Zeth
Ella se queda mirándome, puedo notar pequeñas bolsitas negras debajo sus ojos, su cabello desordenado y en pijama. Trato de decir algo, pero ver su estado me hace sentir más culpable; nunca la había visto así.
— ¿Qué haces aquí?—pregunta, su tono muestra que no desea verme.
— ¿Podemos hablar? Por favor—trato de hablar calmadamente, nada que la altere.
—Hablar en este momento es lo menos propicio, seré lo más amable que puedo en este momento; quiero que te marches, no me moleste. No deseo conversar nada contigo y espero que lo entiendas, tu sabes perfectamente porque ¿o crees que es fácil verte sabiendo que eres la persona con quien me engaño, Tyler?
—Yo...lo siento, sé que lo que diré probablemente no ayudara en nada. Solo dame unos minutos y me iré, no volveré a molestarte—parece que duda, pero se hace a un lada haciendo una seña para que entre.
Ofreció que me sentara alado de ella y lo hice, los dos mirando la pared. Esto es más incómodo de lo que imagine, saber que la lastime... esto me lleva a pensar que prefiero ser al que lastimen al ser el causante del dolor y aunque he sentido las dos, esta es peor.
—Antes de que digas algo hablare yo primero, necesito sacar todo lo que siento para poder quitar un poco esta amargura—suspira—. Conocí a Tyler desde muy joven, algunas semanas después de la muerte de su madre, estaba tan destrozado y fui feliz cuando nos volvimos amigos. Yo era demasiado antisocial por el simple hecho de que me gustaba serlo, pero al convivir con él quise otras cosas. Me enamore al poco tiempo, sabía que él no sentía lo mismo, pero no importo porque yo solo quería formar parte de su vida y no iba a rogar por su amor; teníamos otro tipo ya. Me sorprendió cuando me pidió ser su novia, hablábamos de un futuro juntos, toda una vida, nada de eso me duele tanto como perderlo y sentir esto que siento hacia a él en estos momentos. Sé que no solo tú eres culpable, él sabía lo que hacía y tomo el riesgo, odio que no me haya dicho la verdad desde el principio, que estuviera tan aferrado al no darse cuenta de todo lo que causaba al querer mantener lo nuestro, su miedo le gana y creo que en lo nuestro encontró lo que no se podría dañar...hasta que llegaste tú. No quiero ni saber cómo paso o que pasara después, solo espero que al final Tyler sea feliz, lo amo y lo seguiré amando después, no creo que el mismo tipo de amor, pero si uno que quiere lo mejor para él. Es muy dura la situación, pero yo sé que en algún momento volveré a estar bien con él, podre olvidar esto y seguir mi vida.
— ¿Cómo puedes ser tan buena después de lo que causado? Si quieres gritarme, hazlo, sé que lo merezco. Nunca quise que las cosas se dieran así, pero paso y debo asumir las consecuencias.
—Yo no seré ese tipo de mujer, me duele mucho todo y hasta verte me resulta doloroso, pero yo no caeré en eso; me amo, respeto, sé lo que merezco y tengo el suficiente valor para afrontar esto. Aunque aún no soy capaz de enfrentar a Tyler, necesito tiempo y pronto tomare uno que me permitirá pensar en todo. De algún modo siempre supe que lo que teníamos era muy perfecto para ser real... ¿tú lo amas? —pregunta. Temo a responder, no quiero que se sienta peor, pero debo ser sincero en todo, a eso vine.
—Sí, pero no te preocupes, nada pasara—ella hace un gesto de impotencia.
—Eso es estúpido, traicionarme no fue para nada entonces. Sé que se gustan mutuamente y si es por mí, aunque duela sé que yo no peleare por un sentimiento no correspondido, la felicidad de Tyler me importa; él no se dio cuenta de que tipo de felicidad debíamos conservar y por eso estamos así. Te daré un jodido consejo porque aunque este mal me importan, yo daría todo para que él me amara como te ama a ti, no pierdas algo así—sorprendido me dejan sus palabras, ahora entiendo mucho más el aferro de Tyler hacia ella, es demasiado buena y tan única.
—Me iré mañana temprano.
— ¿Estas escapando de los problemas?
—No, me iré para solucionarlos. Solo debes saber que él es capaz de todo por ti, sé que nunca pensó en remplazarte y por eso creo que debo decirte algo, tú estarás cuando yo me valla—ella se pierde por unos segundos, como si se estuviera acordando de algo.
—Dime.
—Tyler tiene problemas, crisis...él nunca lo menciona porque no quiere molestar y principalmente no quería que te preocuparas—ella parece estar dolida.
— ¿Cómo es posible? Nunca me di cuenta...soy pésima. Necesito verlo.
—No, esto no cambia lo que te causamos, te recomiendo que nos odies ahora, grita o lo que sea para liberar ese sentimiento, yo sé muy bien que vivir con eso solo atormenta. No lo busques ahora porque iras por sus problemas aun estando mal y olvidaras los tuyos, solo te lo comente porque siempre he pensado que es mejor si sintiera el apoyo. Él estará bien, su familia lo hace feliz y lo ayudaran también.
— ¿Su familia? —cuestiona.
—Eso es algo que tendrás que ver tú misma. Solo quería pedir disculpas, pienso que lo peor que pudo pasar fue que me conocieran, pero eso no importa, acepto mis errores y lamento ser causante del dolor de alguien como tú.
Ella solo sigue mirando la pared.
—Sé que eres sincero...sufriré por esto un tiempo más, las cosas cambiaran, te perdono, solo para quitarme este peso de encima. Ahora si ya terminaste me puedes dejar sola, planeo ver películas románticas, comer helado y llorar por unas horas.
