Del capítulo 5: La Fiesta
Stiles
Estaba completamente convencido de que mi mejor amigo era un hombre lobo, pero él no lo estaba y no tengo idea de qué debo hacer para convencerlo. Todos saben que los hombres lobo se transforman en luna llena y HOY es una noche de luna llena.
No había llegado hace mucho a la fiesta en casa de Lydia, pero desde que entré, la busqué. Ella siempre se ve hermosa, pero estoy seguro de que hoy lo estará aún más.
Me detuve cuando vi a Jackson conversar con una chica. Era preciosa, me hacía recordar a...
― ¿Mia? ―no era mi intención llamarla, en verdad no, si Mia sabía que la había estado viendo, me mataba.
Ella se giró y me quedó viendo, me analizaba. De pronto me sentí cohibido. Sus ojos azules eran penetrantes, en especial cuando estaba molesta y ella siempre está molesta conmigo.
― ¿Qué-qué te su-sucedió? ―le pregunté y mentalmente me golpeé.
Creo que tengo un deseo de muerte.
― ¿Ahora tartamudeas? ―se burló. Típico.
Suspiré. ―Sí, eres tú. No cabe duda.
―Por supuesto que soy yo, idiota ―aún tenía el ceño fruncido. Mia me detesta y no es su culpa, tiene razón de hacerlo.
― ¿Qué haces aquí? Tú nunca vas a fiestas ―y no es que yo vaya a muchas, es decir, no es que me inviten.
―Perdí una apuesta ―respondió casualmente y con un tono resignado.
― ¿Una apuesta? ―Mia no habla con nadie, no desde que... ―. ¿Con quién? No tienes amigos.
―No te incumbe ―ahora estaba más molesta que antes.
Un chico desconocido se acercó a Mia, ella no lo había visto, pero él estaba rodeando su cintura con su brazo. ¿Por qué la toca? ¿Es ese la clase de amigos que ella tiene ahora?
―Si este te está aburriendo, puedes venir conmigo ―se inclinó para besarla, ¡¿estaba saliendo con ese?!
―Suéltame ―dijo ella mientras lo empujaba.
Él susurró algo en el oído de Mia. Si ella lo trataba de alejar, era obvio que él no era ni su amigo, ni su novio. Tengo que hacer algo, no importaba que él fuera más musculoso que yo. Tomé el brazo de Mia y la atraje hacia mí, rodeé su hombro con mi brazo.
Me armé de valor y le hablé al chico. ―E-ella está con-migo ― ¿por qué tartamudeo?
― ¿Ella? ¿Contigo? ―se burló el chico. Si él no me mataba, lo haría Mia, porque estoy seguro de que ella no está feliz conmigo al lado―. Vamos, preciosa, conmigo te vas a divertir.
―Ya te dije que está conmigo ―soné algo más firme. La verdad es que el chico ese me estaba sacando de quicio. Mia le había dicho que la dejara en paz. Sin darme cuenta, ahora tenía a Mia más apegada a mí.
―Ella no está contigo ―dijo él.
―Sí, sí estoy con él ―es la primera vez que Mia decía algo desde que la jalé hacia mí. Me sorprendió que no fuera algo como "Te voy a matar, Stiles". No, lo que me sorprendió más fue que ella me abrazara por la cintura y se apegara a mí.
Al inicio me sentía un poco extraño. Mia y yo jamás habíamos sido cercanos, solo una vez, cuando fuimos niños y fue por un breve periodo. Lo cual, fue mi culpa. Pero eso no importa ahora. Mia y yo nos estábamos abrazando y ninguno trataba de matar al otro.
Con mi brazo libre, rodeé su cintura, Mia era pequeña, no lo había notado hasta ahora.
―Eres un maldito suertudo ―dijo el chico antes de irse.
Suspiré aliviado. Al menos no iba a tener que pelear con él, no estaba seguro de poder ganar. Lo más extraño es que pelearía por Mia y... eso no es algo que he creído que pasaría nunca. Ya que... no nos soportamos.
Cuando el chico desapareció entre la multitud, Mia y yo nos separamos.
―No pienses que te voy a dar las gracias ―me dijo en un tono hostil.
―No quiero tus 'gracias' ―respondí haciendo comillas en gracias.
Mia se fue hacia el patio, yo también fui hacia allá, parecía que la seguía, pero no. Quería encontrar a Scott y ver que no estuviese transformándose en hombre lobo o algo así. No quiero imaginarme lo que pasaría con todas estas personas si mi mejor amigo resulta ser algo así como un asesino en serie en luna llena.
Perdido en mis pensamientos, no me di cuenta que me había chocado con alguien. Mia.
― ¿Me estás siguiendo? ―me preguntó en un tono retador.
