𝕂𝕒𝕫𝕦𝕥𝕠𝕣𝕒 ℍ𝕒𝕟𝕖𝕞𝕚𝕪𝕒
𝕍𝕚 𝕞𝕦𝕔𝕙𝕒𝕤 𝕔𝕠𝕞𝕖𝕕𝕚𝕒𝕤 𝕣𝕠𝕞𝕒𝕟𝕥𝕚𝕔𝕒𝕤
Quédate, quédate, quédate
te he amado desde hace bastante tiempo
¿crees que es gracioso cuando estoy enojada?
pero yo creo que es mejor si los dos nos quedáramos.
...
Mi hermana lucía radiante y feliz, la miraba desde mi mesa mientras giraba el espumante dentro de la alargada copa, el idiota de mi cuñado comenzaba a dar su discurso; mi cariño por Pah-Chin era inmenso, lo consideraba como un hermano mayor y el me sobre protegía como si en verdad lo fuera.
Mi hermana y mi cuñado eran lo que más me gustaba de mi familia, aunque por otro lado estaba mi mamá.
—Cariño, tú y Tetsuo deberían salir a bailar después del discurso de Pah... —murmuraba en mi oído dándome codazos en las costillas para que cumpliera sus deseos—. ¡Ya deberías considerar aceptar su propuesta de noviazgo!
—¡Mamá! —rezongue—. Primero me doy a mi misma un fierrazo en la cabeza antes de ser novia de ese aburrido. Ahora silencio, Pah está diciendo algo importante y no me dejas oír.
Mi cuñado se aclaraba la garganta mientras en su mente elaboraba alguna frase que no resultara incoherente, pero al fijarme en su mirada pude darme cuenta de que eso no iba a pasar.
—Gracias a todos por venir en este día tan especial...—recitó Pah con la voz temblorosa—. Eh, no hay una sola nube y el clima es agradable...
¿En serio Pah-Chin?, le estás dando el pase para molestarte...
Y sabía que él no desaprovecharía la oportunidad de hacerlo, porque yo lo hubiera hecho si no tuviera tanto cariño por el inexperto anfitrión. Pero él, él no sería capaz de desaprovechar la oportunidad para hacer enfadar a Pah.
—¡Estás haciendo un pronóstico del tiempo!
El salón completo soltó una carcajada, pero contrario a ellos, mi rostro no esbozó ni apenas una sonrisa. Y es que si mi arribista madre era para mi una de las personas con las que menos le gustaba compartir en el mundo, Kazutora Hanemiya tenía el lugar mas alto en el podio. Rodé mis ojos evitando mirarle, porque sabía que su mirada burlesca estaría posada en mi, desafiándome como siempre.
¡Como te odio Kazutora Hanemiya!
El tiempo que duró la cena no fue nada agradable, incluso llegué a pensar que podría partir el plato a la mitad con la fuerza que le aplicaba a los cubiertos para cortar el postre y luego llevármelo a la boca mordiéndolo con desagrado. A mi derecha, Tetsuo hablando sobre los grandes y ventajosos negocios de su familia, a mi izquierda, mi madre alabándole y riéndose de sus pésimas bromas y anécdotas de niño rico.
¿Que podría ser peor?
Debí haber controlado mis pensamientos, por que lo que vendría sería peor, mucho peor; intentaba forzar una sonrisa mientras las toscas manos del idiota de Tetsuo sujetaban mi cintura, odié a mi madre por obligarme a bailar con él, pero era la boda de mi hermana y por supuesto no iba a armar una escenita y arruinar su día.
—Querida _______ —soltó Tetsuo con su tono de voz que hacía que mis oídos quisieran sangrar—. Desde hace mucho tiempo he querido decirte algo, como haz podido notar, soy una persona que podría ofrecerte mucho en la vida, y tú, eres la mujer mas atractiva que conozco...
¡Vaya mierda!, incluso podría vomitar en este momento. Necesito un escape, cualquier cosa, imploro al cielo, a quien sea que me este escuchando... ¡Por favor sálvenme!
—Disculpe, ¿podría bailar con la señorita? —le escuché decir a mis espaldas interrumpiendo la absurda confesión de Tetsuo.
