Axavel © [Versión Borrador]

By Ariana_Gtz

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Yo solo quería indagar un poco, saber más acerca del pueblo en donde ahora vivíamos, conocer algunos rincones... More

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By Ariana_Gtz


─¿Qué fue lo que dijiste? ─siento mi corazón en mi garganta y estoy segura que lo escupiré en cualquier momento.

─Ese chico pelinegro, el que no deja mirarnos, me ayudó a encontrar tu casa cuando andaba perdido ayer por la noche ─le echó una mirada rápida a Axavel antes de volver a mí con el ceño levemente fruncido─ ¿Lo conoces?

─No ─Sí.

¿Entonces cómo es que él conoce la dirección de tu casa?

─Está en mi escuela, seguro lo escuchó o lo vió en algún lado.

Traté de restarle importancia solo para no alarmar a Seren pero por dentro estaba hecha un mar de preguntas sin respuestas y de nuevo, la horrible sensación de que Axavel en verdad era un peligro para mí, de que en verdad era un asesino y yo, sin embargo, seguía atrás de él metiéndome más y más en un pozo que me llevaría a la muerte. ¿Cómo demonios sabía mi dirección? ¿Me había seguido? ¿Me había investigado? ¿Qué otra cosa sabía de mí? ¿Había expuesto a mis padres? ¿A mi familia? ¿A mis conocidos? ¿Qué otra cosa podría haberse enterado Axavel de mi vida? ¿Era buen momento para correr y llamar a la policía?

Me dejé caer en el sillón y miré de reojo hacía dónde estaban ellos. Axavel ya no me mira y suelto el aire que no me di cuenta que llevaba reteniendo.

Estoy muerta.

Entonces la realidad me cayó como una cubeta de agua fría. Era una idiota. Una idiota sin remedio. ¿Cómo se me ocurrió pensar por un segundo que yo tenía el control? Era claro que Axavel siempre estaba un paso más adelante de mí, incluso Key. Ellos eran una estúpida mente maestra, jugaban con mi pobre e imbécil mente. Respiré profundamente. Mierda. ¿Ayleen, en qué diablos te has metido?

─¿Ocurre algo?

─No, no, yo...

─¡Hola, hola! ¡Ya llegó por quién lloraban! ─escuché la voz de Deva y mi mirada recayó en ella. Seren tenía una expresión confusa y yo, por otra parte, seguía tan rígida como el pan después de varías semanas afuera─ ¿Por qué esas caras? ─hizo un mohin.

Me había olvidado que Deva vendría y me sentí mal por ello así que hice mi mayor esfuerzo por fingir una sonrisa, últimamente lo hacía mucho.

─Hola, Deva ─la saludé y ella me miró felizmente.

─Hola, mi amor ─se acercó a mí y plantó un beso en mi mejilla de forma cariñosa. Sonreí porque era increíble lo fácil que esa chica se había ganado mi amistad. Después Deva miró a Seren emocionada─ ¿Y él es tu amigo?

─Ah, sí, Deva, Seren. Seren, Deva ─los presenté rápidamente─ Deva es la chica de quien te hablé ─le expliqué a mi amigo y el entendimiento se reflejó en su cara.

─Mucho gusto, Deva ─le extendió la mano y ella la estrechó.

─Igualmente.

Me hice a un lado y Deva se sentó a lado mío.

─¿Y pidieron algo? ─tomó la cartilla del menú entre sus manos y le echó una mirada.

─Pedí una malteada y Seren un pay de queso.

─De acuerdo, entonces creo que pediré un té ─el mesero no tardó en venir y Deva le ordenó su pedido con una agradable sonrisa─ Uy, al parecer hoy es domingo de fideos ─se talló las manos con emoción.

Me pregunté cómo hacía ella para ser tan alegre y carismática. Antes me había dicho que odiaba socializar y cualquiera de lejos diría que ella era alguien reservada pero la total verdad era que Deva es la persona más alegre y amable que he conocido. Es demasiado linda y no pierde ningún momento para decir alguna estúpidez y sacarte una carcajada.

