𝐏𝐋𝐀𝐍𝐄𝐒
Despertó con un dolor de cabeza punzante y la ligera desorientación normal. Sabía que estaba en su habitación, alguien le tomaba de la mano y otro reposaba su cabeza en sus piernas.
Se removió un poco hasta que oyó el sonido de algo cayendo, era Ron que se había asustado con el movimiento de su cuerpo. Tom le preguntó si estaba bien, el no respondió pero poco importó ya que el ojirojo se centró en los ojos verdes que lo miraron con atención.
—Tom —saludó débilmente, el mencionado le dedicó una de las pocas sonrisas que había visto— ¿Qué paso?
—Te desmayaste, aún no sabemos por qué pero estoy seguro de que fue mi culpa.
—Si, yo también creo eso —exclamó Ron levantándose del suelo— en especial por qué bueno, sin ofender, el te ha provocado la mayoría de desmayos en tu vida.
Harry rodó los ojos, al igual que Tom. Lo saben Ron y muy bien.
—Ron —reprendió Harry y este solo se excusó con las manos— estoy bien, no es para tanto.
—Debió haber sido alguna reacción al haberte quitado la marca, que se yo, no debí hacerlo en primer lugar.
Harry negó con sus ojos cerrados y tomo la mano de Tom, había sido oportuno el desmayo, sí, pero estaba seguro de que no había sido culpa de su, ¿Amante?
—No, está bien, —negó— lo hiciste con la mejor intención.
—¿Ya no tienes la marca? —preguntó su mejor amigo, animado y con un brillo en sus ojos.
Tom rodó los ojos y a Harry se le escapó una risita.
—No Ron, ya no.
—Oh, genial, —suspiró sonriendo y luego se dirigió a Tom— sin ofender voldy pero es que el diseño era muy, ¿Cómo decirlo sin que te enojes?, Era feo.
Se sintió humedecer cuando Tom lo miró con reproche, como diciendo que ansiaba el día en el que su mejor amigo se marchara de regreso a Hogwarts. Sin embargo no estaba mal admitir que verlos a ellos dos discutir y molestarse mutuamente era una imagen que jamás imaginó.
—De acuerdo basta, —dijo incorporándose con la mano de Tom en su cintura— estoy en una enfermería que dijeron ellos, ¿por que me desmayé?
—No lo saben, aún —respondió su amado con cierto tono irritado— pero presionaré para que lo descubran, necesito saber que está mal contigo y hacer algo al respecto, pronto.
—Estabas con Draco, —dijo Ron y obtuvo la atención inmediata de Tom, el parecía saber lo que sugería y no estaba muy lejos de estar de acuerdo— tal vez lo hizo él.
—Claro que no —lo defendió Harry.
—No puedes estar seguro, —agregó Tom, concordando con el weasley — no lo hubieras notado.
Harry los miró a los dos antes de responderles, con ellos dos juntos Draco tendría que buscar un lugar para ocultarse debido al gran rencor que ambos le tenían.
—Ron, no —negó de nuevo— Draco estaba lo suficiente apartado de mi como para haberlo hecho y parecía desconcertado cuando le dije que me sujetara ...y cariño —se dirigió a Tom que rodaba los ojos— deja de buscar apoyo en Ron para torturar a Malfoy, en serio.
El ojiazul se permitió soltar una risa en lo que llevaba de la hora, no le importaba nada más en ese preciso instante, ni siquiera el por qué del desmayo. Sólo estaba centrado en qué los hermosos ojos verdes del amor de su vida estaban mirándolo y ahora debía asegurarse de que jamás, en lo que le quedara de vida los perdería.
—Como sea, si en algún momento necesitas a alguien que retenga a Harry para torturar al hurón yo estoy disponible.
—¡Ronald!
—¿Hurón?
