Entonces que?

— Olvídalo, eres demasiado lenta.

— ¿Eh?

— Vamos, iremos a la biblioteca de tu escuela en busca de información.

— ¿Crees que sepamos más sobre el tema?  .— cuestioné —. Si soy yo, quiero saber quién es.

— Si niña, vamos a saber quién es.

                            ✞✞✞

— ¿Porque me metí en esto? — murmuré.

— Cállate .— dice Damen por milésima vez —. Ya llegamos no hay vuelta atrás.

— ¿Cómo rayos conseguiste las llaves de la biblioteca?

— Que te importa.

Puse los ojos en blanco mientras lo seguía con miedo a ser descubierta. El plan era ir a la sección restringida de la biblioteca, buscar libros que tengan que ver con la leyenda o algo que nos pueda ayudar y después irnos de ahí.

Claro, si teníamos suerte.

— Tengo miedo .— le susurré a Damen quien abría el candado de la area restringida —. Nos vamos a morir...

— Cállate.

Cuando logro abrir el candado sentí mi corazón latir con fuerza, aún no se iban los profesores ni la directora, y aveces unos guardias daban una caminata para ver qué todo esté bien.

Mi boca se abrió de sorpresa al ver el montón de libros que habían, era una sala pequeña, no muy grande, pero todos los libros que habían ahí eran antiguos y con información muy  peligrosa por eso estaban ahí.

Mire  a Damen quien se dirigía a una estantería y empezaba a buscar libros. Yo me quedé ahí quieta sin hacer y que no sabía que buscar y el era el que sabía un poco del tema. Aún ni podía creer día palabras, tenía miedo y no sabía que hacer, ¿Quien era el chico? ¿Estoy en peligro? Pues claro, estoy corriendo un gran peligro...

— Encontré algo .— informo Damen —.  Creo que puede servir.

Me acerque a el y agarre el libro viejo y polvoriento.

— El monstruo de Berlín .— leí el título —. ¿Crees que sea este pueblo? Hay muchos Berlín

— Talvez ¿Por algo está aquí, no?

— Seguro. 

Damen agarro otro libro y empezó a examinarlo mientras yo esperaba a su lado.

Ambos nos ahogamos un grito al escuchar la puerta abrirse, miré a Damen aterrada mientras el tragaba saliva, estábamos apunto de escondernos cuando vimos una sombra.

Era el profesor de matemáticas.

El al vernos nos sonrió, empezó a caminar lentamente y su vista fue al libro que yo tenía, miró alrededor y volvió a centrarse en mi.

— Es la sección restringida, alumnos, nose si saben  .— dijo mirándonos fijamente —. ¿Que están buscando?

— Recetas de cocina .— conteste y Damen me miró con una sonrisa divertida —. Lamentamos estar aquí.

— Déjenme informales que esos libros .— señalo los libros que teníamos en las manos —. No son de cocina, ahora díganme ¿Que hacen aquí?

Ambos nos mantenemos en silencio entonces el profesor suelta una risita burlona para después mirarnos fríamente.

— No los quiero volver a ver aquí, se que traman algo y no lo voy a permitir.

— ¿Que estamos tramando según usted? — pregunto Damen con una ceja alzada.

— Algo más bueno señor Damen, cuide sus pasos, no querría que algo le fuera a pasar. 

— No pasará nada, Señor .— dice Damen dándole una mirada fría —. Ya nos vamos.

Le dio los libros al profesor y paso una mano por mis hombros empujándome hacía la salida.

— Espero que sepas dónde está la puerta .— comenta el profesor atrás —. No me gustaría que se perdieran...

— Si sabemos dónde está .— dice Damen tajante —. Muchas gracias.

Salimos de la escuela mientras mi corazón palpitaba a mil, no puedo creer esto, ¿Ahora como lo veré a los ojos? Nunca me iba pasado algo como esto.

— ¿Estás bien? — pregunta Damen.

— Si, gracias por preguntar .— dije extrañada al ver que se preocupa por mi —. ¿Porque estás siendo amable?

El se encogió de hombros y empezamos a caminar hacia mi casa, intentaba controlar la respiración ya que estaba muy acelerada.

— No me cae bien ese profesor — soltó Damen de mala gana.

— Creo que nadie en este mundo te cae bien — replique.

— Si pero el me cae peor .— dice con una sonrisa divertida —. Siento que oculta algo.

— ¿Que cosa?

— Si lo supiera te lo diría.

Me quedé en silencio, ví a un vecino con su mascota paseando por la calle, era un perrito pequeño demasiado tierno, el Señor iba con una sonrisa y el perro muy feliz.

— Hola .— saludé con una sonrisa y luego mire al perro —. ¿Cómo se llama?

Damen dejo de caminar y se acercó a mí y al señor con el ceño fruncido, el señor me regaló una sonrisa.

— Se llama Bela.

— Oh, es muy hermosa.

— Gracias, parece que le agradas .— dice viendo cómo la perrita quería ir donde mi —. ¿Eres buena con la mascotas?

— Nunca he tenido una, mis padres no me dejan.

— Es una lastima, ¿Cómo te llamas — pregunto.

— Liv, ¿Y usted?

— Soy Fran, un gusto Señorita.

— El gusto es mío. Adiós.

El señor se fue caminando sin borrar su tierna sonrisa, sonreí y me dirigí dónde Damen quien me miraba fijamente.

— ¿Porque hablas con un desconocido?

