Devilish | kv

By nirex-

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"Si me ves, bésame, hazme un lugar entre tu piel, que los rasgos de mi cara no te impidan ver mi ser..." Tras... More

👹 Warning.
Booktrailer.
Capítulo uno.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo final.
Extra.

Capítulo dos.

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By nirex-

Se siente tan exhausto, su cuerpo y pies duelen pues ha caminado por horas por aquella vegetación poblada de hermosos arbustos, los cuales danzan al compás del viento cálido de otoño, las pequeñas hojas secas caen sobre el césped, quedando algunas intrusas por su cabello y hombros. Camina sin rumbo fijo en línea recta, sin embargo, algo extraño ocurre después, puesto que aquel abono de hojas secas vuelve a aparecer frente a él, así que tiene que esquivarlo para seguir su camino, lo ha hecho unas dos veces ya, así que sigue su andar y presta un poco más de atención al camino. Y las cosas se complican cuando se percata que está a punto de cruzar nuevamente el abono de hojas, algo no estaba bien.

Se queda de pie y voltea hacia ambas direcciones, está atestado de arbustos por lo que no puede observar si hay algún camino que logre sacarle de ahí. Está a punto de dirigirse hacia la derecha y explorar, cuando un chistido se escucha a sus espaldas, de inmediato gira su cabeza y mira por sobre su hombro y, detrás de un gran sauce, yace mirándolo Kim Go Eun, su madre, la cual lleva su vestido favorito rosado con flores bordadas, su cabello en una coleta que sujeta un tierno moño.

Y ella le ve con sus ojos azules penetrantes, por vez que lentamente se va formando una sonrisa en su rostro que se ensancha cada vez más al punto de hacer sus pómulos alzar, pero algo no está bien; lo sabe porque no se puede percibir la dulzura en su mirada, y si es honesto, un ápice de zozobra se instala en su pecho pues en ningún momento ella ha pestañeado, incluso, sus ojos se han abierto un poco más al igual que su sonrisa la cual se vuelve más tétrica.

Entonces, los ojos de Taehyung se humedecen pues está intentando moverse pero parece que sus pies se han anclado al suelo, y en un amago por dejar de observar, dirige su mirada al frente pero, le ve nuevamente ahí frente a él, y está vez ella no se encuentra sola, pues tras ella, una figura que le dobla la estatura le susurra cosas al oído, frases inteligibles al ser una legua que Taehyung desconoce, aquello le provoca pánico y ganas inmensas de huir.

Sin embargo, se percata de que ella puede entender lo que aquella oscuridad manifiesta, pues su sonrisa crece a medida que las palabras del ente comienzan a tomar velocidad y, con aquellos ojos sin vida, y expresión sombría, extiende sus brazos y separa con lentitud sus dedos, persuadiéndolo con ese simple gesto. Él está consciente y puede percibir que aquella mujer frente a él, no es su madre.

─ ¡Lárgate, déjame tranquilo!

Con desesperación hace el amago por mover sus pies y salir corriendo cuando el sonido de las hojas quebrarse bajo los pies desnudos de la mujer se apodera del ambiente, que ya no luce precioso como al inicio, ahora solo es un camino recto y desolado que le envuelve mientras ella se acerca a paso lento, con los brazos extendidos balbuceando cosas que Taehyung no puede entender, sus lágrimas se acomulan en sus ojos y caen por sus mejillas al verse incapaz de huir.

─ Es un sueño Taehyung, es un maldito sueño... ─ se dice a sí mismo, apretando sus ojos con fuerza y se abraza, intentando inútilmente protegerse.

─ Abre los ojos TaeTae...

Y su corazón duele y sus lágrimas brotan como corriente al escuchar la voz dulce de su madre hablarle al oído, y es tan débil si de ella se trata, por lo que sin más, obedece.

Cuando sus ojos se abren de golpe lo primero que aparece frente a sus ojos es el techado de su habitación en penumbras, al mismo tiempo que se ve aferrado al vestido de su madre tratando de regular su respiración, la habitación está ardiendo al igual que el colchón, gotas de sudor recorren su frente y su cabello está adherido a ella.