Eh Hogwarts Hermione caminaba a paso rápido, chocando con algunos alumnos en el camino pero tampoco se volteaba a disculparse con ellos. Parkinson la había citado en la sala de menesteres de nuevo, justo como las anteriores veces sin embargo la lechuza de su amiga había llegado con una nota en decía urgente y eso de cierta forma le dijo que no debía aguardar más tiempo.
Ginny le pregunto reiteradas veces a que se debía su apresurada salida pero tampoco le contestó; la nota le pedía confidencialidad y era poco común que Pansy le pidiera eso pues la chica era muy abierta en varios aspectos de su vida.
Cuando llegó a la sala de menesteres ahí estaba esa chica de slytherin con su rostro perdido entre los espejos de la habitación abandonada, Hermione la observó por un momento antes de carraspear para llamar su atención.
—Granger —su voz salio suave, totalmente diferente a las veces que la saludaba en las cuales su voz era más confiada— que bueno que llegaste.
—Tu carta decía que era urgente —dijo jugando con los límites de su suéter— ¿Qué sucede?
—Lo que te voy a decir es grave, incluso es demasiado para mí y créeme que yo sería capas de muchas cosas.
—Parkinson me estás asustando —dijo la castaña.
Pasó su fino cabello por detrás de sus orejas antes de soltar toda la información. Digamos que ya estaba preparada para el arranque de histeria que le daría a su amiga de gryffindor.
—Bien, yo escuché algunas cosas el otro día —comenzó diciendo bajo la mirada atenta de Hermione— y bueno no son cosas buenas, tiene que ver con Harry y con el verdadero paradero de Ron.
—Ron fue a casa de sus padres este fin de semana —dijo totalmente despreocupada— y bueno, por lo que dice Malfoy, Harry está bien y está vivo, justo por eso estamos planeando su búsqueda y rescate.
Pansy negó repetidas veces con la cabeza, estaba claro que la leona no estaba para nada informada de la verdadera situación, para decirlo mejor nadie en realidad lo estaba puesto que la pelinegra no se había enterado de forma directa.
—Weasley fué a buscar a Harry.
—No, —respondió— Ron fue con sus padres, tenían asuntos importantes que atender.
—Escuché a Dumbledore y al profesor Snape hablando en los pasillos sobre Harry y lo que va a pasar cuando ya sabes quién quiera atacar el ministerio, hablaron de su relación y de que Weasley había caído también en las redes de su escondite —la pelinegra se acercó a la castaña y tomo amabas manos mientras la miraba a la cara, sin embargo está estaba absorta— Hermione, se que estás muy distraída por todo lo que has tenido que pasar y lo sé por qué de no ser así te habrías dado cuenta de que ningún otro weasley se fue.
Hermione soltó un largo suspiro, no podía creer lo estúpido e ignorante que había sido Ron, lo egoísta y poco confiable que su desición reflejaba que era. Se suponía que no se separaría, más ahora que nunca.
—¡Ay bastardo! —exclamó sacándose del agarre de la slytherin— ¡Ahh!, ¡No puedo creer que hayas logrado tomarme el pelo!
—Tranquila —susurró la chica.
—¿¡Cómo me pides que esté tranquila!?— preguntó amenazante, sorprendiendo a la chica con ella y haciendo que diera varios pasos hacia atrás— ¡Probablemente lo esten torturando, quien sabe, él no le sirve de nada a Voldemort!
—Potter está con él.
—Peor todavía, —contestó mirándola por fin— harán planes que ni siquiera tendrán sentido.
Pansy se frotó la sien antes de decir algo más; no estaba resultando como quería. Así que sin más tomo a la chica de los hombros y puso fin a su revoloteo y le dijo:
—Concentrate, Granger. Hay cosas más importantes en juego que tú eterno enamorado.
La castaña la miró con el entrecejo fruncido dudando si realmente le importaba aquella situación. Había muchas razones por las cuales Pansy Parkinson era la menos involucrada, empezando por qué siempre deseó al novio de Harry, también por la rivalidad que tenía con ella y las intensas peleas que generaba entre Luna y Ginny.
