¿Eres Famoso?

By Ale_Lires

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A veces las personas se encuentran porque se necesitan entre si. Imagínate conocer a un chico encantador y pa... More

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1.- Félix del Valle
2.- ¿Conoces Acapulco?
3.-Fue mi culpa
4.- ¿Quieres acompañarme?
5.- ¿Por qué no me lo dijiste?
6.- ¿Qué manera de disculparte es esa?
7.- ¿Me acompañas un mes a Canadá?
8.- ¿Qué haces tú aquí?
9.- Te lo juro Alessia Sofía
10.- ¿Quién te dijo semejante mentira?
11.- Eres auténtica ¿Lo entiendes?
12.- ¿Te gusto?
13.- ¿Crees que tenga una oportunidad con él?
14.- ¿Por qué aceptaste quedarte conmigo?
15.- Eres más bonita en persona
16.- Golpes, discusiones, reconciliaciones y besos
18.- ¿Por qué era tan difícil decírselo?
19.- Estábamos pensando lo mismo
20.- ¿Si ubicas quiénes somos?
21.- ¡YA CÁLLATE!
22.- ¿Dónde está tu papá?
23.- Feliz cumpleaños, Alessia
24.- Alessia, no es lo que tú crees
25.- Te lo prometo
Epílogo

17.- Les tengo una propuesta

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By Ale_Lires


Capítulo Diecisiete 

Les tengo una propuesta

En el desayuno se dieron cuenta de que Romina no había dormido en la casa, pero no le tomaron importancia, tal vez se quedó en casa de Zac, pensaron, a sus padres no les gustaba hostigar ni controlar a sus hijos, ellos tenían su propia vida, tomaban sus propias decisiones, si se equivocan tendrían que aprender de sus errores.

Contaban con su apoyo, si los necesitaban estarían para ellos, pero normalmente siempre resolvían solos sus problemas.

No les gustaba involucrar a sus padres y mucho menos si ellos podían solucionarlo.

¿Para qué alterarlos?

¿Para qué perturbar su tranquilidad?

Ellos debían tener sus propios problemas como para encima agobiarlos con los suyos.

Alessia acompañó a Thomas al set de grabación, está sería la última vez que iría, tenía que grabar un par de escenas para dar por finalizada su participación especial en la serie.

Ya empezaba a oscurecer cuando terminaron de grabar,  los productores hablaron con él para que estuviera en la premier de la serie.

Thomas tenía gran peso en este mundo, se había posicionado como uno de los mejores actores en los últimos años.

Al llegar a México muchos productores apostaron por él, empezó con papeles pequeños, pero en el momento que se enteraron que lo respaldaban los años que actuó en Hollywood cuando era más joven, sus papeles fueron cada vez más importantes, hasta llegar a lo que era hoy en día.

A su corta edad había acumulado una fortuna inmensa, había productores que le ofrecían el triple porque estuviera en sus proyectos.

Era tan importante que podía darse el lujo de aceptar y rechazar los proyectos que él quisiera y esto no tenía nada que ver con que "se le había subido la fama a la cabeza" más bien tenía que ver con dos cosas.

¹ Si él no sentía que el proyecto iba a ir bien, no aceptaba.

² Si sentía que el papel que le ofrecían no iba con él, no aceptaba, porque sabía que alguien más podía hacerlo mejor.

Los productores de la serie pensaban que si la prensa veía a Thomas en la premier, iba a tener más audiencia y estaban en lo correcto, la serie era buena, pero el hecho de que Thomas Pritzker hiciera una participación especial, la hacía más llamativa.

Se despidieron de Agustín, él se quedaría más tiempo, había mucho que grabar.

Estaban en el estacionamiento a punto de subir al auto cuando alguien lo impidió.

Esa voz masculina hizo que se les acelerará el corazón, pensaron lo peor.

―No fue mi intención asustarlos ―dijo arrepentido ―¿Podemos hablar?

―Los dejo ―contestó Alessia.

―No ―añadió rápidamente ―me gustaría hablar con los dos.

―¿Ahora?

―Si, es urgente ―se miraron ―hay una cafetería aquí.

Caminaron hasta llegar a la cafetería, ordenaron, después de unos minutos llegó el mesero con lo que habían pedido.

―No quiero robarles mucho tiempo así que seré breve ―bebió un poco de café ―les tengo una propuesta ―los miró ―Thomas, quiero que compongas el tema principal de mi película.

Esa propuesta le sorprendió bastante.