No obstante, por el rabillo de su ojo puede observar al fondo de su habitación, una sombra corpulenta de metro y noventa que le parece familiar «El de mi pesadilla» se susurra a sí mismo por vez que con una rapidez inhumana toma valor y se levanta de la cama, enciende las luces y mira a su alrededor, para darse cuenta de que se encuentra completamente solo.

Con cansancio pierde el equilibrio y su espalda choca contra la pared, se desliza por esta hasta caer al suelo, abrazando sus piernas mientras su mirada cae sobre su reloj digital dónde se puede leer...

31 de octubre de 2021.
3:11 AM.

Suelta un suspiro profundo y lleva sus manos hacia su cabello castaño peinado este hacia atrás.

─ Vale, fue solo un sueño, estoy bien, nada malo ocurrirá, estaré bien. ─ se dijo después de decidir que al menos esa noche, se mantendría despierto hasta que la luz del sol entrara por su ventana...

31 de octubre de 2021.
8:11 PM.

La vibración de su smartphone sobre la madera de la mesita de noche le hace despertar inmediatamente, al chequear el identificador observa en la pantalla una foto de él junto a su mejor amigo, Park Jimin, sonríe por primera vez en los últimos días y lleva el teléfono a su oído para escuchar la voz ensordecedora de su hyung.

─ ¿Aló?

¡Hola Tae! ¿Te desperté? Tu voz suena ronca y somnolienta.

─ Sip, realmente tomé una siesta pues prácticamente no pude dormir esta madrugada.

¿Una vez más aquellos sueños?

Un silencio se apodera de la línea, no es un secreto que Jimin lo mencione puesto que saben todo el uno del otro, una larga y sincera amistad de diez años era el fruto de aquella confianza a ciegas que ambos se tenían. Pero había cosas, que simplemente no podía decirle, como aquellos rituales extraños que buscó por internet e intentó por una larga semana solo con la ilusión de hablar con su madre fallecida.

─ Si, el mismo escenario, pero ella era distinta, está vez, ella no era mi madre Jimin.

¿A qué te refieres, hay algo de lo que no esté enterado?

Taehyung guarda silencio y fija su mirada hacia el tablero que aún yace bajo su cama, cierra los ojos y niega lentamente, no puede meter a Jimin en estas cosas, simplemente no puede.

─ Realmente nada, bueno, solo algo que tiene que ver con aquel hombre que se hace llamar mi padre, pero eso preferiría hablarlo en persona, si no te importa.

En realidad no, ¿podemos vernos? Incluso te llamé para quedar contigo en la discoteca de Yoongi hyung, esta noche solo reservó para sus amigos y para los míos.

─ Solo yo soy tu amigo, Jimin hyung.

Ambos sonríen y suspiran pesadamente en la línea.

Si bueno, es mejor calidad que cantidad ¿No?

─ Estoy de acuerdo, pero hyung, tienes que venir por mi, nuevamente estoy castigado, pero en fin, tú sabes que hacer ¿cierto?

─ Por supuesto, te veo frente a la casa del señor Jung en una hora. Vístete lindo, habrán chicos guapos. ─ y con un beso en la bocina, Jimin se despidió de su mejor amigo.

Echa un vistazo por última vez a la puerta de su habitación y sin remordimiento alguno tira del pestillo de la ventana y la abre en su totalidad. Pasa una pierna y enseguida la otra, se sujeta fuertemente del marco por vez que posiciona correctamente sus pies en el tejado, y una vez que entrecierra la ventana, camina con tranquilidad, sujetándose de vez en cuando a los tabiques para no perder el equilibrio y caer al vacío. Lo cual no ocurre una vez que sus pies tocan el césped semiseco y las flores marchitas que adornan el frente de su hogar.

Y a pasos sigilosos sale por entre los arbustos y echa un vistazo hacia la cochera, y se percata de que él no está en casa.
Supone que debe estar bebiendo y gastando el poco dinero que les queda para vivir decentemente, pero vamos, le importaba poco, en un año tendría la suficiente edad para largarse de ahí, pues Jimin y él tenían planes de dejar Daegu para viajar a Canadá, en donde él estudiaría la universidad con el dinero que su madre le dejó en una cuenta propia, y lo deseaba tanto, poder largarse, ser libre y tal vez comenzar de cero.

