Axavel © [Versión Borrador]

By Ariana_Gtz

1.2M 90.7K 135K

Yo solo quería indagar un poco, saber más acerca del pueblo en donde ahora vivíamos, conocer algunos rincones... More

Aviso
Nota
3
4
5
1
6
7
8
2
9
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22

10

59.9K 3.7K 7.7K
By Ariana_Gtz

Seren. Ese chico de cabello castaño y ojos verdes... Ese único hombre que logró causarme el tan famoso efecto de mariposas en el estómago... Él. Simplemente él.

Hubo una etapa de mi vida ─que ahora me avergüenza contar─, en la que me perdí a mi misma. Me volví bastante reservada, odiaba tener contacto con las personas cuando antes, era social, alegre y feliz. Me volví tímida, y mis padres aseguraban que me había apagado. En ese tiempo lo conocí a él. Tan lindo, tan único, tan especial, tan maduro... Me enamoré, o eso creía, realmente nunca supe qué título ponerle a lo que sentía por él.

Coincidimos varías veces en un antro de la ciudad, bailabamos cada noche y me susurraba lo hermosa que me veía cada que se acercaba a mí. Mis amigas me hablaban de lo lindo que nos veíamos y de la pareja superior que seríamos juntos. Yo sabía que Seren era esa clase de chicos que solo te querían para una noche y, sin embargo, sus intenciones nunca paarecieron esas, al menos conmigo era diferente.

Nos volvimos cercanos, salimos de vez en cuando y... Pasó. Ni siquiera me di cuenta en qué momento comenzamos a tener una relación amo-sumisa. Él me seducía con su poder, con su superioridad y yo a él con mi humildad y servilismo. Fue así hasta después de un año, cuando comenzamos a tener relaciones sexuales. Es conocido que una relación amo-sumisa no se basa solamente en el sexo, es un estilo de vida. Eso era para nosotros.

Se volvió tan confidencial, tan solamente de nosotros, un secreto de los dos... Me gustaba. Con Seren perdí mi virginidad y no estoy arrepentida, con él nada era motivo de arrepentimiento. Pero con el tiempo aquella chispa se fue apagando y quedamos en un acuerdo de amigos. No más relación amorosa, no más relación seductora. No más fuego. Acepté, ambos lo hicimos con la simple regla de evitar sentirnos incómodos el uno con el otro porque, aunque me gustaría negarlo, el tiempo que tuvimos esa relación, formamos un lazo,  y, desde entonces, somos amigos, bastante cercanos, casi mejores.

Cuando me mudé al pueblo era de él quien esperaba ansiosamente un mensaje, una llamada, lo que sea. Pero el casi mes que llevo aquí no supe nada de él. Pero Seren... Seren estaba aquí. Frente a mí. Ahora. Sonriendo de esa manera que tanto me encantaba.

Parpadeé.

─¿Y? ¿No me abrazarás? ─Intentó acercarse.

─Woow, woow, woow, alto ahí. ¿Dónde demonios habías estado? ¿No viste mis mensajes? ¿Mis llamadas? Prometiste marcarme y no supe ni pío de tí durante todo este tiempo ¿Se puede saber por qué?

─Mi teléfono se echó a perder, lamento no haber contestado ─Alcé una ceja─ ¡Te lo juro, Ayleen!

─Te creo un carajo, Seren.

─Ya deja de hacer rabietas y abrázame ─Puso su mano detrás de mí espalda y me pegó a él, yo puse fuerza.

─¡No quiero, Seren!

─Shhh, cállate y abrázame.

─¡Que no!

─No sabes cuánto de extrañé, Bella.

Esa palabra fue suficiente para hacerme ceder. Mi apodo. Ese apodo que amaba escuchar de sus labios.

─Bien, me rindo ─Dejé caer mis brazos a los costados, él apretó su abrazo─ Mi papá te matara si te llega a ver aquí.

─Le agrado a tu papá.

─No es cierto.

─Si, ajá. ─Hace un movimiento con su pie y cierra la puerta detrás de él.

Viéndolo de frente se me hizo imposible no darme cuenta de los pequeños rasgos diferentes que portaba desde la última vez que lo había visto.

─¿Soy yo o te encogiste? ─alzó una de sus cejas.

─Tú estiraste, señor jirafa.

Seren sonrió con un deje de orgullo.

─Si, puede ser...