Sin embargo en un lugar donde ya no se pude confiar en nadie, ella era la única persona que podía ayudarle.
—Vale, me calmo —respondió sintiendo sus hombros fríos cuando la pelinegra retiró sus manos— ¿Qué más escuchaste?
Parecía más calmada, así que prosiguió.
—Algo sobre que Draco había hecho su parte y que la verdad haría que Potter odiara a Dumbledore, también que dejaría que Harry y ya sabes quién vivieran lo que sea que tuvieran.
—¿Cómo es que la noticia de que Harry está con Voldemort llegó a Dumbledore? —cuestionó.
—No lo sé, seguramente Snape se lo dijo, ya sabes es un doble agente y todo eso —respondió— Her, hay algo raro en todo esto y se que si pedimos explicaciones nadie nos dirá la verdad.
Hermione asintió en concordancia con la serpiente, tenía experiencia ya en actuar con poca información así que haría todo lo posible por saber que está pasando y si era necesario atar a Malfoy a una silla y romper su ética por la vida de sus hermanos, así sería.
Pansy pareció leer sus pensamientos por qué dijo:.
—Snape dijo que no tardarías en caer en su juego, también.
La leona la miró con seriedad, sí, ya estaba cayendo en el pero su lealtad no le permitiría resistirse a ello.
—Qué así sea, entonces.
Tom caminaba miraba al rubio frente a él, más no lo escuchaba. Decía y parloteaba sobre asuntos que no le interesaban en lo más mínimo y que seguramente ya estaban del todo resueltos por qué en lo que al respecta sólo iba ahí por su aprobación.
Pensaba más en Harry, en el futuro, en el de ambos. Tenía un propósito, había pasado la mitad de su vida persiguiendo aquel sueño y estuvo seguro de que lo obtendría por un tiempo. Pero ahora, teniendo a Harry, a su hermoso y lindo Harry se preguntaba que tan importante o que tan enamorado debía estar de él como para dejar sus intereses de lado.
Sabía que una parte de él lo haría y estaba seguro de que si realmente se lo cuestionaba esa pequeña fracción ganaría y es que estaba seguro de que no podría vivir sin Harry, no ahora, no así. Además el azabache jamás le pediría que abandonará sus creencias, al menos no en cuanto estuviera de su lado.
Meditó su apego hacía el chico varias veces, incluso antes de si quiera volver a tocarlo y en todas cayó en cuenta de que estaba cautivado, enamorado, pensar en el era enriquecedor y entre sentir asco por su lamentable situación y maravillarse por los atributos de Harry, simplemente admitía que le encantaba mirarlo.
Podía pasar horas y horas mirando su perfil mientras estaba recostado en su almohada, escuchando sus respiración, mirando su torso desnudo y recordando las veces que lo había hecho suyo. Apreciar su mirada enfocada en su cuerpo cada vez que creía que no lo observaba o notar sus mejillas rosadas ante los halagos intencionados que él le brindaba, Harry hacía que sus días lograran ser interesantes y no fueran una rutina vacía.
Jamás había pensado en qué haría después de conquistar el ministerio, no además de gobernar. No tenía planeado tener una familia, es más, la palabra apenas entraba en su diccionario.
Una pareja parecía irrelevante y dudaba del tiempo para poder tenerla, sin embargo ahora que carecía de la voluntad para separarse de Harry re analizaba sus planes. Creía que el papel de amante le quedaba muy corto y tampoco era un adolescente como para jugar a los enamorados.
—Lucius, —cortó levantando una mano— llevas repitiendo las mismas palabras una y otra vez y sigo sin comprender a qué quieres llegar. Hombre, dilo de una buena vez.
—Lo siento, mi lord —se disculpó el hombre bajando su cabeza— pero esperaba que entendiera el contexto de la situación antes de tomar una decisión.
