...mil estrellas en el fulgor de vistas vanas
desde las sábanas,
ionizando la necesidad de recuerdos perfectos
petrificados,
más adictivas que las drogas.
Que una y otra vez recitan el palpitar del olvido,
de cómo fueron al frente,
atrincherados en sábanas del ayer
con escopetas que saben a miel,
victimiza el dolor en lecho de los petrificados.
Y resulta que el miedo y el fulgor son la inyección del olvido...
portarretratos,
espejos,
pasillos sombríos
y escaleras
la metadona del fulgor.