─¿Y... Comenzaste a hacer ejercicio? ─miré extrañamente sus brazos que se habían hecho más notorios bajo esa sudadera que tenía desde hace años.

─Siempre he estado así, Ayleen.

─Claro que no. Ni en tus jodidos sueños ─Sus cejas se juntaron en signo de molestia.

─¡Yah! Eres una maldita ─me pellizco el hombro y yo le di una patada en la pierna que lo hizo trastabillar.

─¡Siempre con tu brusquedad! ¡Siempre! ─No puedo evitar reír.

─Tú provocas que mi instinto asesino salga a la luz.

─Sé que provocó muchas otras cosas en tí ─puse en blanco los ojos.

Me mordí el labio pensativa.

─¿Cuándo llegaste?

─Hace una semana.

─¿¡Una sema...!?

─Tengo migraña, Ayleen.

─Entonces si eras tú...

─¿Qué?

─Te vi. Estaba saliendo de un restaurante y estabas en un callejón, tenías una campera negra. ¿Por qué no te acercaste a mí?

El día que fui con Deva a almorzar me pareció haberlo visto pero pensé que había sido una alucinación mía. No lo era.

Seren se separó de mi y me miró con el ceño fruncido.

─Era broma. Llegué hace dos días, Ayleen.

─¿Dos? ─le pregunté perpleja.

─Sí. No vine a visitarte antes porque no sabía la dirección de tu casa. Tuve que preguntarle a unas personas. Ya sabes lo que dicen «Preguntando se llega a la montaña», es un milagro que esté ahora mismo aquí, hablando contigo.

Me le quedé viendo. Mi vista se desenfocó de él y terminé detallando la puerta. Si no era Seren el chico al que había visto esa vez... Y si Seren no tenía una hermano gemelo del que nunca me habló o, en casos más extremos, una persona completamente parecida a él ¿Quién demonios era esa persona? Y peor aún, ¿Por qué carajos no dejaba de verme como si... Como si...?

Tragué. Yo, desde chica, tenía el sentido común de que todo existe y por ende hasta lo que no debería existir, para mí lo hacía, como los fantasmas o los aliens, los zombies y los vampiros, etc. Además le buscaba una explicación lógica y sabía que tenía que encontrarla porque yo soy así; curiosa, terca y necia hasta el culo. Y porque me gustaba creerme Sherlock Holmes. Así que cuando miré a mi amigo, cuando supe que había pasado minutos callada y que él podría estar pensando un millón de cosas, malinterpretando el asunto, le sonreí. Le dediqué mi mayor sonrisa.

─Me alegra verte, idiota.

Seren encogió sus ojos y me inspeccionó de pies a cabeza.

─¿A qué te referías cuando dijiste que me viste hace unos días cuando claro está que yo llegue hace menos de dos?

─A nada. ¿Tienes hambre? ─le di la espalda y caminé hacia la cocina. De reojo vi como Seren se quedaba parado unos segundos antes de alcanzarme.

─¿Te he mencionado ya lo pésima que eres para cambiar de tema?

─¿Te he dicho ya que no te metas en lo que no te incumbe?

─¿Te tengo que explicar con peras y manzanas que desde que me hayas visto en un lugar, en una fecha y en una hora donde no debería haber estado, ya me deja incluído?

─¿Te tengo que repetir que es mi asunto?

─Oh, eres malísima para seguirme la corriente.

─Oh, te dejaré castrado si no te callas.

─Tus amenazas no funcionan conmigo, bella.

─Me vale un carajo, Seren.

Odiaba eso de él. El tener que ponerme siempre a la defensiva porque era mucho mejor en discusiones que yo. Siempre lograba ganarme hasta en las discusiones sobre si tengo o no bragas de un color.

─Ayleen... ─me di la vuelta y lo miré.

─Seguro fue una alucinación, tal vez imaginé una cosa que no tenía nada que ver. Olvídalo.

─De acuerdo.

Abrí el refrigerador y busqué la comida que mamá me había dicho.

─El menú de hoy es hot dogs, ensalada de frutas y sándwiches. Elige ─miré los ingredientes de cada comida.

Seren se mordió el labio y me dió una mirada insegura que aseguraba que este tema no estaba del todo olvidado.

─¿Hay huevo?

─Claro.

─¿Tómate?

─Dos.

─¿Cebolla?

─Ajá.

─¿Frijol y tortillas?

─Para calentar.

