Al llegar al comedor Madame Lan y Wei Ying saludaron a los presentes y se sentaron en sus lugares, el líder Lan ordenó que sirvieran la comida, estuvieron esperándolos mientras comían unos pasteles, cuando Madame Lan estaba en la secta siempre se preparaban pasteles, pero sin dejar las sopas tradicionales Lan.
Lan Wangji y Lan Xichen, comían en silencio.
Por el contrario, Wei Wuxian y Jiang Cheng seguía discutiendo para que Wei Ying se comiera la comida insípida.
— No le gusta joven Wei? — inquirió Madam Lan divertida.
— No Madame solo que... — Wei Ying no sabía si decir o no lo que pensaba.
—Tranquilo, a mí tampoco me gusta, sabes la sopa es como mi cuñado, sin una pizca de condimentos — Madame Lan comenzó a reír.
—Ya veo Madame — respondió Wei Ying, intentando no reírse porque el viejo barba de chivo, parecía querer asesinarlo con la mirada.
Lan Qiren se volteó ofendido y siguió comiendo, de vez en cuando miraba a su cuñada con resentimiento, porque sabía que si decía algo de nada serviría, ya que su hermano consentía y amaba mucho a su esposa.
Luego de terminada la cena, los líderes se pusieron a hablar sobre el tratado de ambas sectas y el buen desarrollo de ello. También hablaron sobre el retorno del líder Jiang y sus hijos a Yunmeng.
— El tratado de la ruta de comercio está establecida, ahora somos socios comerciales Fengmian — El líder Lan rio feliz.
—Así es Qingheng-Jun, agradezco su absoluta confianza, — Fengmian sonrió también.
— No es nada, somos amigos desde jóvenes Fengmian nos conocemos desde hace mucho tiempo —
— Ahora que el tratado está hecho, debo volver a Yunmeng —Fengmian comunicó su partida.
—¿Cuándo se van? —inquirió Madame Lan.
— Planeamos partir a las siete de la mañana, para así llegar antes — respondió el líder Jiang.
— Entiendo arreglaré todo para su partida y enviaré a algunos discípulos con ustedes, para que los acompañen en el camino — El líder Lan ofreció.
— No hay necesidad Qing Heng Jun, no queremos causar molestias— respondió el líder Jiang.
— No molestan Fengmian, pero si así lo desean, mandaré a preparar todo para mañana temprano — El líder Lan sonrió.
Al oír eso, Wangji, miró a Wei Wuxian, quien tenía una gran sonrisa mientras conversaba con sus hermanos.
El segundo jade quería disculparse con Wei Ying, pero aún no había encontrado la oportunidad. Se sintió triste al escuchar que los Jiang se irían, se dijo a sí mismo que se disculparía con el Wei Ying antes de que este se marchara.
Por otro lado, Lan Xichen, no se encontraba del todo bien con la noticia, no puedo acercarse al heredero Jiang y entablar alguna amistad. Y lo peor era que cuando miraba a Jiang Cheng, él solo se volteaba hacia otro lado.
El líder Lan ordenó que todo sea preparado para que al día siguiente Jiang Fengmian y sus hijos, puedan partir a Yunmeng, la visita del líder Jiang a Gusu fue muy agradable, para el líder Lan y su esposa era como recordar viejos tiempos, era una pena que los Jiang se vayan tan pronto, pero cómo líder Qingheng-jun sabía perfectamente acerca de las responsabilidades que se tenía en una secta por lo que ambos amigos acordaron reunirse más seguido luego de las conferencias de discusión.
Luego de un tiempo de conversaciones políticas y más, el líder Lan sugirió que los Jiang debían descansar, ya que el día siguiente sería realmente agotador debido al viaje, por ello los Jiang se despidieron para dirigirse a sus habitaciones.
Lan Xichen, andaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de algunas llamadas por parte de su hermano.
