Al día siguiente Sakura despertó temprano y bajo a desayunar algo ligero, dejo una nota en el refrigerador para decirles a sus padres que estaría trabajando en una misión especial dada por la Hokage.
Salió de su casa y fue caminando por las calles aún vacías de la aldea hasta llegar al hospital donde mostró un documento que Tsunade le había dado donde le otorgaba total libertad de utilizar los laboratorios, consultorios y almacenes del hospital siendo todo esto confidencial para personas ajenas fuera del personal de el hospital o serían castigadas al revelar un secreto de rango S.
Y claro como era de esperarse la miraron raro y entre las enfermeras murmuraban entre si del por qué la nueva Hokage le daba acceso a áreas restringidas del hospital a una niña.
La pelirosa ignoró todo a su alrededor y se adentro en uno de los grandes laboratorios del hospital, cundo entro miro que había colgada en un perchero una bata blanca a su medida con un pequeño dibujo grabado en el lado izquierdo del pecho un zorro dormido a los pies de un frondoso árbol de cerezo, Sakura sonrió al saber de quién fue el regalo y se lo coloco encontrando los bolsillos de la bata llenos de dulces de fresa que le encantaban.
Guardo los dulces en un pergamino y los guardo en su bolso, aunque tomo uno para comerlo mientras trabajaba, le encantaban esos dulces de fresa.
Tomo una libreta y empezó a anotar cada receta de cualquier medicamento que se acordará y apuntando de igual manera todo método médico moderno que se supiera, sería muy conveniente para el personal del hospital y más cuando entraran en Guerra salvaría muchas vidas.
Sakura pasó toda la mañana escribiendo recetas de medicamentos y otras cosas, cuando recordó que tenía que fabricar al menos una docena de píldoras para la resaca, no solo Tsunade las quería ella también las necesitaba si planeaba cenar o tan solo comer con su querido rubio al cual aunque el lo negara era un fanático del alcohol al igual que ella solo que el lo ocultaba mejor, solo había un pequeño problema y era el que ellos solían emborracharse de vez en cuando más que nada cuando sus hijos no estaban, como era su situación actual sus hijos literalmente no existían y su cerebro les daba más impulsos para emborracharse cada que tuvieran oportunidad.
Busco en el laboratorio las sustancias que necesitaba al igual que el saborizante de sabor cereza, sus medicamentos siempre fueron conocidos por el echo de que sabían a un peculiar sabor cereza que ella les agregaba ya que le disgustaba el sabor y olor que desprendía la medicina sin ningún saborizante, además de que a los niños les fascinaba y llegaban a pensar que eran dulces.
Muchas veces cuando las madres venían con sus hijos a qué les diera un chequeo médico y les recetaba sus medicamentos, cuando los niños terminaban su tratamiento, ellos solos buscaban a la médico pidiendo que les diera más dulces de cereza. A la pelirosa le encantaba cuando hacían eso y les daba un pequeño frasco de pequeñas píldoras rojas que eran vitaminas y les dejaba en claro que solo podían tomar una al día y solo se los daría una vez cada tres meses si estos se portaban bien con sus madres, esto causo que muchos niños se esforzarán en sus estudios o su comportamiento tanto que la pelirosa pensó en crear una marca de dulces que no dañaran el cuerpo humano.
La idea ahora no sonaba tan descabellada de echo era una gran idea podía vender sus dulces al principio en una de las dulcerías de la aldea, pequeños caramelos de cereza con forma de remolino, las llamaría "Swirl cherries".
Sin darse cuenta ya había pasado más de medio día en el gran laboratorio haci que salió del lugar para ir a comer algo a su casa, regresaría más tarde a terminar las píldoras para la resaca, camino tranquilamente por las calles de Konohana cuando miro a lo lejos que su querido novio era seguido por un trio de niños y está decidió acercarse para ver qué les enseñaba el rubio está vez.
Más tardo en acercarse un poco en que el rubio saliera disparado hacia ella y se abalanzara a la pelirosa en un abrazo de oso que hizo reír a Sakura.
-Konohamaru-Kun, Moegi-Chan, Udon-Kun que tal- dijo Sakura mientras se dejaba abrazar por el rubio.
-Hola Sakura-san- contesto Moegi mirando con corazones en los ojos a la pareja.
-Sakura-san dígale a Naruto-Niisan que nos deje jugar con ustedes a los ninjas en su casa, ese lugar es muy grande y prometemos sólo jugar en los jardines.- dijo Konohamaru haciendo su cara lo más tierna posible.
-Yo quiero ir con usted Sakura-san escuche que ahora es alumna de la Hokage y le está ayudando a crear medicamentos- dijo emocionada Moegi
-Me encantaría tu compañía Moegi-Chan y sobre los jardines solo pueden ir si Naruto o el Tercero los está cuidando es un lugar muy grande y se pueden perder- contesto Sakura acariciando el cabello de Konohamaru quien estaba cruzando de brazos.
