Capítulo 6: Yo siento entusiasmo.
—¿Cuál es su nombre, pequeña?
Justamente como el trío anterior me había advertido, Louis estaba sentado a mi lado en uno de los sillones del lugar y comenzaba con su interrogatorio. Las ventanas podían dar vista a las nubes que el cielo mantenía.
Estiro mi cuello un poco nerviosa y le miro a los ojos; Tímida.
—____ Filian…
Una sonrisa aparece y hace iluminar su rostro. Niall con los demás se encontraban ocupados, ordenando los instrumentos para que su ensayo salga perfecto, por lo que solo me quedé aquí, intimidada por don “RespondeMisPreguntas”.
—Un gusto conocerla, Señorita Filian.
—Debes de decirle Madame Filian. —Dice Liam, dejando en el suelo frente a nosotros una caja—. Es la chica que vive al fondo de la calle.
El rostro de sorpresa que Louis sacó al aire no se pudo evitar. Liam puso los ojos en blanco y siguió ayudando al resto. El castaño voltea hacia mí otra vez.
—Así que usted es la dueña de aquella mansión. —Suelta una leve risita y se acerca un poco más—. Escuche, no es por nada, pero pienso que con solo una pregunta he conocido todo sobre usted. No quiere seguir con esta plática, ¿O si?
«No, no quiero.»
Estaba de acuerdo. El solo pensar que llegase a saber más sobre mí que yo misma me hacía temer. Incluso sobre sobrepasar a sus propios compañeros.
—¿Algo que deba saber antes de ir a ayudar, Madame? —Levanta su mano hacia la mía.
«Oh, no. Oh, no» Mi rostro se pone pálido.
Antes de alcanzarme, una palma lo detiene. Mi pulso vuelve a ser normal y dejo salir una bocanada de aire. Louis se sorprende y me observa con confusión. Yo levanto la mirada.
—Lo primero que debes de haber dicho es que los chicos no pueden tocarte, ____. ¿No lo crees?
Niall está con su mirada puesta en mis ojos, atento a cada movimiento que yo haga.
—Lo siento… No sabía que decir. —Suelto sin problemas.
—Vaya. —Dice Louis soltándose del agarre del rubio—. Así que él es el preferido del grupo, ¿O me equivoco?
«¿Preferido? ¿De qué habla?»
—Soy Louis Tomlinson, Madame. —Sonríe—. Y debo reconocer que me ha asombrado su preferencia hacia el pequeño Nialler.
Mis mejillas arden. Louis se despide momentáneamente y camina hacia donde se supone que ensayarán. Niall está con su frente totalmente arrugada. Y sí, molesto.
—Yo…
—Ten más cuidado la próxima vez. —Me interrumpe. Yo le asiento y me quedo sumisa en el sillón con el nerviosismo bordando los hombros mientras camina de regreso al grupo.
Pero, algo me inquietaba, ¿qué iba a decir? Si sus palabras no hubieran detenido aquel “yo…”, ¿qué se supone que le iba a contar?
Han pasado 10 minutos, Harry está riendo junto a Louis en una especie de bar y tomando un poco de gaseosa. Liam acaba de terminar con la amplificación y el último par aún no regresa del baño. Por las ventanas aún se puede notar el día nublado que siempre me recuerda estar en Londres, hasta que escucho unas voces.
—Está bien, está bien. No lo haré. —Dice Zayn entrando a la habitación junto a Niall.
—Solo deja de meterte en problemas. —Le responde el rubio.
Se agarran de las manos, como si hubiesen aceptado algún pacto y se sonríen. Entonces ahora son amigos.
Y por fin, todos se acercan a sus posiciones y cada uno toma un instrumento acompañado de su micrófono, listo para su ensayo.
—¿Nerviosa, Madame? —Suena la voz de Louis en cada pared, llamando mi atención.
En realidad, no es que me encuentre nerviosa, aquello es totalmente diferente a lo que había vivido segundos antes. Pero no sé lo que significa. Le niego. Él me sonríe y sigue con lo suyo. Niall lo observa por un instante, rueda los ojos y se ajusta la correa de la guitarra.
—Muy bien, —Dice Harry—. ¿Algo que decir, chicos?
—Cállate y toca, Hazza —Le gruñe Niall.
Harry ríe y luego sonríe aún más para decir:
—Entonces, esta canción será dedicada. —Su índice apunta hacia mí y por milésima vez mi corazón se detiene—. Heart Attack, Filian. Para usted.
No sé que es lo que siento ahora. Cada día estoy aprendiendo cosas nuevas, conociendo gente nueva, y sobretodo las bipolaridades de Niall. Cuando la canción terminó, aplaudí enormemente al llevarme una gran sorpresa y escucharlos cantar. Harry hizo una leve reverencia y terminó con su típico guiño hacia mí. Ahí fue cuando Niall soltó su guitarra, pateó fuertemente el suelo y caminó furioso hacia la salida. Liam se disculpó de su parte y solo dijo “Está molesto, como siempre”, pero sé que ahora era diferente. Harry rascó la parte trasera de su cabeza un poco arrepentido y ahora solo quedaba preguntarles qué sucedía.