Oh vaya, el primer jade había perdido la oportunidad de disculparse con el joven heredero Jiang, quizá si tenía suerte lo haría al día siguiente a primera hora antes de que los Jiang se vayan, a pesar de haberse disculpado cuando ocurrió el suceso, sentía que Jiang Cheng lo evitaba, ya sea mirando hacia otro lado o simplemente ignorándolo. Eso no le gustaba, sabía que, si seguían así, él y Jiang Cheng no serían ni siquiera amigos, comprendía que tal vez el Jiang se sintió incómodo y avergonzado, algo que no era para menos.
Ambos jades se dirigieron a su habitación, la hora de dormir de los Lan era muy estricta, dictaba que debían dormir a las nueve de la noche, por lo tanto, el toque de queda empieza a esa hora y termina a las cinco de la mañana, que es cuando todos se despiertan.
Si el toque de queda era vulnerado, las reglas dictaban que debía recibir un castigo, aunque era así, había discípulos rebeldes que no se acostumbraban a ellas y en consecuencia las desobedecían, ante eso los discípulos mayores realizaban guardias, para evitar aquellos inconvenientes.
La noche era muy hermosa, había luna llena, la cual iluminaba Gusu y este se podía apreciar en todo su esplendor, los copos de nieve caían por todo el lugar, cubriéndolo y creando un manto blanco que decoraba el paisaje, algunas flores de durazno y cerezo que no habían caído durante el otoño, caían al compás con el frío viento, llenando de color el blanco suelo, entre todo ese espectáculo, los brotes pequeños de algunas plantas se habría paso entre la nieve, buscando salir hacia la superficie.
Aunque la vista era hermosa, a medida que el invierno se hacía presente, también lo hacía el frío y los vientos helados, que congelaban todo a su paso.
Wei Ying no era fanático de esta estación, ni del clima de Gusu en realidad, al ser una persona de un sitio cálido, no estaba acostumbrado a ello, por lo que se apresuró a llegar al pabellón donde se encontraba su habitación.
En Yunmeng la mayoría del año, por no decir todo el año, era caluroso, solo existían días en los que llovía por un momento, pero al cabo de un rato el sol se volvía a hacer presente, algo diferente a lo que sucedía allí en Gusu.
Los Jiang, se dirigieron al pabellón de invitados a descansar, necesitaban dormir y recuperar fuerzas para el viaje de vuelta a su hogar.
Al llegar a su habitación, Jiang Cheng, le preguntó a Wei Ying la causa de la herida que portaba en el brazo y como se la hizo, Wei Ying le dijo lo mismo que a los demás, Jiang Cheng lo miró como si analizara su respuesta o buscando algún indicio de falsedad en aquello que dijo, Jiang Cheng sabía que su hermano era torpe hasta cierto punto, eran muchas las veces en las que el ojigrís se había lastimado, al ser imprudente al jugar, en el muelle o incluso en los entrenamientos en su secta, al ver que Wei Ying sonrió, decidió no indagar más en aquello y solo lo dejó pasar y no preguntó más, esto hizo que el Wei se sintiera más tranquilo.
Lo que Wei Ying dijo, no fue del todo cierto, pero no podía decir, que lo sucedido fue producto de molestar al segundo jade, Jiang Cheng podía hacer dos cosas si le decía la verdad, iba y golpeaba a Lan Wangji por la herida que le causó, quizá no intencionalmente, o se burlaba de por vida de Wei Ying por querer jugar con un niño no muy sociable y lastimarse en el proceso, ninguna de las dos opciones era viable, por ello optó por callar, después de todo Lan Wangji tampoco le dijo a nadie lo sucedido.
—Wei Wuxian ten más cuidado y no te metas en problemas — Jiang Cheng se volteó dirigiéndose al cuarto de baño.
— ¿Acaso mi ChengCheng se preocupa por mí? — Wei Wuxian entre risas alcanzó a su hermano y para provocarlo más pasó su brazo por el cuello de este.