A sus 17 años compuso el tema principal de una serie francesa, porque a pesar de a ver actuado en Hollywood también lo había hecho en Francia.

Pero no sé había significado nada, solo fue una vez.

―¿Por qué me pides esto a mi? ―quiso saber—. Hay miles de compositores, yo ni siquiera estudié eso.

―Sé que compusiste una canción para una serie francesa.

―¿Eso es verdad? ―preguntó sorprendida.

―Si, pero eso fue hace años, no puedo hacer lo mismo.

―No te lo estoy pidiendo ―aclaró ―a diferencia de la serie francesa, no solo quiero que escribas la canción sino también que la interpretes.

―No creo que sea el indicado, ¿Por qué no buscas a alguien más? ―le sugirió pero negó sutilmente con un movimiento de cabeza —te lo digo con sinceridad, busca a alguien con experiencia.

—La canción fue un éxito.

—Si, pero porque yo no la interpreté.

—Thomas, has tomado clases de canto durante años.

Asintió.

―Alessia, quiero que actues en mi película.

―¡¡WOW WOW WOW!! Debe estar bromeando ―negó ―¿Habla en serio? ―asintió ―¿Por qué yo?

―Te vi cuando estabas actuando con Agustín, eres lo que busco, pero me gustaría que hagas primero la audición.

―Le comento que no he estudiado actuación en ningún lado.

―Lo sé, tú misma me lo dijiste.

―¿Usted es Carlos Duarte? ―asintió con una sonrisa. 

―Les pido que lo piensen.

—Bien, lo pensaremos —sonrió al ver lo entusiasmada que estaba Alessia.

―Thomas, quiero que tú compongas e intérpretes la canción principal y Alessia, quiero que tú actúes en esta película, terminé de grabar hace ya varios meses, pero tu personaje es el que me falta ―se quedaron callados ―la historia llega a su fin con esta última entrega "En esta vida no" ¿Han visto las dos anteriores? ―negaron ―es una trilogía, les pido que vean las dos películas para que sepan de que va la trama.

Hizo una pequeña pausa y luego continuó.

—Thomas, quiero que representes su historia en la canción ―le dio un sobre a la chica ―aquí está todo lo de tu personaje, hay una pequeña conversación, necesito que te grabes actuándola y la envíes a mi correo para mostrárselo a las personas con las que trabajo, porque yo, como productor ejecutivo ya te di el visto bueno, pero hay más personas detrás de esto.

—Si, lo entiendo.

—Piénsenlo y espero su respuesta mañana.

―¿Tan rápido?

―No tengo mucho tiempo, si ustedes me dicen que no, tengo que buscar a alguien mas, Thomas, tú sabes cómo es esto.

―Si, mañana en la noche tendrás una respuesta

―Quiero aclararles algo, si uno acepta y otro no, está bien, no están obligados a aceptar solo para que al otro no le quiten el trabajo —explicó  y se levantó de su asiento —espero su respuesta.

Estrecharon sus manos para despedirse, ambos estaban sorprendidos no sabían que iban a hacer, solo tenían un día para pensarlo.

Se quedaron más tiempo en la cafetería, abrió con mucho cuidado él folder, como si fuera algo de cristal que fácilmente podría romperse en miles de pedazos.

Empezó a leer un poco y sonrió.

¿Cuánto tiempo había soñado con esto?

Casi toda su vida.

Tenía la oportunidad de que el sueño que pensó que se quedaría solo en eso, fuera una realidad, estaba tan cerca, prácticamente en sus manos.

Leyó y se dio cuanta que su personaje sería la mejor amiga del protagonista.

Pagaron la cuenta y se subieron al auto.

Entraron a la residencia, seguían confundidos, una parte de ellos pensaba que estando ahí todas las dudas se iban a despejar, pero sucedió todo lo contrario.

Esto realmente los había tomado por sorpresa. ¿Qué decisión tomarían?

―Pritzker, ¿ya tienes tu respuesta?

Por esos segundos se olvidó de todo y se  concentró en la forma en que lo había llamado.

Era la primera vez, pero carajo, le gustaba como se escuchaba su apellido con su voz, le gustaba como sus labios se unían al principio de la palabra.

Carajo, quería que lo llamara así para toda la vida.

 ―¿Me llamaste por mi apellido? ―preguntó con una sonrisa y ella asintió ―me encanta. 

―A mi también.

—¿Te encanta a tal punto de querer llevarlo?

—¿Cómo?

Negó.

—No importa.

