Tanto como Xiao Zhan y Yibo bajaron corriendo las escaleras una mañana después de una semana, la madre de Yibo supo algo de inmediato. No era muy difícil saberlo, ya que ambos hacían el ruido suficiente para despertar a la casa entera.
Ambos chicos estaban con un buen ánimo. Carman oyó un sonido amortiguado de alguien siendo empujado contra la pared y la risa encantadora de Xiao Zhan. Se quedaron en silencio por un momento después de eso y la madre de Yibo rodó sus ojos.
Esos locos muchachos enamorados.
El momento en el que entraron a la cocina fue perfecto, vestidos y listos para clases. Carman había colocado algunos sándwiches con huevos cocidos sobre la mesa y algo de café.
—Entonces, chicos —Ella empezó la conversación — ¿Qué van a hacer este día?
Fue Xiao Zhan quién respondió y comenzó a vociferar sobre su día. En las pasadas semanas, a la mujer le comenzaba a gustar más el pelinegro y tal parece que él comenzó a confiar más en ella. En vez de ser el callado, asustado y tímido chico que fue en un inicio, Xiao Zhan ahora hablaba abiertamente y con entusiasmo que casi era imposible de ignorar. Carman adoraba escucharlo.
— ¡Tenemos clase de música hoy! Así que hoy será genial... la señorita Franz va a darnos una nueva tarea para empezar un nuevo proyecto. La otra semana es el cumpleaños de Yue Yue, así que tengo que hablar con él sobre eso. Ya ha pasado un tiempo desde que salimos a una fiesta así que será divertido. Y por supuesto...—Hizo un gesto —Quiero pasar la tarde de hoy con Yibo, si no fuera por el hecho de que me está abandonando por esos adorables amigos suyos.
Su voz estaba llena de sarcasmo e incluso Yibo quería empezar a responder, pero no pudo evitar reír alto. Xiao Zhan era tan dramático a veces.
— ¡No te estoy abandonando! —Dijo eventualmente —En realidad, a penas hablo con ellos, a veces, realmente quiero pasar el tiempo con ellos y hoy-
—Vas a ir y visitar a ese otro chico adorable que una vez conocí —Xiao Zhan respondió sin emoción, obviamente sin bromear esta vez. Ya habían hablado al respecto.
Hace unos días, Yibo le había dicho a Xiao Zhan sobre lo que había sucedido con Li Chen aquella tarde. Xiao Zhan se había vuelto loco por eso, yendo tan lejos como diciéndole a Yibo que quizá debería hacerse amigo de Li Chen y ya, Yibo casi tira su vaso de liquido contra la pared. Eventualmente lo puso sobre la mesa y tomó a Xiao Zhan sobre los hombros preguntándole a dónde rayos había perdido la cabeza. Y eso fue todo.
—Solo estoy esperando una oportunidad para destruirlo, sabes eso —Yibo sonrió dulcemente hacia Xiao Zhan haciendo que su corazón se derritiera.
—Sí, sí...—Xiao Zhan se sonrojó un poco, obviamente recordando cómo había exagerado tan solo unos días.
Unas calles lejos de la universidad se encontraron con Liu Hai Kuan y mientras Xiao Zhan decidía en ir a beber algo en la tienda de Starbuck que acababan de pasar, Yibo continúo su camino a la universidad. Pasaron la estación dónde usualmente su pandilla se reunía, pero no estaban ahí hoy. Eso le pareció extraño, pero no le prestó más atención. Al final, no es que ansiara de su compañía. En la entrada de la universidad vieron a Yue Yue.
—Hey ¿Qué haces aquí? —Yibo preguntó.
—Esperando por Xiao Zhan ¿Acaso no se quedó en tu casa?
—Sí, pero quiso ir a beber algo al Starbuck en el camino así que avancé. Estará aquí en unos minutos.
Se quedaron hablando con Yue Yue. Les importó una mierda, después de todo, los amigos de Yibo y Liu Hai Kuan no estaban ahí. Yibo sospechó que se estaban drogando en un parque o algo.
Y Xiao Zhan debería llegar en cualquier minuto.
