Espero y os guste!!
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- ¿Seguro que la camisa no es como muy formal? - me miré por quinta vez en el espejo de la entrada.
- No es como si llevaras un traje de chaqueta - Margot me tendió el café que me había dejado en la cocina.
- Ya... ¿pero y si se presentan todos en chándal? - arrugué mi nariz en desagrado - No quiero estar fuera de lugar nada más empezar.
- Alex, es una junta para decidir el futuro de un jugador, no un partido de fútbol - me dio una palmada en el culo y me instó a la puerta - Ya nos contarás qué tal va todo.
- Si... - miré la pared que nos separaba de la cocina, Diane no se había dignado a mirarme en toda la mañana.
- Se le pasará, ya la conoces. Ahora vete de una vez que vas a llegar tarde.
- Si sí, gracias Margo. Te quiero - me puse de puntillas para conseguir darle un beso y salí escopetada por las escaleras del bloque.
De camino intenté no mirar los doscientos mensajes de Caleb en la barra de notificaciones y únicamente me centré en repetir las cosas que me habían dicho el entrenador y el coordinador de deportes de la universidad. Todo iba a salir bien.
En cuanto aparqué salí corriendo a la puerta del rectorado. Allí había bastante gente mayor con carpetas y hablando unos con otros. Entre el tumulto conseguí ver la cabellera castaña de Caleb, así que fui hacia allí.
Llevaba una camisa azul cielo abrochada hasta el cuello, con unos pantalones beige y unos ¿zapatos? Caleb Still llevaba zapatos. Si no fuera por la seriedad del momento me hubiera reído nada más percatarme.
A su lado estaba Cindy con un vestido de flores amarillas, una rebeca larga y unos botines; no llevaba camisa pero iba bastante arreglada, la diferencia que ella no iba a entrar a la reunión.
- Capi - Caleb nada más verme me abrazó, y la tensión de sus brazos me dijo lo nervioso que estaba - Creí que no ibas a llegar.
- Te lo prometí, ¿recuerdas? - cuando me soltó abracé también a Cindy - ¿Qué tal estáis?
- Super nerviosa, y toda esta gente alrededor mirándonos de reojo no ayuda para nada - se retorció las manos nerviosa y se las apreté.
- Tranquila, lo hacen para intimidar; como en los debates que haces con Margot.
- Aún no ha llegado Conrad y sin él no se puede empezar nada - Caleb no paraba de mirar a todos lados de los aparcamientos.
- Me alegro que sea él el que llega tarde y no tú. ¿Tyler y West y no van a venir?
- Sí, están de camino y se quedarán con vosotras el tiempo que estemos dentro. Podéis iros a la cafetería a tomar algo porque no sé cuanto va a durar - me miró fijamente y supe que bajo toda esa tranquilidad que aparentaba estaba descompuesto por dentro - No sé qué voy a hacer si me echan...
- No pienses eso cariño - Cindy le abrazó pero los ojos de Caleb seguían en mí.
- Voy a hacer todo lo posible porque eso no pase Caleb, te lo prometo.
Entrecerró un poco los ojos, sabía que algo no andaba bien. Luego dio un pequeño barrido con la vista sobre mi ropa, y mi camisa.
- ¿Qué has...?
- Caleb, por fin te encuentro - el entrenador hizo su aparición en el momento justo - Conrad ha llegado, así que vamos a ir entrando ya.
- Sí señor - Caleb apartó a su novia de su lado y le dio un beso en la frente.
- Hola Alexandra - el entrenador me dedicó una sonrisa.
- Hola Hug... entrenador.
- ¿De qué os conocéis? - la expresión de Caleb pasaba del enfado a la sorpresa todo el tiempo.
- Luego te lo explico, ¿de acuerdo? Ahora vamos a entrar - le di un breve apretón en el brazo a Cindy y salí detrás del entrenador.
- ¿No se lo has contado? - el entrenador bajó el tono en cuanto entramos en el edificio - ¿Por qué no se lo has contado?
- Creí que me daría tiempo a hacerlo antes de la vista pero he llegado un poco justa.
- Alexandra - Caleb me llamó a dos pasos por detrás de nosotros, el entrenador me dio un asentimiento y entró en la sala de reuniones.
