Enamorándome de mi peor enemi...

By RosePP

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Todos quieren atención, todos quieren ser reconocidos, todos quieren ser populares. Todos menos Mia. Ella es... More

━━𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒 𝐄𝐗𝐓𝐄𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀
━━𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
6. En el hospital con Stilinski
7. Tragedia en el bus escolar
8. Intrusos en el almuerzo
9. A walk to remember
10. Interrogatorio
11. Hombre Lobo
12. Noche de escuela
13. ¿Derek es el asesino?
14. Fin de una pesadilla comienzo de otra
15. Danny lo sabe
16. El karma es una perra
17. Soñando con Scott
18. Inoportuno
19. Juguemos en el bosque
20. Ciento veinte dólares
21. No es una cita
22. Jackson lo sabe
23. A mí también
Epílogo
Extra: Hablando con... ¿Mia?
Extra: Juramento
━━𝐀𝐋𝐆𝐔𝐍𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐋𝐀𝐁𝐑𝐀𝐒

Extra: Protegerla

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By RosePP

Del capítulo 23: A mí también

Stiles

Luego de que Peter destruyó las llaves de mi Jeep, corrí hacia el hospital. No sé cómo llegué, caí al piso como dos veces, era un desastre. Esperaba que Scott estuviera allí, tenía que decirle sobre lo que acababa de pasar con Peter. Derek había sido secuestrado por los Argent. Bueno, por Kate Argent, estoy seguro de eso. Esa mujer está loca.

Cuando llegué al hospital, mi papá empezó a gritarme por no haber estado ahí antes. Le dije que había perdido las llaves del Jeep, que era por eso que no había podido llegar, pero aun así estaba molesto. No podía culparlo, él no sabe nada de lo que está pasando.

Vi a Mia acercarse a mí, primero me sorprendí al verla, luego recordé que ella es la mejor amiga de Lydia. Obviamente tenía que estar aquí.

Di un paso hacia atrás cuando Mia me abrazó, se impulsó para rodear mi cuello con sus brazos. No esperaba que viniera hacia mí, menos que estuviera llorando tanto. ¿Le había pasado algo a ella? Le devolví el abrazo y la apretujé hacia mí.

―Estás bien ―susurró.

¿Estaba preocupada por mí?

―Sí, estoy bien ―empecé a sobar su espalda, quería que se tranquilizara. No me gustaba verla así. No quiero que llore.

―Stiles, Mia ―nos llamó mi papá.

Mia saltó asustada, tal vez no se había dado cuenta de que mi papá estaba ahí. De hecho, yo me había olvidado de que él estaba ahí. Miré hacia el cuarto de donde había salido Mia. Lydia estaba ahí, inconsciente.

Si la mordida no te mata... Había dicho Peter.

Lydia podría morir o podría convertirse en mujer loba.

― ¿Ella se pondrá bien? ―pregunté.

―No lo saben, porque no saben qué es lo que pasó. Perdió mucha sangre, pero hay algo más -respondió mi papá.

― ¿Qué quieres decir?

Mia cogió mi mano, la sensación de tenerla cerca de mí era suficiente para tranquilizarme. Entrelacé nuestros dedos, ella no se alejó.

―Los doctores dicen que parece una reacción alérgica. Su cuerpo continúa en shock ―apreté la mano de Mia, tal vez Lydia moriría―. ¿Viste algo? ―me preguntó mi papá―. ¿Sabes quién o qué la atacó?

―No, no tengo ni idea ―mentí.

― ¿Y Scott? ―preguntó mi papá.

― ¿Qué quieres decir? ―él debía haber venido hace rato.

― ¿Vio algo?

― ¿Qué? ¿No está aquí? ―miré a Mia en busca de una respuesta.

―Scott no ha venido. Traté de llamarlo, pero no contesta ―respondió.

―Yo también he tratado de llamarlo, pero no hay respuesta por parte de él ―dijo mi papá.

―Sí y no vas a conseguir una ―Scott no tiene su celular, lo tiene Derek.

🌙

―Stiles, quédate con tus amigos, ¿de acuerdo? ―me pidió mi papá, nos habíamos alejado de la habitación de Lydia.

―Papá, dímelo. Sabes que tiene que ver con Derek ―trataba de convencerlo de que me dijera todo lo que sabía sobre Lydia y su conexión con el incendio de la casa de los Hale. Es decir, Peter solo atacaba a aquellos que estaban relacionados con eso.