Y con una efímera sonrisa en su rostro comienza a correr directo a casa del señor Jung, la cual se encuentra a unas cuantas casas abajo, entonces le vio, el auto de Jimin parqueado frente a la casa, y sin más subió de inmediato antes de que cualquier vecino entrometido arruinara sus planes de esta noche.

Entra y coloca su cinturón de seguridad bajo la atenta mirada de su amigo, quien puede observar de soslayo su rostro, el cual luce con una sonrisa la cual desaparece dejando ver una expresión de pena. Parece que el maquillaje que colocó en su rostro no fue el suficiente para ocultar lo obvio.

─ ¡Quiero matar a ese idiota! ¿Cómo es capaz de hacerte esto? ─ golpea con fuerza el volante y Taehyung no puede dejar de mirar al suelo.

─ No es como si no estuviese acostumbrado a ello, además hyung, sé que tarde o temprano el tiempo se cobrará todas y cada una de las golpizas que nos propinó a mi madre y a mí, e irá a dónde pertenece, al maldito infierno.

Los ojos de Taehyung se oscurecen y Jimin solo puede sentir un dolor en su pecho que incrementa con el paso del tiempo, pues aquel brillo había desaparecido incluso antes de que Go Eun partiera de este mundo.
Nadie más que él sabe de la fuerte depresión que Taehyung se hace cargo de ahuyentar por el resto del día para finalmente tratar de lidiar con ella en la soledad de su habitación llegada la noche. Lo sabe porque él estuvo ahí, sosteniendo su mano contra la suya, brindándole su hombro para que su amigo pudiese dejar ir aquello que le atormentaba, repartiendo caricias por su cabello hasta que él quedaba dormido sobre su regazo para, a la mañana siguiente, despertar como si nada estuviese pasando, y le dolía, le rompía en el alma ver a su mejor amigo así.

Y asimismo, para aligerar el ambiente, acaricia la mejilla de Taehyung con lentitud, para posteriormente alborotar sus hebras pelirrojas y escuchar un gruñido que le hace sonreír.

─ Vas a echar a perder las tres horas que pasé peinando mi cabello. Mantener unos rizos así de bonitos no es nada fácil Jimin hyung.

Y esa sonrisa apareció en su rostro, la cual iluminó no solo la noche de Jimin, quien lo veía con atención, si no también el rostro hermoso de Taehyung, el cual no tenía ni idea de lo que ocurriría una vez llegaran a la discoteca...

31 de octubre de 2021.
11:11 PM
Dos días antes...

Las luces neón les reciben en su totalidad cuando sin problema entran a la discoteca. Jimin se las arregló para conseguir una identificación falsa para Taehyung, la cual le beneficiaba cuando ambos deseaban deshacerse de sus problemas emocionales y sociales, yendo a bares o discotecas donde pretendían ser otros solo por unas cuantas horas, teniendo en cuenta que después llegaría el golpe de realidad al estar en la soledad de sus habitaciones.

Sin embargo, Taehyung se prometió disfrutar esa noche como si fuese la última; bailaría hasta que sus pies se cansaran, reiría sin parar hasta que su abdomen doliera, y disfrutaría la noche en su totalidad hasta caer exhausto en algún rincón de la discoteca, o en alguna habitación ¿Por qué no? Llevaba semanas sin recibir una buena follada, lo necesitaba, se lo merecía después de tanta mierda.

─ ¡Hey, mira quién está allá! ─ con su pequeño dedo índice señala a Jung Hoseok, el cual está con sus amigos en una mesa circular, bebiendo y riendo con ellos. ─ ¿No irás a hablarle?

─ Nah, es un idiota closetero que me hizo meterme en problemas con el idiota de mi padre después de rumorear y levantar su ego diciendo que "El marica de Taehyung me pidió cojerlo en la fiesta de Dahyun, y me negué, no soy un marica."