- Caleb está todo el mundo entrando.
- No puedes hacerlo - agarró mis hombros y me zarandeó suavemente - No puedes decir que fuiste tú quien lo golpeó, te expulsarían inmediatamente.
- Shhh... Caleb baja la voz - miré alrededor donde la gente seguía entrando - No voy a decir eso, no estoy aquí por eso. Escucha ayer fui al...
Ambos dejamos de hablar porque la figura desaliñada de Conrad pasó por nuestro lado y se detuvo. Primero le dedicó una sonrisa de superioridad a Caleb, una sonrisa grotesca que se hacía aún peor con los moratones que tenía en la nariz. Luego me miró a mí, y pese a su sorpresa volvió a dedicarnos otra de esas sonrisas para luego entrar en la sala.
- No hay tiempo, luego te lo explico. Espera - le detuve de la mano y le obligué a mirarme - Los jugadores de fútbol no llevan así la camisa.
Le desbroché un par de botones de la camisa para que pudiera respirar mientras él sonreía a la nada. Su sonrisa se borró cuando volvió a mirarme a la cara.
- No hagas ninguna tontería Alexandra - puso sus manos en mi cabeza y me dio un beso en la frente - Vamos.
Le di unos segundos de ventaja y entonces entré yo. Hice un rápido barrido por los asientos de aquella mesa y vi que había un hueco justo entre el entrenador y el coordinador. Este último me hizo un asentimiento para que fuera hacia ellos. Todo el camino noté una mirada fija en mi nuca.
Una vez me senté, quise localizar a Conrad, que estaba justo al lado del que presidía la mesa. Maldita rata... Y luego estaba Caleb, el pobre estaba desencajado y fuera de lugar en todo esto. Casi era cómico ver a un chico de casi un metro noventa, curtido físicamente alrededor de gente escuálida y siesa. Cuando hicimos contacto visual le guiñé un ojo para transmitirle confianza.
- Buenos días señores - el hombre que presidía se dirigió a todos los presentes - Estamos aquí para debatir un asunto que se ha extrapolado a la Federación. Como todos sabéis el pasado jueves se desarrollaron actos de violencia entre los aquí presentes Caleb Still capitán de nuestro equipo de Alabama y el coordinador de secundaria Conrad. Antes de tomar una decisión, vamos a escuchar los acontecimientos de la palabra de Conrad.
El aludido se levantó teatralmente y carraspeó la garganta antes de hablar llamando la atención de todos los presentes.
- Como sabéis, mi trabajo de coordinador de secundaria que estoy empeñando consiste en orientar a los chicos en el campo cuando el entrenador principal no puede. Estoy tan dedicado a la causa que pongo entrenamientos dobles para que los chicos, mis chicos estén siempre....
- Conrad por favor, esta reunión va a ser larga así que le agradeceríamos todos si va al grano.
- Sí director - un poco más descolocado retomó la palabra - Bueno estábamos entrenando, y uno de los chicos, concretamente el señor Tyler Skull, que todos los aquí presentes que hemos coincidido con él sabemos que es un chico problemático - vi como Caleb apretaba los nudillos hasta volverse blancos - no paraba de molestar en el entrenamiento, y varias veces me desafió a echarlo del mismo...
No daba crédito a las mentiras que Conrad estaba soltando. Estaba tergiversando absolutamente todo; no había dicho una sola verdad desde que abrió la boca. Me centré en Caleb, y él mí. Si yo estaba cabreada, no podía imaginar la frustración que estaba sintiendo él. Todo el tiempo que Conrad habló, nosotros no perdíamos el contacto visual.
-... y fue entonces que me insultó, se abalanzó sobre mí y me golpeó repetidas veces en la cara, y me prometió que se encargaría de que me echaran del puesto.
Hubo un largo silencio, tenso, en el que nadie habló; noté titubear hasta a los hombres con los que me reuní ayer. Había contado unos hechos que no daban pie a debate, si Caleb hubiera hecho eso, entonces estaría expulsado inmediatamente.
- Muy bien señor Conrad, puede sentarse. Ahora Still es tu turno.
