Casi había anochecido ya. Las maletas estaban listas y en los autos para salir en un par de horas más. Y mientras el momento llegaba, todos se encontraban al rededor de una pequeña fogata, riendo e incluso cantando.
—Quién iba a pensar que en algún momento nos haríamos amigos de Jungkook.— comentó Hoseok recordando que hacía tan solo unos meses, ellos eran parte de toda la bola de ignorantes que juzgaban a Jeon sin conocerlo.
—Hay muchas cosas que no nos esperamos— respondió éste mirando de reojo a Jake, quien sonrió divertido.
—Es verdad, pero las cosas siempre pasan por algo, y en nuestro caso, creo que fue algo bueno.
—Y hablando de cosas que pasan— interrumpió Namjoon poniéndose extrañamente de pie, llamando la atención de todos los presentes. Después pareció dudar un poco, pues se quedó completamente callado, pero al final asintió decidido.
—¿Qué ocurre Nam?
—Bueno... Como algunos de ustedes sabrán, hace unos años yo era un tipo bastante problemático que se burlaba de todo lo relacionado al amor... Creí que jamás me enamoraría ni tendría el deseo de estar con una sola persona para siempre... Hasta que llegó ella.
Su novia lo miraba con los ojos llorosos y una sonrisa en los labios, mientras que los demás solo observaban enternecidos la escena.
—Nam...
—También quisiera decir que no soy la persona más carismática ni romántica del mundo, pero te amo Jess, y no quiero que lo dudes nunca, porque tú eres una parte demasiado importante en mi vida... Eres la mujer de mis sueños, eres la mujer con la que quiero estar para siempre— con una sonrisa, Namjoon se hincó delante de ella, y con cuidado le mostró una sortija—, así que, Jessica Lewis... ¿Te casarías conmigo?
Todos quedaron en shock, porque una propuesta de matrimonio era lo que menos esperaban; sin embargo, Namjoon llevaba planeandolo mucho tiempo, y creyó que el ambiente y el momento eran una buena oportunidad para finalmente pedírselo.
Quizá no fue una propuesta llena de detalles, flores y una cena a luz de las velas, pero a su modo, había sido algo hermoso y bastante sorpresivo.
—¿Jess?— insistió el peli púrpura un poco nervioso al no recibir una respuesta, pero cuando Jessie salió del shock, inmediatamente sus ojos desbordaron lágrimas, y sin más, se arrojó hacia su novio para besar sus labios repetidas veces mientras gritaba "¡Si, si, si!” incontables veces llena de emoción.
Namjoon le colocó el anillo, y pronto todos los demás chicos hicieron escándalo entre gritos y aplausos por la pareja.
—¡Estás vacaciones han sido las mejores!— exclamó Taehyung contento.
Y todos concordaron, pues hacía mucho que no convivían así entre amigos, sin preocupaciones, relajados y con grandes sorpresas llegando una tras otra.
Hubo algunos bailes divertidos para festejar el acontecimiento, e incluso otra sorpresa llegó cuando Jungkook cantó una canción para ellos, dejando a todos anonadados por su increíble voz.
—Wow Jungkook, deberías ser cantante profesional— halago Seokjin siendo apoyando por los demás— Tú voz es espectacular.
—Gracias— murmuró un poco avergonzado—, tenía mucho tiempo que no lo hacía.
—Pues deberías volver a haberlo, porque enserio... Dejarías a muchos cantantes sin trabajo.
Algunos podrían tomarlo como broma, incluso Jungkook lo tomó así, pero la realidad era que todos pensaron en ello de verdad. Jungkook podría sin problema subir una canción a YouTube y hacerse famoso.
—No es para tanto.
—¡¿Qué no es para tanto?!
Y luego de que Seokjin casi lo regañara por veinte minutos, todos se soltaron a reír y la tranquilidad reinó nuevamente, cambiando de tema poco a poco, aunque volviendo a mencionar la increíble voz de Jungkook de vez en cuando así como la futura boda que aún estaba tan bien planeada, pero que ya era un hecho.
—Ya casi es hora de irnos— se lamentó Hoseok poniéndose de pie—, iré a ver qué todo esté en orden allá adentro.
—Te acompaño— se ofreció Seokjin para ir detrás de su amigo, así servía que también revisaban si nadie había dejado nada.
