A pesar de todo esto Eren debía progresar, estaba tan cansando mental y físicamente, aunque sus padres estaban ayudando mucho con los niños la casa era un mierdero total, pasó dos días intentando limpiar el vertedero que había creado pero le era imposible, no sabía por donde empezar y cada día aumentaba el estrés y el asco hacia sí mismo.
Pidió volver a su antiguo empleo y su jefe al conocerlo de hace años le dijo que no pasaba nada, podía volver si se sentía listo. Despertar con la alarma fue un susto terrible, ¿hace cuanto no se levantaba temprano?, no lo sabía, pero no lo recordaba tan tortuoso.
Estaba aterrado, ¿entonces todos tendrían que ver su nuevo y espantoso cuerpo?, le temblaba todo de solo pensar que tendrá que verse al espejo para poder salir decente a la calle.
Sacó el uniforme que olía a polvo y humedad, tuvo un pequeño momento de felicidad pues escuchaba a su madre en la habitación de los bebés cantarles y su padre hablando maravillas sobre él "su madre es muy buena, muy valiente, muy fuerte", aunque sentía que era mentira era muy inspirador.
Mientras se bañaba su mente le ponía la imagen de Farlan y una adolescente a su lado, una chica que apenas está empezando el mundo, y salió rápido hacía el inodoro para vomitar, que asco le empezó a dar ese hombre que le había dado dos hijos, daba gracias por los hijos pero no por él progenitor de estos.
Carla- cariño los bebés ya están totalmente arreglados, te hice el desayuno, está en la mesa
Eren- g- gra- gracias mamá
Tiró de la cadena y siguió dándose un baño, su cabello mojado y algo enredado se veía hermoso sobre sus hombros, le gustaba mucho era lo único bueno que había sacado de este proceso, un nuevo cabello que aunque no cuidó mucho mientras estaba en esa fuerte depresión seguía hermoso y firme.
Al salir de la ducha fue por su desayuno y lo tiró a la basura a escondidas, comiendo en su lugar un par de rodajas de tomate y un poco de lechuga, no podía evitarlo cada vez que comía algo distinto a eso se sentía más y más obeso, todos los días comiendo exactamente lo mismo, lechuga y tomate.
Se lavó los dientes y luego llegó su pesadilla infernal, colocarse ropa que no había usado en meses, en esos momentos estaba temblando frente a un pantalón negro de tela fina, no quería llorar pero el coraje hacía sí mismo era demasiado y muy punsante.
Eren- esto es tan injusto, yo no tenía que cambiar así
Con los ojos cerrados tomó el pantalón y empezó a subirlo, hasta sus rodillas todo iba bien luego llegaron sus muslos, tomó aire y empezó a jalar, hizo mucha fuerza y tiró de los pantalones hasta que llegaron a su pelvis, se miró al espejo y su trasero le dejó la boca abierta, el pantalón estaba roto, no había forma de guardar tanta carne ahí.
" ᵗᵘ ᵉⁿᵒʳᵐᵉ ᵗʳᵃˢᵉʳᵒ ʰᵃᶜᵉ ᵠᵘᵉ ⁿᵃᵈᵃ ᵗᵉ ᵠᵘᵉᵈᵉ ᵇⁱᵉⁿ "
" ᵖᵃⁿᵗᵃˡᵒⁿᵉˢ ᵗᵃˡˡᵃ ᵛᵃᶜᵃ "
¡" ᵗᵃˡˡᵃ ᵛᵃᶜᵃ "!
En su mente solo escuchaba la crueldad de su ex esposo, tantas cosas horribles que le había dicho a lo largo de su cambio se quedaron pegadas a sus recuerdos, y fueron las encargadas de destruir su autoestima.
Sus padres detrás de la puerta solo escuchaban llanto y más llanto, les dolía el corazón al saber que su niño sufría por cosas herrroneas, no era gordo, no era feo, no tenía un cuerpo asqueroso, ¡nada de eso!, pero no podían ponerle en su mente así de fácil la realidad, estaba tan dañado.
La hora empezaba a avanzar, así que tomó un pantalón cualquiera y la camisa con el logo de la empresa, se peinó el cabello detrás de las orejas y trató de borrar todo rastro de llanto para no preocupar a sus padres, sin saber que todo el tiempo sabían que lloraba y vomitaba.
Abrió la puerta mientras aún acomodaba algunas cosas en su bolsa y se dirigió a ver a sus hijos, los únicos que podían darle paz y sacarle una sonrisa, le reparan cada pedazo de su corazón con sus ojitos verdes, y sus sonrisas inocentes.
Eren- los amo mis pequeños, no se preocupen mami va a trabajar muy duro para ustedes
Les dio a cada uno un beso y le dolió tener que salir corriendo al auto, solo tenía ganas de tenerlos en brazos todo el día, pero debía seguir adelante, se lo había prometido a los niños.
Carla- adiós cariño cuídate
Grisha- que te vaya bien
Eren- gracias, los amo
Minutos después
Pieck- esto debe ser una broma, ¡por Dios!, ¡Eren!, cuanto tiempo sin verte, ¿y Farlan?, ¿y los niños?, ¡pero bueno!, no te reconozco casi, ¿te dejaste crecer el pelo?, que hermoso te queda, ¡ay pareces de porcelana!
Eren- (suspira) despacio para poder responderte
La muchacha de cabello negro le quitó de su antiguo escritorio todos los papeles que había estado colocando ahí y le sirvió una taza de café con leche, estaba tan feliz de tener a su compañero de trabajo de vuelta, llevaban meses sin verse pues Eren se había retirado temporalmente de las oficinas.