Sé fuerte, ____. Tú puedes hacerlo.
—¿Qué ocurrió…?
Los cuatro pares de ojos se fijan en mí y quedo como una hormiga frente a ellos. Mi voz sale con mucha timidez, debo ser valiente. Solo sácalo.
—¿Por qué Niall siempre se encuentra enojado?
Y ahí salió. La primera pregunta sin titubear.
—Es encantadora, ¿No lo creen? —Dice Harry. Louis y Liam ríen, asintiéndole con sus cabezas.
Pero Zayn se acerca hacia mí y creo que voy a morir hasta que se detiene con sus ojos a solo centímetros de los míos.
«¿Qué hace? Aléjate, por favor.»
—Está interesada. —Murmura. Luego levanta una de sus cejas y unas arrugas aparecen en su frente.
—Oh, por Dios. —Dice Louis. Se acerca hacia Zayn y lo aparta con una mano de mi círculo personal.
«I-Interesada… ¿Qué quiere decir?»
El chico de los ojos azules sonríe ahora mostrando sus dientes. Está demasiado alegre para mi gusto.
—¿Puedo hacerle otra pregunta, Madame Filian? —Susurra.
Si quiere hacerla, ya lo hizo. Le asiento.
—¿Se siente entusiasmada junto a Niall?
Entu… No puede ser. ¡Eso es!
Entusiasmo, es exactamente lo que sentí cuando comenzaron a tocar luego de la dedicación de Harry. Pero no por aquella muestra de afecto por el rizado, sino por escuchar al rubio enojón… cantar. Lía tenía entendido que todos estos cambios y nuevos sentimientos estaban ocurriendo por mi enojo hacia él. Aunque ahora no estoy muy segura sobre si es por que sea molestoso…
Escucho unos pasos y Liam se me acerca; dice:
—Si no puedes responder ahora, no hay problema…
—Si.
Aquella palabra deja totalmente helado al grupo. Tal vez por haber interrumpido a Liam o por mi respuesta, no lo sé, pero yo había estado decidida en decirlo.
Zayn llama mi atención por un instante y puedo ver su sonrisa aparecer. Igual que todos. ¿Qué les ocurre?
—Debería de preguntarle su duda a él, ¿No lo cree?
Oh… es verdad.
Bajo la cabeza entendiendo todo y camino hacia la puerta, estoy siendo valiente por unos segundos. Giro la perilla y empujo el peso para abrirla, Niall está del otro lado con sus brazos cruzados mirando hacia el cielo y su rostro parece ausente.
«Él es el único que puede tocarte» Dice una voz en mi cabeza.
Y tiene razón. Niall es el único. Por algo es que me siento diferente, completamente diferente y es porque creo… que en realidad él me agrada.
Levanto lentamente mi mano hacia su hombro, rozando su camiseta y mi cuerpo no responde a nada. Primer contacto, y no hay grito.
Sigo acercándome más y ahora toda mi palma está sobre él.
Niall se sobresalta.
—P-Perdón… —Digo tímida, bajando mi mano.
Su mirada, aún ausente, me deja en silencio por un instante, pero segundos después vuelve a ser el mismo.
—Qué quieres? —Escupe.
Doy un saltito y me entrelazo las manos por delante mirando hacia el suelo. Escucho un suspiro y alzo la vista.
—Solo… no me gusta que Harry llame tu atención, ¿vale?
«¿Qué?»
—Te advertí antes que no te le acercaras, suele ser así todo el tiempo y luego se olvida de ellas.
Ellas.
—¿Quiénes son “ellas”? —Pregunto firme.
—Las chicas antes que tú. A Harry le gustas, pero no por el resto de su vida. Suele botarlas cuando se aburre, así que te lo estoy advirtiendo otra vez.
A Harry le gusto.
—¿Por qué me estás diciendo esto?
—No hay una razón.
—Si la hay.
—No, ____. No existe.
—Quiero saber.
—Por qué siempre quieres “saber”? —Alza la voz, enmarcando la última palabra con sus dedos—. ¿No te es suficiente con que te aconseje sobre él?
Enojo.
—No, no es suficiente. —Elevo mínimamente mi respuesta.
Niall enmarca su ceño y se acerca hacia mí, me toma de los brazos y finalmente, está tocándome.
—¿Qué te dijeron allá adentro? —Susurra.
—Nada que te incumba. —Respondo de igual manera.
Entrecierra los ojos y por un segundo creo que se acerca un centímetro más, pero al parecer es parte de mi imaginación.
—Soy quién puede tocarte, ____. No me hagas pensar en hacer cosas de las que te puedes arrepentir.
«Sí, claro. No estoy asustada.»
—¿Por qué siempre estás molesto conmigo? Es como si quisieras deshacerte de mí cada vez que aparezco.
—¿Soy tan obvio?
Alto. ¿Ha dicho obvio? Por favor que no haya dicho lo que creo está comenzando a atormentarme.