― ¿Qué? Pensé que no lo conocías ―dijo mi papá muy molesto.

―Okey, tal vez lo conocemos un poquito.

Él me agarró por el cuello y me arrastró lejos de unos médicos. ―Sabes que me eligieron para este trabajo, ¿no?

―Y con mi ayuda, te volverán a elegir. ¿No es así? ―me separé de su agarre―. Papá, vamos.

― ¿Sabes? Esa chica no tiene nada que ver con el incendio provocado hace seis años.

― ¿Cuándo decidiste que fue provocado? ―pregunté.

―Cuando dimos con un testigo clave. Y no, no te diré quién es, pero sabemos que fue provocado. Y que fue probablemente una mujer joven.

― ¿Qué mujer joven?

―Si lo supiera, estaría tras las rejas.

― ¿Era joven en ese entonces o joven ahora?

―Probablemente está cerca de los treinta ―respondió mientras recibía un llamado―. Maldita sea, debo contestar.

― ¿No sabes su nombre?

―No, yo no... ¿qué es esto? ¿20 preguntas? ―creo que había empezado a desesperar a mi papá―. Solo sabemos que tenía un particular... ¿cómo se llama? Un colgante.

― ¿Qué diablos es un colgante?

―Tengo que contestar ―dijo mientras se iba.

― ¡¿Qué diablos es un colgante?! ―grité, pero mi papá ya se había ido.

― ¿No sabes qué es un colgante? ―preguntó la voz de Mia. Di media vuelta, no la había oído acercarse―. Deberías de aprender más palabras ―sonrió, pero luego frunció el ceño... ― ¿Qué te pasó? ―colocó sus dedos sobre mi mejilla.

Peter había golpeado mi cara contra la laptop cuando me había obligado a rastrear el celular de Scott. No sabía que me había quedado una marca... mi papá no se había dado cuenta. Mia debe de tener una gran visión... bueno, sus lentes de contacto le deben de dar una gran visión.

―No es nada, no pasó nada ―dije―. ¿Sabes qué es un colgante?

―Stiles, dime qué pasó. Sé que sabes qué le sucedió a Lydia.

―Mia, ahora no... por favor... no me hagas preguntas. ¿Qué es un colgante?

―Si quieres que te responda, tú respóndeme a mí. ¿Qué pasó con mi mejor amiga? ―dijo frotándose los brazos.

― ¿Tienes frio? ―pregunté. Solo estaba usando un polo sin mangas y un par de shorts. El hospital estaba helando, ¿cómo vino así nada más?

―No es nada, ¿puedes responderme?

No tenía mi saco, creo que lo dejé en la fiesta... Saqué mi camisa y se la entregué. No iba a dejar que Mia muriera de frio. ―Al menos te abrigará un poco ―le dije.

―Tú vas a tener frio.

Como no tomó mi camisa, la coloqué sobre sus hombros. ―No tengo frio.

Metió sus brazos en las mangas de mí camisa. En comparación, yo era mucho más grande que ella. Así que la camisa le quedaba muy grande. No pude evitar sonreír, me gustaba la imagen que estaba viendo... ¿por qué me gusta la imagen que estoy viendo?

Olvídalo, Stiles.

― ¿Me vas a decir qué es un colgante? ―pregunté.

― ¿Me vas a decir qué le pasó a Lydia?

―No puedo decírtelo, confía en mí, por favor.

―Un colgante es un collar.

― ¿Un collar? Un co... ―el collar de Kate Argent, el collar que le dio a Allison. Fue ella, la tía de Allison fue la que quemó la casa de los Hale. Tengo que decirle esto a Scott, tengo que buscarlo―. Gracias, Mia, no sabes lo importante que eres ―la abracé y le di un beso en la mejilla. No pensé, sólo actué.

Luego me fui corriendo, tenía que encontrar a Scott. No tengo idea de dónde está, pero eso no importa... igual lo voy a encontrar.

― ¿Adónde vas? ―me preguntó Jackson, lo planeaba topármelo. Verlo me enfermaba. Él le dijo al papá de Allison que Scott era el beta, ahora iban a estar tras de él.

―A buscar a Scott ―respondí.

―No tienes un carro.

―Ya lo sé, gracias.