─Entonces... ¿Eres de aquí, Seren?

─Oh, no, no, soy un amigo de Ayleen, nos conocimos en la ciudad hace cuatro años.

Asentí para confirmar lo que mi amigo había dicho y Deva comenzó a hacer su peculiar interrogatorio donde le preguntaba a Seren cosas de su vida pero él no parecía incómodo contestándole todo. Miré de reojo hacia la barra donde Axavel y su grupo estaban y capté el momento donde él se paraba e iba al baño. Para no ser obvia, esperé un poco más de dos minutos y también me paré.

─Voy al baño ─les dije antes de pararme.

Caminé lo más rápido posible hacia el baño sin detenerme a ver la reacción de mis amigos. Cuando entré escuché el lavabo abierto y el agua cayendo.

Pasé rápidamente y cerré la puerta, él no se inmutó así que carraspeé y esperé a que me mirara. Lo hizo pero fue por un lapso de milisegundos. Siguió lavándose las manos despreocupadamente y cuando terminó se las sacudió y caminó hacia mí, esperé su reacción, algún comentario sarcástico, una burla, o un coqueteo. No hizo nada. En cambio, se dispuso a rodearme y salir por la puerta. Antes de que pudiera hacerlo lo tomé del brazo.

─Axavel.

─No me toques ─dijo entre dientes.

─¿Se puede saber cómo demonios tienes la dirección de mi casa? ─lo ignoré y le hablé duramente.

─No me toques ─repitió, severo.

─Contesta ─hice un poco de presión y vi en cámara lenta como sus pupilas comenzaban a dilatarse y no sé qué fue lo que me dió más miedo; sus músculos tensándose o la manera tan brusca con la que apartó su brazo de mi agarre como si le quemara, y haciendo que casi cayera al piso.

─No me gusta cuando no me hacen caso ─dió unas zancadas hacia mí y me contuve de retroceder cuando nuestras narices se rozaban─ Si te digo que no me toques, no lo hagas.

Su voz fue tan dura que el pensamiento de que estaba molesto me invadió. Sus fosas nasales se abrían tanto cuando respiraba que eso demostraba su realmente estado de ira. Esquivé la pequeña idea que se plantó en mi cabeza que me decía que le preguntara cuál era el motivo de su molestia. Lo miré directamente, sus ojos tan negros, profundos y arrolladores, casi mostraban un infierno con llamas negras y almas quemándose dentro de ellas. Parpadeé porque me temblaba cada parte del cuerpo cuando hacía tanto contacto visual con ellos.

─Quería...

─No me interesa lo que quieras ─fue claro y directo.

─Me estás espiando.

─¿Me estás preguntando o afirmando? ─quise haber escuchado su tono burlón pero aún hablaba enfurecido.

─Preguntándo.

─No. Ya no te estamos espiando ─todo lo que vi fue su ancha espalda cubierta por la tela negra de su camisa cuando se dió la vuelta listo para salir por la puerta del baño. Lo retuve de nuevo tomándolo por el brazo.

Cuando me miró y después bajó la vista hacia mi agarré parecía un toro listo para cornearme. Lo solté rápidamente.

─Axa...

─No estoy de humor para tus estúpidas quejas, Ayleen, ni tampoco para escuchar tus sermones sobre querer respuestas.

─Yo no... ─respiré profundamente─ ¿Cómo demonios esperas que no quiera respuestas? Te veo matando y comiendo a una chica, después descubro que eres un asesino caníbal, me amenazas cada vez que parpadeo, me entero de que me espías y que después guías a mi ex hacia mi casa como una persona completamente normal ¿¡Cómo se supone que no tenga dudas al respecto!? ¡Eres un maldito asesino y yo...!

No sé en qué momento comencé a retroceder pero antes de que pudiera darme cuenta yo ya estaba pegada a la pared y la mano de él acababa de aporrearse contra ella. Doy un pequeño respingo y cuando lo miro lo notó aún más enfurecido y aquello me hace erizar.