─¿Podemos hacer huevo a la mexicana? ─me sonrió entusiasmado.

Un recuerdo de Seren y yo yendo a comer a ese restaurante mexicano que no era especialmente famoso en nuestra ciudad, me inundó. Y recordé lo tan enamorados que quedamos con su platillo principal.

─Es una gran idea.

─Pues eso está bien.

─Muy bien.

Saqué los huevos y Seren me ayudó a sacar los demás ingredientes.

─¿Dónde te estás quedando? ─sonreí mientras lo veía sacar un cuchillo y comenzar a cortar el tomate.

─En un departamento.

─¿Por dónde está?

─Cerca de una estación de policía.

─Ya veo ─agarré otro cuchillo y corté la cebolla que, a diferencia de Seren que lo hacía una agilidad impresionante, yo la mal corté y dividí─. ¿Cuánto tiempo te quedarás?

─Hasta el martes.

─¿Faltarás a la universidad? ─él asintió─ ¿Y qué opinan tus padres de eso?

─¿Recuerdas que te dije que mis padres me enviaron a Alemania para administrar la empresa por un mes? ─asentí─ Ellos creen que desafortunadamente me contagié de una enfermedad casi mortal y que estaré algunos días exiliado hasta que mejore.

─No imagino el drama que habrá hecho tu mamá.

─Oh, derrepente se supo todas las oraciones al padre nuestro ─solté una carcajada. La familia de Seren era todo un dilema.

─Me alegra que estés aquí.

─Me alegra que te alegre ─me miró con una sonrisita adornando sus lindos rasgos.

Cuando terminamos de cortar las verduras, prendí la estufa y las eché, después los huevos y condimenté con un poco de sal. Seren calentaba el frijol.

─¿Y qué tal tú? ¿Cómo te ha estado yendo por aquí?

─¿La verdad? La primera ves que vi la casa era un asco. Las paredes estaban manchadas de, siendo completamente sincera, lo que parecía ser vómito, los cuartos tenían una horrible suciedad y, para rematar, salía mugre por la regadera ─él hizo una mueca─ Ni te imaginas.

─Claro y la princesita no puedo soportar un poco de suciedad.

─Ni siquiera Tarzán podría haberlo soportado ─Escuché el agradable sonido de su risa.

─¿Y la escuela?

─La escuela está pasable. Tengo que caminar algunas cuadras para llegar y, aunque hay solo una en todo el pueblo, es bueno que no hayan tantos jóvenes ─Revolví la comida─ Algunos maestros son buena onda y otros... Otros no lo son para nada.

Seren asintió y el microondas hizo ese sonido peculiar que marcaba que la comida ya estaba lista, la sacó y la olió.

─¿Y por allá? ¿Cómo te fue en Alemania?

Él me contó algunas cosas sobre su viaje que necesitaba escuchar. Nos pusimos al día con otras cosas y tuvimos una entretenida plática dónde juzgamos a todo el mundo. Asenté la comida y nos dispusimos a comer sin perder el flujo de la plática. Extrañaba estos momentos con él. Solos. Nosotros dos. Nadie más.

Me descubrí a mi misma riendo en varias ocasiones.

─¿Dónde están tus padres?

─Salieron por un viaje de negocios.

─¿Lograron conseguir un empleo?

─En eso están.

─Eso suena increíble, ¿Cómo lo consiguieron?

─Pues yo...

Y justo en el instante en que iba a hablar caí en cuenta de tres cosas, la primera: Mi corazón había dejado de latir; la segunda: Me había olvidado por completo mi objetivo de hoy.

La tercera: Era una completa estúpida.

Me sentí repentinamente mareada y me pare casi a tropezones para buscar mi celular entre el desastre de la cocina. Lo encontré y encendí la pantalla. Solté una maldición.

─¿Qué pasa?

─¡Mierda! ─grité con enojo.

─¿Qué pasa, Ayleen?

Estaba demasiado ocupada en mis propios pensamientos como para pensar en responderle. Ya era tarde. Demasiado tarde, a decir verdad. Quería matarme. Quería asesinar a Seren por ser tan inoportuno y quería colgarme de una soga por ser tan torpe y olvidadiza. Pero no me frené. Mi cerebro comenzó a maquinar un nuevo plan. Me dije a mi misma que todavía tenía tiempo para llegar, para descubrir algo, por más mínimo que sea.

Miré a Seren. Sus ojos estaban demasiado fijos en mí.