―Yo conduzco. Vamos... ―Jackson puso su mano sobre mi hombro, pero lo aparte con brusquedad.

―El que te sientas culpable, no cambiará nada. La mitad de esto es por tu culpa.

― ¿De qué hablas? ―preguntó Mia, nunca me doy cuenta de que se acerca―. ¿Jackson tiene la culpa de lo de Lydia?

Suspiré. ―No, él tiene la culpa de otras cosas.

―También quiero buscar a Scott ―dijo ella.

―No, no irás a buscar a Scott ―dije con total seriedad.

―Pero yo sí iré ―dijo Jackson―. Tengo un auto y tú no. ¿Quieres mi ayuda o no?

―Está bien, ¿trajiste el Porsche? ―le pregunté.

―Sí ―dijo mientras sacaba sus llaves.

―Muy bien. Yo conduciré ―le arrebaté las llaves. Mia se rio ante la cara de sorpresa de Jackson.

Siempre quise conducir un Porsche.

―Pido ir de copiloto ―dijo Mia.

Paré mi caminar y giré hacia ella. ―Mia, te dije que no irás. No estaba bromeando.

¡¿Por qué tenía que ser tan terca?!

―No puedes obligarme a no ir. Es el carro de Jackson, él decide.

Ambos miramos a Jackson.

―Mia, no puedes venir ―respondió él. Por primera vez en toda la vida, Jackson estaba de acuerdo conmigo.

―Bueno, yo también tengo un auto, los puedo seguir si quiero. No pueden impedírmelo ―dijo ella.

―Mia ―estaba desesperado―, no vas a venir, por favor. Confía en mí.

Solo confía... ¿qué tan difícil es?

―Quiero ayudar, déjame ayudar ―me miraba directamente a los ojos. Era difícil decirle que no, pero tenía que. Si la llevaba, ella se enteraría de todo sobre los hombres lobo. Además, la pondría en grave peligro. No voy a ponerla en peligro, primero muerto.

― ¡No! -grité. Ella saltó asustada―. ¡No queremos tu ayuda! ¿Qué no entiendes?

Ser duro con ella era la única forma de que entendiera. Ella no podía venir, era por su bien. Pero, en lugar de que comprendiera, ella empezó a llorar. Yo la he hecho llorar. Me siento una mierda por esto.

―Chicos, creo que no es de buena educación hacer llorar a una mujer. ¿Estás bien cariño? ―le preguntó el papá de Allison a Mia. Junto a él había dos cazadores más. Mia asintió en respuesta a la pregunta que le había hecho―. Bien. Tengo una pregunta para ustedes tres. ¿Alguno sabe dónde está Scott McCall?

― ¿Scott McCall? No lo he visto desde el baile ―respondí casualmente.

El papá de Allison miró a Mia. ―No fui al baile, así que no sé nada de él desde ayer -respondió ella.

Ahora, la mirada fue hacia Jackson. ―Ah...... yo... mmm... ―es el peor mentiroso de toda la historia.

―Por el amor de dios ―susurré.

―Hay cosas de las que tenemos que hablar ―dijo el señor Argent de forma amenazante.

Me puse frente a Mia. ―Ella no, ella no sabe nada.

― ¿No lo sabe? ―El señor Argent parecía sorprendido―. Mia, será mejor que vayas a ver a tu amiga.

― ¿Qué está pasando? ―me preguntó ella.

―Stiles, tienes un minuto para decirle que se vaya y que no diga nada de lo que acaba de pasar ―dijo el señor Argent.

Puse mis manos sobre los hombros de Mia, ella tenía que oírme y aceptar lo que tuviera que decir. ―Mia, tienes que confiar en mí. Perdóname por gritarte, pero solo quiero protegerte, ¿sí? Anda con Lydia, nosotros iremos luego. Todo va a estar bien. Solo confía en mí. ¿Puedes hacerlo?

Ella asintió. Le di un beso en la frente, no sé por qué solo lo hice y se sintió bien hacerlo. ―Quiero que estés todo el tiempo con mi papá, él es el único en quien confío para que te proteja ―susurré.

― ¿De quién me va a proteger? ―susurró ella de vuelta.

―De lo que sea que pueda venir ―besé su frente una vez más. Luego fui con el señor Argent, los dos cazadores y Jackson.

Espero que Mia no se meta en problemas.

No puede pasarle nada, tiene que estar alejada de este tema.

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