¿Qué le estaba pasando?

Se miraron unos segundos y luego ella habló.

―¿Qué vamos a hacer?

―¿Tú quieres participar en el proyecto? —preguntó para evadir lo que su corazón había sentido solo al escucharla pronunciar su apellido.

―Me gustaría, pero no estoy segura. Tengo una idea, tú y yo no estamos seguros de nada, así que porqué no mejor vemos las dos películas, hay que saber de que se tratan antes de tomar una decisión. ¿Qué opinas?

―Me parece una gran idea.

Prepararon todo para ver las dos películas, un poco de botana y bebidas.

Mientras veían la primera a Thomas le surgió una lluvia de ideas para la canción, tomó la tableta que estaba a su lado y empezó a escribir, viendo la segunda película él se quedó admirando a Alessia y empezó a escribir características de ella que le gustaban.

―¿Qué te parecieron?

―Necesitamos ver la tercera ―ella sonrió ―definitivamente están muy entretenidas y divertidas.

―Tendremos que esperar―lo miró ―realmente necesitamos saber que va a pasar con ellos.

—Por el título espero que no acabe mal.

—"En esta  vida no" si, se escucha que va a terminar con mi escasa estabilidad emocional.

Sonrió.

—¿Qué hora es?

―Casi las dos de la mañana ―se levantó ―necesitamos dormir.

Alessia se estiró y al ver que Thomas no movía ningún músculo, lo miró confundida.

―Voy a hacer un poco de ejercicio y luego me duermo ―mintió ―no te preocupes.

―Está bien, descansa.

Después de que ella saliera de la sala de cine, él se quedó pensando un momento.

Tenía mucho que pensar, en su cabeza parecía tener una nube negra  bloqueando su razón.

Se levantó y fue por sus llaves, necesitaba saber que haría y la única forma era ir a ese lugar.

Después de media hora llegó al club de yates del cual era socio y podía entrar cuando él quisiera. Estar ahí le ayudaba a pensar, no había nadie, se sentía un ambiente tranquilo lo que necesitaba para tomar una decisión importante, se sentó en su lugar favorito.

Un jardín que estaba un poco oculto, tenía una banca de cemento, enfrente había una pequeña fuente con luces y muchas flores al rededor.

―Hola ―la miró.

―¿Qué haces aquí? —preguntó sin ganas.

―Soy socia de este lugar, ¿lo olvidas? ―negó ―sé porqué estás aquí ―añadió después de varios segundos en silencio.

―¿Ah, sí? —ella tomó asiento a lado de él.

―Sé del nuevo proyecto ―volteó inmediatamente  ―sé que te ofrecieron componer y cantar el tema principal de la película de Carlos Duarte y que a tu noviecita le ofrecieron actuar ¿Quién lo diría? Esa...

―Vanesa, no quiero discutir.

Miró a su alrededor, ese era su lugar y no lo iba a arruinar.

―Tienes razón.

―Y ahora que sabes que tenemos esos proyectos en puerta, ¿no los piensas quitar?

―Sería incapaz de hacerlo ―respondió con la voz más falsa que pudo ―¿Me crees capaz de hacer eso? ―Thomas la miró y ella sonrió ―me conoces muy bien.

―Más de lo que debería.

―Descuida, no voy hacer nada ―dijo con sinceridad  —¿Qué decisión tomó ella?

―Aún no está segura de aceptar.

―Ella ya tomó una decisión.

―¿Y cuál es?

―Escúchame muy bien, tiene miedo de no estar a la altura, todo su elenco son actores con experiencia, unos han estudiado en las mejores escuelas otros solamente han participado en proyectos importantes, Alessia se siente mal, no tiene experiencia y piensa que no está lista para esto.

Se quedó en silencio, no comprendía como ella sabía todo eso.

Ni siquiera la conocía como para decir aquello.

Vanesa hablaba desde su experiencia,  pudo notar en ocasiones que Alessia dudaba mucho de ella misma y era algo normal porque ella pasó por lo mismo.

Perdió muchas oportunidades, por el miedo a no ser suficiente.

―La mente es muy poderosa, puede transformar el paraíso en infierno o el infierno en un paraíso, es tan poderosa que puedes lastimarte o sanarte, todo depende ti.

―Vanesa...

―Thomas, ¿Alessia se quiere dedicar a esto?

―No lo sé, le gusta la actuación pero no sé si tanto como para dedicarse a esto.

―Puedo notar la pasión con la que actúa  —la miró confundido ―la vi en set con Agustín.