─¿Trajiste tu auto?

─Sí.

─¿Dónde están las llaves?

─Las tengo en mi mochila pero ¿por qué...? ─me apresuré a ir por su mochila y al abrir el primer cierre las encontré y las tomé firmemente─ ¿Ayleen, qué demonios piensas hacer con...? ─se paró lentamente.

─Escucha, tengo algo muy importante que hacer, no puedo llevarte conmigo, no tardaré, te lo juro.

─Ni se te ocurra...

─¡Te amo, gracias por el carro! ─grité mientras corría hacia la puerta, la cerraba de golpe y le pasaba llave.

─¡Ayleen, abre la maldita puerta!

─¡No tardaré!

─¡No! ─escuché como se aporreaba contra la puerta en un débil intento por volver a abrirla─ ¡Maldita vieja loca!

Era increíble lo fácil que podía acabar con la paciencia de los chicos.

Estaciono el carro en un lugar no tan cerca de la cafetería y me cerciono de que no haya nadie a los alrrededores antes de bajarme de él. Me colocó la capucha y comienzo a caminar con la mirada baja hacia el pequeño callejón detrás de Joup's. Escucho la dichosa campanita indicando que alguien entra y doy a probar mi buena suerte cuando descubro a Key coqueteando con la cajera. No pude resistir blanquear los ojos. Key siendo Key.

Me apoyé en la pared y busqué alguna pista de los demás chicos. Nada. Ni Axavel ni el demás grupo de patanes.

«Terminarás muerta si sigues con este estúpido plan, idiota.» Me regañó mi subconsciente. Lo ignoré.

Me pregunté si los gritos de Seren habían alarmado a la señora Darby, pero fui fiel creyente de que esa señora tenía un sueño tan pesado que ni siquiera un terremoto categoría diez lograría despertarla.

Esa vocecilla en mi interior volvió a regañarme y esta vez no pasé por alto la mala sensación que se plantó en la boca de mi estómago. Esa sensación que me decía que algo malo iba a suceder y que, por andar de zorra metiche, terminaría igual o peor que Brisa.

Oh, esa pobre chica a la que esos malditos idiotas habían comido sin pudor alguno. Todavía tenía secuelas de esa noche y evitaba pensar en los sueños dónde era perseguida por un lobo hambriento que después se convertía en un sexy chico de cabellera negra.

Me froté la sien con mis dedos y por un micro segundo cerré los ojos respirando la paz y tranquilidad de la noche. Ya pasaban de las once de la noche y eso quería decir que el toque de queda ya había comenzado por lo tanto, la gente en el pueblo estaba oculta en sus casas y de nuevo, la vaga pregunta de ¿por qué había un toque de queda? Me carcomió.

Mi tranquilidad se fue a la mera mierda cuando escuché la risita de Key y sus pasos muy muy cerca.

Me puse en alerta y moví un poco mis brazos para calentar antes de la tremenda estúpides que estaba apunto de hacer.

Key giró hacía el callejón donde estaba y antes de pensarlo bien, me arremete contra él. No sé cómo, y por un momento quedé tan atónita como él, pero logré mantenerlo pegado a la pared y escuché el sonido hueco que hizo la bolsa cuando cayó de su mano.

─¿Qué demonios...?

─Será mejor que guardes silencio ─hice mi voz lo más gruesa que pude y bajé la cabeza para que no me reconociera─ Quiero que me digas todo lo que sabes del asesinato de Brisa Chelsevy.

Me había tomado el tiempo de averiguar el apellido de Brisa.

No, en realidad Deva lo había soltado en un descuido mientras hablábamos.

Key hizo un gesto de confusión.

¿Ayleen? ─bajó la cabeza para mirar debajo de mí capucha y yo entré en pánico pero decidí que lo mejor era seguir en mi papel.

─¡Habla! ─lo sarandeé un poco.

Sí, era lo más estúpido que había hecho jamás pero fue lo único que se me ocurrió mientras conducía hacia acá y me di cuenta tarde que había confiado demasiado en las clases de teatro a las que me había llevado mi madre y subestimé lo fácil que era engañar a alguien como Key.

Escuché su carcajada. Alcé la cabeza y lo vi retorciéndose como gusano intentado respirar.

─¿De qué te ríes? ─Me ignoró─ ¿Qué es lo que te causa tanta gracia, soquete?