— ¿Quién se preocupa por ti? Lo que me preocupa es que hagas perder cara a la secta — Jiang Cheng resopló, Wei Wuxian era experto en sacarle de sus casillas, aún no se había vengado por la ridícula broma que su hermano le hizo, cuando estuvo cerca a la tina de baño Jiang Cheng aventó un poco de agua al Wei y así comenzaron a jugar mojándose entre ellos, cuando se encontraban empapados y el cuarto de baño era un desastre total, fue que dejaron de jugar.
Jiang Yanli tocó de repente la puerta de la habitación, ambos se preguntaron la razón de que su hermana esté allí, la hicieron ingresar al dormitorio y se sentaron los tres juntos, ella les comentó que fue para verificar el estado de la herida de Wei Ying y a aplicarle un poco de medicina, Wei Ying le mostró el ungüento obsequio de Madame Lan, el cual Yanli usó para curarlo, mientras hablaban de lo bonito que se veía Gusu con toda esa nieve y las bellas flores de Durazno y cerezos.
Al terminar de aplicarle la medicina, Yanli se despidió de ambos y volvió a su habitación, por suerte el toque de queda fue hasta después de un rato de que la Jiang haya vuelto a su habitación, así no se incumplió regla alguna.
Ambos hermanos se acostaron luego de que su hermana mayor se fuera, pero no pudieron conciliar el sueño rápidamente, esto debido a que por sus mentes rondaban las emociones locas que experimentaron ese día, haciendo que la simple acción de dormir, les sea complicado.
Jiang Cheng se preguntaba, si el primer jade se había enojado con él por lo sucedido ya varias horas atrás, quizá no se disculpó como era debido al caer en tal vergonzosa situación. Pero lo que no sabía era que el primer jade, se sentía igual.
Por otro lado, Wei Ying, pensaba en lo sucedido con Lan Wangji, si el segundo jade lo odiaba ¿Cómo podían ser amigos? Empezaron con el pie izquierdo es evidente, pero quizá con el tiempo podrían ser amigos, ¿no?...
A la mañana siguiente.
— ¡¡Wei Wuxian despierta!! — Gritó el menor, la hora de que partan hacia Yunmeng había llegado, pero Wei Ying aún no se había preparado. — Debemos irnos, ¿Cómo es que puedes dormir tanto?, pareces un oso en hibernación, ¡¡¡y el más feo por cierto!! —
— Soy hermoso A-Cheng, no lo niegues, ¿Este bello hombre no puede dormir unos cuantos minutos más?, ¿Acaso es mucho pedir? — respondió un Wei Ying somnoliento.
—¡¡Ja!! Bonito mi trasero, ya levántate o A-Jie y padre se enojarán, —Jiang Cheng caminó a un lado de la habitación y recogió las pocas cosas que llevó a Gusu.
— Aiyo, A-Cheng no seas tan duro con tu hermano mayor —Wei Ying se quejó haciendo un tierno puchero.
— Ya no sé quién es el mayor aquí — Jiang Cheng rio al decir aquello.
Luego de alistarse, salieron del pabellón de invitados, encontrándose con su padre y su hermana, iban tarde y eso a causa de cierta persona que se mostraba reacia a levantarse y alistarse para el viaje de regreso a su hogar.
— Buenos días, padre — ambos se inclinaron ante su padre, Jiang Fengmian les sonrió y devolvió el saludo. —A-Jie — saludaron también a su hermana, quien les acarició la cabeza y les dio una cálida sonrisa.
Todos fueron a la entrada del Receso de las nubes, para despedirse. Wei Ying pasó cerca del gran muro de reglas, al cual no tomó importancia, y siguió caminando al lado de su padre y hermanos, ya en la entrada los esperaban el líder Lan, su esposa, su hermano y sus hijos.
— Buenos días Qingheng-jun, Madame Lan, maestro Qiren, jóvenes amos Lan — Jiang Fengmian saludó junto a sus hijos, quienes se inclinaron ante los mayores.