―¿Tú estabas ahí? 

―Fui a ver a una amiga y créeme es buena, a pesar de no tener experiencia lo hace bastate bien, si ella acepta, este proyecto le va abrir muchas puertas, el papel que le tocó es importante, eso sin contar que la película es un éxito garantizado, sería su debut en la pantalla grande.

—Si, lo sé.

—Muchos quieren trabajar con Carlos Duarte y ella tiene la oportunidad.

Tenía razón, Carlos Duarte era uno de los productores más importantes del país, cada proyecto que sacaba resultaba ser un éxito, el trabajar con él era como tener un lugar asegurado en la industria.

Su fama se debía a que los actores de sus películas siempre resultaban ser una mina de oro.

―¿Qué te pasa?

―No te entiendo.

―Si estás aquí es por algo, este es nuestro lugar, venimos cuando no sabemos que hacer.

Vanesa sintió algo en el pecho al escucharlo decir nuestro lugar, ella se había comportado de lo peor y él continuaba con esa esencia que lo caracterizaba.

¿Cómo pudo comportarse de esa forma con la persona que lo dio todo para que estuviera bien?

La persona que siempre la apoyó sin importarle nada.

Había cometido una estupidez al engañarlo.

¿Cómo no se dio cuenta de que Thomas era el indicado?

Soltó un suspiro y le dijo porque estaba en ese lugar.

―Me ofrecieron ser protagonista de una novela ―le contó desanimada.

―¿Cuál es el problema?

―Te va sonar absurdo, pero siento que va a llegar algo mejor, el proyecto es increíble, pero siento que si acepto va a llegar lo que tanto he esperado, no sé que hacer.

Se quedaron platicando una hora más, recordaron viejos tiempos, ese lugar sacaba lo mejor de los dos, antes de que se fueran, Vanesa le dijo algo.

"Esto quiero que se lo digas a Alessia va también para ti, escúchame bien" 

Escuchó atentamente  cada palabra que salía de la boca de Vanesa y sonrió cuando ella terminó de hablar, tenía tanta razón, esa era la Vanesa de la que se enamoró.

Thomas se ofreció a llevarla a su casa pero se negó, la dejó ahí y él se subió a su auto.

Su celular empezó a sonar y al ver de quien se trataba sonrió.

Llamada

―¡Princesa! ―respondió con mucha felicidad ―¿Cómo éstas?

―Bien. 

―¿Qué haces despierta a esta hora? ―cuestionó mientras veía la hora en el reloj negro que traía en su muñeca.

―Tengo insomnio, pero eso no importa. 

―¿A qué debo el honor de tu llamada?

―Te extraño mucho ―comentó triste. 

―¿Quieres que te vaya a ver? Puedo tomar un vuelo y al medio día ya estoy contigo.

―No es necesario.

―Sé porque estás así, en unos días se acerca la fecha —ella  no respondió nada  —voy a estar contigo de hecho ya compré los boletos.

―Thomas... —dudó un poco por lo que iba a decir —no te lo tomes a mal, pero...

—Princesa, quieres pasar ese día  sola, ¿no es así?

—Espero no te molestes —dijo un poco apenada.

—Jamás podría molestarme contigo, sabes que te quiero, ¿verdad?

—Yo a ti te adoro —una sonrisa se dibujo en los labios de Thomas —por cierto ¿Cómo vas con tu novia? 

—Princesa, ya te dije que Alessia no es mi novia.

—Eso no es lo que dicen tus ojos.

—¿No sabía que mis ojos decían Alessia, es mi novia?

—Thomas.

Se empezó a reír.

Sabía exactamente a lo que se refería, su princesa lo conocía bastante bien.

¿Quién era ella?

Su hermana, pero no de sangre.

Hace algunos años, crearon una familia de corazón, junto a alguien más.

Una familia que les ayudó mucho a los tres, una familia que hizo que esa amistad fuera más intensa, a tal punto de sentir que eran hermanos sin necesidad de compartir la misma sangre.

Hablaron por más de una hora y luego manejó de regreso a su residencia.

🎬

Se levantó al medio día pensando que Alessia ya estaba despierta, pero se equivocó, tocó varias veces la puerta de la habitación, como nadie respondió decidió entrar, sonrió al verla dormida.

Su cabello cubría parte de su cara y estaba envuelta en las sábanas.

Su mirada descendió hasta sus brazos y frunció ligeramente el entre cejo.

