[N/A]1: Especial horny. Satoru y Ken, 17 años. Si no te gusta esta temática puedes saltar al siguiente cap sin problemas.
[N/A]2: Los personajes son versátiles, es decir, que se turnan para darse. Cómo quiero que todos se sientan cómodos leyendo voy a separarlo en 🚹 para el Satoru top y ♿ para el Satoru bottom. 🧯 Para que puedan leer el after 💜
[N/A]3: En verdad está caliente el asunto, no me hago responsable de que la barra de simpeo hacia Satoru explote. Advertidos están.
[N/A]4: Cap largo. Hoy es noche de sexo 🎶 😈🤙
Capítulo 37.02: Ámame una vez más.
Callaron sus palabras con un acalorado beso, está iba a ser su segunda vez conociendo el cuerpo del otro y sus corazones fueron los que mandaron en esta ocasión. No podían estar más lejos del otro, no mientras sean fuertemente conscientes del amor tan intenso que sienten por el otro.
Porque cuando dos almas gemelas se reconocen es imposible alejarlas.
Porque Satoru no está dispuesto a dejar ir a Draken otra vez. Ya lo perdió una vez, no lo va a hacer 2 veces, ni 3, ni ninguna vez más. Este es su presente ahora y planea protegerlo hasta el final de la meta.
Aún si debe soportar esa horrible enfermedad hereditaria.
Pero, su perra se portó mal, así que merece un pequeño castigo por desobedecerlo, por llevarle la contra y traicionarlo. Está enfermo de amor por Draken y mientras sea mutuo planea atarlo hasta en su tumba.
—Prepara ese culo que hoy manda papi~
Debía liberar el estrés.
🚹
La ropa fue sacada al instante por ambos adolescentes ansiosos. Los besos no pasaron, Satoru le devolvió la anterior mordida que le dio afuera al delicioso cuello de su pareja que gruñó en respuesta por el dolor. Pronto la lechosa piel del rubio tomó un color rojizo y por donde Satoru iba dejando marca también se enrojecía con bastante facilidad. No le importaba nada, quería hacerle entender al rubio que tiene un dueño — desgraciadamente — atado eternamente a él, quiera o no, ambos desean por completo al otro y es innegable.
Ken estaba tan encimado en su propia nube de placer que no notó el momento en el que el otro le colocó algo en el cuello hasta que lo tuvo firmemente puesto y sintió ese pequeño cascabel que le hizo saber de sobra qué tipo de collar puso en él.
—Hoy serás mi perra, amor. — avisa con una sonrisa traviesa y un extraño brillo lujurioso en sus ojos. — Así que empieza a ladrar.
—... Ni fumado voy a ladrar. — se molesta por esa orden, divirtiendo más a su pareja que ensanchó su sonrisa.
—Sabes que siempre obtengo lo que quiero, amor~
Besó su mandíbula antes de jalarlo por el collar hacia abajo para que quede de cara a su largo miembro erecto que esperaba con ansias algo de atención. Draken tragó saliva, nunca en su vida se preparó para ese momento, se informó respecto al tema, pero no era lo mismo la teoría que la práctica. Satoru esperó paciente a que el otro se anime a darle una pequeña lamida a la cabeza de su miembro, mandando millones de descargas por el repentino contacto que animó al rubio a dar más de esas mientras su mano se alzaba para sostener la base del miembro.
"No debe ser tan diferente a como lo hago yo..." piensa para animarse a sí mismo, intentó imaginar cómo le gustaría que Satoru chupe su miembro y entonces recordó aquella primera mamada que recibió de su novio y se excitó demasiado. Ese recuerdo lo motivó para ponerlo dentro de su boca, el sabor era raro, pero al mismo tiempo bastante adictivo que le hizo razonar sobre si le gustaba más recibir la mamada o darla y, por como gime su pareja es respuesta, cree que podría llegar a gustarle esto.
Hasta que sintió un empujón que le hizo tragar todo de golpe y se alejó para toser y mirar enojado al otro.
— ¡¿Qué te pasa, idiota?!
— ¿Qué? Tu abusaste de mi boca la primera vez. — acusa con un pequeño puchero, el rubio miró hacia otro lado con vergüenza por ese pequeño dato que había ignorado para no sentirse mal. — Para que veas lo que se siente, animal.
— ¡¿A quién llamas animal?! — pregunta histérico.
—A ti, perra~
Ese apodo hizo calentar a Draken al punto que se lanzó sobre el otro para intentar golpearlo, pero la fuerza de Satoru lo sometió debajo de su cuerpo hasta que dejó de tener control de sus manos. Miró hacia arriba para ver como estas fueron atadas contra el respaldar de la cama con su propia playera y volvió a bajar su vista para ver sorprendido como su novio preparaba muy tranquilo su entrada, como si ya hubiera hecho eso antes.
