Reencuentros inesperados
Malika Villareal
Quedo maravillada con la modelo enfundada en un vestido lila, estilo veraniego. Con mangas caídas y llega un poco más abajo de las rodillas.
Me fascina el corte, lo suelta que es la falda al caminar y el color lo hace ver sencillo y tierno.
"Lila fest"
Es el título del folleto que nos dieron en la entrada, es mi primera vez en un show de moda. Nunca me importó estar a la moda pero nunca discriminé el potencial que tenían los diseñadores y lo importante que son los show en temporadas.
¿Lo malo de todo esto? Es que mañana partimos de Milán.
Solo fueron cuatro días aquí y de inmediato me maravillé no solo por la ciudad y su comida, si no por sus amaneceres resplandecientes y la gran atención de cada persona.
Siento una mano caer en mi muslo cubierto por la falda de seda gris, su caricia es lenta y me saca una sonrisa antes de voltear a verlo.
Está de perfil viendo a las modelos en la pasarela, sus ojos negros brillan gracias a los reflectores y no puedo evitar morder mi labio al ver el reciente tatuaje detrás de su oreja.
Al segundo día de estár aquí se le metió la loca idea de hacerse su primer tatuaje. Lo acompañé hasta un estudio de tatuajes y decidió que quería una rosa en negro y que el tallo fueran las Iniciales de su hijo.
SLA "Samuel Leandre Abans"
Fue algo muy emotivo que sin razón alguna me sacó un par de lagrimas, nunca pensé que Sebastien tuviera su lado emotivo.
-¿Te gusta la vista?
Murmura cerca de mi, ruedo los ojos.
-No te creas tan importante Abans.
Me regala un astibo de sonrisa y vuelve su atención al show. Veinte minutos después estamos caminando a la salida cuando el cliente de Sebastien, Antoni Fiore nos intercepta.
-¿El espectáculo fue de su agrado?
-Totalemente Antoni, gracias por la invitación -
Agradece Sebastien, Antonio habla de una duda que tiene sobre los vinos pero dejo de prestarle atención cuando mis ojos se dirigen detrás de él, específicamente a una de las paredes que da hacia los ascensores.
Ahí se encuentra un cuadro, donde se aprecia un paisaje de Milán con el atardecer de fondo pero lo más sorprendente es que conozco bien esa pintura.
"Vita arancione"
Es una obra de El emperador.
Me separo de los dos hombres y me acerco a la pintura, la firma de el emperador está justo en la esquina del cuadro. Llegué a ver este cuadro en una exposición de arte, días después de saber la historia del pintor anónimo empecé con una inmensa curiosidad por él.
Comencé viendo por Internet todos sus cuadros hasta que tuve la oportunidad de ir a una exposición y ver de cerca su trabajo, el que no sepa quien es aumenta mi fanatismo y mi lado metiche.
-Vita Arancione, pintado por el emperador exclusivamente para Antoni Fiore y su Esposa Hanna -Sebastien me regala una mirada antes de ver el cuadro -Hizo un buen trabajo con los colores.
-Y con el resto del cuadro -Contesto .-La curiosidad por saber quien es el responsable de tan maravilloso trabajo me está matando Sebastien.
-Tú y el resto de las personas que aman su trabajo están en la misma situación, no te frustres Malika. Razones tendrá para no mostrase.
Toma mi mano y con suavidad me jala con él hasta la salida, el viento azota mi rostro y suspiro quitando unos mechones de ella. Caminamos en silencio por las calles, siendo acompañados por las estrellas y el guardia de seguridad de Sebastien que se encuentra detrás de nosotros pero en una distancia prudente.
No trajimos auto porque el hotel queda cerca y preferí caminar para observar mejor el ambiente. Al llegar solo soy capaz de quitarme la ropa, quitar el maquillaje y dormir solo en bragas hasta el día siguiente.
Tomo una fresa del bol con frutas que la chica del servicio deja en las mañanas y cuando termino me tumbo en la cama boca abajo. Minutos después siento el lado vacío hundirse y la sabana arroparme.
Rodea mi cintura con su brazo y deja un beso detrás de mi oreja antes de caer profundamente dormido pero yo no puedo.
Me quedo observando la ventana, la luna está más brillante que estos últimos días. Estos días han sido los mejores, el estár cerca de Sebastien y vivir este momento a su lado me llena de felicidad.
Cada día me gustas más francesito.
Merezco más, merezco que alguien corresponda los mismos sentimientos que yo siento pero en el corazón no se manda y si, yo me amo pero tengo miedo de si tomo la desición pierda al hombre que me ha enseñado una nueva perspectiva de la vida.
Tengo miedo de no volverlo a ver y que nuestros grandes momentos solo sean recuerdos dolorosos de algo que nunca fue concretado.