Pero no fue así.
—Dijo que quería un Iced Café Americano —Yibo dijo —No debería demorarse tanto. No había mucha gente en la tienda.
Sabía que era ilógico preocuparse de su novio que solo dejó su lado hace unos minutos. No eran siameses, ni mucho menos gemelos o algo, pero no podía evitar sentir ese sentimiento punzante en su estómago que no era normal de explicar.
—Quizá deberíamos ir a echar un vistazo...—Yue Yue sugirió.
—Aunque las clases ya va a comenzar, Xiao Zhan no es un niño pequeño, estoy seguro que sabrá cómo llegar a la universidad. ¿Por qué no lo llamas, timbras o algo? —Hablo Liu Hai Kuan.
—Sí, porque Xiao Zhan tiene mucha gente con qué tropezarse como un señor popular —Yue Yue rodó los ojos —No, quiero ir y ver dónde está. Nunca me ha dejado aquí parado, no lo haría.
—Estoy de acuerdo con Yue Yue. Pero puedes ir avanzando Liu Hai Kuan, no necesitas perderte la clase...
Con eso, el Alfa caminó dentro de la universidad y los otros dos tomaron el camino contrario, yendo de regreso a dónde Yibo había dejado a Xiao Zhan.
Llegaron a la tienda, pero nadie estaba dentro. Tampoco Xiao Zhan, Yibo no podía verlo en ninguna parte.
—Esto es extraño...—Murmuró.
—Sí, Xiao Zhan no es así —Yue Yue asintió.
Lo llamaron un par de veces, resonando en las calles vacías. Ninguna respuesta.
—Lo sé, probablemente luzco como un dramático ahora —Yibo dijo —Pero necesito buscarlo hasta encontrarlo, no me agrada nada esto.
Caminaron arriba y abajo por las calles, pasaron cuadras y Nada.
—Quizá ya llegó a la universidad —Yue Yue dijo.
—Puede ser.
—Caminemos cerca de la puerta y veamos. Nuestra clase es visible desde afuera así que deberíamos ser capaces de verlo si ya está ahí o no. Si no, lo seguimos buscando.
Estuvieron de acuerdo con ello y Yibo solo miraba a sus pies mientras caminaban silenciosos hacia las grandes puertas con Yue Yue a su lado. Eso fue hasta que de pronto oyó un ruido viniendo de otra dirección que sonaba terrible como el lloriqueo de un gatito.
Giró su cabeza hacia el ruido y vio un grupo de gente de pie y reunido al final de un callejón. Fue entonces cuando el horror lo invadió. Estaban formados en un círculo, riendo...debía haber algo en el medio.
Oh no.
Sin ni siquiera decidirlo, movió rápido sus piernas hacia esas voces que se hacían más y más claras, pronto pudo identificar a la mayoría de los chicos de su pandilla, excepto por Liu Hai Kuan, por su puesto.
— ¡HEY! —Llamó a la vez que todos giraron sus cabezas hacia la dirección de Yibo.
— ¡Yibo! ¡Ahí estás! Hemos estado esperándote, pero no te apareciste, así que nosotros...
Xue Yang no terminó su oración porque Yibo le dio un fuerte empujón. Necesitaba saber.... no, ya lo sabía, pero se negaba a admitir lo que sucedía.
En el piso estaba Xiao Zhan, su hermoso Xiao Zhan, estaba cubierto de un chorro de sangre que corría de su cuerpo, su mochila estaba tirada lejos de él y su chaqueta estaba destruida. Sus ojos estaban cerrados y no se estaba moviendo. Sus rodillas estaban cerca de su pecho como si hubiera querido protegerse...en vano.
Yibo dio una mirada rápida al círculo, y Wen Chao estaba ahí. Wen Chao, Xue Yang y Lee. Yang Mi también estaba y una rubia que no conocía. Estaban de pie a un lado observando sin culpa.
— ¿QUÉ HICIERON? —Grito furioso, su voz temblaba de la ira, casi histérica a la vez que cayó de rodillas para ver a Xiao Zhan más de cerca. ¿Estaba consciente? Sus ojos estaban cerrados.