Me levanto y camino hacia la puerta, escucho su voz:
—No solo arregles tus problemas, busca la felicidad—son las últimas palabras de su parte. A pesar de todo no mostro ninguna gota de odio hacia mí, es mucho más fuerte que yo. Solo deseo que este bien, se merece mucho.
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Después de Salir de la residencia de Tany decidí tomar un taxi y regresar al departamento, ya era tarde para hablar con Tyler, también quería dejarlo que compartiera feliz con su familia.
Me levante muy temprano, saldríamos a las 8:00p.m., me arregle y ordene las ultimas cosas que me faltaban y decidí ir a verlo, me quede varios minutos afuera sin poder tocar hasta que la puerta se abrió, era él, con su particular mochila azul; va para las clases. Lleva un suéter gris, jeans y zapatillas negras. Lo detallo para no olvidar nada de él...mi temor es irme sabiendo que podre perder algo.
—Hola, Tyler—él cierra la puerta y me vuelve a ver.
—Zeth—susurra mi nombre.
—Emm ¿Cómo te sientes ahora que tú hermana regreso? —sonríe.
—Muy bien, demasiado diría. Aunque ahora parezca una desconocida para mí en algunas cosas, me hace feliz tener que saber todo de ella y de mis sobrinos—sus ojos brillan al hablar de su familia, me alegro mucho.
—Estoy feliz por ti, ella regreso a ti—suspiro—. He venido a despedirme, Tyler...
— ¿Despedirte? ¿Te vas? ¿Por qué? Si es por lo que ha pasado no debes, no te sientas culpable...no lo eres—esos hermosos ojos turquesas siempre me hacen dudar, la sorpresa en su voz fue evidente y por un segundo dude, pero no cambiare mi decisión.
—Sé que tengo en parte culpa de lo que paso, pero ese no es el motivo por el que me voy. Una vez me preguntaste que se sentía huir, ahora puedo decir que al final te das cuenta que no es lo mejor. Ya le estoy haciendo frente a mis problemas aquí, pero debo regresar al lugar donde deje muchos sin resolver.
—Entiendo tus motivos, pero ¿no crees que es algo precipitado? Es una decisión de horas, podrías pensarlo más—menciona.
—Para ser sincero creo que pensar en poder ordenar mi vida me tranquiliza. También deseo irme para estar con Cecilia, lo que se viene con Trevor no será fácil para ella y probablemente necesite a un amigo. Sin querer he lastimado a mi madre y no me había dado cuenta.
—Sé que es lo mejor para ti, solo que...
—Lo que le he dicho a tu padre es verdad, te amo, quizás no sea el mejor momento para decirlo pero no quiero arrepentirme después. Aun sabiendo que tú nunca me elegirías a mí, por eso no me aleje, entendí que verte feliz era suficiente por eso siempre entendí lo que sentías por Tany.
—Yo...lo siento, no debí pedirte eso, te lastime. Lo que pasó entre nosotros no se dio bien, pero no significa que no fue especial, trate de olvidar, pero es difícil cuando es una persona especial—mi corazón se acelera.
— ¿Sabes? De tantas cosas que me han paso tú eres la que más me ha marcado, en todos los sentido. Deseo y seas feliz, tanto como mereces, ya solo se tú mismo; el verdadero, Tyler, es genial. Has lo que quieras y principalmente, vive.
—Tal vez primero tenga algunos pensamientos en todo lo que pudimos ser, tampoco quiero perderte a ti—como hubiera deseado decirle que me quedo, vamos a solucionar las cosas juntos o que todo se joda, pero sé que lo mejor es alejarnos.
—De algún modo ya fuimos todo; amigos, dolor, cariño, amantes, lo nuestro fue como un tesoro oculto en cosas simples, tan especial que muy pocos lo encontraran o entenderán. Y quizás aún nuestros destinos nos tengan sorpresas, después de todo somos jóvenes.
—Me hubiera encantado poder conocerte sin limitaciones, Zeth.
— ¿Qué tal si iniciamos? —el parece confundido—Hola, me llamo Zeth Brehinar Bordones López, soy hijo único, mi madre es una talentosa escritora, mi padre está en la cárcel; no te quise decir que sufrí de violencia familiar por parte de él, es mejor pensar que está muerto. Soy homosexual, siempre me costó aceptarme y fue pero cuando todos mis amigos se burlaron. Antes de mudarme era una basura, me alcalizaba, intente acostarme con mujeres pero no pude. Soy cerrado, me gusta leer, películas, la historia, arte, el futbol, el negro, el pan. Quiero ser un gran escritor como mi madre. Ahora que me mudo buscare la forma de ser completamente libre. Siempre te agradeceré, me presentaste a tus amigos y ahora también son míos, me recordaste que debo dejar mis inseguridades y me enseñaste como es amar bien a una persona, aunque el final parezca trágico, considero que es realista; mi vida es real.
—Encantado, soy Tyler y creo que tú si sabes casi todo de mi —sonreímos, felices aun sabiendo que hay dolor— ¿crees que nos volvamos a ver?
—Obviamente sí, tengo esperanzas en un mejor futuro—sin poder evitarlo me acerco y lo abrazo tan fuerte como puedo, él hace lo mismo. Su fragancia me inunda, las despedidas no son lo mío, pero quisiera poder quedarnos congelados por siempre; revivir este momento para siempre.
—Te amo—esas palabras causan que lagrimas caigan por mis mejillas; alegría y pena, es lo que siento.
—También te amo, chico de los ojos turquesas.