─No sé quién diablos te crees que eres pero tú no tienes ningún derecho sobre nosotros y que estés actuando como una estúpida busca respuestas deja en claro lo mal ubicada que estás respecto a esta situación. Somos asesinos. Matamos a gente, y tú puedes convertirte en una víctima más si no tienes cuidado.

Sus labios rozan los míos y una pequeña corriente de electricidad me recorre el cuerpo cuando lo escucho decir en un tono bajo y grave:

Ten cuidado, Muerte, que a los lobos se les cae la baba por pequeñas ovejas como tú.

Abrí la boca y la volví a cerrar sin tener una respuesta clara a aquella frase psicópata. Siento la mirada de Axavel clavarse en mis labios y la mía baja a los suyos, una extraña sensación se apodera de mí y me repito que no es buena e intento deshacerme de ella pero parece querer luchar para quedarse en mí.

Escucho la respiración pesada de Axavel y capto como sus manos se hacen puños a sus costados. No es mi intención pero mi lengua sale por un microsegundo y se pasea por el contorno de mi boca dejando mi piercing a la vista. Él lo nota y cuando creía que sus ojos no podían ser más negros, lo son, se vuelven más oscuros. Un color tan fuerte y tan intenso que me pierdo en ellos. Las manos de él rozan mi cintura y ansio que sus toques sean más acentuados. Sabía que estaba caminando en terreno peligroso pero la sensación de lo malo, de lo desconocido, me puso ansiosa así que esperé.

La mirada de Axavel y la mía se encontraron de nuevo, él entrecerró sus ojos y casi pude ver el pequeño brillo de deseo en sus orbes y parecía dispuesto a tocarme, a aventurarse con mi cuerpo y yo estaría dispuesta a aceptarlo. Pero, entonces, él se separa y en un parpadeo ya está abriendo la puerta del baño, a metros de distancia de mí. Me quedo quieta en mi lugar, estática. Y solo escucho la puerta cerrarse detrás de él.

No puedo evitar sentir un vacío en mi pecho. ¿Qué acaba de pasar?

Parpadeo tratando de ubicarme y volver a mí misma. Miro el baño como si fuera la cosa más extraña del mundo y, aunque me gustaría decir que evité el pensamiento, no pude dejar de preguntarme ¿¡QUÉ DEMONIOS ACABA DE SUCEDER!? ¿Y QUÉ DEMONIOS PASA CONMIGO?

Me paso la mano por la cara totalmente frustrada y caigo en cuenta que estoy en el baño de hombres.

¿Quién demonios se cree que es él para tratarme de esa manera?

Hijo de puta ─murmuré hastiada.

¿En qué diablos estaba pensando? ¿Qué carajos planeaba dejar hacerle? ¿Qué carajos quería que me hiciera?

Me di cuenta que estas últimas semanas había surgido una Ayleen más pervertida de lo habitual l y aquello me asustaba. No es que antes no lo fuera, me asustaba el hecho de fuera Axavel el causante. Además, ¿Cómo se atreve a dejarme así nada más? ¿Irse sin darme ninguna explicación? Cobarde de...

Alto.

Mierda, mierda, mierda.

Axavel tenía un gran don para hacerme olvidar mis razones y mi sensatez. No puedo dejar las cosas así. No puede dejarme con la duda. Oh no, ese maldito me va a escuchar.

Salí apenas un minuto después que él, hecha furia por dentro, con las manos hechas puños y preparando una discusión mental con todas las posibles respuestas inteligentes y uno que otro insulto que le escupiría en la cara si la cosa se ponía fea. Pero al salir choqué con su ancha y dura, dura espalda. Escuché a mi nariz crujir.

─Auch ─solté un quejido y alcé la cara solo para toparme con su largo cuello y su cabellera negra─ ¿Qué te pasa, idiota? ─solté en mi desesperación por querer salir de ese encierro entre su espalda y la pared del baño─ ¡Muévete! ─él no lo hizo─ ¡Oye...! ─me callé cuando escuché un grito.