— ¡Desátame! — ordena mientras se sacude cual gusano para soltarse de las ataduras.
—No, me vas a golpear si lo hago. — defiende, metiendo de golpe dos dedos que hicieron saltar en su lugar al más alto. — Y no soy masoquista, Kenchin~
—... Me la vas a bajar si usas ese apodo. — avisa bajito, con un pequeño rubor en su rostro.
—Lo siento, amor.
—Mucho mejor- ¡Ah! — gime al final por una tercera intromisión. Ahora se pregunta por qué se le facilita demasiado a Satoru llegar a ese lugar que le hace temblar por completo el cuerpo.
Satoru se deleitó con los sonidos tan eróticos que salían del cuerpo de Draken, babeó mientras probaba su piel con su boca y marcaba como suyo aquel precioso cuerpo que lo traía muy mal. Su novio no se quedó atrás cuando le mordió el hombro, ya que sin avisar Satoru se introdujo de una en él y comenzó a embestir su entrada a una velocidad potenciada que hizo sacudir un poco la cama y al mismísimo Draken debajo suyo.
El rubio era un desastre de lágrimas y gemidos, no podía creer lo increíble que resultó ser el sexo con el pelinegro, tan así que no sabe cómo podrá seguir viéndolo tranquilo a los ojos sin recordar esta forma en la cual sostiene sus caderas con firmeza y embiste su recto profundamente.
La voz se le fue cuando goteó un poco de semen, jamás creyó poder venirse sin siquiera masturbarse, pero el tope máximo de placer llegó cuando Satoru sobre estimuló su miembro mientras le daba con más fuerza para buscar su placer propio. Se vino por segunda vez sin darse cuenta, se quedó sin voz para seguir gritando y cree recordar que en un momento rasguñó tanto la espalda de su novio que dejó una enorme marca ahí atrás.
Sintió algo caliente llenar sus entrañas al mismo tiempo que también lo sintió palpitar adentro suyo, solo cuando pasó eso se dio cuenta que Satoru no usó condón y una vena en su mejilla se hinchó.
Lo va a matar.
♿
— ¡Ah~! ¡Qué bien se sintió eso! — exclama muy feliz el pelinegro que se dejó caer a un lado del rubio luego de desatarlo. — ¿Cómo te sientes?
Él se sentía bastante satisfecho con su descarga del día, todo el enojo desapareció por completo y cree que un mejor método para descargarse es follar duro con su novio que muy bien podía satisfacerlo. Permitió que su pareja respire tranquilo a su lado, él también estaba algo cansado, pero tenía el aliento suficiente para una segunda ronda siendo el de arriba.
Lástima que Ken no pensaba lo mismo.
— ¿Amor? — se pregunta cuando lo escuchó demasiado callado.
Satoru tembló cuando vio solo oscuridad en los ojos del rubio, sus instintos de supervivencia le advirtieron que escapara de ahí lo más rápido que pueda o podría lamentarlo, pero tardó en reaccionar y lo tuvo sobre su cuerpo con su delgada mano rodeando su cuello como collar.
—No usaste condón. — avisa enojado. — Me ataste a la cama, no me escuchaste cuando te dije que te detuvieras... ¿Pretendes que está bien después de eso?
—Bueno, aún te puedes mover, así que agradece que no te rompí la cader- ¡ah~! — un involuntario gemido se escapó de sus labios al sentir un dedo en su entrada, su diferencia con Draken era que el otro tenía dedos muchos más largos. — P-podemos negociar~
—Pues tu no me vas a agradecer mucho después de lo duro que te voy a dar. — advierte.
— ¡Eso no es justo! ¡Se supone que yo estaba enojado, no tú! — se queja como niño berrinchudo, pataleando a los lados de la cadera del rubio que lo hizo quedarse quieto al meter otro dedo. — Ngh~ Maldito enorme- ¡Ah!
—Ojo por ojo.
—Ah- está bien... Pero no vas a poder, si yo no pude tú tampoco, después de todo soy más fuerte. — pica sin poder controlar su lengua, músculo que mordió luego de ver la mirada feroz de su novio. — "... Acabo que ni quería caminar, digo, caminar está muy sobrevalorado ¿No? Ir en sillas de ruedas será más divertido, voy a poder competir en carreras con Chifuyu, Michi y Touya después."
El enorme miembro de Draken no tardó en estirar sus paredes anales, sintió sus piernas temblarle cuando el otro copió su inicio anterior con mover sin piedad sus caderas de atrás hacia adelante para embestir con fuerza su entrada. No podía moverse porque Draken sostenía con una mano sus muñecas sobre su cabeza y con la otra apretaba su cuello tan deliciosamente que Satoru no tardó en lagrimear por la falta de aire y en soltar gemidos entrecortados.
