New York City 3:15p.m
—Dios Killua, ¿podrías dejar de ser tan molesto? —Indagaba el pelinegro con un tinte de cólera.
—No es ser molesto, me preocupo por ti, imbecil. —Contra atacaba el albino pegandole con su dedo índice en la frente contraria.
Hacían un escándalo por el simple hecho de que Gon, el menor entre los dos con 18 años de edad no había hecho su deberes de la universidad, y el peliplateado con 19 se lo reprochaba, todos los de ese café los miraban extrañados. Aun así ellos seguian en su discusión interna, restandole poca importancia a los de su alrededor.
—Prometo que lo haré, hoy iré a tu casa y me ayudas ¿vale?
—culminaba ya exhausto y derrotado. Llevarle la contraria a alguien como Killua era de lo más tedioso en lo que el con su poca paciencia podría tratar.
—Me parece bien. —Dijo para levantarse de su asiento y tomarse de un solo sorbo su café. —A las 5:00 quiero que estés en mi apartamento, ni un minuto más ni uno menos.
—Agh, esta bien, esta bien. —Miro como agarraba su mochila y se iba a su próxima clase de ciencias.
Para la desgracia de ambos solo se veían una vez a la semana, puesto que tenían horarios distintos y estudiaban cosas para nada semejantes, por una parte, Killua quería ser un gran arquitecto, el mejor de todos, por el contrario Gon quería ser veterinario. Desde un principio le gustó los animales, y tratar con ellos siempre fue lo mejor para este, puesto que lo hacía de manera correcta y perfecta, le favorecía esa carrera en todo su esplendor.
Pero había una desventaja con Gon y era que se distraía con cualquier tontada que se encontrara en el camino u que le pasara a la vista de el, cosa que ponía furioso a su mejor amigo porque no hacía sus tareas o porque no pasaba sus evaluaciones. Cierta vez lo regaño como por 2 horas al ver su boletín, todas sus calificaciones por debajo de la nota mínima promedio. A diferencia de educación física ya que en esa tenia el promedio en superior.
"—Pero brincar y saltar si te gusta, idiota" Aún recordaba las palabras que Killua le consignó, pero muy en el fondo tenía la plena razón, no se podía convertir en veterinario solo con educación física aprobada.
Pasaron los minutos y el ojimiel de tanto razonar olvido que tenía clases, puesto que tomo su batido de kiwi lo más rápido posible mientras a su vez se puso su mochila y ajusto la coleta de su cabello, con el fin de que no se le pusiera de manera anti gravitacional y su pelo quedará de puntas, como si lo hubiesen asustado.
Corría por los pasillos de ese amplio instituto universitario a la vez que se ponía su chaqueta color verde, en la misma acción. Faltaba poco para que llegase y gracias a su buen físico atlético aproximaba como 2 minutos si mantenía el paso el que se trasladaba.
—¿También vas tarde? —Hablo un rubio igualando su velocidad.
—Oh, hola Kurapika, si, voy demasiado tarde. —Respondió rascando su nuca con cierta pena.
—¿Y tú? No me digas que te quedaste dormido en la biblioteca de nuevo
—continuo el pelinegro mirándolo que en respuesta le dibujo una sonrisa en el rostro ajeno.
—Algo así Gon. —Le dijo aún sin quitar su espléndido gesto alegre, en acto seguido acomodo unos de sus mechones dorados y lo paso por detrás de su oreja con su dedo índice.
—Nos vemos. —Concluyo el de ojos de tan hermoso color para luego doblar a la derecha.
"Que extraño" pensó al ver sus labios un tanto rojos, le resto indiferencia conociendo a Kurapika, tal vez estaba haciendo alguna que otra marranada con alguien en la biblioteca. Llegando ya a su clase exhausto el profesor le consignó una leve anotación en su agenda, esto por llegar 13 minutos tarde, y con leve se refiere a que anteriormente el ojimiel llegó con 45 minutos de retraso a su clase.
Me senté al lado de mi amigo mientras suspire pesadamente "¿Es que acaso el profesor Wing no siente lástima por mi?" Indagó a sus adentros revolviendo sus cabellos con un poco de estrés.
—Hola Gon —, le saludo haciendo un ademán. —¿Paso algo? —Prosiguió extrañado viendo lo agitado que estaba, aún así, siguió con lo suyo y empezó a abrir uno de sus libros de matemática.
—Hola Leorio, no, no paso nada —sonrió igualando la misma acción que realizaba el más alto.
—No te creo —le confesó. —Pero no quiero que nos regañen así que presta atención y hablamos ahorita a la salida.
—Esta bien... —Finalizó haciendo su máximo esfuerzo por no distraerse con esa aburrida y extensa asignatura que justo estaba por empezar.
—Maldito álgebra, maldito Baldor.
—Balbuceo como pequeño, para luego abrir su cuaderno y sacar sus lapiceros.
—¿Me ayudas con esto Ikalgo? —Preguntaba el peliplateado albino con unas cuantas cajas a su lado.
—Dale ¿para que son? —Preguntó alzando dos, notando el peso que cada una de estas poseía.
—Clase de ciencias.
—¿Diapositivas?
—Ojalá —suspiro tomando un descanso. —Haremos una practica con animales disecados.
—Uhm, ya veo. —Deducio caminando ahora rumbo a dicha aula con su amigo.