¡No es lo que esperaba, pero mejores opciones de escape no tengo!
Tetsuo no tuvo mas opción que cederle el puesto y yo no tuve mas remedio que a regañadientes gesticular un "gracias", él solo sonrío de una forma macabra y todo mi cuerpo tembló de pánico por pensar en las formas humillantes que se le podrían ocurrir para cobrarme el favor.
Sus manos sujetaban mi espalda atrayéndome hacía él, respiré profundo intentando relajarme y mis fosas nasales pudieron capturar su aroma masculino y suave. Y ahí estaba yo, bailando gustosamente con el que era mi archienemigo mientras la música sonaba y el guiaba nuestros pasos como todo un experto, separándome de él para hacerme girar en mi posición al ritmo de la canción, e incluso le regalé una genuina sonrisa.
¿Acaso el desagradable cabeza de bananas me estaba cayendo bien?, ¡eso jamás pasaría!.
—¿Que tan caro me va a salir esto? —cuestioné terminando con la breve tregua que nos habíamos brindado.
—¡Ni siquiera te lo imaginas! —sonrió socarronamente—. ¿Que le sucede a ese tipo? —preguntó refiriéndose a mi eterno pretendiente.
—Lo normal, él y mamá planean nuestra boda, sin sospechar que preferiría lanzarme a un camión antes de que eso pasara —respondí sinceramente—. Pero no tienes que fingir que te interesa mi vida...
—En eso te equivocas... —respondió sin quitar esa expresión burlona de su rostro—. Puedo utilizar esa información para mi beneficio y burlarme de ti de formas que aún no puedes imaginar...
¡Hijo de...!
—¡Payaso! —solté y le di un pisotón rompiendo todo el recato y el encanto de nuestro baile.
—¡Bruja! —respondió devolviéndome el pisotón.
Los aplausos indicaron el fin de la canción mientras las parejas de baile se separaban.
—¡Gracias por el favor, aunque bailas tan mal como un mono! —solté sin antes de pensar el insulto.
—¡¿Como se supone que baila un mono?! —preguntó Kazutora.
—¡Pues mal! —respondí y huí del lugar. Agradeciéndome a mi misma por sacarme de la situación.
Soldado que escapa sirve para otra guerra
El bar abierto se convirtió en mi mejor amigo, y estaba en la deliciosa tarea de llevarme la cuarta copa de espumante a la garganta cuando vi a Tetsuo acercarse nuevamente a mi, inmediatamente sospeché que su motivación era culminar con su declaración y hacer la horrorosa pregunta.
¡¿Que este cabrón no entiende?!
—Tienes dos opciones, ______. Te quedas a escucharlo o huyes conmigo, ¿que dices?
No lo dude más, y en ese mismo segundo sujeté su mano firmemente dejándome llevar por él, Tetsuo se quedó parado en su lugar al haberme perdido de vista. A esas alturas yo soltaba una sonora carcajada mientras avanzábamos por el pasillo exterior tomados de la mano, como un par de adolescentes. Habíamos llegado a los estacionamientos, lo suficientemente lejos como para escuchar la música tan solo como un susurro.
—¡Eso estuvo muy cerca! —solté en medio de una carcajada—. Jamás pensé que diría esto, pero eres ni héroe.
—¡Oh, ______! —respondió altanero—. No imaginas como inflas mi ego... Será genial contar esto.
¡Este pendejo!
—Sueltas una palabra de esto y te mato... —dije parándome frente a él mientras intentaba recuperar el aliento.
—Personas mas aterradoras que tú lo han intentado...
No me iba a dejar intimidar por él, aunque esos ojos dorados estuvieran fijos en los míos, me hacía sentir tan pequeña, pero por el contrario a lo que pensaba no había ni una pizca de incomodidad molestándome y culpé al alcohol por ello.
—Debería aterrarte, Kazutora —vociferé acercándome a él para señalarlo con mi dedo índice y golpear con el su pecho—. Soy tu archienemiga.
—¿Crees que esto es una historia de super héroes o algo así? —cuestionó desinteresado—. No existen los archienemigos, tú y yo solo nos hacemos la vida imposible por que nos divierte y disfrutamos ver el enfado del otro. Pero admítelo, me quieres.