Había algo extraño, se acercó y trató de sacar algo que ella tenía entre sus brazos.

Pensó en hacerlo sin que se despertara, pero falló.

―¿Qué haces? ―se sobresaltó al escucharla.

―¿Te desperté?

—No, no te preocupes, aún sigo dormida.

—Alessia.

—Thomas.

Ambos sonrieron.

—A decir verdad, últimamente hablo con las personas mientras duermen.

—Eso no se puede.

—¿Quién dice?

—Las personas mientras duermen no pueden mantener una conversación, porque se supone que están descansando.

—Si, bueno, eres la excepción.

—¿Cómo? ¿Has hablado conmigo mientras duermo? —asintió.

—Al parecer sueñas conmigo y no te culpo, todas lo hacen.

Él apretó sus labios para no reírse al ver su expresión.

—¿Y qué te hace pensar que estaba soñando contigo? Puede estar soñando con alguien más, alguien importante.

Levantó una ceja.

—No sé, tal vez... porque mencionaste mi nombre.

—Thomas, eso no es cierto.

—Alessia, escuché perfectamente —ella se negaba a creer lo que le estaba diciendo —Me gustaría saber, ¿qué estabas  soñando? —se acercó a ella.

Sus ojos brillaban más que nunca.

Al darse cuenta de lo cerca que estaban, se alejó.

Su mirada bajó de nuevo a eso que estaba debajo de las sábanas.

—¿Qué ves?

  —Lo siento, es solo que me pareció ver algo en tus brazos ―ella sonrió.

―Hablas de mi bebé ―la miró extrañado.

¿Cuál bebé?

¿Tenía una mascota?

―Los voy a presentar ―se acomodó en la cama ―Thomas, te presento a mi hijo, el amor de mi vida, mi rey, mi bebé, mi todo ―lo buscó dentro de las sábanas y se lo enseñó.

―Es un... —miró lo que sostenía en sus manos —oso de peluche —terminó de decir.

Era un oso de peluche de un tamaño pequeño, medía aproximadamente 30 centímetros, tenía un ligero parecido a Sid, el perezoso, de aquella película animada.

―Es mi todo ―sonrió con ternura ―lo tengo desde que era pequeña.

―¿Quién te lo dio?

―Mi abuela ―respondió con un poco de nostalgia.

―Lo siento, debes extrañarla mucho.

―Solo un poco, además la puedo ir a ver cuando quiera.

―Claro, pero no es lo mismo hablar con ella a hablarle a una tumba.

―¿Qué dices? ―preguntó desconcertada ―mi abuela no esta muerta ―aclaró rápidamente ―solo vive en otro país.

―Yo pensé...

―Por suerte está viva y espero que este así muchos años más, créeme que el día que se muera mi mundo se va caer.

―La quieres mucho.

―Si, es muy importante para mi, estuvo en momentos importantes y difíciles.

―Igual tu mamá ¿no?

―Es diferente.

―¿Por qué?

―Crecí con mi abuela, mi mamá tenía que trabajar para sacarme adelante, no le reprocho su ausencia, tenía que hacerlo, porque... ―se quedó callada, estaba por mencionar a su padre.

Apretó sus labios y se tragó sus palabras, podía contarle sin mencionar a su padre.

―Me mandó a las mejores escuelas a pesar de que tuviera que trabajar más para poder pagar la colegiatura, ni siquiera se porque lo hizo.

Jugó con esa pulsera roja que tenía en su mano izquierda.

—Porque quería darte lo mejor.

—Lo entiendo, pero nunca fui buena estudiante, soy muy floja y creo que como madre debió de pensar con claridad para endeudarse por una escuela, pude ser más feliz en una escuela de gobierno, sin tanta presión.

—Tienes un punto, pero a veces ese tipo de escuelas suelen ser un poco más...

¿Cómo explicarlo sin sonar clasista?

—Siento que tú mamá quería que conocieras otro tipo de personas. ¿Me entiendes? —asintió.

—Si, pero es que en ese tipo de escuelas llevaban un nivel académico, muy alto, sentía que no encajaba, me estresaba demasiado por las tareas, a tal punto que en la noche no podía dormir por el horrible dolor de cabeza.

—¿Se lo dijiste a tu mamá?

—Claro que sé lo dije, pero de su parte solo recibía un "Esfuérzate más"

Cortó la frase.

¿Cómo olvidar aquella etapa?

Alessia ya no podía con el ritmo de esa secundaria, era demasiado para ella.