─ ¡Pero que imbécil! Si fue él el que te buscó y rogó hasta que follaron en la habitación de los padres de Dae.

─ ¡Es un cabrón! Y ahora míralo, en una fiesta privada homosexual. Idiota.

─ Solo olvida a ese imbécil y vayamos a bailar un poco ¿Te parece? ─ dice Jimin emocionado, halando el brazo de su amigo, arrastrándolo hacia la pista.

─ Me encantaría, pero alguien está esperando por ti.─ levanta su mentón y señala hacia el segundo piso de la disco.

Justo ahí se encontraba Min Yoongi, un hombre mayor que Jimin conoció en una aplicación de citas por internet. Afortunadamente todo había salido bien para ambos, ya que llevaban una relación a escondidas de los padres de Jimin hace aproximadamente tres meses atrás. Y como el poco disimulado que era Park, dio pequeños saltitos en su lugar con emoción al vislumbrar a su novio sonriéndole a la distancia e invitándoles a acercarse.

─ ¡Vamos! ─ le dice sujetándolo de la mano.

─ ¡Por supuesto que no! Ve tú, no quiero ser la tercera rueda ahí.

─ ¡Oh, pero no te puedo dejar aquí solito!

─ ¡Madre mía! No soy un bebe, hyung estaré bien solo ve, si me aburro iré a buscarte ¿Vale?

Jimin dirige su mirada hacia su novio, y sus ojos brillantes le hacen saber lo que desea al perderse entre la multitud y entrar a un pequeño salón al cual sólo él tiene acceso, y por supuesto, ahora Jimin quien es su pareja.
Así que con una sonrisa acaricia la mejilla de su amigo con cariño y se aleja, dejándolo solo en medio de la pista, sin tener idea que, en un futuro próximo, jamás dejaría de reprocharse aquella terrible decisión...

12:12 AM.

Taehyung no cumplió con su propia promesa. Una hora había pasado ya y él no se había levantado de aquella silla giratoria frente a la barra de bebidas, solo se limitaba a observar a su alrededor, pues era grandioso ver como los chicos se dejaban llevar en la pista, como se besaban y demostraban amor sin miedo al qué dirán, una sonrisa se curvó en sus labios al darse cuenta que por algunas horas, podrían ser ellos mismos bajo aquellas cuatro paredes.

Asimismo, él estaba tentado en bailar con algún chico, sin embargo todos aquellos que le invitaron minutos atrás, estaban tan ebrios que claramente se negó, odiaba el alcohol y toda sustancia nociva; debido a su padre. Movió la cabeza de un lado al otro y desechó los pensamientos sobre aquel tipo, pues no permitiría que ese imbécil hiciera acto de presencia en sus pensamientos.

Hoy se juró a sí mismo divertirse, de todos modos lo haría, pues ya se encontraba ahí.
Por lo que antes de levantarse a bailar, bebió un poco de su jugo tropical, y al dejar la copa sobre la barra, sintió una mirada pesada que ocasionó que una corriente recorriera su espina dorsal hasta lograr erizar el cabello de su nuca.

Fue extraño como su corazón comenzó a latir desbocado contra su caja toráxica, latió hasta el punto en el que sintió que de no parar, saldría disparado de su pecho, por tal razón giró su rostro y sobre su hombro observó al otro extremo de la discoteca; un hombre alto de cabellera larga y rizada, se encontraba tranquilamente de pie recargando su espalda sobre el muro de concreto con sus brazos y piernas cruzadas mirándolo fijamente, mientras fumaba un cigarrillo con una suave sonrisa en sus labios.
A simple vista parecía ser un hombre interesante y atractivo; su camisa de botones semi abierta mostraba un poco su pecho que a la distancia, se observaba marcado con tatuajes, las mangas de su camisa remangadas muestran cómo sus brazos también son adornados con tinta negra; pantalones oscuros rasgados y unas botas Prada de piel que hacían juego perfecto con su estilo.
Taehyung definitivamente concluyó que se pondría manos a la obra.