Cuando asimilé que había chocado con ella, respondí. ―No, ¿para qué lo haría? Tu vida me tiene sin cuidado.
―Pues no pareciera, porque hace rato hiciste todo lo posible por ayudarme.
¿No se supone que ayudar es algo que las personas hacen? Aunque nos odiemos, igual no dejaría de ayudarla, es decir, tampoco le deseo el mal. Aunque estoy seguro de que ella sí a mí. No imagino un mundo donde ella no me quiera arrancar la cabeza.
―Solo hice lo que una persona decente debería hacer. Lo habría hecho por cualquie... ―alcé la vista y me encontré con Lydia, bueno no exactamente. Ella estaba ahí, pero besaba a Jackson.
Jamás va a fijarse en mí, no sé por qué sigo tratando. Mi plan de diez años no parece funcionar. ¿Qué estoy haciendo mal? Tampoco soy tan feo, ¿o sí?
―Había olvidado que amabas a Lydia ―dijo Mia.
No tenía ganas de oírla, menos si iba a reírse de mí. Tengo un límite para todo. ―No te burles de mí ahora, ¿sí?
Ella suspiró. ―Deberías superarlo, ella está enamorada de Jackson.
―Está enamorada de un idiota ―murmuré, pero ella lo oyó.
―No es un idiota, no con ella, supongo...
―Sí, lo es con ella también ―suspiré. Yo jamás sería un idiota con Lydia.
En ese momento, Scott pasó corriendo a mi lado, parecía mareado. Debía ser la luna llena, por fin lo estaba afectando. Cuando vi a Allison seguirlo, corrí tras ellos. Ella no podía enterarse de Scott. Subí a mi Jeep y fui a casa de mi mejor amigo. Me dijo que en casa de Lydia había visto a Derek Hale, según él, Derek era hombre lobo, el que lo había mordido.
Tragué saliva, estaba asustado. Antes de irme, había visto a Allison y Mia hablar con él, Derek las iba a llevar a sus casas. Si es que llegaban vivas.
Fui a casa de Allison para cerciorarme de que hubieran llegado bien. Su mamá, que tenía una cara de diablo, abrió la puerta y luego apareció Allison. Ella dijo que Derek se había ido con Mia. Tal vez Derek solo quería matar a Mia.
Jamás creí que me sentiría tan preocupado por ella, no desde niños.
Cuando llegué a su casa, sabía exactamente donde vivía, cuando era pequeño había ido una sola vez, así que nunca olvidé su dirección. Bajé del Jeep y toqué el timbre de su casa repetidamente. Luego di golpes en la puerta. ¿Por qué no respondía?
Tal vez Derek ya la mordió o la mató.
― ¡Estás viva! ―grité apenas Mia abrió la puerta.
Sentí tanto alivio.
Vi a un perro sentado a su lado, me miraba expectante. Era muy bonito. Me agache a su altura. ― ¿Ese es tu perro? ―le pregunté a Mia, luego saludé lo saludé―: Hola, amigo ―acaricié la cabeza de su mascota, era manso.
―No, es en realidad mi hermano, pero como es un hombre lobo, en las noches de luna llena, como esta, se convierte en un lobo real ―dijo ella.
¿Un hombre lobo? ¿Es en serio? Entonces, ¿ella sabe de esto? ¡Estoy acariciando a un hombre lobo!
Me alejé de él rápidamente y caí al suelo.
― ¿Hombre Lobo? ―pregunté asustado.
―Es una broma, Stiles. Es solo mi hermosa mascota.
Suspiré aliviado. Mi vida se estaba tornando cada vez más extraña. ― ¿Cómo se llama? ―pregunté, mientras volvía a acariciar a su mascota.
―Lobo ―respondió.
Bueno... eso sí que es una ironía. De tantos nombres... ¿tenía que elegir ese?
― ¿Me podrías decir para qué has venido? ―sonaba molesta.
―Para nada, es solo que vi que subiste al auto de Derek.
―Sí, lo hice. ¿Qué tiene de malo? ¿Acaso no es amigo de Scott?
Alcé la vista, sorprendido. ― ¿Te dijo que era su amigo? ―asintió―. Bueno, no lo es.
― Y, ¿por qué se ofreció a llevarnos a casa a mí y a Allison?
―No tengo idea, pero sería bueno que no te acerques a él.
No podía evitar preocuparme por Mia. Es decir, Derek podría matarla y bueno, al menos debo advertirle que se mantenga alejada de él.
― ¿Desde cuándo te importa mi bienestar?
―Esto no es sobre ti ―me había demorado en responder, no podía decirle la verdad―. Me tengo que ir. Adiós, Lobo, Mia.