Trataba de esforzarse y dar lo mejor de sí, para que su madre la viera como a sus hermanos, pero nunca lo logró.

Cada vez que veía sus calificaciones decía:

"¿Esto es lo mejor que pudiste dar?"

"¿Por qué no eres inteligente como tus hermanos?"

"¿Tanto te cuesta pensar?"

"No sirves para la escuela"

"No es posible que algo tan sencillo, no lo puedas hacer"

"Esfuérzate más que así no vas a llegar a ningún lado"

Tragó saliva al recordar como su madre la veía, como sino fuera importante.

—Mi abuela nunca dejó que yo hiciera nada cuando vivía en su casa, nunca lavé un plato, no me dejaba cocinar, ni barrer ―miró sus manos ―decía que no quería que se maltrataran mis manos, llegué al kínder sin saber usar las tijeras, pensaba que me iba a cortar.

―¿Tu mamá no decía nada?

―No lo sé, no lo recuerdo muy bien, solo sé que nunca la veía, en la mañana estudiaba y en la tarde trabajaba.

―¿Estudiaba?

―Mi mamá me tuvo cuando era muy joven, no había terminado la carrera.

Hizo una pausa y luego continuó.

―Cuando yo tenía 16 años, mi abuela se fue a España porque su hija, la más pequeña, consiguió una beca y como no quería dejarla sola decidió acompañarla, a partir de ese momento empecé a ayudar en mi casa o algo así, mamá tuvo una oferta de trabajo y nos mudamos, todo cambió, ahora vivimos mucho mejor que antes.

―En todo esto que me contaste no mencionaste a tu papá ¿Por qué? ―se quedó callada ―¿Dónde está realmente?

―Trabajando.

―Alessia...

—No quiero contarte eso.

—Bien, me gusta que lo digas, para ya no insistir.

El tema de su papá era algo que solo sabía su familia.

―Tienes una familia muy bonita ―dijo mientras sostenía un portarretratos con la fotografía de sus padres y hermana ―Sonrió ―nunca pensé que existieran familias como la tuya.

―¿A qué te refieres?

―Son como de película.

―No es así, tenemos problemas como cualquier persona, no somos perfectos.

―Pero tus papás se quieren mucho, se me hace tan difícil creer que una pareja pueda durar tanto tiempo.

—¿Por qué?

—Porque es raro querer a alguien toda la vida, eso es mucho tiempo.

—Creo que es posible amar para siempre a una sola persona.

—¿Crees?

—Si, pero no todos tenemos esa dicha.

—Que complicado —soltó un suspiro y volvió a mirar la fotografía de su familia—. Deben quererlos mucho ―asintió ―¿Qué se siente? ―su pregunta le tomó por sorpresa.

―Tu mamá te ama ―sonrió irónicamente.

―No lo creo.

―¡Alessia!

—¿Desde cuando está prohibido decir la verdad?

Se quedó callado.

―Siempre quise que ella se sintiera orgullosa de mi, pero no lo logré, nunca tuve su atención, mis hermanos si, a ellos los ama y a mi solo me quiere o tal vez ni siquiera eso, te lo puedo jurar, muchas veces lloraba por eso, que estúpido ¿no? ―limpió una lágrima que dejó caer.

Era cansado tener que competir con sus hermanos por un poco de atención, era cansado hacer algo "sobresaliente" para que su madre la mirara, era cansado tener que mendigar por un poco de amor.

Lo único que quería era saber. ¿Por qué era así con ella?

Alessia tuvo mucho amor por parte de su abuela y tíos, pero siempre le faltó su madre.

Su abuela y sus tíos podían quererla, pero nunca se iba a comparar con el amor que te brinda una madre, con esa protección, complicidad, ese apoyo maternal que no te puede dar alguien más por más que se esfuerce.

Él se acercó un poco más a ella.

 ―A ellos los abrazaba, les decía que los quería, cuando le contaba algo no me prestaba mucha atención, pero si ellos le contaban los escuchaba, los halagaba y a mi solo me criticaba "Ya estas más gorda" decía ―sus ojos se llenaron de lágrimas ―me comparaba,  "Deberías ser más como Ara" "Ara es muy bonita y tú de una belleza extraña" "Ara es muy inteligente y tú..."  ―empezó a llorar ―no sé si lo decía en broma, pero yo me lo tomé muy en serio.

Y no era para menos.

Eran críticas e insultos hacía ella y de su propia madre.