Ella hablaba sin parar y no pasó un segundo en el que no le estuviera tocando el cabello, no notaba la infelicidad en los ojos de aquel muchacho que sólo estaba ahí por la mera obligación y porque no planeaba vivir de la manutención de ex esposo.
Eren- Farlan y yo estamos divorciados
Pieck- la verdad es q- espera, ¿qué?, ¿dijiste divorciados?, ¡pero ustedes eran felices!, ¿que pasó?
Eren- solo quería que lo supieras, no quiero entrar en detalles
Pieck- está bien, yo mejor voy y reviso algunas cosas
Estando solo en su oficina comenzó a llorar, ¿tendría que explicar a todos que lo dejaron por su horrible apariencia?, no era así pero Farlan lo convenció de eso, ¿que haría para parecerse a su yo de 20 años?, ¿dónde estaban las soluciones?, ¿cuando sus hijos crecieran que les diría?.
Sasha- Buenas, me gustaría saber si- oh, vaya...
La joven cerró la puerta con seguro y dejó su desayuno en una esquina, conocía a Eren solo de vista, pero no era razón para ignorar su llanto, aunque estaba un tanto diferente se seguía viendo bien, no sabía cómo una persona podía llorar y verse hermosa a la vez.
Sasha- hola Eren, no sé si me recuerdas, soy del departamento de atención al cliente
Eren- h- hola, disculpa, no pasa nada son solo alergias
Sasha- tranquilo no tienes que decirme que te pasa, solo quiero darte un abrazo, eso siempre me hace sentir mejor
Eren- ¿Sasha verdad?
Ella abrió los brazos y acuno su rostro cerca de su abdomen, le dio un pequeño beso en la cabeza y sintió la humedad de sus lágrimas en su uniforme, jamás había visto llorar a alguien con tanto dolor y sabía que estar solo en estas situaciones era el infierno, si un abrazo no es suficiente haría cualquier cosa para ayudarle, sabía de la boca de todos que Eren era muy buena persona y ayudaba demasiado por eso no dudo en ser amable.
Eren- ya estoy bien, gracias
Limpió sus lágrimas con algo de brusquedad y se levantó para colocar la taza de café en otro lugar, debía trabajar y pensar en sus hijos, ya debía dejar de lado ese lloriqueo y los lamentos pues no cambiarían nada, su erróneo pensar no lo hacía fuerte, solo lo hacía sentir peor
Sasha- iré por pieck y si necesitas cualquier cosa sabes dónde buscarme
Eren- muchas gracias
Horas después
Todos notaron el cambio emocional de Eren y no tardaron en notificar a su jefe que no se veía, ni actuaba bien. Cosas que hacía en 5 minutos ahora le tomaban 20, se veía perdido y no quería apartarse de su oficina aunque su trabajo claramente consistía en mucho moviento por todo el establecimiento.
Floch- bien Eren, trabajas aquí desde que saliste de la universidad, te aprecio mucho porque eres bueno... pero quiero saber, ¿qué pasa?, más de una persona me ha dicho que estas decaído, que no estas haciendo las cosas bien
Eren- lo siento señor Forster, yo hago lo que puedo
Floch- se sincero conmigo, ¿quieres mas días de licencia para poder descansar?, sé que son dos hijos los que tienes
Eren- no, no necesito mas días en casa, yo de verdad me voy a aplicar más
Floch- ¿estás complemente seguro de eso?
Eren- se lo juro por mis hijos, haré todo lo que esté a mi alcance por mejorar
Floch- por cierto, no me lo tomes a mal pero te vez bien
Eren- ¿eh?
Floch- si, si, yo no- no creas que lo digo con intención de acosarte o incomodarte es-
Eren- hm, pues gracias
Floch- espero que mejores, cualquier situación que lleves no dudes en comunicarte conmigo
Eren- pues muchas gracias
El entorno se hizo silencioso y Eren no notaba como lo examinaron con la mirada, desde los pies hasta las caderas, no notaba que para mucha gente su cuerpo era una mina de oro.
Floch- (sonrojado) y si te sientes mejor pronto, no sé, tal vez podamos ir por algo como un café o lo que gustes
Eren- si yo lo-
Floch- espera, uhg, si es cierto, ¡estas casado!, lo lamento, te juro que lo olvide por completo
Eren- no, yo- yo no- yo no estoy casado
Notó como desviaba la mirada para explicarle su situación sentímental, de verdad quería coquetearle pero Eren con esa actitud triste y él con su nerviosismo hacían las cosas muy difíciles, quería desaparecer pues sabía que estaba haciendo el ridículo.
Floch- lo estoy arruinando demasiado solo ten un buen día
Eren- perdone el pantalón, es que el otro estaba manchado trataré de ir a comprar otro
Floch- no te preocupes por eso, vete a casa temprano para que mañana llegues con las pilas puestas
En otro lado
Dey y Derian estaban en su alfombra de juegos en el único lugar limpio de la casa, su habitación, sus abuelos eran buenos con su cuidado pero se les notaba lo acostumbrados que estaban a Eren.
Grisha- no necesitan a ese imbecil de Farlan
Carla- viejo no me quiero ir y dejar a Eren así, solo tenemos 15 días
Grisha- aprovechemos estos días al máximo, además la psicologa llegará en unos días
Carla- no lo sé Grisha, ¿y si cambiamos el vuelo?
Grisha- sabes que no podemos, somos envejecientes y con papeles muy recientes, nos llevaría mucho tiempo y dinero
Carla- te juro que si veo a Farlan, ¡ahs!, es que no sé que le haría, solo se que sería muy malo
Grisha- no lo menciones, me altera la sangre
Carla- solo debemos orar mucho y pedirle a Dios que nos dé la sabiduría para tratar esa situación
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