En ese momento todos parecieron entrar en su propia burbuja, pues Namjoon y Jessie no habían dejado de darse pequeños besos y abrazos mientras se susurraban cosas y reían cómplices. Jake y Chanyeol iniciaron su propia charla, y tanto Taehyung como YoonGi comenzaron a jugar con Jukka a formar castillos de arena.
—¿Podemos caminar un rato?— pidió Jungkook a Jimin al ver que su hijo estaba en buenas manos.
—Claro.
Sin más, ambos se pusieron de pie y comenzaron a caminar en la orilla de la playa, sintiendo como las olas que llegaban les mojaban los pies, pero aún así siguieron andando, con la brisa despeinando sus cabellos y la luna iluminando su recorrido.
—¿Puedo tomar tu mano?— preguntó Jungkook, obteniendo un asentamiento de cabeza, por lo que inmediatamente entrelazó sus dedos con los de Jimin y siguieron caminando.
—Ha sido increíble todo, ¿No crees?
—Completamente... Pero lo que más amé, fue que pude compartirlo con las personas que más quiero, especialmente contigo y con mi hijo.
Y Jimin se sintió tan especial en ese momento que no pudo evitar mirar a Jungkook con los ojos brillantes y a punto de llorar, así que se detuvo, logrando que el azabache hiciera lo mismo por acto reflejo, y sin explicar nada, se puso de puntillas al mismo tiempo que abrazaba el cuello del más alto para después darle un suave beso en los labios.
—Te quiero Jungkook... Demasiado.
—Yo también a ti, mon petit.
En ese momento Jimin recordó nuevamente aquellas palabras, pero esta vez se atrevió a preguntar.
—¿Qué quiere decir eso?
—¿Qué?
—Mon petit... Hace mucho tiempo tú me dijiste eso, me dijiste que cuando supiera lo que significara, te lo dijera... Pero nunca lo supe.
Jungkook trató de hacer memoria, hasta que finalmente recordó aquella noche en el asilo, cuando Jimin le preguntó si a caso conocía a la chica que supuestamente le gustaba.
—Oh...C'est toi mon petit...
—¡Si, eso!
El azabache rió un poco, porque en ese momento quiso dejar todo a la suerte, pues si Jimin averiguaba el significado, estaba dispuesto a confesar lo que sentía, pero el chico jamás lo mencionó y Jungkook lo olvidó.
—¿Recuerdas todo lo que dijimos esa noche?
—Más o menos, te pregunté si yo conocía a la chica que te gustaba...
—Y yo respondí que sí conocías a esa persona...C'est toi mon petit— sonrió y acarició su mejilla delicadamente—. Eres tú, mi pequeño... Eso es lo que significa.
Las mejillas del menor no tardaron en colorearse y se quedó pensando... Si en ese momento hubiera sabido el significado, ¿Hubieran sido diferentes las cosas?
—Entonces... ¿Nunca hubo ninguna chica?
—No, siempre fuiste tú.
Y ante esas palabras, Jimin volvió a impulsarse para poder dejar otro beso en los labios de Jungkook. No se arrepentía de nada, quizá incluso fue mejor que no lo supiera porque así pudo conocer mucho mejor a Jungkook, y no le importaba si habían tardado más tiempo en estar juntos, cada segundo valía totalmente la pena.
—Quiero darte algo— mencionó Jungkook cuando se separaron.
—¿Qué es?
—Un recuerdo.
De su bolsa, sacó una pequeña cajita y al abrirla, Jimin vio que dentro había dos collares, ambos en forma de piezas de rompecabezas que al unirlos embonaban perfectamente. En la parte de el frente, tenía un pequeño corazón grabado y debajo de este sus iniciales.
—¿Te gusta?
—Me encanta.
Jungkook sonrió feliz y procedió a colocar uno de los collares en el cuello de Jimin, quien al observarlo más detenidamente, vio que en la parte de atrás tenía grabada una frase.
—"Tú eres yo...
—Yo soy tú"— completó Jungkook leyendo la parte de atrás del collar que llevaría él.
—Es... Muy hermoso— sonrió con los ojos cristalizados y detuvo al azabache, quien estaba por colocarse el collar en su cuello—. Espera... ¿Puedo hacerlo yo?