Primeramente, lleva varios mechones de cabello castaño detrás de su oreja con lentitud por vez que, con las yemas de sus dedos, acaricia la piel de sus mejillas hasta llevar su dedo índice a sus labios entreabiertos, delineando el borde de éstos con calma para finalmente sonreír con complicidad, y relame sus labios cuando se percata que el hombre le ha devuelto la sonrisa al notar sus intenciones. Acto seguido, gira sobre sus talones y dirige su andar hacia el centro de la pista de baile, y con una sensualidad innata, menea sus caderas al ritmo de la música lenta que inunda el lugar. Pareciera como si todo estuviese cuadrando para que Taehyung le mostrara su delicadeza y sensualidad.

Y como tercer acto, se dejó llevar. Cerró los ojos y movió su cuerpo, elevó sus manos para posteriormente recorrer su anatomía con ellas; primero su rostro, después sus hombros hasta recorrer su cintura y glúteos, repitiendo la acción algunas veces más hasta saciar a aquel hombre que seguía mirándole con devoción, pues su danza era sutil, fina, y destacaba entre las demás. Ese chico lucía tan puro.

Minutos después la canción cambió a una más suave. No estaba dispuesto a detenerse, no cuando por el rabillo del ojo pudo observar con atención como el hombre apaga el cigarrillo y se hace paso por la multitud para finalmente llegar hacia él y sujetarlo de las caderas tan posesivamente que un gemido salió de los labios de Taehyung al sentir la calidez de las manos contrarias hacerse paso por la piel que no cubría su crop top.

─ Eres incluso más sexy de cerca. ─ dice él sobre su oído, la piel de Taehyung se eriza al percibir el aliento tibio y mentolado, así como el sutil aroma a loción fuerte y masculina, sin duda estaba de suerte, al menos eso creyó.

─ Uhm, seguro se lo dices a cada chico al que te acercas. ─ responde en un tono suave y seductor, cosa que provoca una risa ronca del hombre.

─ Puede ser, aunque te puedo asegurar que ninguno ha sido tan precioso y atrayente como tú.

─ ¿Te parece? ─ cuestiona, colocando su espalda sobre el pecho del hombre desconocido y ondeando sus caderas suavemente sobre la entrepierna ajena.

─ Bastante, llevo observándote desde que llegaste, supongo que no lo notaste.

─ Para nada, veo que eres bueno escabulléndote, aunque soy honesto, me hubiese gustado que te acercaras a mi desde antes, la hubiésemos pasado demasiado bien. ─ los movimientos de su cadera son más marcados y rápidos, prácticamente se está restregado contra él, y joder, le encanta.

─ La noche es larga, podemos pasarla bien de aquí en adelante, pues no estoy dispuesto a dejarte ir dulzura.

─ No deseo que lo hagas, pasemosla bien esta noche, encárgate de que sea la mejor de mi vida.

Se gira y le ve sobre su hombro, y cuando sus ojos azules y los ojos ámbar contrarios conectan, Taehyung se da cuenta que esa mirada le resulta bastante familiar, sin embargo, no se detiene a pensarlo mucho cuando el hombre lo gira sobre su propio eje y lo toma nuevamente de las caderas para unir sus pechos, Taehyung enreda sus brazos en el cuello ajeno y ladea su cabeza por vez que observa la perfección que irradia el hombre frente a él; su cabello ondulado y azabache cubre un poco su mirada, pese a ello Taehyung puede percibir lo grandes y preciosos que son los ojos contrarios, asimismo, su mirada viajó hacia sus labios en una tonalidad carmesí, los cuales mordía constantemente de la misma manera en la que movía el piercing que se encuentra en su labio inferior. Su rostro es totalmente hermoso, jamás había vislumbrado a un hombre así de atractivo, además de que su porte, estatura y elegancia lo hacían destacar entre la multitud, sin duda, era la definición de un Adonis.

─ ¿Te gusta lo que ves? ─ pregunta con un timbre de voz más bajo a medida que sus brazos se van enredado en la pequeña cintura que Taehyung posee, dejándolos en una cercanía inmensa.