—Le dimos a este estúpido Omega marica lo que se merece —Wen Chao respondió, con una clara diversión en su voz, haciendo que Yibo se sintiera violentamente enfermo —Ahora, retrocede, aún no hemos terminado.
De un jalón, Yibo fue llevado hacia atrás y antes de que pudiera notar lo que sucedía, los tres chicos patearon a Xiao Zhan, el cuerpo del Omega convulsiono en el piso, brotando mas sangre de su cuerpo inerte.
— ¡DETÉNGANSE! ¿¡ESTÁN MALDITAMENTE LOCOS!?—Gritó Yibo con todas sus fuerzas, pero ninguno de los presentes le hicieron caso.
Y Yibo podía ver a metros como el cuerpo de su Omega seguía siendo maltratado.
Con esa imagen todo su mundo se volvió oscuro y los segundos se volvieron minutos y los minutos horas. Sintió como su respiración se hizo irregular, sus colmillos carecían a tal punto de doler, la sangre bombeaba en su cabeza, estaba perdiendo el control y su Alfa pedía poder sobre él, no había vuelta atrás. Sentía la sed de sangre y venganza. Su Alfa hallaba por su Omega herido.
Un potente y asfixiante aroma se sintió en el aire y los tres Alfas Wen Chao, Xue Yang y Lee se detuvieron en seco al percatarse de las feromonas.
—E-estas feromonas, no se me hace familiar. —Xue Yang dijo olfateando. —Ohh.. P-porque mi pecho... Huh.. esta sensación es sofocante... cough.. — El cuerpo del Alfa se desplomo de dolor expulsando sangre por su boca.
—¡Q-que mierda! —grito Wen Chao al sentir su aumento cardiaco y el impulso de salir huyendo del lugar.
—Son... s-son las feromonas de un alfa muy fuerte, uno de pura sangre. —grito Lee temblando del miedo.
— Huh... nunca había sentido unas feromonas tan fuertes, ¿Quién... Q-quien mierda es? —gruño Wen Chao sin tener una respuesta.
Este miro a sus dos amigos desplomados en el suelo casi inconsciente por culpa del dolor que causaba las feromonas, apoyó su espalda en el muro del pasillo dejando que su cuerpo resbalara hasta que su trasero tocara el suelo. Tocio la sangre acumulada en su garganta, estaba seguro que si seguía así morirá y no tenía ni la puta idea que estaba pasando. Las feromonas de aquel Alfa se intensificaron y su vista se nublo un poco, pero pudo distinguir unas zapatillas muy familiar frente de él, levanto su cabeza y sus ojos quedaron en shock cuando su vista se fijo en el cuerpo de Yibo. Tenía una mirada bestia tanto que sintió el verdadero terror.
—¡¿Q-Quién mierda realmente eres?! —Wen Chao tartamudeo al descubrir la verdadera forma de Yibo.
Yibo segado por su Alfa, tomo el cuerpo de Wen Chao con facilidad y lo levanto a la altura de su rostro.
—¡Silencio...!—gruño Yibo apretando el cuello del Alfa.
—Que idiota eres Wen Chao.... —Se escucho una voz asperea, era Liu Hai Kuan que estaba justo a unos metros mirando lo sucedido. Traía puesto un pañuelo de feromonas cubriendo su nariz para no ser afectado por las feromonas de Yibo, pero era casi imposible —Yibo es un Alfa pura sangre del Clan Wang, el mito si existe y lo tienes frente a tus ojos. —sonrió con malicia, ya sintiendo los efectos él también de las feromonas. — Él puede matar a cualquiera sin usar sus manos y tú pensando que era el más fuerte.
En segundos Yibo tiro el cuerpo del Wen Chao contra la pared y con un movimiento rápido y ligero tomo los otros dos cuerpos yacidos en el suelo. Era el momento de su venganza.
Levanto su mano envuelta por unas afiladas garras. Iba perforar el cuerpo de Wen Chao, cuando un cuerpo se apegó al suyo.