—Claro— sonrió y se agachó un poco para que Jimin pudiera colocarselo.
Y una vez tuvieron los collares puestos, volvieron a unir sus labios en un beso delicado y lleno de cariño.
Las pequeñas vacaciones habían concluido ya, y los chicos volvieron a sus rutinas normales, por lo que en ese momento, Jungkook y Jimin caminaban juntos en dirección al aula de clases, siendo seguidos por las miradas de prácticamente toda la escuela.
La mayoría aún no se podían creer que realmente ellos dos estaban saliendo, pero sus manos unidas y dedos entrelazados solo confirmaban que aquello no había sido producto de su imaginación.
—¿Y cómo es que sabes hablar francés?— preguntó Jimin un poco curioso.
—Bueno... Cómo sabrás, cuando Namjoon y YoonGi me encontraron, yo llegué al hospital por consumir... Drogas— Jimin lo miró comprensivo y expectante—... Dejar de consumir no es fácil, y los primeros meses fue horrible, por lo que en más de una ocasión traté de conseguirla, así que Namjoon me dijo que debía distraer mi mente en otra cosa, y me llevó a tomar clases de inglés, después de alemán y finalmente de francés... Solo que él tuvo que entrar conmigo casi siempre, porque yo tendía a escaparme... Poco a poco me comencé a concentrar más en ello, tampoco era un alumno ejemplar pero aprendí lo suficiente. Y en realidad si me sirvió bastante.
—Wow... ¿Entonces también sabes hablar inglés y alemán?— preguntó sorprendido.
—Algo... No perfecto pero al menos puedo entenderlo.
—¡Pero es estupendo Kookie!— lo miró orgulloso— Eres una persona increíble... Eres casi perfecto.
Jungkook soltó una pequeña risa y negó con la cabeza.
—Por supuesto que no. Estoy muy lejos de rozar la perfección... Sin embargo, yo solo quiero ser perfecto para ti.
El menor se quedó mudo y avergonzado, y justo cuando iba a responder, sintió como unos brazos ajenos prácticamente se colgaban de su cuello al igual que de Jungkook.
—¡Hola!
—¿No tienes a quién más molestar?— gruñó el azabache rodando los ojos al ver a Taehyung sonriendo a su lado.
—Si, pero tengo ganas de molestarlos a ustedes.
—Eres un tarado.
—Y aún así me aman.
Pronto otros dos chicos se les unieron, y aunque Jungkook se la pasara quejándose de ellos, en el fondo le agradaban bastante y le gustaba su compañía, solo que a veces realmente deseaba estar a solas con Jimin.
—Bueno, me tengo que ir— comentó Jeon, ya que esa clase no la compartía con los chicos, así que sin más, dejó un pequeño beso en los labios de Jimin antes de que este reaccionara, corrió para alejarse con una sonrisa.
—No puedo creer que ese sea el Jeon Jungkook al que todos tachan de "Bad boy"... De verdad ahora me siento muy estúpido por haber creído en todos los rumores— comentó Taehyung con pesar —, es un buen chico.
—Lo es— confirmó Jimin sonriendo—, y me alegra que ya no esté solo.
—Claro, porque ahora nosotros estamos para defenderlo— añadió Seokjin poniendo una cara ruda, claro, según él.
Los chicos comenzaron a reír antes de entrar a su salón de clases, y mientras tanto, Jungkook estaba a poco de llegar al suyo, pero cuando entró, no pudo evitar sentirse incómodo de tener tantos ojos sobre él.
Caminó tranquilamente hasta la banca del fondo, y allí se sentó sin prestarle atención a nadie... Hasta que una chica de cabello castaño se acercó a él.
—Hola— dijo sonriente—, veo que últimamente eres más sociable... Hasta eres amigo de ese grupito de "niños buenos"— hizo comillas con los dedos mientras rodaba los ojos—, pero te digo que esos chicos no van contigo, no parece que sean el tipo de personas con quiénes deberías juntarte, porque vamos, eres un chico muy atractivo y fácilmente serías super popular... Así que, ¿por qué no te unes a nuestra mesa el día de hoy?
Cuando la castaña terminó de hablar, finalmente Jungkook volteó a verla con una mirada poco amigable.
