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La oscuridad
En su mundo perfecto sólo había luz, esperanza y amor, no había cabida para la soledad, el miedo o la incertidumbre, sus manos tocaron el suave caudal de agua que corría por el campo y se dio cuenta de que el pequeño río tenía algunos peces, sonrío en grande y se fijó que las flores ya habían florecidos, algunas rosas aún seguían en sus botones, así que se acercó y les conversó para que pudieran salir a la claridad de la vida, no tenía intenciones de arrancarlas, amaba ver el campo lleno de colores y que sus manos pudieran sentir las diferentes texturas de las flores y hojas.
Un día llegó un rayo de oscuridad, no le prestó mucha atención porque casi todo seguía siendo claro y hermoso, hasta el día en el que el rayo de oscuridad tocó una rosa y esta marchitó, ella gritó del miedo sin saber qué hacer, como fue que una de sus preciadas rosas había muerto de la nada, necesitaba averiguarlo, entonces sin poder contenerse y por impulso puso su mano en la oscuridad.
En ese momento frunció el ceño y tocó su interior tratando de entender lo que estaba sucediendo, corrió hacia el río y con su mano tocó el agua tranquila y de un momento a otro se volvió un torrente con demasiada fuerza, sin poder darse cuenta ya estaba tratando de nadar hacia la orilla, aferrándose como pudiera a algo, pero no podía, lo único que lograba era respirar y sentirse llena de incertidumbre rápidamente la oscuridad absorbió toda la luz que había y su mundo perfecto quedó en negro.
Sin esperanza y agotada de luchar contra la corriente, sintió que era buena idea que la corriente la arrastrara sin aferrarse a nada, no sentía la necesidad de aferrarse a nada viendo solo oscuridad, así que solamente se soltó y se dejó arrastrar.