"Entonces, ¿por qué estás en mi habitación?" Giulia le preguntó a Alberto, quien estaba sentado en la alfombra junto a su cama. "Bueno ... estaba pensando en el otro día. ¿Me odias? Luca dijo que podrías."
"Santa fontina," Suspiró pellizcándose el puente de la nariz. "Yo no te odio." Alberto sonrió. "Pero no me agradas. Eres un intruso." Ella declaró sin rodeos. "¿Así que básicamente estás celosa de mí porque soy el chico más genial e impresionante?" Alberto preguntó con aires de suficiencia, a lo que Giulia respondió inexpresivamente.
"¿Ya terminaste? Muy bien, puedes salir de mi habitación ahora." Hizo un gesto hacia la puerta. "También tengo otra pregunta ... " Murmuró Alberto. "Está bien, dilo." Alberto guardó silencio unos segundos. Intentó decir las palabras pero no salió nada.
"Déjame adivinar, ¿te gusta Luca?"
Su rostro se puso rojo como una remolacha. "¡¿Ah-cómo?!"
"Vaya, no es como si fuera notorio desde un kilómetro de distancia." Ella rió. "Cuando los conocí por primera vez, honestamente pensé que ustedes dos se gustaban. Especialmente por la forma en que reaccionaste cuando me hice amiga de Luca-" "¡No es eso! Él era mi único amigo. Simplemente no quería perderlo, ¿de acuerdo?" Alberto gruñó a la defensiva.
"Sí, Luca me lo contó todo. Me refiero a tu padre."
Alberto no hizo contacto visual.
"No estoy aquí para hablar de eso Giulia. No quiero hablar de eso. Solo necesito que me digas qué hacer. Creo que podría ... " Alberto vaciló, finalmente reuniendo el coraje. "Creo que Luca me gusta un poco más de lo que se supone, pero no quiero arruinar nuestra amistad. Él es mi mejor amigo, ¿¡Y si piensa que soy raro!? ¿¡Qué pasa si nunca me habla de nuevo!?" Simplemente no sé qué hacer-" Alberto comenzó a entrar en pánico. "Santa ricotta ... Alberto, Luca es la persona más amable que he conocido. Él no va a odiarte, si eso es lo que te preocupa."
"¿Qué hay de ti Giulia? ¿Alguna vez te ha gustado alguien?"
"Nop. Nunca me he enamorado. No soy tan sociable en la escuela. La gente piensa que soy rara." Suspiró. "No es como si no lo hubiera visto venir desde un kilómetro de distancia," Se burló el moreno. "¡Cállate regazzo pesce (chico pez)! Por eso estoy muy agradecida de tener a Luca conmigo ... él también es mi mejor amigo." Ella dijo de todo corazón, con una pequeña sonrisa.
"Espera, ¿por qué debería ayudarte con Luca?" Dijo volviendo a la conversación original. "¿Porque eres mi amiga y te preocupas por mí?" Alberto sonrió persuasivamente. "¿Cuál es el plan? ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Tomarlo de la mano? ¿Una cita? ¿Besarlo?"
Las palabras de Giulia hicieron que la mente de Alberto vagara. Imágenes de él y de Luca arrasaron a través de sus pensamientos. Podía sentir su corazón latiendo por todo su cuerpo.
Y luego se desplomó, con la frente en el suelo.
"Por favor, no vuelvas a decir eso." Susurró tímidamente.
"¿Decir qué? ¿No quieres que diga que 'quieres besar a Luca'?-" Alberto se levantó con una cara roja y nerviosa. "¡Cállate Giulia-Cállate!" Expresó poniendo ambas manos sobre su boca, dando como resultado que ella las lamiera y él cayera hacia atrás.
"Asqueroso-" Se limpió las manos en el suelo. "No es de extrañar que la gente piense que eres rara." Dijo en voz baja. "¿Quieres que te ayude o no regazzo pesce?"
"He visto como un millón de parejas en Génova." "¿Entonces eres experta?" Alberto preguntó con anticipación. "No, solo observo a las parejas. Sé cómo actúan. Sé cómo se mantienen en ellas." Miró a su 'estudiante'. "Tienes que decirle un cumplido. Es una buena manera de empezar. Esta noche la familia de Luca vendrá a cena (cenar). Solo trata de entablar una conversación y luego dile algún cumplido. Y mira cómo reacciona."
Esa noche la familia Paguro vino a cenar a la casa de los Marcovaldo. Después de comer hasta saciarse, los adultos reían y hablaban de manera desagradable mientras tomaban sorbos de su vino. Los relegados lo tomaron como su oportunidad para irse.
Giulia lideró el camino, saltando a lo largo de los muchos techos de terracota de la ciudad. Finalmente se detuvo, volteó hacia los chicos y les exigió que se quedaran allí mientras ella 'tenía que hacer algo'. Le dio a Alberto una pequeña sonrisa alentadora, antes de bajar del techo.
"Así que ... las estrellas son lindas." Alberto dijo mirando las muchas luces significativas que cubrían el oscuro cielo. Aunque los dos estaban sentados uno al lado del otro, se sentían más distantes que nunca. "Sí-"
Lo tienes. ¡Ahora un cumplido como dijo Giulia!
"Luca- tu cabello es-"
Lindo, genial, bonito, hermoso-¿¡QUÉ!?
"Café."
El corazón de Alberto dio un vuelco al darse cuenta de repente de lo que acababa de decir.
Debajo de ellos, Giulia palmeó de decepción y vergüenza ajena.
"Tu cabello también es café, Alberto." Luca le devolvió la sonrisa con torpeza. Antes de que cualquiera de los dos pudiera empezar a hablar, Giulia apareció en el momento perfecto, para evitar más incomodidad.
"Vamos a competir de nuevo este año. Como el equipo de los ¡Relegados!" Dijo con entusiasmo agitando el cartel de la Copa Portorosso en sus caras.
"La última vez, técnicamente, solo ganó Luca. ¿Qué tal si ganamos todos esta vez? Como equipo. Podríamos dividir el dinero del premio, y estoy segura de que Ercole quiere vengarse por el año pasado. Así que, ¿por qué no limpiar el piso con él correctamente esta vez?" Giulia sonrió con picardía en la última parte.
"No veo por qué no. Será divertido." Dijo Luca. "Sí, podríamos ganar." Respondió Alberto.
"¡Muy bien, hagámoslo!"
Stelle d'amore: Estrellas de amor