Exhaló animándose a sí mismo, la fila se acortaba una persona tras otra hasta que finalmente su mirada se atascó torpemente en la mirada del guardia de seguridad.
— Nombre y apellido
— Kim Taehyung — sonrió sin recibir nada de vuelta.
— Kim... Kim... acá, okay, entra. Pasa rápido para evitar obstrucciones.
— Si, gracias.
Suspiró una vez dentro del local, y como prometió, caminó rápidamente a través del estrecho pasillo en el que un par de parejas se besuqueaban. Cuando ingresó, casi queda cegado por la cantidade de luces parpadeando en todo el lugar.
— ¡Tae! — Jimin no tardó en identificar a su mejor amigo.
— Hey, hola.
— No, dios, te ves precioso, basta.
Taehyung rió murmurando un "gracias".
— Milagro pasas por aquí, ¿acabaste sesiones?
— Si... osea no, pero estaba cansado del trabajo, los modelos también, así que, nada, creo que merezco un descanso.
— Claro que si, has estado trabajando demasiado últimamente, ven, te acompaño a la barra, ya verás cómo te animas en breve — Jimin le guiñó un ojo y Tae rió.
Atravesaron la pista de baile y a penas Tae se sentó en una de las sillas, Jimin fue jalado por unos brazos que lo regresaron a la muchedumbre.
— Disculpa, bonito, ¿bailas?
Tae sonrió viendo la pareja divertirse. Yoongi había cambiado mucho desde que esos dos tortolos se conocieron. Quién iba a pensar que le iba lo dulce y meloso.
Volteó hacia el barman y este lo miró expectante.
— Una piña colada, por favor, sin... sin alcohol.
Cuando el barman comenzaba a preparar su bebida, escuchó una risa a su costado. Su rostro extrañado se dirigió al desconocido quien lo miraba con gracia. Los ojos de Tae se estrecharon con una silenciosa pregunta.
¿De qué te ríes?
Y no había que pensar mucho para inferir que el chico se estaba riendo de su pedido mientras jugueteaba con su propia bebida: ron con Coca Cola.
Regresó su mirada al barman intentando ignorar que evidentemente esa persona estaba burlándose de él.
Dentro de poco el barman le entregó una preciosa copa que variaba entre tonalidades amarillas, naranjas y rosas.
Se ve más bonito que el suyo...
Tae casi ríe de lo infantil que estaba siendo. Quiso pedir una cañita para tomar la bebida pero cuando levanto la mirada sintió la presenciade alguien cerca, muy cerca de su derecha.
— El ron, ¿Cuánto es?
— 5000 wones
— Tenga
Tae intentó, de verdad intentó no volver a mirar al joven pero la curiosidad pudo más ¿quería algo de él? Porque evidentemente algo quería decirle con ese tono burlesco y la extraña cercanía. O bueno quizás sólo estaba muy sensible, si, tal vez era el estrés, es decir, claro que debe haberse extrañado porque ¿quién pedía bebida sin alcohol en una fiesta tan grande como esa? ¿Quién-
— Yo se la doy.
¿Hm?
Y de pronto tenía al bonito desconocido rompiendo el empaque de la cañita, introduciéndola en su propia bebida.
— Provecho — su mirada se detuvo en los tatuajes de su mano y siguió su recorrido hasta las facciones que le estaban robando mucho más aliento de lo que Tae hubiera esperado.
Quería- no, necesitaba tomarle alguna foto, dios, no podía ser tan-
Se fue.
Taehyung volvió a respirar con normalidad, su mirada se percató de Jimin y Yoongi aún en la pista, su pulgar jugueteó con la cañita de su bebida y en sus pensamientos sólo se imaginaba la de retratos que podría haberle sacado al burlón ese.
Sonrió sabiendo que no era de los que se atrevían a hablarle a desconocidos guapos y se dirigió a la pista de baile para pasar un buen rato
...
— ¡Regresaaas!
— Que síiii, sólo necesito aire.
Ya habían pasado horas bailando con la parejita y gente desconocida, su batería social definitivamente no daba para más. Respiró una vez cerca de un balcón con terraza. Necesitaba aire.
Tenía todas las ganas de salir hasta que vio a alguien fumar ahí fuera.
Mierda.
Necesitaba aire igual.
Estaba sobrio pero, en un lugar así de eufórico, estar demasiado sobrio hasta mareaba.
Su cabeza se asomó por el marco de la puerta de aquel balcón y, oh sorpresa, Sr. Burlón también fumaba.
Malas noticias, no fue tan silencioso como quiso y el contrario ya era consciente de su presencia.
— Eh, niño azúcar.
¿NIÑO? ¿NIÑO QUÉ?
— ¿D-disculpa?
El desconocido exhalo un poco de humo y sonrió.
— ¿Disfrutaste de tu piña colada?
— Claro que si, estaba buenísima — musitó orgulloso.