─De lo idiota que estás ─lo solté y Key se arrastró hasta el piso partiendose de risa─ Es que... ¿Cómo se te ocurre? ─suelta una gran risotada─ Dios, hoy si que me hiciste el día, preciosa.

Derrepente me siento indignada y furiosa.

─Eres un imbécil ─le solté con desdén.

─Y tú una ridícula ─acotó mientras se limpiaba las lágrimas. Key se paró aún con restos de su risa, se acomodó el saco y quitó algunas manchas de suciedad─ Hola, preciosa.

Me crucé de brazos sintiendo una ola arrasadora de furia en mi interior.

─¿A qué se debe el gran honor de tu presencia? ─lo dijo con tal sonrisa encantadora en su rostro que me dieron ganas de borrarla con un golpe.

─Quiero respuestas.

─Oh, ya veo... Admito que por un momento pensé que estabas más tirada por Axavel pero si insistes... ─Hice una mueca de horror cuando lo vi dar un paso hacia mí. Cerró los ojos y se relamió los labios.

Me alejé, casi corrí hacia la otra pared del callejón. Key abrió los ojos y alzó una ceja al no sentir mis labios. Me sentí aún más enfurecida por su falta de seriedad.

─¡No! ─le grité─ No quiero un estúpido beso tuyo.

─Es una lastima. Tú te lo pierdes, preciosa.

Hago de todo mi autocontrol para no plantarle mi puño en su bella cara. Respiro profundamente y lo miro mostrando toda la seriedad que se me permitía.

─Quiero repuestas sobre el asesinato de Brisa ─Key soltó una carcajada.

─Y yo necesito urgentemente una follada ─agarro la bolsa del piso y la examinó─ Oh, genial, se derramó mi chocolate y la dona se embarró en la bolsa ─dijo en forma de reproché y después me dedicó una mirada que podría haber congelado el Desierto del Sahara─ Podría estrangularte ahora mismo ¿sabías?

─Estoy hablando en serio.

─Somos dos.

─Quiero respuestas y tú me las dirás.

─No lo creo ─me dió una mirada y comenzó a caminar pero en movimiento rápido me pasé frente a él y le arrebaté la bolsa de comida─ ¡Hey!

─Si tú me dices las respuestas te ahorrarás el gran festín que ese perro tendrá con tu comida ─Key dirigió su mirada hacia el pequeño perro negro que caminaba débilmente hacia el callejón.

─No te atreverías...

─Pruébame ─alcé mi cara para mirarlo directamente y así demostrar que no le tenía ni una pizca de miedo.

─Ayleen...

─Escucha, he tenido una serie de conflictos conmigo misma, conflictos que suceden gracias a ustedes y a lo perturbada que me dejaron. Sé que todo tiene que ver contigo y tu grupito de amigos; desde el asesinato de Brisa hasta la simulación de el suicidio de la señora Dawson y creo que sí no son tan idiotas como para dejarme viva después de haber descubierto toda su mierda, por lo menos, me merezco saber la verdad. De lo contrario, como ya le mencioné a Axavel, me tocará ir con el sheriff y no dudes de que le contaré hasta el más mínimo detalle ─zanjé con determinación.

Por supuesto, él volvió a reír.

─Hoy estás haciendo maravillas con mi humor, preciosa.

─¡Estoy hablando en serio!

─Ya. Muy bien. Y según tu lógica, es perfectamente seguro venir, hablar con el claramente asesino y pedir una explicación. Vaya, que buena eres razonando. Te informo, belleza, que en un parpadear puedo hacerte trizas y disfrutar del exquisito manjar que eres.

─Pues...

─Además, preciosa, se te olvida que por culpa de que tú maldita boca se abriera, Axavel casi me mata.

─¿De qué hablas? ─alcé una de mis cejas.

─Te refresco la memoria, cielo. Te di la dirección de mi queridísimo amigo y cuando él te preguntó quién había sido no lo pensaste dos veces al delatarme ─su voz con un leve toque receloso.

─Estamos a mano ─me crucé de brazos─ Tú también me delataste con él.

─Eso fue antes de que llegáramos a un trato amistoso.

─No tenemos ningún trato amistoso. Antes muerta que ser amiga de alguno de ustedes.

Key hizo un gesto de indignación.

─Pues bien, suerte encontrando las respuestas, preciosa ─Se dió media vuelta dispuesto a irse con las manos en los bolsillos de su pantalón─. Ah, y dale a ese perrito mi comida, él lo necesita más que yo.