—No...Yibo ¿Qué haces? —Grito Yue Yue con lágrimas en los ojos. —Por favor Yibo, No lo mates, tranquilízate. —Las suplicas del Beta no ayudaban. — ¡Retrocede! Yibo ¡Tienen que detenerte! Piensa en Xiao Zhan, tu Omega te necesita ahora.
Al escuchar el nombre de su Omega, el cuerpo Yibo quedo paralizado, Xiao Zhan su Omega, lo necesitaba... su cabeza comenzó a dolor, podía sentir como sus garras se clavaban en sus palmas, necesita volver en sí y velar por la vida de su Omega.
Yue Yue.
Yibo intentó enfocarse en la voz de Yue Yue.
—Yibo... ¡Xiao Zhan! ¡Necesitas ver a Xiao Zhan!
Yibo se giró una vez más cuando la información llegó a su cerebro y cobro sus sentidos y lo primero vio fue a Yue Yue que estaba sosteniendo a Liu Hai Kuan por los hombros, pero decidió enfocarse en Xiao Zhan.
Tenía moretones que ya estaban apareciendo en su cuello, en parte de su rostro y sus pálidos y delgados brazos. Lucía más frágil que nunca y sus cabellos estaban empapados de sangre.
—Oh Dios mío...—suspiró. Dejó a los tres Alfas dónde estaba, en el suelo y cayó de rodillas al lado de Xiao Zhan y su corazón se destrozó.
—Xiao Zhan, por favor...respira, por favor...
Sus manos fueron hasta el cuerpo de Xiao Zhan para jalarlo más de cerca, acarició su mejilla como si intentara despertar al Omega inconsciente.
— ¡Si no quieren que los mate ahora mismo, muevan sus malditos culos y llamen a una ambulancia! —Gritó con furia a todos los presentes.
A penas se atrevió a tocar a Xiao Zhan, estaba asustado de causarle más daño. Muy bien, pensó así mismo, Cálmate, vamos, Yibo. Muéstrales que él puede confiar en ti. Se lo dijiste ¿no? Ahora pruébalo.
Tomó la delgada muñeca en su mano e intentó localizar su pulso. No estaba muy bien entrenado en eso...pero no pudo encontrarlo. Desesperadamente, llevó su rostro cerca del cuello pálido de Xiao Zhan y con dos dedos intentó localizar el latido.
Nada.
No había nada. Xiao Zhan no estaba respirando.
Respira, Yibo. Sigue respirando. No te desesperes. Puedes hacer esto, maldición, pensó.
Reanimación cardiopulmonar
Ambas manos encontraron el lugar bajo la caja torácica de Xiao Zhan y comenzó a empujar hacia abajo con fuerza.
—Uno, dos, tres, cuatro...—Su voz se quebró y la desesperación comenzaron a fluir. Nada. —Cinco, seis, siete...
Se inclinó, pellizcó la nariz de Xiao Zhan y colocó su boca sobre los labios fríos. Yibo exhaló profundamente, soplando el oxígeno directo a los pulmones del pelinegro. El pecho del Omega subió y bajó, pero se detuvo tan pronto Yibo removió su boca.
—Vamos, joder, vamos Xiao Zhan...Quédate conmigo, vamos...—Rogó —Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Tanto como soplaba aire hacia los pulmones de Xiao Zhan por segunda vez, puñetes de acero golpeaban su corazón. Sentía su cuerpo correr de pura adrenalina, sentía todo nublarse y el terror apoderarse de él.
— ¡No te atrevas a dejarme, Xiao Zhan! —Yibo gritó lo suficiente para que todos lo oyeran — ¡No te atrevas! ¡Voy a traerte de vuelta así sea lo último que haga! ¡R-Regresa! —Su voz se quebró una vez más y a respiró con dificultad.
En algún lugar atrás en su mente, se dio cuenta que el ambiente estaba en un silencio sepulcral, excepto por Yue Yue quien estaba llamando a emergencias. Todos parecían inmóviles y Yibo esperaba que finalmente se hayan dado cuenta de la realidad.