-Estoy seguro que Ojii-san estará encantado de acompañarlos Konohamaru a el también le gusta pasear por los jardines- dijo Naruto tratando de animar a el niño Sarutobi.
-El Sandaime los acompañará Konohamaru-kun a el le encanta jugar contigo y ahora tiene mucho tiempo libre estoy segura que hasta se a de sentir aburrido- dijo Sakura con una amable sonrisa
-Si es que no se la pasa leyendo su Icha Icha edición limitada que le regaló el viejo pervertido- murmuro Naruto
Por su parte el rubio recibo una fulminante mirada de Sakura la cual prometía mucho dolor y sufrimiento haci que decidió guardar silencio hasta que recordó que estaba haciendo antes de que fuera interceptado por el trio de niños.
-Cerezo-Chan Mebuki-san me dio esto para dártelo- dijo Naruto dándole un bento de color rosa a Sakura.
-Gracias justamente iba a buscar que almorzar- contesto Sakura tomando el bento
-De nada, nos vemos luego tengo que ir a una misión, cuídate- se despidió Naruto dándole un beso en los labios a Sakura quien le correspondió gustosamente.
-No olvides que tienes que pasar por el nuevo chaleco al Hokage- le gritó Sakura mirando como su novio empezaba a correr
-Rayos sabía que se me olvidaba algo ttebayo-dijo Naruto cambiando de dirección.
Sakura río por la actitud de su novio el podía tener la mentalidad del Hokage más poderoso y una gran inteligencia pero nunca dejaba esa actitud despistada y juguetona que le encantaba.
-Sakura-san podemos almorzar juntas mi mamá me dio un bento porque estaría jugando con Konohamaru-kun hasta la hora de la cena- dijo Moegi mirando a Sakura avergonzada por el pedido
-Claro que si Moegi-Chan, podemos ir al hospital y mientras trabajo me puedes ayudar- menciono Sakura haciendo explotar a la menor de felicidad.
-Nosotros iremos con mi Ojii-san para que nos cuide mientras jugamos, nos vemos Sakura-san, adiós Moegi-Chan- dijo Konohamaru haciendo un ademán de despedida.
-Hasta luego- se despidió Udon
Sakura y Moegi caminaron devuelta al hospital mientras la niña miraba con curiosidad todo lo que había a su alrededor, Sakura en ese momento se empezó a sentir nostálgica el trio de niños, Konohamaru era tan travieso como su pequeña Hanami, Udon era tan tranquilo e inteligente como su bebé pelirrojo Arashi y Moegi era curiosa, amable y paciente como su querido Shinachiku.
-D-dddisculpa etto em Señorita Sakura los niños no pueden entrar a esta parte del Hospital- dijo algo nerviosa una enfermera.
-No te preocupes ella viene conmigo pero agradecería mucho si fueras tan amable de mandar un mensaje a la Hokage diciendo que le tendré una docena de su pedido para que pase por el antes de las cuatro o que mande a alguien de confianza- dijo Sakura con una "amable" sonrisa.
La enfermera se quedó estática en su lugar, la adolescente no solo le había contestado sino que también prácticamente le estaba ordenando mandarle un mensaje a una de las personas más poderosas de toda la aldea, la mujer miro como la pequeña niña que estaba junto a la pelirosa caminaba a su lado se burló de ella disimuladamente.
Por su lado a Sakura le importaban tres cuartos de hectáreas lo que hiciera la dichosa enfermera, estaba más que segura que si está se quejaba con algún superior este se quejaría con la Hokage y Tsunade los mandaría a volar por la ventana.
Entraron al laboratorio y Moegi se sentó en la mesa donde solo estaba una libreta la cual era de Sakura, la menor saco de su pequeña mochila que cargaba un bento color anaranjado y Sakura imitó su acción.
Las dos comieron mientras charlaban de cosas sin relevancia y una que otra duda que le surgía a Moegi, Mientras comían y charlaban Sakura también avanzaba en su elaboración de pastillas con una Moegi que le pasaba algunas cosas y está parecía más que interesada en lo que fabricaba la mayor.
-Moegi-Chan podrías pasarme dos de esos frascos y las etiquetas en blanco para las píldoras por favor- pidió Sakura mientras terminaba de hacer las últimas píldoras.
-Claro Sakura- dijo alegre Moegi
Moegi le pasó lo pedido a la pelirosa y le ayudo a poner las píldoras en uno de los botes, la niña avía entendido un poco de lo que hacían las pastillas aunque al final Sakura le explicó de manera más sencilla y lo que hacían era reducir el dolor de cabeza y otros malestares que dejaba el alcohol cuando a uno se le pasaba la borrachera, algo que Sakura llamo que era el mejor invento de toda su vida la "Aspirina".
-Bueno Moegi-Chan ya que me ayudaste que tal si me acompañas al complejo Senju y le damos una pequeña visita Tsunade-sensei- dijo Sakura mientras miraba lo emocionaba que estaba la niña de dos coletas.