Solté un grito de frustración cuando lo ví desaparecer de mi campo de vista doblando fuera del callejón.

¡Ese maldito hijo de...!

A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente que ha terminado siendo la mismísima mierda conmigo, actuando como una mejor amiga, un buen compañero o una buena persona, realmente nadie puede llegar a ser tan bueno. Todos tenemos oscuridad dentro de nosotros. Hasta la persona más fiel a Dios ha probado de la fruta prohibida y se ha deleitado con el fabuloso pecado.

Hasta el ser más noble y cariñoso puede poseer una pizca de maldad. Yo no era la excepción. Sin embargo, pese a que actuaba por mis impulsos, nunca había sido malvada con las personas a mi alrededor, pensaba con la cabeza y siempre hacia de todo mi esfuerzo para evitar agredir a una persona. Trataba de ser lo más educada posible aún si el idiota más grande del mundo estaba frente a mí pidiendo a gritos que le besara los pies.

Trataba.

Todo lo contrario a mi querido amigo que no se esforzaba por ocultar su mal humor y su odio profundo hacia mí con cada respiración entre cortada que daba, incluso con sus simples parpadeos demostraba que me odiaba hasta el culo.

Solté un suspiro cuando llegué a mi paciencia máxima.

─¿Quieres dejar de mirarme de esa manera? ¿Puedes? Siento que me estás maldiciendo una y mil veces.

─No estás muy lejos de la realidad ─soltó con ese tono agrio con el que se había dirigido hacia mí desde que le abrí la puerta de la casa.

─¡Ya! Te dije que era muy importante.

─Me vale un carajo si lo era o no ¡Me encerraste en esa puta casa maldita! ─se exasperó y no pasé por alto las miradas curiosas que la gente en la cafetería nos estaba dando.

─No podías ir conmigo, era un problema mío.

─Si ¿no? Igual que aquella alucinación donde curiosamente aparecía.

─Oh Dios, ya hablamos de eso, fue producto de mi cansancio.

─¿Cuántas veces tengo que decirte que eres una pésima mentirosa?

Dejé caer mis brazos a los costados de mi cuerpo y lo miré rodando exageradamente mis ojos.

─¿Puedes solamente olvidarlo?

─No.

─¿Por qué?

─¡Porque huiste en mi estúpido auto y aún ni te has dignado a decirme porqué!

─¡Porque tenía que resolver unos asuntos, Seren!

─¿Y qué tan peligrosos son que ni siquiera puedes explicarme? ─me quedé callada─. ¿Acaso incluye a algún muerto? ─lo miré sorprendida pero después distinguí el sucio sabor del sarcasmo.

«Sí, de hecho, más de uno.» Quise responderle pero me contuve.

─No, por supuesto que no.

─¿Entonces?

─Es problema mío ¿de acuerdo? No tienes porqué preocuparte, estoy bien, estoy sana y salva igual que tu auto.

─No me importa mi auto ni tampoco tu salud y bienestar ─abrí la boca completamente ofendida por su comentario─ Bueno, tú tal vez sí. Pero me molesta que me estés ocultándome cosas.

─No te estoy ocultando nada ─utilicé el mayor tono de indignación para que me creyera.

─¿Sabes cómo sé que me mientes? ─no me dejó contestar─ Porque siempre que estás nerviosa juegas con ese piercing tuyo y tú nerviosismo deja en claro tu mentira.

Oh, me sentí totalmente expuesta ante él.

─Eso no es cierto.

─Si lo es.

─No, no e...

─¿Sabes qué? Me da muy igual. Tarde o temprano terminarás contándome porque no soportas el peso de ocultar algo, te conozco lo suficiente para saberlo.

«Subestimas mis capacidades para guardar cosas.» Quise responderle pero me controlé.

─Bien. Excepto que no te estoy ocultando nada.

─Si, sí, lo que digas, Bella.

Hice un mohin y tomé de mala gana mi malteada mientras lo veía a él comer un trozo de su pay. Me envolví en la mirada tal dulce que me dedicó por un micro segundo antes de volver a su fría expresión, sabía que estaba divertido, sabía que él jamás podría estar molesto conmigo y en un leve momento me sentí como en los viejos tiempos, cuando él y yo salíamos a comer o al cine y nos divertíamos tanto que al siguiente día no recordabamos nada.