─ Me encanta, eres demasiado atractivo, me gustas. ─ responde sin tapujos, abrazándose más al cuello del hombre mientras ondea su cadera al ritmo de la música, y sonríe cuando nota como él imita sus movimientos fundiéndose en un baile sensual que causaba estragos en ambos, lo sabían porque sentían sus partes íntimas reaccionar a los roces.

─ Tú también me gustas, me fascinas. ─ su rostro ahora yace en el cuello de Taehyung, besando con soltura por vez que éste tira su cabeza hacia atrás dándole más acceso para que bese y lama todo lo que le plazca.

Las cosas van subiendo de intensidad poco a poco, las personas cercanas a los dos cuerpos que danzan al centro de la pista los observan, pues sin disimulo, se tocan sobre sus ropas. El hombre sujeta los atributos de un Taehyung que deja marcas violáceas en el cuello tintado con tatuajes, mientras recorre con besos hasta tomar las argollas con su boca y succionar el lóbulo obscenamente.

Su cuerpos se funden en uno solo cuando las luces de la pista bajan de intensidad y sus anatomías se ven iluminadas con luz neón. El hombre mira directamente los ojos azules y brillantes de Taehyung, el cual aparta la mirada de pronto al sentirse intimidado, pues los ojos de su acompañante son tan penetrantes que un ápice de nerviosismo se hace perceptible. Sin embargo, él no ha dejado de mirarlo un solo segundo, está absorto en la belleza del rostro de Taehyung; vislumbrando como sus espesas pestañas se baten una y otra vez chocando contra sus pómulos, sus labios carnosos siendo humedecidos por su lengua que se percibe suave, «Pronto lo descubriré», se dice a sí mismo al mismo tiempo que sujeta su cintura con posesión, pues hablaba enserio cuando le manifestó que no le dejaría ir, no otra vez.

Él esconde el rostro en el cuello de Taehyung y deposita besos húmedos y lentos, palpando la piel canela con sus labios, de pronto cayendo poco a poco en aquel adictivo y placentero juego, pues tenía que ser honesto, el tiempo que estaba "perdiendo" con su acompañante era exquisito, placentero. Un gruñido sale de sus labios cuando ambas pelvis se frotan entre sí, y vuelve a recordar lo bien que se siente tener a Taehyung así de cerca, entre sus brazos, sujetándolo contra él. Un gemido dulce choca contra su oído, y su anatomía y entrepierna responden, lo deseaba, deseaba poseerlo, hacerlo suyo por la eternidad. Sin embargo, ríe ante sus pensamientos, recordándose que por una razón se encuentra en aquel lugar en el que se suponía no debería estar, porque él no pertenecía ahí, su presencia no era bienvenida en lo absoluto, pues él era destrucción, todo lo que tocaba con sus manos se corrompía y deshacía a su antojo, pero está vez, aquellas manos que tocaban la delicada y pequeña cintura ajena, no deseaban más que acariciar, y palpar hasta lo más profundo, deseaba marcarlo, pero si lo hacía justo en este momento su identidad sería expuesta y él no quería eso, tenía que ser sigiloso, mover bien sus piezas hasta darle fin a su tarea.

─ Vámonos de aquí. ─ añade el azabache con voz ronca y Taehyung deja de lamer para mirarlo a los ojos.

─ ¿Adónde? ─ alza una de sus cejas y el hombre sonríe.

─ A un lugar en dónde te prometo que no habrá nadie que nos moleste y nadie que te mire como ahora varios idiotas lo hacen. ─ las manos sujetan las caderas de Taehyung fuertemente mientras su mirada se oscurece. Era una clara señal de alerta que Taehyung dejó pasar desapercibida para rápidamente asentir a la petición del hombre.. ─ Perfecto, la pasaremos bien, será la mejor noche de tu vida dulzura, me encargaré de que así lo sea.

Una sonrisa surcó sus labios y Taehyung le correspondió de la misma manera, entrelazando una de sus manos contra la de él para juntos hacerse paso por la pista hasta llegar a la salida de emergencia.
Sin embargo, esa madrugada, exactamente siendo primero de noviembre a la una y once, sería la última vez que se sabría sobre el paradero de ambos...

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