Siento su cuerpo moverse y luego me atrae a su cuerpo de modo que su pecho queda pegado de mi espalda, su respiración es lenta y pacífica.
Al cabo de unos minutos logró caer dormida hasta el día siguiente que nos levantamos entre las ocho y media de la mañana.
-¿Café?
Me tiende un vaso humeante, le regalo una sonrisa y a acepto, se sienta a mi lado con otro vaso y observamos el trajín del aeropuerto de Milán.
El Jet lo están terminando de equipar para volar hacia España mientras tenemos que esperar media hora en las instalaciones, Sebastien consiguió tostadas con queso y tomate, además de los cafés para recargar energias.
-Haz estado muy callada ¿te sucede algo?
Suspiro dándole un sorbo al vaso.
-Sigo con algo de sueño encima, no te preocupes -mentí.
Desde ayer en la noche que esos pensamientos llegaron a mi mente, no he parado de darle vueltas al asunto.
¿Por qué ahora es que pienso en esto?
Me observa por un rato más antes de seguir comiendo, al cabo de unos minutos abordamos el avión y cinco minutos después estamos en el aire.
Me desabrocho el cinturón cuando se levanta y toma asiento a mi lado, pone una mano encima de mi pierna izquierda y me observa atento.
-¿Qué te está atormentando Malika?
Me pierdo en esos ojos negros que siempre se mantienen brillosos y atentos a cada minuto. Él es hermoso, de eso no hay duda.
-Estoy intrigada de lo que me espera en España- Respondo.
-Sol, paella y flamenco -Suelto una pequeña risa.
-Suena excelente.
-Es más que excelente- Me guiña un ojo y se acomoda más en su asiento.
Después de cinco minutos queda profundamente dormido, tomo mi lapto y escribo en el buscador "El Emperador"
Miles de páginas aparecen, algunas son muros donde dejan sus críticas constructivas y opiniones acerca de sus obras de artes, y otras son de las últimas exposiciones.
La que llama mi atención es la que tuvo lugar hace una semana en Milán, en la galería Fontana. Eso estaba cerca del hotel donde estábamos.
Abro una página que habla de las pinturas que fueron el centro de atención.
"Viña azul"
"Violetta"
"Déesse "
La última llama mi atención. En la imagen aparece un fondo de colores grises y azul claro difuminado de una manera maravillosa, la media luna en blanco se ve brillante y como centro de atención la silueta de una mujer, con el cabello de lado pareciendo que la brisa lo mueve, la silueta está en negro con salpicadura blanca y en la parte de abajo está la invaluable firma del Emperador.
Déesse.
Interesante.
Cuando aterrizamos a Madrid vamos directo al apartamento de Sebastien en el centro de la ciudad, suspiro aventando mi cuerpo al sofá y observando como el Francés termina de meter las maletas y cierra la puerta.
-¿Qué haremos el tiempo que estaremos aquí?
Pregunto, se quita la chaqueta que llevaba encima de su camisa polo y va a la cocina.
-Nos reuniremos con mi cliente más frecuente, haremos un recorrido por la ciudad y un día antes de irnos te daré una sorpresa.
¿Sorpresa, eh?
-¿Qué tipo de sorpresa?
-No te precipites bonita, la paciencia es la gran cualidad de las mentes brillantes.
-No es momento de tus frases inspiradoras.
-Y no es momento de tu mal humor ¿Me quieres decir qué te pasa?
-Estoy agota por el vuelo, iré a recostarme -Me acerco a él y le doy un beso en la comisura de sus labios antes de irme a la habitación.
¿Tanto se nota que me siento frustrada?
Me cambio por una de sus camisas de la universidad y me acuesto en la cama. Pensé que el viaje sería lo que más disfrutaría pero mi mente piensa una y otra vez y lo arruina todo.
Tengo que tomar una decisión antes de que sea muy tarde.
***
Termino de ponerme los tacones negros de tiras y aliso la tela de mi vestido negro. Trato una vez más de alcanzar el cierre y subirlo pero es inútil.
-¿Puedes subirlo por mi?
Entro al baño donde se encuentra Sebastien arreglando su corbata, me observa y se posa detrás de mi, siento sus dedos fríos rozar mi piel y eso provoca algo intenso dentro de mi. Cierro los ojos sintiendo su aliento cerca de mi cuello, termina de subir el cierre y se queda ahí por segundos antes de dejar un beso en mi hombro y terminar de arreglarse.
Ya es el segundo día en España, hoy nos reuniremos con su cliente. La tensión entre los dos es algo pesada pero hemos cruzado palabras y entablado conversaciones, cortas pero hemos hablado.
Lo sé, estoy arruinando el viaje.
Lo que menos quiero es amargarle el momento y hacerlo sentir mal porque no lo estoy disfrutando. Alejaré mis dudas para después pero ahora, es momento de disfrutar el viaje con el hombre ardiente.