—¡Oh, yo jamás te querría, no podría sentir un mínimo de simpatía por alguien como tú! —respondí a sabiendas de que era una mentira.
Yo y mi gran bocota.
—¡Bueno, pues debí haberte dejado ahí, para que te hubieran obligado a casarte con ese idiota de pretendiente que tienes!, y quizás hasta hubieras terminado enamorada de él—dijo cruzándose de brazos—. Oh espera, olvidaba que eres tú, y una bruja como tú no tiene sentimientos.
—¡Tengo sentimientos! —respondí echa una furia—. Solo que nunca podría sentir algo hacía alguien tan horrible como tú.
—¡Como si tuvieras la oportunidad! —respondió él.
—Sabes que, tienes razón... —seguí confrontándolo—. Incluso para comprobártelo podría besarte en este momento y no sentiría nada mas que odio y repulsión.
—¡Repítelo hasta que te lo creas! —dijo con seguridad.
Esto va por mal camino, pero siento como si no pudiera controlar mis impulsos.
Ni una sola palabra mas pudo salir de sus labios cuando me incliné lo suficiente para llegar a su altura y mi boca chocó con la suya, sus labios se sentían cálidos y suaves y por inercia cerré mis ojos y me deje llevar por el intenso ritmo del beso. Sus manos sujetaron mis caderas, y contrario a lo que pensé, él no me separó de su cuerpo, sino que me acercó aún mas a su anatomía mientras acariciaba mi espalda con suavidad.
Jadeé contra sus labios intentando recuperar el aliento, pero él aprovechó esa oportunidad e inmiscuyó su lengua dentro de mi boca buscando la mía con desenfreno, pero ya no podía seguir conteniéndome, mis manos se entrelazaron tras su nuca y continué besándolo desesperadamente, se sentía tan natural, tan bien.
Me siento como el puto Gollum; Te odio Kazutora, pero me gustas, pero te odio.
Nuestro intenso beso no se detuvo, pues habían pasado algunos minutos y no dejábamos de devorarnos la boca mientras nuestros cuerpos se frotaban provocándonos un extraño placer, pero no nos parecía suficiente, necesitábamos más. Porque en ese momento sentí como si me hubieran dado a probar de la droga mas adictiva del universo, encontrándola nada más y nada menos que en la boca de ese hombre de cabellos largos y bicolor con un tatuaje de tigre en el cuello.
Sentí mi respiración dificultosa en el momento en que mi espalda fue a dar contra un árbol y sus manos comenzaron a palpar mis curvas de una forma brusca pero que no me incomodó para nada, sus labios recorrieron mi cuello dejando mi piel húmeda por donde su lengua paseaba.
—¡Oh, mierda! —gemí al sentir su erección chocar contra mi vientre. Se sentía jodidamente caliente.
Él sujeto el cabello de mi nuca obligándome a mirarle, su boca buscó la mia mientras sus orbes dorados me miraban fijamente, transmitiéndome indescriptibles sensaciones que me dejaban sin aliento, no lograba comprender que me estaba pasando y por que mi cuerpo reaccionaba de esa forma tan sumisa a sus toques.
—¿Estás segura de que quieres seguir con esto? —cuestionó—. Este es el momento en el que puedes irte y dejar todo como un secreto...
Pero no podía pensar con claridad con sus ojos destellando frente a mi y ese lunar tan sexy adornando su rostro. Estaba segura de que quería seguir, estaba deseosa y se sentía bien. Simplemente respondí quitando el broche de su cinturón para sacar su camisa de su pantalón y deslizar mi mano bajo la tela tanteando la tersa piel de su abdomen.
—Fóllame, aquí y ahora... —ordené en un hilo de voz en su oído.
Una sonrisa se dibujó en su rostro y puso un beso corto en mis labios.
—Que sucia eres, _______ —murmuró en mi oído para luego morder el lóbulo de mi oreja y hacerme jadear mientras restregaba su erección contra mi vientre—. Pero tus deseos son órdenes...