— Es hora de volver, agradezco su hospitalidad Qingheng-jun, fue una estadía muy buena y agradable — Fengmian con una sonrió.
— ¿Seguro que no necesita que lo escoltemos? —el líder Lan peguntó preocupado, el viaje de regreso a Yunmeng era un poco largo, y en ocasiones peligroso, — Puedo darle unos discípulos para que los escolten — sugirió.
—No se preocupe Qingheng-jun, mandé una carta a mi esposa, para que espere nuestra llegada, y aún tengo a los discípulos que vinieron con nosotros, no queremos ser una molestia — respondió Fengmian.
— No es ninguna molestia Fengmian, pero está bien, no insistiremos, prometan mandarnos una carta cuando lleguen a Yunmeng, para saber que llegaron bien, por cierto, encargué a unos sirvientes que les prepararan refrigerios para el viaje — respondió Madame Lan.
— Eso haremos Madame Lan, pierda cuidado y muchas gracias por la comida — Jiang Fengmian agradeció el gesto.
— Gracias por la atención y la hospitalidad, líder Lan, madame y maestro Qiren— Jiang Yanli agradeció realizando una inclinación, seguida por sus hermanos.
— Fue grandioso que estuvieran aquí, su visita fue muy amena, que tengan un buen viaje de regreso — Lan Xichen observaba a Jiang Cheng mientras hablaba, al terminar realizó una inclinación junto a su hermano, quién no dejaba de observar al ojigrís.
Con los refrigerios listos, la familia principal Jiang, emprendió su viaje de regreso a Yunmeng, los jades se quedaron mirando el lugar por el cual los Jiang se habían marchado, no pudieron disculparse, quizá algún día puedan hacerlo o quizá no ... Solo depende del destino.
Por otro lado, ya en las afueras de la ciudad los Jiang se preparaban para abordar un bote, con el cual viajarían hasta Yunmeng, Wei Ying estaba emocionado de volver a sus amigos y también a su shidis.
El viaje era un poco largo y cansado, entre peleas y bromas la familia se dirigió a casa.
Mientras Wei Ying y Jiang Cheng peleaban por la comida, Fengmian y Yanli, veían la escena y se reían por aquello. Su viaje a Gusu fue muy gratificante, se pudo conocer a muchas personas, además de asentar una alianza en la ruta de comercio entre ambas sectas, esto beneficiando a ambas regiones.
Así siguieron el camino por el río, riendo y disfrutando de la compañía de su familia, los discípulos que acompañaron al líder de secta y a sus hijos, se reían por las ocurrencias e interacciones de sus jóvenes maestros, quienes vivían despreocupados de la vida disfrutando de su infancia que ya estaba por terminar.
Al cabo de unos años, su vida cambiaría, tendrían que cumplir con las responsabilidades que les correspondían, esto en su mayoría afectaría en sus actividades de juego, entrenamiento, entre otras actividades rutinarias, como las de ahora, ya que debían prepararse más, entrenar duro, para que puedan obtener su espada espiritual.
Si en caso llegaban a ser donceles, Jiang Cheng y Wei Wuxian o solo uno de ellos, debían recibir clases especiales para ellos, por eso aprovechar estos momentos eran vitales, el líder Jiang veía a sus hijos con amor, eran junto a su esposa, la razón de su vida y su existir, si alguno era un doncel o quizá sus dos hijos lo eran, él los cuidaría aún más a los tres, los protegería de aquellos que quisieran aprovecharse de sus preciosos lotos blancos, el líder Jiang sonrió pensando en las diversas maneras en las que castigaría a esas personas, aunque quizá no haga falta porque sus hijos hasta ahora siempre habían demostrado ser buenos en el cultivo, habían aprendido muchas cosas e incluso habían desarrollado su núcleo dorado a una edad temprana, era seguro que sabrían defenderse más adelante.
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