Por más que ella tratara de que no le afectara, era imposible, porque quien la trajo al mundo, quien la tuvo nueve meses en su vientre, lo decía.

Hay ocasiones en las que tu familia, amigos o pareja, hacen comentarios en "broma" sobre ti y no sé dan cuenta o tal vez si, de que te lastiman, te causan inseguridades y tú vas creciendo con eso, dicen que te quieren, pero si esa es su forma de querer es mejor alejarse.

Sino pones un alto a esos insultos, nunca van a parar y van a ir en aumento.

No permitas que nadie, nadie, te haga sentir que no vales, que no eres suficiente por X o Y razón, porque tú, corazón, lo vales todo y es algo que debes empezar a creer.

Eres suficiente, grábalo en esa cabeza dura, que a veces nos hace pensar lo contrario por culpa de alguien más o por culpa de nosotros mismos.

Claro que cada día podemos mejorar y eso no tiene porque estar mal.

 —Pero lo que más odiaba es que cuando mis hermanos me insultaban, no les decía nada porque estaban "Chiquitos" me tuve que aguantar muchas groserías, mi mamá me creó mucha inseguridad, no es mala, porque me defendió muchas veces de personas que me hacían bullyng, buscó lo mejor para mí pero sin darse cuenta me lastimó mucho ―abrazó a su oso con fuerza mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

Hizo una pequeña pausa y seco algunas lágrimas. 

—Por eso es tan importante para mi, cuando necesitaba un abrazo el me lo daba, cuando sentía que ya no podía solo lo abrazaba y todo pasaba, el estuvo para mi incondicionalmente, cuando tenía buenos momentos, cuando lloraba, cuando estaba enojada, cuando me pasaba algo, cuando me gustaba alguien, cuando di mi primer beso, le contaba todo, este oso es el motivo por el que sigo aquí, tal vez te parezca ridículo, una chica casi de dieciocho años con peluche, algo tonto ¿no? —Thomas negó —me dio el cariño que necesitaba.

Era tan triste que ese oso de peluche, fuera su familia, que sintiera la necesidad de abrazarlo y contarle cosas porque nadie más lo hacía.

Mientras Thomas sentía un nudo en la garganta ella sentía que ese nudo que había tenido por años se había esfumado.

Sentía un alivio de haberlo contado.

Él la abrazó mientras ella lloraba, Alessia le mostró su parte más sensible, le contó algo muy personal, algo que había guardado durante mucho tiempo y que la estaba lastimando.

Algo con lo que tuvo que aprender a vivir, porque quería ser mejor persona, quería ser feliz sin necesidad de alguien, quería encontrarse, quería conocer, quería cumplir sus metas y esa fue la razón por la que ella no acabó con su vida.

Por ella misma.

 ―Hueles rico ―dijo después de unos minutos y ambos rieron.

―Gracias, es nuevo —añadió refiriéndose a la fragancia que había inalado Alessia de su ropa.

―Me encanta —se separó un poco de él —es como muy tú.

Pasó sus pulgares por sus mejillas para secarle sus lágrimas.

―Alessia, quiero que recuerdes siempre algo ―bajó la mirada ―mírame ―no lo hizo y él levantó su mentón, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, como cuando hace mucho frío y tu nariz se congela por la baja temperatura ―no importa lo que piense tu familia, tus amigos, ni siquiera importa lo que piense yo, lo único que importa es lo que tú piensas de ti —lo abrazó —Eso me lo dijo alguien importante.

Se refirió a Vanesa, a aquella platica que tuvieron en el club de yates.

—Se que no es fácil, porque nos enseñaron que lo más importante es la opinión de nuestra familia o de los demás, pero no es así, lo que más importa es tu propia opinión.

Asintió.

―Gracias por escucharme.

—¿Por qué me das las gracias? Yo pagaría por escucharte hablar.

—Thomas.

—Alessia.

Sonrieron.

―¿Quieren desayunar? ―le preguntó a oso y a ella.

―Por supuesto, solo me baño.

―Los espero ―salió de la habitación.

Se bañó y arregló, se sentía tan bien de haber hablado, se había quitado un peso de encima.

Luego de desayunar, fueron a caminar, se les pasó el día entre compras y risas.

Ambos soltaron un suspiro.

Ya era la hora de hablar con Duarte y darle una respuesta, llegaron a la cafetería cinco minutos antes, él tardó unos minutos en llegar.

―Y bien ¿Qué decisión tomaron?

―Antes que nada, te agradecemos que nos hayas considerado para este proyecto ―dijo Thomas y Carlos le regaló una sonrisa.