Tom rió.
—¿Me crees tonto como para ser capaz de tomar una decisión mal? —preguntó.
—En lo absoluto, mi señor —susurró— sólo era precaución pero si considera que no es necesario no volveré a hacerle perder su tiempo de esa forma.
Hizo un ademán con su mano antes de llevarla a la unión de su nariz, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para preocuparse por los problemas externos. Aún no sabía por qué Harry se había desmayado y su mejor amigo repetía y repetía que había sido culpa del 'hurón' como se refería él, a Malfoy y de cierta forma opinaba lo mismo que él.
—Tranquilo, simplemente has lo que creas correcto —respondió— confío en tu criterio y te pediré un favor más..
—Lo que usted pida se lo daré —dijo el Malfoy.
Tom se lo pensó antes de decirlo por millones de razones, sin embargo su ego y deseo por imponer el poder lo rebasó.
—Manten a tu hijo lejos de mi prometido —el rostro de Lucius palideció inmediatamente, hasta el mismo se sorprendió de decirlo.
—¿Su, su prometido? —titubeó el rubio— ¿Se comprometió con Potter?
—Te agradecería si te diriges a él con respeto.
—Por supuesto, mi lord —titubeó el mayor— pero me genera curiosidad por qué cuando le sugerí un matrimonio beneficioso se negó, alegando que jamás se enfrascaría en una prisión como piensa que es el matrimonio.
Tom chistó, no hacía más de tres años Lucius le había sugerido casarse con una aristócrata que le diera estabilidad a la causa y sobre todo un papel en el ministerio pero se negó por qué no iba a compartir la cama con alguien que le tuviera miedo, no sería bueno ni para él, ni para su cónyuge además de que no le gustaban las mujeres.
—Lucius, las circunstancias no son las mismas —respondió al súbdito que se veía nervioso.
—Lo puedo notar —siguió diciendo— pero me parece apresurado, ¿Se imagina la cantidad de controversia que generara un matrimonio con el niño que vivió?.
Rodó los ojos, nadie le iba a decir por qué no debía desposar a Harry.
—Nadie debe enterarse.
—Potter es muy joven —alegó el rubio.
—Eso no importa.
—Se tendrá que enfrentar a medio mundo mágico para realmente tener su mano —tom bufó divertido.
—Como si fuera algo nuevo.
—¿Él está de acuerdo?.
Tom tardó en contestar, Harry apenas despertaba de su desmayo y no estaba muy seguro de cuanto esté quería casarse. Tampoco sabía si quería casarse con él con exactitud.
—Lo estará —simplemente respondió.
—Es muy apresurado.
—Ay por favor, —rodó los ojos impaciente— hay mejores formas de decirlo.
—Apenas tienen un mes.
—¿Cómo por qué estás cuestionandome? —preguntó levantándose de su asiento y mirando fijamente al rubio.
—Mi señor, se que no es mi derecho cuestionar lo que planea hacer con su vida pero considero y le aconsejo que lo tome con calma.
—Te torturaré —anunció con fiereza.
No le gustaba que lo cuestionaran, y ahora menos que lo hicieran sobre Harry. Nadie debía opinar sobre como debía llevar su relación con él.
—Como quiera —respondió sin mucha preocupación— pero el hecho de que no lo haya hecho ya me da a pensar que en efecto sabe que tengo razón. No importa que tan beneficiosa sea la unión.
Tom lo miró impaciente unos segundos antes de postrarse de nuevo en su asiento, rendido, ya le cansaba no poder tener algo permanente en su vida.
—No es por conveniencia, lucius —dijo frotándose las cejas.
—¿Por qué si no?
Lo miró con irritación e incomodidad, jamás había hablado de sus sentimientos con nadie más que con Harry y ese ya era un avance. Reconocer que lo quería frente a alguien más lo hacía más real y tampoco es que quisiera ocultarlo pero con todo lo que tenían encima no quería hacerlo publico.