Poco le costó levantar mi vestido para levantar mis piernas enredándolas en su cadera mientras sus manos sujetaban mi trasero, masajeándolo toscamente, bis labios hinchados acariciaban los suyos y mis dientes de vez en cuando los mordían para evitar que nuestros rostros se alejaran mientras recuperábamos el aliento entre beso y beso. Podía notar como la humedad comenzaba a surgir en mi entrepierna al sentir su duro miembro amenazante golpeando mi entrada a través de la ropa.
Con la brusquedad que caracterizaba nuestro trato me soltó haciéndome volver a mantenerme de pie por mi sola, su mano levantó mi vestido y no dudó en acariciar mis labios íntimos sobre la tela de mi ropa interior.
—Está comenzando a gotear aquí abajo... —dijo con un tono sensual—. Quiero ponerte tan mojada como nunca nadie lo ha hecho...
Mis mejillas se tiñeron de un rojo intenso, mis músculos se tensaron y mi vientre burbujeó de excitación con tan solo una frase como nunca nadie había logrado calentarme.
—¿Siempre eres tan hablador? —cuestioné en tono de burla mientras mis dedos intentaban quitar uno a uno los botones de su camisa.
—Hay una forma de callarme... —insinúo mientras sujetaba mi mentón con uno de sus dedos—. Fóllame con tu boca, quiero ver lo hermosa que te ves atragantada, cariño.
Si a todo, joder.
Mis manos temblaban bajando el cierre de su pantalón y su boxer, exponiendo su grueso miembro, no encontraría la palabra para definirlo, pues jamás había visto algo así, su punta rosada lucía exquisita y tuve que contenerme por no demostrar mis pensamientos impuros al tener su miembro tan cerca de mi rostro. Él terminó de desabotonar su camisa, dejándome ver su marcado abdomen, adornado por algunas cicatrices de peleas y por ese sensual tatuaje que bajaba desde su cuello hasta su pecho.
Mis diminutas manos femeninas comenzaron a masajear su pene desde la base mientras mi lengua chupeteaba el pre semen que bañaba su glande, su sabor no era en extremo amargo y me atrevería a decir que era disfrutable. Mis labios formaban una circunferencia engullendo su longitud hasta llevarla a mi garganta, y mi lengua acariciaba la piel aterciopelada de su miembro, él sujetaba mi cabello guiando mi ritmo, mi mandíbula dolía y no era para menos, pues mi cavidad bucal estaba siendo embestida una y otra vez por la polla mas grande y deliciosa que hubiera probado.
Los gemidos saliendo de su garganta con su voz varonil eran música para mis oídos, alcé mi mirada y mi vista se deleitó con su hermoso rostro inclinado hacía atrás, sus labios entreabiertos y sus ojos cerrados, incrementando la presión con mi boca y llevándolo hasta el fondo de mi garganta consiguiendo que un par de lagrimas escaparan de mis ojos cuando él conecto su mirada con la mía y mordió su labio, llevando su mano a mi rostro acariciandolo con su dedo pulgar para limpiar las gotas salinas que bañaban mis mejillas.
—¡Mierda~! —gruñó moviendo sus caderas bruscamente—. Voy a acabar, ya puedes sacarlo...
Negué repetidamente con la cabeza y me empeñé en darle mas intensidad a la felación hasta que la amargura de su esperma golpeó mis papilas gustativas.
¡Sabes tan bien!
—Lo haz hecho tan bien que mereces un premio... —dijo arreglando un poco su vestuario para mirar alrededor y darse cuenta de que algunos trabajadores del evento se acercaban a la distancia—. Voy a hacerte sentir jodidamente bien, pero no quiero que nadie mas vea tu sexy cuerpecito...
¿Desde cuando te preocupas por mi?, malévolo cucarachón se nos puso sentimental.
Me sujetó por la muñeca y se dispuso a encontrarnos un refugió donde no pudieran encontrarnos. Revisando auto por auto a que algún incauto hubiera dejado alguno abierto, y ni siquiera me sorprendí cuando llegamos a uno que conocía bien.
¡Gracias, Tetsuo!
Los vidrios polarizados y la amplitud de los asientos traseros eran un plus. Las traviesas manos del de orbes dorados agarraban bruscamente mis muslos, sus prendas inferiores estaban ahora en sus pies y mis braguitas a un costado del asiento.