Mis pies están temblando. Observo sus manos sobre mis brazos y el grito empieza a levantarse desde su cama. Las mejillas me aprietan. Mis hombros se levantan con miedo, las rodillas se tuercen. Y estoy sintiéndolo otra vez. Está reapareciendo mi fobia.
El rostro de Niall se deforma gradualmente y cierro mis ojos, esperando a por el terror y a la soledad que hacen carrera en poseerme.
—No quiero que ellos se te acerquen demasiado.
Mi mirada está con la suya ahora.
—Por alguna razón tengo la responsabilidad de que otros no te toquen, ya que soy el único que tiene esa excepción en ti.
—¿De qué estás hablando? —Murmuro, confundida.
—Responsabilidad, ___, por favor. Desde que descubriste que no sucede nada conmigo y me lo hiciste saber, se convirtió en mi prioridad.
Creo que acabo de fruncir el ceño. ¿Prioridad? ¿Cómo si sintiese lástima por mí? Me está haciendo enojar.
—Estás haciendo esto porque piensas que no me puedo cuidar sola?
Su rostro se ablanda un instante y aquello es mi respuesta. Lo hace por pena, no porque en realidad quiera protegerme.
Me suelto bruscamente de su agarre y desvío la mirada, se vuelve a acercar y yo volteo hacia él con mis ojos entrecerrados.
—Lléveme a casa, señor Horan. —Digo.
—____, qué estás diciendo…
—Ahora.
Retrocedo un paso y me dirijo hacia su auto. Pero aún sigue en su posición, ahora observándome en su normal expresión.
—Debes de estar bromeando. —Intenta sonreír —. Acabamos de tener una pelea sin titubeos ni vergüenza, ¿Y terminas enojándote tú? Já.
Se cruza de brazos, ¿Es que aún no lo entiende? No-me-agrada. Por un instante pensé en el hecho de que realmente me interesaba, incluso su cuarteto de amigos lo habían dicho por mí, pero ahora, no era más que un recuerdo amargo.
—Entonces me iré sola.
Aquello simplemente sonó insolente, incluso Lía se sorprendería si me escuchase ahora, pero era lo que quería decir.
Comencé a caminar por la calle donde recuerdo haber llegado y escucho el portón a mi espalda abrirse. Creo que son los chicos, pero sigo caminando ignorando todo relacionado con ellos ya que solo intentarán persuadirme para que me quede o algo por el estilo. Vaya problema.
Llego a la esquina. Tengo que recordar por donde llegamos. Aver… habíamos girado hacia la derecha…
—Sube.
Volteo rápidamente al escuchar su voz. Niall está a mi lado con el coche, esperándome con la puerta del copiloto abierta.
Arrugo la frente.
—¿Quiere llegar sana y salva a casa, Madame Filian? Entonces suba. —Dice.
—Déjeme sola. —Camino.
Las ruedas del vehículo también están a mi velocidad, por lo que aún sigue a mi lado. Me impresiono de cómo he podido entablar una conversación… una pelea verbal.
—No me hagas hacerlo yo mismo, ____. —Rueda los ojos.
¿Hacer qué? Me detengo.
—¿Cree que puede aprovecharse de aquel derecho de tocarme solo para secuestrarme dentro de un auto? —Sigo caminando—. Puedo gritar, y con el problema de mi fobia no me es difícil fingir.
—Agh… —Bufa—. Ya me tienes furioso con tu cambio de personalidad.
Volteo, pero no logro asimilar nada. Tengo una de sus manos sobre mi boca y otra rodeando la cintura, me arroja sobre el asiento del copiloto y cierra la puerta con el cerrojo, da la vuelta y logra entrar en el lado del conductor para acelerar al máximo.
—¡Me está secuestrando! —Grito, por primera vez.
—¡Ya basta de estupideces! —Ahora él había gritado, dejándome totalmente intimidada—. Yo sabía que era un error haberte traído a ese lugar. Siempre hacen lo mismo…
¿Siempre lo mismo? ¿Qué quiere decir?
—Los confunden y siempre terminan huyendo enojados.
—¿De qué… hablas…? —Otra vez, titubeando.
Me observa de reojo y vuelve a la calle para continuar hablando.
—Cada vez que llevo a alguien, ya sea un amigo o una chica, ellos les dicen cosas y o te golpean o nunca más hablan de ti. Por lo mismo dije que tuvieses cuidado, saben como hacerte pensar algo que no es.
«No lo entiendo…»
Vuelve a mirarme por un instante y se detiene en la carretera.
—Escucha, lo siento, ¿vale? Sé que suelo ser un poco arrogante…
Alzo una ceja.
—… está bien, muy arrogante. Pero eso no significa que lo que esté haciendo sea mi deber. Solo dije que era mi responsabilidad el cuidarte, porque creo que es la primera vez que dejo acercarse alguien a mi vida aparte de los chicos.
¿Me estoy acercando a su vida? ¿Cómo? Ni si quiera sé su edad.
Desabrocha su cinturón.
—¿Cómo hago para que me creas? —Sus ojos ahora son algodón puro.
«Te creo…» Pero esas palabras no salen de mi boca.
—Tócame.