—Lo amo —reconoció jugando con sus dedos y dejando anonadado a su súbdito por completo.
Hubo millones de situaciones donde besó a su esposa y su señor lo descubrió, se burló de la ingenuidad que era estar enamorado y de la prisión que era el matrimonio y aunque el no lo viera de esa forma jamás dijo nada en contra porque era de Voldemort de quién se trataba.
Por eso, escuchar que quería casarse con alguien y que esté matrimonio no solo era conveniente, también era por amor, fue como un balde de agua fría. Si se lo preguntaban, era más probable que Dumbledore se casara con una mujer antes que voldemort se enamorara de verdad. Sin embargo, nunca digas nunca.
Debía decir algo pero no tenía idea de que; jamás imaginó estar en una conversación de ese estilo con su señor y en todo caso si supiera que la habría, él no era el mejor candidato para hablar sobre ello.
—Ya, ya sé —murmuró Tom— soy un ser despiadado pero aún así se me concede tal sentimiento.
—No pienso tal cosa, mi señor —dijo todavía desconcertado— Es solo que me sorprende, conozco a Potter de cierta forma ya que mi hijo a convivido demás con él —Tom gruñó— y le aseguro que lo creí capas de muchas cosas menos de esto. No lo digo de mala forma, sólo qué ambos tienen una historia que no es la más romántica de todas.
—Maldición, lo sé. ¿Tu crees que me siento merecedor de él?
Lucius iba a responder pero dudó, ya que Tom se creía merecedor de demasiadas cosas aunque no fuera así.
—Ah, debería estarte torturando ahora en vez de contarte mis problemas —susurró recargandose en su asiento.
—Mi señor, yo jamás usaría esto para perjudicarlo y mucho menos...
—Lo sé, Lucius, lo sé —dijo en un suspiro— y confío en que mantendrás mis planes de compromiso en privado, aún no se cómo reaccionará Harry.
Lucius ocultó una sonrisa y asintió.
—Cuente con ello, mi señor.
—Además.. —dudó y frunció el seño— necesito que me ayudes a pedírselo.
Lucius abrió los ojos de sobremanera al escucharlo y negó.
—Mi señor, yo no soy la mejor opción —dijo— yo ni siquiera le pedí matrimonio a mi querida esposa y apesar de que nos amamos ahora al principio no fue así. Sí alguien puede ayudarlo es ella, no yo.
Tom rodó los ojos, detestaba tener que pedir ayuda de ellos por demasiadas razones.
—Entonces coméntale de esto a tu esposa pero que tú hijo no se entere.
—Draco no sabrá nada del asunto y le aseguro de que se mantendrá alejado del señor Potter todo lo posible.
Asintió y se levantó para ver por la ventana de su despacho. Era de tarde y el sol apenas tocaba su enorme jardín.
—Puedes retirarte, Lucius —lo miró antes de que se fuera— y gracias.
El súbdito hizo una reverencia y se marchó. Tom se quedó solo con sus pensamientos en aquel solitario despacho, antes le resultaba normal estar ahí o en cualquier otro lugar de la mansión pues no importa a dónde fuera, estaría solo pero ahora sabe que prefiere estar en su habitación, junto a Harry.
Ahora sabe que no está solo y que debe hacer de todo para que no regrese a ser así.
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¡Volví!
Eh aquí el siguiente capítulo, se que tarde mucho en volver a publicar pero sea lo que sea que lo impidiera ya terminó y aquí estoy de nuevo.
Cómo siempre espero que les haya gustado.
Prometo actualizar pronto.
(Por suerte ya vienen las vacaciones así que tendrán capítulos más seguido)
Por cierto, déjenme en los comentarios si quieren que les de a H y a T un bebé o lo dejo hasta el final.
Los leo, bai<3