Sus besos recorrían mi clavícula y sus dientes se hundieron en mi piel sacándome un gemido placentero, sus hábiles dedos deslizaban los tirantes de mi vestido y mi sujetador hasta que mi ropa se acumulaba en mi cintura. Exponiendo mi desnudez ante él, quien disfrutó de masajear mis pechos, de estirar y pellizcar mis pezones regalándome un dolor satisfactorio solo para luego succionarlos y lamerlos con dedicación.
Mis caderas se movían adelante y atrás en busca de la calidez de su miembro, el que se deslizaba entre mis labios íntimos con facilidad gracias a mi lubricación natural aún sin penetrarme.
—Por favor~ —gemí moviéndome de forma errática.
—Creo que no te escuche bien, cariño... —se burló, e intente fulminarlo con la mirada pero mi expresión no reflejaba mas que necesidad y excitación, e incluso mi voz se había suavizado.
—Kazutora... Por favor~ —intentaba contener mi respiración errática—. Ya métela, ¿si?
Una risa burlona escapo de su boca pero a esas alturas ya no tenía ganas de rebatirle nada, repentinamente sus manos se posaron en mi ingle y me levanté para ayudarlo a acomodar su virilidad en mi entrada, bajando mis caderas lenta y tortuosamente solo para sentir su grosor expandiendo mis paredes deliciosamente, sin poder contener mis gemidos al sentir como su glande golpeaba mi útero.
Me vas a partir por la mitad, ¡hazlo!
Me sujetaba con dificultad de sus hombros, él seguía guiando el movimiento de mis caderas y separando mis glúteos para poder penetrarme con mas profundidad. Mi cavidad ardía deliciosamente con cada una de sus embestidas, mi respiración fallaba y gotas de sudor comenzaban a perlar la piel de su frente. Se veía demasiado atractivo con sus mejillas rosadas y sus ojos fijos en los míos mientras mi garganta rogaba por seguir siendo llenada hasta lo mas profundo por él. Había tanto que no comprendía hasta ese momento en que me estaba entregando a él.
Mis párpados pesaban y mi vista comenzaba a nublarse ante el placer incontenible de brincar sobre su miembro, sobre todo cuando sus manos palmeaban mi trasero con brutalidad, y sus dientes apretaban mis pezones mientras no dejaba de moverme sobre sus piernas.
—Joder~ —repetía una y otra vez imposibilitada de formular alguna otra palabra—. Kazutora...
Y fue cuando sentí mi rostro volverse del color de un tomate.
—¡Cuanto tiempo esperé por escucharte gemir mi nombre, ______! —confesó atacando mis labios sin piedad—. ¡Necesito más de esto, joder, lo necesito siempre!
¿Que clase de confesión era esta?, aprende Tetsuo.
El muro de ladrillos que metafóricamente cubría mis sentimientos acababa de ser derrumbado en ese instante, intente cubrirme la boca pero mi estupidez fue mas rápida que yo misma.
—¡Me gustas! —solté quedándome pasmada frente a su rostro sorprendido.
Él se detuvo después de penetrarme profundamente solo para acunar mi rostro entre sus manos y besarme con fuerza y decisión.
—También me gustas, siempre ha sido así...
La mezcla de emociones era superior a mi raciocinio, y al parecer nuestra torpe confesión no había hecho mas que encender la llama de la pasión a niveles exorbitantes. Él me volteó dejándome apoyada entre ambos asientos delanteros, con mi trasero a su vista y se arrodillo en el asiento de atrás, palmeó con brutalidad mis glúteos y deslizó deliciosamente su lengua por ni columna, una de sus manos estimulaba mi botón de placer y la otra posicionaba su miembro en mi vagina nuevamente, volviendo a embestirme con intensidad, a un ritmo frenético e intenso que me hacía llegar a las nubes, mis pechos rebotaban y su piel chocaba con la mia provocando un sonido obsceno, no podía dejar de gemir su nombre, mi interior se incendiaba de placer con un intenso orgasmo que él se encargó de hacer prevalecer con sus movimientos, elevándome a un paraíso al que jamás había llegado, penetrandote con fuerza un par de veces mas para finalmente llenar el condón dentro de mi vagina y descansar sobre mi espalda besando mi cuello y mis hombros, volteando mi rostro delicadamente con sus dedos para robarme un dulce beso.