Caleb siguió los pasos de la rata asquerosa y se levantó. No se aclaró la garganta ni hizo nada más que mirarme. Estaba atascado, no podía hablar y lo sabía. Para aligerar el ambiente fui yo la que se aclaró la garganta para darle tiempo; ahí pareció reaccionar.
- Bueno yo soy Caleb Still, al que se le acusa de lo que acaba de declarar Conrad, pero no fueron así los hechos.
Caleb empezó a hablar y cogió carrerilla. Contó absolutamente la verdad, los insultos y humillaciones a los jugadores; el trato que les daba a todos ellos; la amenaza de que no hablaran... lo único que versionó fue el golpe, que aseguró haberlo hecho él porque pensaba que Conrad le iba a agredir. Cuando terminó se sentó y miró el suelo.
Las dos versiones eran completamente opuestas, y además era la palabra de un coordinador contra la de un jugador. Los nervios empezaron a arañar mi estómago.
- Si eso es cierto, ¿Por qué no ha venido ningún jugador a declarar contigo?
- Les amenazó, con que si venían ellos también estarían expulsados más tarde o más temprano. Fui yo el que les dijo que no vinieran.
- Tonterías, yo jamás amenazaría a nadie.
- Conrad no es su turno de hablar - el director parecía querer creer a Caleb, pero era entendible que con lo que se había dicho en aquella sala y el estado de la nariz de Conrad no ayudaban a ello.
- ¿Había alguien más presente a parte de los jugadores en ese momento que pueda vislumbrar un poco de luz en todo esto? - el director se llevó las manos al puente de la nariz y se masajeó.
Estuve a punto de saltar en mi asiento, pero una mano en mi pierna me frenó. El entrenador me estaba sujetando, casi sin que se notara negó con la cabeza.
- No señor, sólo estábamos los jugadores, yo y Conrad.
- Muy bien - una mujer se hizo oír entonces - Como yo lo veo está más que claro. Tenemos a un coordinador agredido, con parte médico incluido, y a un jugador impulsivo. ¿Qué más necesitamos escuchar?
- Se está decidiendo sobre el futuro de una persona, creo que sí hay más que hablar - el coordinador de deportes la cortó.
Volví a mirar a Conrad, estaba pletórico, sabía que había ganado; salvo por el destrozo en su nariz que... su nariz. Yo sólo lo había golpeado una vez, las heridas que tenía no podían haber sido causa de mi puñetazo; quizás de uno de Caleb sí, pero no mío.
- Si me permiten - hablé en medio de susurros - ¿Ha presentado Conrad el parte médico?
Toda la sala se quedó en silencio, todos los ojos fijos en mí.
- ¿Y tú eres...? - el director pareció reparar en que había una chica joven y desconocida sentada en su mesa.
- Mi nombre es Alexandra Tarner, y soy la nueva coordinadora ofensiva del equipo.
Otro silencio sepulcral. No miré a nadie más que a Caleb, que estaba con los ojos abiertos desmesuradamente.
- ¡Eso es mentira! - Conrad se levantó de la mesa - Esa no es más que la... - pareció reparar en su error y se calló abruptamente.
- Espero equivocarme en pensar lo que ibas a decir Conrad - el entrenador intercedió por mí.
- ¿La conoce? - el director le dio la palabra de nuevo obviando su arrebato.
- Ha estado presente en algún entrenamiento, está liada con alguno de los jugadores.
- Eso no es cierto Conrad - ahora era yo la que apretaba los nudillos por debajo de la mesa.
- Su estado sentimental no te involucra para nada Conrad. Y si Tarner ha estado en algún entrenamiento es porque yo mismo la mandé. Ha estado conmigo en los entrenamientos y es más que válida. Quería que observara de forma anónima tus entrenamientos y me informara de todo.
Conrad dudó, se lo estaba creyendo. Ahora Conrad creía que yo estaba ahí para supervisarle.
- Si eso es cierto, ¿Qué puede decir del señor Conrad?
- Las acusaciones de Caleb son ciertas, en más de una ocasión he visto como humillaba y se mofaba de aspectos físicos de los jugadores. Incluido Tyl... Skull. Yo misma he estado presente cuando le llamaba enano y le amenazaba con echarlo del equipo.