-¡Hai!- grito Moegi emocionada con estrellitas en los ojos saltando de emoción.
Las dos salieron del hospital y Sakura gruño por lo bajo maldiciendo la suerte e inteligencia que tenía su novio al haber aprendido el Hiraishin, ella podría hacer un Shunshin hasta la casa de la Hokage pero la agotaría algo que no quería, haci que se resigno a caminar.
Mientras Moegi le preguntaba cualquier cosa de medicina que se le viniera a la mente por todo el largo camino hasta que una idea se le vino a la mente, si la niña estaba tan interesada en su trabajo ¿Por qué no la hacia su ayudante? La niña le podía ayudar aunque sea en cosas mínimas pero en cambio la pequeña aprendería varias cosas sin duda y le podría enseñar algo de ninjutsu médico que le sería útil.
Pero claro primero tenía que ver si la niña le interesaba y si está aceptaba tenía que pedirles permiso a sus padres y solo podría acompañarla después de que está saliera de clases y uno que otro fin de semana, con eso en mente Sakura solo le diría a Moegi que si quería acompañarla mañana la esperaría en la entrada del hospital cuando terminara sus clases y si está se negaba dejaría el plan que tenía.
-Sakura-san ya llegamos - menciono Moegi sacando de sus pensamientos a Sakura
-Esta bien Moegi-Chan solo sígueme y mantén la guardia en alto no sería extraño si alguna taza o escrito saliera volando- advirtió Sakura recibiendo un asentimiento de Moegi quien estaba confundida por lo dicho pero de igual manera hizo caso.
Por suerte se encontraron a la Senju en la cocina riendo alegremente con Jiraiya mientras esté le decía quien sabe que cosa. Las dos niñas se acercaron y Sakura le lanzó el frasco de píldoras a Tsunade quien las cacho sin ningún problema y con el seño fruncido miro lo que había tomado y al instante su mirada se iluminó por completo.
-Jiraiya saca el Sake hoy tomaremos como si no hubiera un mañana- grito Tsunade más que contenta
Jiraiya no sabía ni que onda pero de igual manera lo hizo a él no le importa beber asta vomitar pero el ver a su pareja haci de motivada después de ver aquello que atrapó le daba curiosidad.
-Si pastillas mágicas Jiraiya-sama- dijo Moegi confundiendo al pobre Jiraiya que se imagino otro tipo de pastillas e inmediatamente y se las arrebató a la rubia.
-Primero borracha y ahora que - dijo Jiraiya con el seño fruncido y algo enojado por los "nuevos" hábitos de su pareja.
El sennin miro atentamente el contenido del frasco, eran píldoras de color blanco aunque su olor era al de cerezas era sospechoso, leyó la etiqueta y era algo que no entendía "Aspirina" acaso ¿Era un nuevo tipo de droga o algo haci? Pensó curioso, Sakura miro como su sensei no le importo que Jiraiya le quitará las píldoras ella saco su gran botella de Sake y dos tazas para servirse, la pelirosa no pudo más y río a carcajadas cuando miro lo confundido que estaba el sennin mirando sus píldoras.
-Jiraiya-san no son ese tipo de píldoras, son un medicamento que inventé los llame Aspirina sirve para la resaca asé efecto más rápido que el té y es más fácil de llevar- explico Sakura riendo y mirando la cara de alivio de Jiraiya.
-Gracias Sakura, y ¿Moegi? ¿Qué hace ella aquí? - dijo Tsunade volteando a ver a Sakura y la inesperada niña que estaba junto a ella.
-Ayude a Sakura-san a preparar las pastillas mágicas Tsunade-sama fue divertido- contesto emocionada Moegi al oír que la Hokage sabia su nombre.
-Niña son medicina llámalas "Aspirina" o simplemente píldoras o causaras malentendidos- dijo Jiraiya sacudiendo su cabeza.
-Jiraiya tiene razón Moegi si las sigues llamando "pastillas mágicas" causara problemas en la venta y uso del nuevo medicamento de Sakura- menciono Tsunade dándole un gran trago a su Sake.
-Hai Tsunade-sama- contesto Moegi sonriendo
-Nosotras nos vamos, Moegi tiene que ir a casa y yo igual mañana empezare a trabajar en ese medicamento que el comente, mandare la receta de las Aspirinas a la fabrica de medicamentos solo tiene que enviar la aprobación del medicamento y lo demás ya lo sabe- comento Sakura recibiendo un soplido de parte de Tsunade quien solo pensó "mas trabajo" .
Las dos menores salieron de la Mansión Senju y Sakura acompaño a Moegi a su casa, se despidió de ella y empezó a correr por los techos de las casas para llegar mas rápido a su casa, quería descansar un rato y tomar un largo baño relajante, lo que no se espero fue ver a su compañero de equipo Sasuke en su casa siendo recibido por su madre, lo mas raro e inesperado fue ver que tenia un ramo de rosas y claveles, su madre se veía claramente incomoda pero de igual manera por cortesía lo invito a pasar.