—Creo que debemos vestirnos... —dije intentando recuperar la respiración.
—Y ventilar el auto... No podemos dejar que el dueño sepa lo que pasó aquí, es una locura...
—No te preocupes, el dueño es un idiota, va a estar tan ocupado alardeando que no se dará cuenta... —reí acomodando mi vestuario para salir del auto y ayudarlo con su corbata.
—¿Conoces al dueño? —preguntó.
—Es de Tetsuo... —respondí viendo como la expresión de su rostro cambiaba—. ¿Celoso?, no te preocupes, yo prefiero las motos.
Y no podré dejar de pensar solo en ti después de esto.
Su expresión se relajó y me atrajo hacia él para besarme nuevamente. Se sentía tan bien, tan natural y espontáneo.
—¿Que haremos ahora? —preguntó mientras ambos caminábamos para volver al salón de eventos —. Me refiero a ahora que ambos sabemos lo que pensamos del otro, no tiene sentido seguir fingiendo que nos odiamos, ¿o si?
—¡A mi me gustaba hacerte rabiar! —confesé—. Pero bueno, supongo, y solo si es que quieres, que podríamos intentar algo... Ya sabes.
Al carajo mi orgullo, por este hombre me vuelvo pendeja.
—¿Te gustaría ir a la boda de Takemicchi y Hina conmigo? —preguntó, entrelazando sus dedos con los míos.
—Claro que si... —respondí tensando el agarre de nuestras manos mientras volvíamos al salón.
Mi madre me fulminó con la mirada al verme llegar de la mano con Kazutora, siempre supe que no le agradaba pero no imaginé lo que me esperaba en ese instante.
—Iré con mi mamá un segundo, parece que tiene algo que decirme... —dije besando su mejilla—. Te daré mi número, así podremos estar en contacto y ponernos de acuerdo para todo eso... Bueno, tú me entiendes.
—Esta bien... —respondió él—. Disfruta de la boda de tu hermana...
Mi madre me jaló con fuerza hacía un pequeño salón donde también estaba mi hermana arreglando su vestido. No podía borrar la sonrisa de mi rostro pero sabía que mi progenitora sospechaba la raíz de mi felicidad.
—¡¿Te revolcaste con el que fue dos veces a la correccional no es así?! —cuestionó mi madre hirviendo en ira.
—¡Mamá! —le grité—. No te metas, no es tu vida, es la mía...
—¡Me importa por lo que podría pensar Tetsuo! —dijo ella—. ¿Vas a arruinar tu futuro por un delincuente sin futuro como él?
El que lo ofendiera de esa forma hirió mis sentimientos, pero necesitaba tranquilizarla y no quería arruinar el día de mi hermana por una pelea familiar, así que solté lo primero que se me vino a la cabeza.
—Tranquila mamá, fue solo sexo... —mentí tranquilizándola—. No podría gustarme realmente alguien como él. Sabes que terminaré por casarme con Tetsuo algún día de todas formas...
Pero fui una idiota, y lo lamento tanto
No pude notarlo en ese instante, pero él me perseguía para ayudarme a enfrentar a mi madre y aclarar la situación. Su mirada era diferente, se marchó en silencio, y pensé que se vengaría de mi de una forma cruel y despiadada como lo había hecho siempre en nuestra dinámica del gato y el ratón, pero hizo algo que dolió mucho más, y fue ignorarme por completo.
Los días pasaron y me conseguí su numero con Pah-Chin, quien por cierto apoyaba mi esfuerzo por recuperar a Kazutora. Le parecía genial que uno de los suyos se uniera a la familia, aunque fuera el idiota que siempre lo molestaba.
Kazutora no respondía mis mensajes y cuando iba a verlo a su tienda simplemente me ignoraba, yo necesitaba hablar con él, explicarle que había sido una mentira, pero lo lastimé aún después de que él había sido totalmente sincero conmigo.
Me estaba dando por vencida cuando recordé que aún estaba invitada a una boda. Me puse mi mejor atuendo y salí junto a Pah y mi hermana. Las bodas no eran mi evento social favorito, pero al menos daban alcohol gratis y precisamente era lo que necesitaba si iba a hacer lo posible por llamar su atención.