―Alessia, ¿Qué decidiste?

―Aceptó ser parte de este proyecto ―sonrió y sintió que el alma le volvió al cuerpo, si ella no aceptaba tenía que eliminar ese personaje.

―Thomas...

―Mientras veíamos las películas, tuve una lluvia de ideas, la canción está casi lista.

―Me da mucho gusto que sean parte de esto ―sacó unos papeles ―aquí están sus contratos.

Puso dos folders en la mesa, uno para cada uno.

―¿Lo puedo firmar siendo menor de edad? —preguntó mientras le echaba un vistazo a las hojas.

Carlos se sorprendió al escucharla, fue como si le hubieran aventado una bandeja de agua fría, miró a Thomas y pensó que cómo era posible que él tuviera algo con una menor de edad.

Lo quería como a un hijo y le preocupaba que se metiera en problemas.

Habían trabajado juntos en varias ocasiones y ambos sentían cariño y respeto por el otro.

―Hay problema con mi edad, ¿cierto?

―Como productor no, solo necesitamos la autorización de tus padres, ¿crees que haya problema con eso?

Negó, aunque por dentro esa idea le preocupaba.

¿Cómo le iba a explicar a su madre?

¿Cómo iba a conseguir su autorización?

Ese era un problema.

―Entonces está todo bien ―sonó el celular de Alessia, se levantó y fue a otro lado a contestar ―Thomas, eres como un hijo para mi y me preocupa mucho que estés saliendo con alguien menor que tú, te puedes meter en problemas legales, ¿eres consciente?

―Ella y yo no estamos saliendo, solo somos amigos.

―¿Me estás diciendo la verdad?

—No tendría porque mentirte, créeme todo lo que dicen los medios es falso, tú sabes cómo es esto y si estuviéramos saliendo no tendría por qué ocultarlo.

―Me quedo más tranquilo con esto, no quiero que te metas en problemas.

―Carlos, ¿te puedo pedir un favor como amigos? ―asintió ―respecto a la edad de Alessia te pido que se quede entre nosotros, no lo comentes con nadie, ni siquiera con parte del elenco de la película o colegas, si la prensa se llega a enterar de esto...

―No te preocupes, esto se queda entre nosotros.

—Gracias.

―Disculpen, pero tenía que contestar ―volvió a tomar asiento ―¿En serio no hay problema con mi edad?

―Por supuesto que no, solo necesito la autorización de tus padres o tutor, ¿lo podrías tener en dos días?

―Claro.

―Bien, así podemos empezar a grabar, sabes que estamos atrasados. Sigues estudiando, ¿verdad?

―Si, de hecho tuvimos un viaje y nos van a dar como tipo vacaciones, nos van a mandar los trabajos por correo.

―¿Cuánto tiempo?

―Me parece que durante dos o tres semanas.

—¡Perfecto! En menos de tres semanas grabamos tus escenas.

―¿Es posible?

―Por supuesto, ejemplo de ello, Paulo,  actor que interpreta a Sebastián, ¿lo recuerdan? ―ambos asintieron ―le ofrecieron un proyecto en Madrid y aceptó, así que antes de que él se fuera grabamos todas sus escenas, es lo mismo que vamos a hacer contigo. Así después de grabar sigues estudiando, sin necesidad de perder clases. ¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo?

―Si.

―Hola, Carlos ―interrumpió una mujer de 44 años ―¿Cómo estás?

―Bien ¿Quieres tomar asiento? 

—No, solo te recuerdo lo de mi hija ―lo miró esperando una respuesta, pero al no recibirla, dirigió su mirada hacía otro lado y vio a Thomas ―Hola ―le dio un beso en la mejilla ―no sabía que estabas aquí, una disculpa por...

―Tu hija no es lo que busco ―añadió Carlos y la cara de la mujer cambió de inmediato ―hizo el casting pero el papel no es para ella, lo siento Marlia.

―Te vas arrepentir ―le advirtió y se fue de ahí molesta sin despedirse.

―Les pido una disculpa por este incidente ―agregó el productor.

―¿Ella es Marlia Berya? ―asintieron ―es una increíble actriz, aunque no sabía que tenía hijos.

―Solo una, Glacia, ella quería que su hija formara parte de otro proyecto, una película que se empieza a grabar a finales del próximo año, hizo el casting pero como le dije, no es lo que busco. Alessia empezaremos a grabar en dos días que es cuando me vas a entregar la autorización.

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