—¿Cómo te llamas?— preguntó con seriedad, a lo que la chica apretó un poco la mandíbula y sonrió con algo de molestia.
—Hemos estado en el mismo salón por casi un año... ¿De verdad no sabes cómo me llamo?
—Si lo supiera, no te lo preguntaría.
—Hanna— respondió de mala gana.
—Mira, Hanna, el hecho de que le hable a ellos, no significa que me volví más sociable y mucho menos amigable, así que has el favor de irte a la mierda con tu hipocresía y tu popularidad... Yo no necesito sonrisas falsas ni el cariño comprado de los demás...
La chica abrió la boca y ojos bastante sorprendida, aunque después de eso solo hubo furia en su mirada antes de que estampara su mano en la mejilla de Jungkook, propinandole una fuerte bofetada; sin embargo, el azabache ni se inmutó, simplemente volvió a dirigir su mirada hacia ella.
—Te lo voy a pasar por esta ocasión, pero la próxima vez que me toques, no me va a importar que seas una chica y haré que te arrepientas.
Hanna tragó seco y se alejó un poco, pues la oscura mirada de Jungkook era en verdad aterradora, y nadie se atrevió a decirle nada, ni siquiera los chicos que supuestamente se sentían superiores y que lo veían débil por el hecho de que estaba saliendo con otro hombre.
—Eres un idiota— finalmente dijo ella antes de alejarse y sentarse frente a sus amigas.
—¿Estás bien Hanna?
—Que ni crea ese imbécil que no haré nada al respecto— bramó la chica furiosa—, si no puedo hacerlo con él, lo haré con su estúpido noviecito.
Jimin se encontraba golpeando un saco de box mientras era observado por Jake, quien solo le corregía de vez en cuando.
Esa tarde había sido normal, pues luego de la escuela estuvo un rato en el departamento de Jungkook viendo una película con él y con Jukka, pero luego lamentablemente para Jimin, tuvo que irse a pesar de que hubiera querido quedarse más tiempo, pero no podía, no podía ser irresponsable y complacer siempre sus caprichos, así que se obligó a ir a gimnasio.
—Me sorprende que en tan poco tiempo hayas mejorado tanto.
—¿En verdad lo crees?— preguntó sin dejar de golpear el saco.
—Por supuesto... Aún falta que te enseñe mucho, pero a este paso aprenderás muy rápido todo.
—Solo quiero saber defenderme... Y defender a Jungkook— murmuró dejando de golpear.
—Lo sé. Verás que así será... Y cambiando un poco de tema, ¿Qué piensas regalarle a Jungkook?
—¿Regalarle?
—Si, ya sabes... Pronto cumplirá 21.
Y Jimin abrió los ojos de par en par. Recordaba que Namjoon había mencionado algo al respecto, pero ya tenía bastante tiempo de aquello, tanto que lo olvidó.
—¡Mierda! ¡Lo había olvidado!
—¿Enserio?— rió un poco y negó con la cabeza.
—Es que... Ni siquiera sé qué día es— dijo sintiéndose terrible.
—Bueno, temo informarte que su cumpleaños es este domingo.
—¡¿Qué?!— Jimin ni siquiera sabía que regalarle, es más, ni siquiera sabía qué hacer.
—Tranquilo, igual no tienes que regalarle nada, con una felicitación estoy seguro que lo harás muy feliz.
—Pero... Yo quiero darle un regalo.
—Bueno, entonces piensa rápido— dijo divertido—, y otra cosa, estaba pensando que podríamos hacerle un tipo de fiesta sorpresa, ¿Qué dices?
Jimin sonrió ante la idea. Era estupendo, además, por lo que sabía, Jungkook no celebraba sus cumpleaños, solamente se encerraba en su departamento con su hijo como un día normal. Eso lo supo de YoonGi, quien también le contó que al día siguiente, lo invitaban a comer a algún lugar pero realmente no era tan significativo, por lo que la idea de una fiesta sorpresa definitivamente era perfecta.
—¡Es una excelente idea!
—Perfecto, entonces ¿Qué te parece si mañana nos reunimos con los demás y organizamos todo?
Y Jimin asintió, sintiéndose mucho más tranquilo. Solo esperaba que las cosas resultarán muy bien, y que Jungkook se sintiera feliz con la sorpresa que le esperaba.