Si quiere que me humille para que puedas perdonarme, entonces lo haré a lo grande.
—Hina, Takemicchi. Muchas gracias por invitarme a su boda, ha sido todo muy hermoso pero... Necesito pedirles un favor.
Mi tercer vaso de whisky a las rocas me brindó el impulso suficiente, Pah se aguantaba la risa mientras Kazutora llegaba a su lado mirándome con incredulidad sobre la tarima luego de haberle dado instrucciones a los músicos y plantarme frente al micrófono.
—Bueno, no creo que conozcan esta canción pero es la única que me sé... —confesé con una risa nerviosa y mis mejillas rojas al extremo.
Takemichi se cubría la boca de la risa y Hina no se quedaba atrás, pues ellos eran los cómplices de mi arrebato de locura por ese chico que ahora vivía gratis en mi corazón y sin pedir permiso.
—¡No lo va a hacer! —soltó Kazutora con incredulidad mirando a Pah mientras intentaba ocultar su rostro por la vergüenza.
—¡Créeme, "cuñado". Está loca, lo va a hacer! —se burló Pah.
La melodía comenzó a sonar y mis talentos musicales no me acompañaban, pero no me marcharía de esa boda sin antes hablar con él. Estaba avergonzada al máximo pero lo hecho estaba hecho, y no podía simplemente bajar del escenario como si nada pasara, ya me había plantado ahí.
"La luna esta "arriba" como tus amigos lo estaban la noche en que nos conocimos,
volví a casa e intenté stalkearte en internet
ahora he leído todos los libros que tienes junto a la cama,
el vino está frío como mi hombro cuando lo tocaste en la calle; jugamos a ser el gato y el ratón por un mes, dos o tres,
ahora me despierto en la noche y te veo respirar.
Bésame una vez por que sabes que tuve una mala noche, bésame dos veces para saber que todo esta bien, tres veces por que lo he esperado toda mi vida.
Me gustan las cosas brillantes pero me casaría contigo con anillos de papel, cariño eres a quien quiero.
Odio los accidentes excepto cuando pasamos de "amigos" a esto, tú eres todo lo que quiero."
—¡Baja de ahí! —ordenó—. Estás ebria...
—Déjala que termine la canción... —se burló Pah—. Aparte, son ustedes dos los que siempre se burlan de los demás, nos toca esta vez.
—¡Y ustedes la alientan a hacerlo! —añadió Kazutora molesto—. Ya está, la bajaré yo.
Y no pude continuar cantando por que en medio del coro me tomaron por las piernas cargándome como un saco de papas y sacándome de la tarima.
—¡Es fue todo! —concluí mi espectáculo—. ¡Gracias público!
La cantante de la banda pudo recuperar su micrófono mientras a mi me cargaban fuera del salón hasta llevarme al patio.
—¡Estás tan loca! —vociferó Kazutora dejándome contra la pared—. ¿No podías simplemente esperar?
—¡Es que te extrañaba! —confesé—. Y si estoy loca, pero tu también lo estás y eso es lo divertido de nosotros... Hace un mes nos "odiábamos" y luego tuvimos el mejor sexo de la vida y dijimos esas cosas que fueron lindas y que me hicieron sentir feliz. Y quería seguir adelante e intentarlo, pero tuve que mentir para que mamá me dejará en paz y pudiéramos tener algo boni-
—¡Ya cierra la boca y bésame, desquiciada!
¡Volví! ¿como va la vida?, aquí Dan reportándose.
Espero les haya gustado, la verdad escribí este One Shot en tiempo record solo por que estaba escuchando "Paper Rings" en loop después de ver muchas comedias románticas la imaginación llegó a mi y necesitaba un poco de cringe en mi vida bdksjdjdj
Gracias por el apoyo que le dan a este libro, me hace muy feliz leer sus comentarios y aunque no los responda todos si los veo y muero de risa😅
Besitos✨💖
¡Gracias por los 85k!
Si les gustó este One Shot y les gusta Kazubby, están invitadxs a leer "Reina sin Alma", mi fanfic que lo tiene de protagonista 💖✌️