— Todos alguna vez fuimos desconocidos, tu y yo también, no tiene nada de malo hacer amistades.

— Es aburrido.

— Soy nueva en el pueblo, me gustaría hacer más amigos.

— ¿Cuántos amigos tienes?

— Tengo a Marley, y se puede decir que a Logan .— respondí —. En mi antigua ciudad tenía más amigos pero, ya sabes siempre...

— ¿Te excluían?

— Si — murmuré.

— Suele pasar.

— ¿Tu tienes amigos? — pregunte.

— No.

— ¿No? ¿Nunca has tenido?

— Digamos que siempre vivo encerrado, nunca me interesó tener amigos.

— ¿Alguna vez te sentiste solo?

— A veces, una persona suele aburrirse de la soledad.

— Es muy triste .— murmuré mientras me abrazaba a mi misma —. ¿Tu familia?

— En mi casa.

— ¿Que haces aquí? ¿Porque no estás con ellos?

El me miró con el ceño fruncido y me puse roja al darme cuenta que estaba haciéndole demasiadas preguntas, no podía evitarlo, siempre quise que respondieran a mis preguntas, evitaba   hacer muchas preguntas, sobre todo a alguien como Damen, una persona muy reservaba, pero mi podía evitarlo.

— Me temo que esa pregunta no te la voy a poder responder.

— Claro — dije sonrojada.

Llegamos a mi casa, lo bueno era que mamá aún no llegaba, conseguí ropa para Damen aunque es muy exigente con sus gustos, digamos que no es de usar muchos colores.

— Estuvimos muy cerca de llevarnos el libro .— murmuró —. Bueno, igual no odio al profesor.

— ¿Estas loca? .— dice Damen sin poder creer lo que digo —. Niña, deja de estar en tu mundo de color rosa.

— ¡Es un buen profesor! .— defiendo —. Aparte, no teníamos que estar ahí.

Damen niega con la cabeza y se deja caer en mi cama.

— A mi me cae mal.

— A mi me caes mal tu.

Sentí la mirada de Damen en mi y me gire para encontrarlo con una sonrisa burlona, mi vista bajo a su ropa, llevaba unos vaqueros negros con una camisa blanca y una chaqueta, su cabello rubio estaba desordenado como de costumbre y ponía mirar su perfecta nariz.

Nos quedamos mirando como si quisiéramos matarnos por un rato pero después Damen soltó un grito y se quitó de la cama, mis ojos se abrieron como platos y rápidamente fui donde el para ver qué pasaba.

— ¿¡Que pasa!? — pregunto con expresión de terror.

— ¡Eso! — dice señalando la cama.

Fruncí el ceño y me acerque a ella mientras Damen de quedaba atrás, hasta que comprendí todo.

Era una cucaracha

— Mira que casualidad, una cucaracha, la que te querías comer .— dije con una sonrisa burlona —. ¿Quieres? 

— ¡No!

Puse los ojos en blanco.

— No hace nada, es solo una cucaracha, y antes que te la comas, no es comestible hasta donde yo se.

— ¿No hace nada?

— No.

Suspiro aliviado y se acercó para mirarla de cerca, la cucaracha rápidamente se puso en su mano y pude mirar como Damen estaba apunto de desmayarse.

— Tranquilo .— lo calme —. No hace nada.

— ¿Puedo adoptar? — suelta de repente.

Parpadeo entre  sorprendida y confusa ¿Adoptar una cucaracha?

— ¿Que?

— La quiero como mascota, ¿Viste aquel señor que tenía ese bicho raro como mascota? .— cuestionó —. Yo quiero una cucaracha.

— Damen... Las cucarachas no son mascotas.

— Pero yo la quiero como mascota.

— Pero...

— Gracias, sabía que me entenderías muy bien.

Me quedé perpleja mirando como agarraba la cucaracha y la ponía en sus manos con una amplia sonrisa, miré la cucaracha con el ceño fruncido, esto debe ser una broma. Apenas la cucaracha estuvo en sus manos se fue sin borrar su sonrisa.

¿Acaba de adoptar una cucaracha?

— ¡Niña! .— escuché como Damen me llamaba desde abajo —. ¿¡Que comen las cucarachas?

Genial.

¿Que rayos comía una cucaracha?

Baje las escaleras para encontrar a la cucaracha en la mesa de comer, hice uns mueca de asco, tendría que desinfectar la mesa.

— Según lo que se comen de todo.

— Has un sándwich para nosotros entonces.

¿Un sándwich para una cucaracha?

— Si, creo que le puedes dar una fruta .— dije para no ponerme a hacer un sándwich para un bicho —. ¿Mira que tal una manzana?

— Gracias.

Le puso la manzana a la cucaracha quien ni siquiera se movió ¿Que clase de cucaracha era esa?

— ¿Otra cosa? .— dice Damen al ver que su nueva mascota no quiere comer —. No le gusta.

— Talvez porque es muy grande.

Agarre una taza con azúcar y agarre una cucharada de ella, se la acerque a la cucaracha y con cara de asco y ella inmediatamente se puso a comer, Damen sonrió como un niño pequeño mientras la veía comer.

— Ya lárgate niña .— suelta de mala gana —. Este lugar es solo para los hermosos.

Puse los ojos en blanco y volví a mi habitación.

•••

Nota de la autora: ¿Que les parece la cucaracha? Creo que haré un especial llamado "Las aventuras de Damen y la cucaracha"  JAJAJA, no sería tan mala idea.

Espero que no les moleste los capítulos cortos D: 

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