— Ya, me imagino — el chico sonrió con gracia, bajo la mirada paseándose por los bonitos detalles de la ropa de Tae hacia sus tiernas expresiones. Se mordió ligeramente el labio cuando notó que Taehyung fruncía sutilmente su nariz cada q ue calaba del cigarro —
¿Te incomoda?
¿Tú? Un poquito bastante — pensó Kim.
— Si — el otro ladeó la cabeza— Soy algo alérgico al humo.
— Entendible — apagó el cigarro dejando caer la colilla en uno de los platitos sobre la pequeña mesa frente suyo.
Taehyung caminó hacia las barandas del balcón, dejándose abrazar por el aire ligeramente cálido de primavera. Entonces, sintió al otro acercarse a su lado.
— ¿Cómo te llamas?
Taehyung no dudó mucho, ni siquiera podía culpar al alcohol de la confianza que le daba a alguien que no conocía. Culparía a lo atractivo que era.
— Kim Taehyung — lo miró — Y tú eres...
— Jeon Jungkook — ambos pares de ojos se encontaron por unos segundos. En el pecho de ambos estaba asentándose una calidez extraña.
— Oh, eres el que organizó la fiesta.
— Sí, estaba aburrido.
— Sigues aburrido por lo que veo — Taehyung le sonrió y Jungkook juró haber visto sus ojos brillar.
— N-no... no tanto — agachó la cabeza, sintiéndose abrumado por la belleza del contrario. Desde que lo vio le había encantado lo inconcientemente hermoso que era, y ahora, teniéndolo en frente, no sabía si podría mantener la fachada de "no me afecta lo bonito que eres" — ¿Puedo preguntar por qué no tomas?
En realidad sabía que quizás se había pasado con la pregunta pero los nervios hablaron.
— Estoy en tratamiento por insomnio — Taehyung sólo respondió, abriéndose a él — ¿Puedo preguntar por qué fumas? — le regresó la pregunta.
— Calma mi ansiedad.
Taehyung miró las manos del contrario jugar entre sí mientras tenía los codos sobre la baranda como él. Quiso saber si delinear sus tatuajes con sus propios dedos podría ayudarlo en esos días en los que ambos pasaban malos ratos.
Sí, ya comenzaba a imaginarse futuros días con aquel chico bonito. Necesitaba parar.
— Uh, yo... entiendo, de verdad.
— Si, lo sé — Jungkook suspiró y le volvió a sonreír un poco triste. Ambos sabían que los males de la mente eran difíciles de sobrellevar — ¿Te molesta el vape?
Taehyung miró con curiosidad un pequeño aparatito electrónico negro entre los dedos de Jungkook.
— No, creo que eso no tanto, en realidad nunca lo he probado...
— ¿Te gustaría probarlo?
— S-si.
— Ten
Le acercó el aparato a los labios, Taehyung lo miró con inocencia esperando con los labios semiabiertos.
Jungkook nunca deseó tanto ser una máquina de vape.
Acercó más el artefacto y dejó algo de humo salir. Rió cuando Taehyung tosió un poco y comenzóa reír de la situación. Ambos movieron sus manos en el aire, sus miradas buscándose entre el vapor.
— Es dulce, me gusta — Tae volvió a sonreír por fin mirándolo con nitidez. Jungkook elevó las cejas y la mano preguntándole tácitamente si deseaba más.
Una probada, dos, los labios de Tae, iluminados por la luna, se le hacían cada vez más brillantes a Jungkook. A la tercera calada, se acercó al chico, los ojitos de Tae prendieron cierta gracia por la sorpresa de la cercanía. Kim pestañeó lentamente, intentado que el lento movimiento de sus pestañas pudieran decirle a Jungkook que sí, sí quería, claro que quería.
Jungkook le volvió a acercar el vape a los labios, con una esquina los rozó, y dejó su otra mano tomarlo de la barbilla. Buscó la mirada de Taehyung quién tenía la mirada expectante y los párpados casi gritándole que lo haga.
Entonces lo hizo, cubrió con delicadeza los labios de Taehyung con los suyos. Ni siquiera esperó, pasó su húmeda lengua por su labio inferior rogando por permiso. Permiso que Tae le dio sin dudar. El contrario enroscó sus brazos alrededor de su nuca, jugueteando con su largo cabello negro. Sus lenguas se encontraron tímidamente pero rapidamente entraron en condianza. Taehyung, probando de esa mezcla de dulzor y ron, finalmente soltó un suspiro cuando su cintura fue apresada por la mano tintada del contrario.
Y Jungkook rompió el beso por única vez en aquella noche para decirle en un roce de narices y suspiros agitados.
— Eres dulce, me gustas.
[...]
Waaa, después de tiempo regreso a escribir, ¿qué les pareció? ¿Les gustaría más de estas mini-historias?
— Blue ♡