─Ay no ─lo escuché murmurar junto con un resoplido que pareció más una queja. Supe que algo andaba mal.

─¿Qué...? ─Axavel corrió hacia el escenario donde se estaba montando aquel espectáculo que me permití observar cuando avancé detrás de él─ Oh no.

Mi mano se fue en automático a mi boca cuando presencié lo siguiente: Key con un plato hondo en su cabeza, con sus rizos rubios siendo cubiertos por fideos de la sopa instantánea y, por otro lado, a Deva con un pastel embarrado en la camisa. Un completo desastre. Pero eso no fue lo que principalmente me asustó sino los gritos que ambos se soltaban entre sí.

─¡Eres un inútil!

─¡Tú estás ciega!

─¿¡Yo!? ¡Tú fuiste el que chocó conmigo, microbio inmundo!

La cara de Key se deformó por completó al escuchar el insulto de la pelinegra.

─¿¡Cómo me llamaste, sanguijuela con patas!?

Deva pareció desconcertada por su ofensa pero sus cejas se unieron aún más al entender su insulto. Así que dió grandes zancadas hacia Key y lo apuntó con su dedo acusador, la diferencia de altura era notoria pero a mi amiga no pareció importarle.

─Lo que escuchaste, rubio teñido.

A Key pareció enfurecérle lo último.

─Para tu información, querida, estos rizos son más naturales que, seguramente, tu trasero.

No hace falta aclarar que la vista de todos en la cafetería y quiénes estaban presenciando ese show se fue hacia esa parte de la anatomía de mi amiga. Oh. Dios. Santo.

─Serás... ─Deva alzó la mano lista para plantarle una chachetada a Key y él listo para defenderse a toda costa. Antes de que lo hiciera, corrí hacia ella y la tomé por los brazos, Deva se resistió.

─Ya, Dev. Es suficiente.

─¡No, déjame, Ayleen, le partiré toda su horrorosa cara! ─intentó correr hacia Key.

─¿Si? Pues quiero ver que lo intentes ─Key le sacó la lengua y Deva pareció lista y dispuesta a aventarse hacia el rubio.

─¡Maldito hijo de...! ─Deva casi me arrastró hasta Key y cuando vi lo que hizo sentí que las cuencas de mis ojos se saldrían.

─¡Deva! ─le grité al ver como hacia un movimiento raro y lograba estamparle una patada a Key. Él se retorció de dolor unos minutos antes de volver a alzar la cara y culminar a la pelinegra con sus ojos azules.

─¡Estás demente! ─Le gritó Key y le dirigí una mirada significativa a Axavel que parecía irremediablemente divertido con la escena pero que al verme y al ubicar la pequeña pizca de súplica que le proporcioné, puso en blanco los ojos y al fin se dignó a entrometérce.

─Ya, ha sido mucho por hoy, amigo, vámonos ─le puso una mano en el hombro.

Key lo miró de reojo y pareció relajarse pero mi amiga simplemente:

─¡Eso! ¡Controla a tu perra, Axavel!

La mirada de Key fue un estás muerta.

─No, déjame enseñarle algunos modales a esa niña, Axavel ─se remangó su camisa e hizo un ademán de acercarse a Deva.

─De acuerdo, ¡Asher, Éber, ayúdenme! ─dos chicos de su grupo, el pelirrojo y el castaño, lo miraron.

Ya los había conocido esa vez en la pequeña reunión que tuvieron y a la que me colé. Asher, el pelirrojo, asintió y se acercó a Key para tomarlo del hombro mientras que Éber, el castaño, hizo una mueca de fastidio y con toda la flojera del mundo siguió a su amigo hacia la salida con Key haciendo rabietas sobre su espalda.

─¡Esto no termina aquí, Sanguijuela! ─Deva le sacó la lengua.