Abrazó las caderas de Draken con sus piernas cuando sintió que se alejaría, pero lo calmó con un pequeño beso antes de ayudarlo a levantarse para cambiar la pose a arrodillados. Fue una nueva experiencia para el rubio, pero cuando estuvo averiguando en sus ratos libres como darle más placer a su chico aprendió esa postura y siempre deseó hacerla con el otro. Fue difícil tomarle el ritmo, pero cuando encontraron el ángulo los gemidos de Satoru se convirtieron en gritos, Draken lo sostenía por los hombros para que no se aleje ni rompa la pose y el pelinegro deliraba de lo profundo que estaba llegando el otro.
—A-ah- M-me vas ah- partir- ¡Ah~! ¡Ken! — gimió alto.
—Dios, como aprietas. — gruñe grave cual animal en celo, se sentía increíble, como si estuviera echo completamente para él.
Cuando el pelinegro bajó la vista pudo notar que con cada empuje sobresalía de su vientre un poco la cabeza del miembro de su pareja, esa simple imagen le hizo venirse a montones y se sintió demasiado avergonzado, porque una parte de él se rio porque imaginó una carita feliz en ese bulto y se aguantó para no arruinar la liberación del rubio que se vació por completo dentro de él.
—A-ah- Es todo... — celebra satisfecho el rubio que se dejó caer sobre la espalda de su chico como peso muerto. Dejó unos besos en su hombro que hicieron ronronear al de cabellos oscuros y sonreír al de cabellos claros. — ¿Estás bien?
—Si... ¿Segundo round? — propone travieso.
—... ¿Usamos el sofá?
—Me leíste la mente. — festeja con una gran sonrisa. — Propongo que esta vez lo hagamos de pie.
—Eres un insaciable. — niega entre pequeñas risas.
—Oye, eres parte del plan, así que tú también eres uno. — se defiende, besando muchas veces los labios del sub comandante de la Toman ahora de frente. — Te amo.
—Te amo más, Satoru.
🧯
Estuvieron todo el día y parte de la noche probando diferentes posturas, también hicieron un receso para comer algo y cuando parecía que se detendrían en el baño lo hicieron también ahí 2 veces más antes de volver rendidos a dormir en la cama. Cuando despertaron al otro día ambos no sentían para nada el cuerpo, estaban boca abajo con un enorme dolor de culo y cabeza, pero aquellas sonrisas que aparecieron cuando vieron al otro mejoraron por completo esa mañana.
Lentamente unieron sus manos mientras se veían a los ojos en silencio, no hacía falta hablar, más tarde podían hacerlo. Por ahora solamente querían estar así, como verdaderamente son, antes de volver a la realidad que los quería separados, aquella realidad que quería empezar una guerra por estar ambos en el bando contrario.
Pero hay una canción que dice; "una aventura es más divertida si huele a peligro." Satoru y Draken estaban dispuestos a arriesgar todo con tal de estar juntos, aún si eso se lleva otras vidas, les es imposible vivir sin el otro, no ahora que son verdaderamente conscientes de que en verdad están perdidos por el otro.
"Ah, perdí la cabeza." pensaron por igual, pero con unas enormes sonrisas en sus rostros.
[N/A] SACA ESOS PENSAMIENTOS PECAMINOSOS DE TU MENTE Y DE TU CUERPOOOOOOOO
EXTRA:
Virus: Hora de ir a misa, pecadores. Soy el cura Virus y vengo a compartirles la palabra de nuestro señor todo poderoso con un invitado especial.
Satoru: ... ¿Por qué todos tienes correas? — pregunta confundido.
Virus: Es parte de la religión. — informa acomodando su máscara de gas. — ¡Ahora unas palabras de nuestro señor!
Satoru: ... ¿Soy yo? — se cuestiona impresionado de toda esa secta de su persona antes de girarse a los lectores algo nervioso. — Eh... N-no sé qué- — se calló cuando el escritor le entregó un papel y lo leyó en voz alta mucho más confundido. — ¿"Los primeros que entren a la misa ganan una patada y cachetada de nuestro señor Satoru"? ¿Quién va a hacer eso?
Virus: Te sorprenderías.
Satoru: ... ¿Me puedo ir? Tengo que estudiar mis diálogos para el siguiente cap.
Virus: TODOS AL SUELO. NUESTRO SEÑOR SE RETIRA.
Satoru vio extrañado como los lectores se tiraban al suelo, como no tuvo de otra pasó sobre todos pisando sus espaldas como si fueran alfombra hasta la salida, obviamente tuvo que tomar carrera para escapar porque apenas reaccionaron todos sus simps corrieron detrás de él.
Satoru: NO, NO TERMINES EL CAP ¡AYÚDAME! — grita en súplica. — ¡¡Ah!! ¡¿Por qué me ladran?!
Virus: Nos leemos la otra babys 💜 (✿^▽^ )