Me acerco a él y lo abrazo desde atrás, dejó un beso en la parte trasera de su oreja, donde se encuentra ese tatuaje tan simbólico para él.
-¿Ni una pista de la sorpresa me darás?
Susurro, me mira a través del espejo y niega con la cabeza.
-Se le quitará la sorpresa si te lo digo.
-Es una roca dura Señor Abans- Sonrie ladino.
-Lo soy.
-¿Y tienes algo planeado para mañana?
De un momento a otro veo algo diferente en los ojos de Sebastien, se iluminaron. Sonrio.
-Lo dejo a tu criterio ¿Qué quieres hacer?
Me toma un minuto pensar y cuando lo tengo río bajito.
-De camino al apartamento vi un club a cuatro calles de aquí ¿Te parece si cenamos mañana en un restaurante de comida española y luego vamos hacia allá y divertirnos?
Enarca una ceja, se voltea entre mis brazos y coloca mi rostro entre sus manos.
-¿La chica anti-fiestas proponiéndole ir a un club nocturno?
-¡Oye! No soy anti-fiestas, solo no tengo con quien ir y no me digas que Keyra porque ella si es una anti-fiestas y anti-social.
-Claro y tu mejor opción soy yo, un hombre que le falta dos años para pisar los treinta y que en cualquier momento te dirá que no porque ya está viejo para eso.
Suelto una carcajada y enrollo mis brazos en su cuello, huele exquisito.
-No está viejo señor Abans, con treinta años o más podrá seguir disfrutando como un joven de veinte si sigue así de fuerte y sexy.
Acaba con el poco espacio y se adueña de mi boca en un beso profundo, atrevido y arrollador. Succiona mi labio inferior y profundiza más el beso, cuando me suelta dejo escapar un suspiro de mis labios y una sonrisa.
-Cuando lleguemos te daré lo que tanto de gusta, ese vestido te lo quiero arrancar.
Sus palabras provocan sensaciones electrizantes en mi cuerpo, no puedo esperar para llegar a casa.
Salimos del apartamento, entramos a la camioneta que Sebastien alquiló y nos sumergimos en el tráfico nocturno de Madrid.
-Mi cliente es originario de París pero lleva dos años viviendo en España, se dedica a una empresa de distribución de insumos para restaurantes, hoteles y cadenas de supermercados en Argentina, Chile, Brasil y Estados Unidos.
-¿Está interesado en todo el catálogo de vinos?
-No, solo dos de ellos. Gardenia es su favorito y ahora con mi próximo lanzamiento quiere adelantar su pedido del vino Déesse.
Déesse.
-¿Qué tiene de especial ese vino?
-El vino Déesse estará elaborado por una uva poco particular, su sabor es único y especial. Un vino especial debe llevar un nombre especial.
-Pocas veces me dices así ¿Influí en el nombre?
Para en una luz roja y voltea a verme, me regala una sonrisa ladina.
-Puede ser.
Mi corazón empieza a acelerarse con esa respuesta, sonrio en grande.
Cuando llegamos al restaurante, Sebastien habla en español con el mesero buscando la reservacion de la mesa. Nos guía hasta una esquina privada del lugar, ahí se encuentra una mesa con un hombre alto vestido con un traje color beige, sube la mirada y me quedo de piedra al reconocer ese rostro.
Los ojos avellanas del hombre se posan en mi, se sorprende de verme pero sabe ocultarlo. Su cabello está un poco más corto y sus facciones se endurecieron.
Pero sigue siendo él.
-Abans, es un gusto volver a verte- se levanta y estrecha la mano con Sebastien.
-Igual Jensen, te presento a Malika Villareal. Mi novia.
No me acostumbro que me presente con ese título cuando no somos nada.
Él me observa otra vez y me regala una sonrisa, lo va a decir, solo espero que Sebastien no se incomode.
-Ya la conozco Sebastien- Él mencionado me mira confundido- Malika fue mi novia hace tres años.
-¿Quién diría que tú serias el cliente de Sebastien? -Ríe y estrecho mi mano con la de él.
-Es bueno verte Malika.
-Lo mismo digo Carter Jensen.
Nos sentamos y el mesero nos da la carta, no paso por alto la mirada que me lanza Sebastien, se ve que está incómodo y confundido.
Carter fue mi primer novio y nunca fue un idiota, terminamos por la razón de que se iba del país y yo no soy mujer que busque una relación a distancia. Nos queríamos pero tanto él como yo sabíamos que no nos amábamos, quedamos como amigos pero le perdí el contacto.
Hasta hoy, tres años después sentado en una mesa conmigo y con el hombre que actualmente me encanta y que resultó ser su distribuidor de vinos.
Aveces me pregunto porqué no puedo tener reencuentros normales.