✞Narrada por Tn
➪Luego de comer aliste mis cosas junto a mi mochila, para poder llevar a los pequeños ahí adentro ya que no es normal ver a uno de estos seres, por las calles, era mejor no arriesgarse.
Mientras ponía algunas cosas en la mochila, como:Audifonos, cargador, celular y mi billetera.
Mientras hacia eso, Mikey y Take estaban en la sala viendo la televisión justo estaban pasando el chavo del 8, al parecer les llamo mucho la atención bueno ¿a quien no?, yo lo veía desde que tengo memoria, mi personaje favorito siempre fue aparte del chavo, Don Ramón, ya que siempre que Doña Florinda le daba una cachetada tiraba su sombrero mientras hacia sus rabietas, debo admitir que siempre me pareció gracioso.
Dejando eso de lado me acerqué a los pequeños para avisarles quiera hora de salir.
-Pequeños, vamos ya es hora de irnos-
No me hacían caso ni siquiera se habían volteado a verme, a televisión los tenía hipnotizados, así que usé la vieja confiable.
-Hm, que lástima, y yo que pensaba comprarles algo en el camino, pero bueno-
Antes de poder seguir hablando Mikey se me lanzó encima que por suerte logré sostenerlo.
-ahi recién escucha eh?-
Puse una sonrisa burlona, mientras el me hacía uno de sus adorables pucheros.
-Como sigas así me darás diabetes-
Ladeo la cabeza en señal de no haber entendido lo que quería decir.
Suspire
-Olvidalo solo vamos para ver de ahí que les compro-
Tome a Take que el si cooperaba conmigo para meterlo en la mochila mientras que otro no se despegaba de mi brazos. No sé cuál sería la diferencia si de todas formas lo voy a llevar yo.
No tuve de otra que tenerlo en brazos claro que cubierto para nadie lo vea, de ahí le compraré algo para que se quede tranquilo y entre a la mochila mientras come junto a Take.
Justo pase por una tienda de golosinas, entre y me fui a la sección de chocolates, al parecer a Takemichi le gusta mucho las barras de chocolate ya que no dejaba de ver esas barras Muibon de chocolate blanco.
-¿Te gustan estas?-
Le dije en lo que tomaba la barra del porte de mis dos manos, el asintió con las mejillas algo Rojas de la vergüenza, cosita, luego de eso metía unas cuantas barras a la canasta y ahora de sección en sección hasta que Mikey parecía inquieto vi justo en la dirección que el miraba y ahí los vi, Dorayakis son lo más delicioso que uno puede comer, al parecer compartimos gusta pequeño Manjiro.
-¿Quieres de estos?-
Le pregunté a lo que el asintió repetidas veces, le volvía loco las Dorayakis así que no lo pensé y puso casi la mayoría dentro del canasto que llevaba junto con algunos dulces más, creo que luego de esto nos darán caries pero como me vale verga la vida pues no me importó, al menos si se trata de mi, con ellos sere un poco más cuidadosa con respecto a lo que comen, pero eso no significa que no se pueden consentir de ves en cuando.
Fui al mostrador donde tenía que pagar por todo esto y pues una ves llegue ahí el cajero un chico que al parecer tenía mi misma edad me atendió.
Todo bien ya le pagué hasta que empezó a ligar me.
-Y vienes por aquí a menudo?~-
Lo miré sin expresión alguna
-Si quieres me pasas tu número para quedar en algún lugar, que dices muñeca?~-
Solo le dedique una mirada de asco, podía sentir como se movía mi bolso, supuse que eran los pequeños, no se por que, pero de lo que si se es que debo salir rápido de aquí para que no los lleguen a ver.
-Pues verás, si, paso a menudo por aquí y lo que más me agrada del antiguo cajero era el respeto y que no era el típico mujeriego como el que tengo aquí presente, así que si vuelves a incinuarte así conmigo, créeme que no dudaría en sacarte los órganos y ponerlos en paquetes para venderlos al mercado negro, y con tu piel me haré un abrigo de piel o tal ves una alfombra para mi sala, ¿quedo claro?-
Pude ver como el chico tenía la cara todo pálida, esa fue una de las satisfacciones más hermosas de toda mi vida, no me agradan este tipo de gentes, tenía que ponerlos en su lugar.
El chico parecía que estaba completamente paralizado así que supuse que se entendió, tomé las bolsas, por que si eran muchas cosas que compré pero bueno.
Abrí un poco la mochila viendo a los pequeños, Take parecía apunto de llorar y Mikey tenía una expresión neutra como si quisiera matar a alguien, sabía como se les pasaría, tome de la bolsa una barra de chocolate y la partida ya que era muy grande para Takemichi mientras que a Mikey le di su Dorayakis era muy grande para el, pero al querer hacerlo el me lo quitó rápidamente, le gusta tanto que lo quiere entero, pero bueno ¿quien soy yo para juzgar?.
Al estar caminando por las calles mientras tenía las bolsas en mano y a los pequeños en la mochila pude ver al frente la tienda que tanto buscaba, así que sin pensarlo fui ahí.
Al entrar todo era de un color pastel muy dulce para mi gusto pero bueno, fui a la sección de ropa para pequeños.
Y vi unos conjuntos que les quedaría bien padre.
Bueno creo que me excedi en comprar de más, pero ya que, nunca se sabe.
Luego de pagar fuimos directo a casa por suerte no quedaba lejos, en el camino Mikey parecía haberse dormido después de comer tremendo Dorayakis, mientras que Take estaba aún comiendo de su barra.
Detuve mis pasos pues ya había llegado a mi casa, soltero una de las bolsas y con mi mano disponible procedi a sacar las llaves de mis bolsillos y ponerlas en el cerrojo para luego proceder a abrir la puerta, tome las bolsas y las puse en el comedor arriba de la mesa.
Estaba exhausta, saque las cosas que había comprado para ponerlas en su lugar cuando de repente sentí ruidos en la cocina.
-Yo que recuerde Mikey y Takemichi están conmigo, ¿quien habrá sido?-
Fui a la cocina a paso lento, sin bajar la guardia ya que nunca se sabe si puede ser algún ladrón, al entrar vi una de mis joyas tiradas en el piso boca abajo, traté de acercarme a recogerla pero apenas me acerque, lo haya se empezó a mover donde a entender que hay algo ahí dentro, sin pensarlo 2 veces tome la hoya y la saque, lo que vi me dejó sin palabras.
Era otro de esas cositas.
-¿Otro?-
Continuara
¿Quien abra sido?