Los amigos de Axavel se retiraron. Estaba viendo fijamente a Deva preguntándome cuál era la mejor idea, si gritarle que era una tonta aquí o esperarme a salir, pero sentí de nuevo esa mirada punzante en mi nuca. Giré mi cabeza y me encontré con los ojos de Axavel, él fue el último en salir pero antes me miró y no pude decifrar el sentimiento que bailó en sus orbes.

A mi lado tenía a un Seren petrificado, a una Deva exaltada casi casi moviendo el pie como un toro listo para cornear a alguien y, por otro lado, estaba yo que tenía un mal presentimiento y unas tremendas ganas de gritarle a alguien.

─¿¡CÓMO SE TE OCURRE HACER TREMENDO ESPECTÁCULO!?

─¡Tú no viste como me agredió! No tienes derecho a decirme absolutamente nada.

─¡Él ya se estaba calmando, Deva!

─¡¿Y!?

─¡Le pateaste el pene!

─Mejor. Una bendición para que en un futuro no se reproduzca y salgan minis microbios a joder el mundo y la existencia humana ─se cruzó de brazos y yo la miré incrédula.

No me molestó el hecho de que se defendiera, me molestó saber que seguía dándole cuerda a la furia de Key cuando él era un asesino y me preocupaba que mi tonta amiga haya cometido un error que terminaría con su vida. Ella no lo sabe, no sabe que matan y comen humanos pero las ganas de decirle, de contarle las cosas que había descubierto me carcomian. Y solo lo haría por su protección, para que tenga más cuidado. Pero no puedo, no...

─No era necesario llegar a ese extremo.

─No importa. Lo hecho hecho está ─respiré fuertemente para intentar calmarme─ pero no me arrepiento.

La miré mal.

─Serás...

─¡Señoritas, señoritas! Antes de que comiencen el segundo round, tengo que avisarles que su discusión me está causando jaqueca y, que si las cosas se ponen feas y comienzan a jalarse de las greñas, llamaré a la policía ─habló Seren, suspicaz.

La mirada que le dirigí a Seren fue suficiente para que él cerrara la boca de golpe. Deva abrió la boca para seguir peleando pero me adelanté y comencé a caminar pesadamente.

Tenía que pensar algunas cosas. Aclarar algunos pensamientos y dejar las cartas sobre la mesa. Tal vez haría un pros y contras de la situación... Y entonces recordé el plan que tenía pensado llevar a cabo. Respiré hondo y metí las manos en mi chaqueta, miré al cielo y tal vez le recé a alguna virgen inexistente del pecado.

Sentí una extraña sensación en el estómago al recordar a Axavel. Y también al darme cuenta de que Deva ahora estaba en una clase de peligro mortal por su discusión con Key y que, al parecer, un nuevo sentimiento comenzaba a brotar en mi interior: miedo.

Eso sí, tenía dos cosas en claro:

1. No dejaría que nada le sucediera a mi amiga.

2. ¿El plan de convertirme en alguien cercana para ellos? Seguía en pie.

No tengo ni la menor idea de cómo lo haré pero lo cumpliré.

●●●


Ya sé, ya sé, capítulo corto y actualización muy tarde pero ¿Qué puedo decir? Tengo una vida fuera de la escritura y últimamente no la he pasado bien por temas personales. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo por cumplirles.
Les pido que no me presionen porfi.

Apartado para agradecerles por los 400k de lecturas, 40k de votos y 6k de seguidores!

Gracias, gracias, graciass. Griten conmigo porfa:

ATENCIÓN:
Ayleen, Axavel, Key y Deva ya tienen cuentas de instagram y yo ya tengo una cuenta de libros donde subo muchaaaaaas historias chidas, algunos adelantos, avisos, entre otras cosas. En la descripción de mi perfil están absoluta todos los links directos para cada cuenta. ♡

Meme del capítulo:

(Recuerdo que estuve un largo rato riéndome de esto).

Y ya saben, si suben historias reaccionando al capítulo o publicaciones o memes, etiquétenme, esa clase de cosas me alegran el día.

¡Nos vemos en el próximo capítulo!

Con amor,

Ariana Gutiérrez.

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