En el trayecto no intercambiaron tantas palabras, esto era porque cada uno estaba en un rollo distinto. Ikalgo al ser el moderador de una de las clases de español, tenía que ir cuanto antes a su salón tan pronto terminará de ayudar al oji azul, si no llegaba a tiempo probablemente la profesora de español se enojaria, aún así no le anotaria, o le haría algún llamado de atención que afecte en cierto modo la materia con ella, ya que de todos modos es el "consentido" de la profesora, era por eso que se mantenía tambien con su rostro relajado y calmado. Por otra parte Killua tarareaba una canción mientras seguian caminando, estaba tan inmerso en el que no se acordó que tenía compañía, volteo su vista mirando a el peli rojo que aquel con una mirada pícara este le dedicaba.
—No me digas que te gusta Katty Perry. —Se rió.
—N-no. —Quiso sonar firme pero su palabra flaqueaba, se reprochaba internamente por lo descuidado que podía llegar a ser cuando de cantar se trataba. —Cierra el pico y no le digas a nadie. —Contra atacó amenazando al más bajo dándole una vista furtiva.
—¿Y que si no lo cierro? —lo reto, sacandole un sonrojo al contrario que progresivamente se iba haciendo más notorio.
—Te voy a matar tan pronto baje estas cosas. —Señaló con su mirada los objetos que ambos sostenían en sus brazos.
—Si me matas que sean a nalgadas.
—¿A-ah?
—Solo bromeo, estupido. —Carcajeo el pelirrojo dejándolo fuera de casillas.
Le gustaba molestarlo, más porque al ser de piel totalmente blanca llegando a ser como la misma nieve, por un cumplido que le hicieras o alguna broma algo vergonzosa las mejillas de su rostro se tornaban de un fuerte color carmín, que en cierto modo lo hacían ver atractivo.
—Bueno, yo no bromee con lo anterior. —Espeto el albino llegando ya a el cuarto de clases.
—Tres minutos tarde joven Killua.
—Interrumpió la maestra detrás de el con ese tono característico de ellas, esa irritante y estresante voz.
—D-disculpeme Jiyu-sensei, prometo que no volverá a pasar.
—Jiyu-sensei —hablo su amigo dejando los objetos en el suelo. —Todo es mi culpa, nos retrasamos porque al estar ayudando a Killu me tropecé y me caí en el suelo. —Defendió con mentiras al de tez lechosa.
—Uhmm... Pero si es el dotado Ikalgo —, tomo de sus cachetes para estrujarlo un poco. —Si tu lo dices te creeré. —Afirmo la señora de extendida edad para soltarle de sus mofletes para en acto seguido dirigirse a su asiento. —Ve a tu clase, Ikal, que se te hace tarde.
—Eres un Dios. —Susurro Killua besando sus manos.
—Ventajas de ser el mejor estudiante del colegio. —Declaró en una entonación burlesca y vacilante.
El albino le sonrió. —Te debo una.
—Que te parece si salimos hoy al cine —propuso con un tinte de emoción. —Son las 4:20pm,
quedan aproximadamente veinte minutos para que nos den salida. —Miro su reloj calculando bien preciso el tiempo.
—Quisiera, pero quede con Gon hoy a las 5:00 en mi apartamento, le voy a enseñar algunos procesos matemáticos para mañana que le toca evaluación recuperativa.
—Omitió los otros compromisos pendientes que el pelinegro debía mientras proseguidamente se rascaba su mejilla apenado.
—Pareces su madre —chasqueo su lengua.
—Tal vez otro día. —Opinó mirando el comportamiento algo raro de su amigo.
—Tal vez... —Tomo pausa. —Nos vemos Killua. —Salió con sus manos en sus bolsillos.
El oji zafiros miró como su silueta desaparecía en los demás estudiantes que afanados corrían hacia sus clases, mientras que a diferencia de el, caminaba tranquilamente por los pasillos desvaneciéndose finalmente de la vista del oji azul.
Se adentro a su clase tomando asiento al lado de Kurapika, que a diferencia de el, se ponía sus instrumentos para la práctica que empezaría en unos cuantos minutos cuando la encargada de la clase diese la indicación. Lo miro de reojo, detallando su cara para luego bajar a su cuello, encontrándose con un chupon en su yugular.
—¿Quieres que te preste base? —cuestionó con sarcasmo mirando como el pelidorado abría sus ojos como platos para proseguidamente sin decir ni una palabra abrir uno de sus estuches y sacar una base, un mini espejo y una poma.
—Calladito te verás más lindo
Killua —hablo apartando la vista que le consignaba a el de tez blanca para culminar aplicando dicho producto en su cuello, borrando totalmente la marca.
—Que buena calidad de producto, supondría que ya te ha pasado esto unas cuantas veces —se rió cubriéndose con su cuaderno.
—Es cierto. —Alzo sus hombros con desgano.
—¿Es Leorio no? O el bombón de Chrollo.
—Hmp —, paso saliva. —Te quedaras con la duda Killu —le guiño el ojo para luego levantarse de su asiento escuchando a la profesora dar esa señal y salir con desinterés rumbo al laboratorio junto a los demas estudiantes.
—Este muchacho... —Igualo la acción de su amigo para seguirlo detrás con los artefactos que prontamente usarían en esa dicha habitación.