- Maldita puta embuste...
- ¡Conrad! - el director se levantó de inmediato - Creo que toda esta situación le tiene bastante alterado. Por favor abandone la sala y regrese cuando se calme.
Todos observamos como salía de allí refunfuñando y hablando por lo bajo. Esto era otro punto para nosotros.
- Disculpe su comportamiento. Ahora, me gustaría saber cómo es que tenemos coordinadora ofensiva y la junta no ha sido informada de esto.
- Verá señor - el coordinador de deportes se incorporó un poco - Como todos sabemos, y muchos estaréis pensando. Poner a una chica joven, aún estudiante como coordinador ofensivo es bastante cuestionable. Casi ninguno le hubiéramos dado una oportunidad. El entrenador y yo queríamos ver realmente de lo que era capaz, por eso la mantuvimos en el anonimato en los entrenamientos, así los chavales serían completamente imparciales, no que si supieran de primeras que esta joven les iba a entrenar se hubieran lanzado a su cuello en el primer día. Así como lo ha hecho Conrad.
Caló un silencio, un silencio en el que las palabras hacían mella. Y este era mi momento, no estaba aquí para añadir leña al fuego y que se empezaran a cuestionar qué hacía o no allí. Si iba a ser capaz de manejar al equipo, entonces podría ser capaz de manejar una reunión de ejecutivos de la Federación.
- Si me disculpan, creo que el debate de si soy o no apta para el puesto deberíamos dejarlo para otra reunión. La cuestión aquí es el conflicto que ha habido. La razón por la que he pedido el parte médico es que Conrad alega que Caleb le golpeó repetidas veces en la cara, a la vista está. Si eso fuera cierto, la supuesta agresión ocurrió hace no más de cuatro días, así que Caleb Still presentaría alguna marca en sus manos. ¿No es cierto?
Agradecí cada maldito segundo que Diane me había obligado a ver Ley y Orden en la televisión.
- Caleb, enseñe sus manos por favor - el director se levantó hasta llegar a su lado.
Observó las palmas, los nudillos y todo de cerca. Efectivamente Caleb no tenía ninguna marca porque en todo caso las tendría yo.
- No tiene nada, ni un rasguño - el director volvió a sentarse con otra expresión - Muy bien, es momento de decidir. Still, salga fuera. Cuando tomemos la decisión se le llamará para escucharla.
Mientras Caleb salía intenté transmitirle toda la calma posible. Compartí una mirada entusiasta con el entrenador y esperamos a que el director retomara la palabra.
- Bueno, aún no se han esclarecido todos los acontecimientos y me temo que nunca lo harán. Cada uno dará su versión hasta el final y no hay ningún testigo más de lo ocurrido. Podríamos llamar a los jugadores pero no podemos descartar que estén coaccionados por Conrad o por el capitán del equipo. Así que me temo señores, que la decisión recae sobre nosotros con la información que tenemos.
- ¿No debería participar Conrad también? - la mujer de la esquina derecha volvió a hablar - A fin de cuentas él también es parte de esta junta.
- Dado que la votación debe ser lo más objetiva e imparcial posible y basándonos en el comportamiento que ha mostrado el señor Conrad lo mejor es que se abstenga de votar; así pues somos nueve votos en total y no podrá haber opción de empate. Ahora sí, votemos en los papeles que tenemos delante para mantener el anonimato.
Cada uno votó una cosa en aquellos papeles; expulsión o indulto. Me molestó un poco que no cupiese la posibilidad de expulsar a Conrad de su puesto, pero de momento me conformaría con que Caleb permaneciera en el equipo.
- Muy bien, veamos qué ha salido - desdobló y leyó cada uno de los votos en silencio.
Por mi parte no aguantaba los nervios, así que intenté ver lo que tenía escrito cada uno de ellos a trasluz, pero ahí sólo se veía blanco.
Cuando el director terminó de leer e hizo el recuento habló por fin.
- Llamad a Caleb Still y al señor Conrad, se ha tomado una decisión.
Nada más entrar los ojos esmeralda del capitán se clavaron en mí, estaba aterrorizado.