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Más aire en sus pulmones. El pánico y la realización empezaron a surgir en su cuerpo, realización de la situación en la que estaba. Realización del hecho que podría estar perdiendo a Xiao Zhan en ese mismo momento, haciendo que se mareara y su respiración se cortara.
tomó el rostro sucio de Xiao Zhan y lo miró directamente. —No te vas a ir. Te vas a quedar conmigo ¿sí? La ambulancia estará aquí pronto y te traerán de vuelta. No voy a perderte. No puedo. No sucederá.
Las sirenas podían ser oídas a la distancia tanto como Yibo seguía con la Reanimación cardiopulmonar en Xiao Zhan. Solo soltó cuando los hombres de blanco alzaron a Xiao Zhan para llevarlo a la ambulancia. El corazón de Yibo se rompió a la vista de la cabeza del Omega suspenderse en el aire. Sus extremidades lucían tan, tan terribles, vulnerable y roto.
— ¿Algún conocido de él aquí? —Uno de los hombres preguntó mientras los otros conectaban al frágil muchacho hacia una máquina.
—Yo —Yibo dijo sin pensarlo.
— ¿Quién eres? ¿Su hermano?
—Su novio —Dijo sin pensar en nada. No en la reacción de los hombres de la ambulancia quiénes no tenían tiempo de responder y no de los rostros de sorpresa de todos alrededor. Solo se dio cuenta que acababa de decir la verdad frente a todos ellos. Sin mirar atrás, saltó hacia la ambulancia y se giró hacia Yue Yue para decirle que viniera también.
—Soy su mejor amigo —Yue Yue explicó a la vez que subía al auto.
— ¿Y esos chicos? —El hombre preguntó señalando al resto.
—...Puedo asegurarle que todos ellos tendrán una cita con la policía —Yibo finalizó su oración. Con eso, la puerta de la ambulancia se cerró.
Yibo se sentó al lado dónde Xiao Zhan estaba acostado, tomó su mano con cuidado de no interrumpir el trabajo de los enfermeros que intentaban reanimarlo.
— ¿Qué sucedió? —Uno de ellos preguntó, no estaba reanimando a Xiao Zhan como los otros, pero estaba llenando un papel que aparentemente necesitaba.
—El bullying se salió de control —Yibo respondió —Lo golpearon y patearon, aparentemente. Estaba inconsciente cuando llegué.
El hombre asintió —Estos Alfas hostigadores de hoy en día...—Suspiró —No tienes idea de cuántas llamadas como esta tenemos.
Yibo suspiró y no pudo hacer nada más que estar de acuerdo. ¿Cómo había llegado a esto? ¿Era su culpa? Quizá si hubiera sido honesto con todos ellos, esto no hubiera sucedido. La situación no debió haberse extendido por tanto tiempo. Y luego, sentía culpa, por el hecho de que él había sido esa persona. Quizá no a ese grado, pero había hecho cosas como esas a otros Omegas. ¿Qué carajos había estado pensando?
Sin embargo, este no era momento para esos pensamientos. Intentó dejarlas de lado en su mente.
— ¿Está respirando otra vez? —Preguntó en un susurro, a penas capaz de escuchar la respuesta de la pregunta. Aún se sentía nublado, no muy consciente de los hechos, aunque haya estado en frente de sus narices. Xiao Zhan estaba en frente de su nariz, sangrando y quizá no respirando o sí. Yibo se sentía entumecido.
Tenía sus ojos cerrados en el momento, ahora la adrenalina había disminuido. Todo lo que podía oír fueron los sonidos de las máquinas eléctricas y los enfermeros diciendo cosas sobre cuántos voltios usar, pero no tenía idea de lo que decían en realidad. Todo lo que quería era que Xiao Zhan respirara.
La mano de Yue Yue estaba sobre su hombro, intentando confortarlo y Yibo estaba agradecido por ello, pero no tenía la fuerza para reaccionar. Todo lo que quería era cerrar sus ojos y mantenerlos cerrados, hasta que su mano sintiera la caricia de la otra mano que sostenía.
Por favor, reacciona.
Vamos, bebé, puedes hacerlo.
Reacciona.
Vamos...