Tengo ganas de emborracharme hasta la médula, Ayleen, ¿Sabes de un bar cerca de aquí?

─Dudo que hayan lugares así en el pueblo.

─¿Por qué lo dices?

─Hay un toque de queda que comienza a las diez de la noche. Nadie puede salir después de esa hora.

─¿Toque de queda? ─su ceño se arrugó─ ¿Por qué?

También me gustaría saber. Me encogí de hombros y su expresión fue de total confusión.

─Nadie sabe, el alcalde no dió explicación. Las cosas ya estaban así desde antes que llegara.

Seren iba a decir algo más pero el ruido de la campanita sonó y su mirada se perdió en la entrada cuando pasaron unas personas.

Al parecer mi cuerpo ya estaba acostumbrado a la monótona sensación de la presencia de aquel sujeto terrorífico que llenaba mis pesadillas.

No fue necesario voltear mi cara para adivinar de quién se trataba. El silencio de la cafetería fue suficiente para hacerme saber que era Axavel, Key y su grupo de perras quienes, por alguna estúpida situación social, parecían ser el centro de atención incluso fuera de la escuela. Murmullos de los adultos y risitas por parte de las jovencitas hormonales.

Por supuesto, la peculiar situación llamó la atención de mi compañero quien cerró uno de sus ojos para averiguar qué sé yo.

─¿Qué pasa? ─no me resistí al pregúntarle cuando lo vi inmerso en los chicos.

─Nada, nada, es solo que me pareció ver algún rostro familiar en esos chicos ─se encogió de hombros y alcé una de mis cejas─ No importa ¿En qué estábamos? Ah sí, ¿Podemos salir a embriagarnos hasta el culo? ¿Si? ─me miró suplicante. Con esos ojitos verdes brillando.

─Como ya te dije, hay toque de queda y por lo tanto dudo que haya antros por aquí.

─Bueno, no pierdes nada con averiguar.

─No soy especialmente cercana a nadie, Seren.

─¿No hablas con nadie en la escuela?

Rápidamente recordé a Deva.

─Hay una chica...

─Genial, pregúntale a ella.

Puse los ojos en blanco y sentí un cosquilleo en la nuca, esa sensación que te aseguraba que alguien estaba mirándote. Me di la vuelta y me sorprendió descubrir los ojos negros de Axavel mirándome con tanta intensidad. Tenía una mueca de seriedad y a lado de él, un Key sonriente hablando de algo. Era increíble lo diferentes que eran.

Entonces Axavel le hecha una leve mirada a mi acompañante y aquello me hace confundir, pues él solamente ladea su cabeza y sonríe. Aquella sonrisa que ponía todas mis alarmas activas y que indicaba peligro.

Trago en seco y pienso que lo mejor es ignorarlo. Miro de nuevo a Seren y él está distraído en algo. Saco mi teléfono y veo un mensaje de Deva.

«¡Hola cara de bola! ¿Ya despertaste?, ¿Dónde andas?»

«Vine a Joup's con un amigo»

«Genial, ¿Puedo unirme?» Miré a Seren y enarqué una ceja al verlo terriblemente concentrado.

«Claro, aquí nos vemos» Acompaño mi mensaje con un emoji que deja en claro mi satisfacción ante su presencia.

«Llego en diez minutos» Bloqueo mi pantalla y apago mi telefono.

─¿En qué piensas tanto?

─En nada, es solo que... ─se queda callado mirando hacia el grupo de chicos.

─¿Solo que...?

─Me parece que conozco a uno de ellos.

─¿A quién?

─Al pelinegro que no deja de mirar hacia acá.

¿A Axavel?

─Eso es imposible.

─Sí tienes razón, quizás estoy confundido... ─pero derrepente abre los ojos y me mira como si lo hubiera recordado─ ¡Ya sé!

─¿Qué cosa?

─Ese chico es quien me ayudó a encontrar tu casa.

─¿Qué? ─casi grité.

Esto. Debe. Ser Una. Maldita. Broma.

●●●

¡Hola! ¿Me extrañaron?

Un capítulo un poco más largo para que no me extrañen hasta la próxima actualización.

Meme del capítulo:


¡Y les traigo la nueva noticia de que Key se une a Axavel y Ayleen con una cuenta de Instagram!

Pueden encontrarlo así: key.valerdi

¡Siganlo y denle mucho amor a sus publicaciones!

También les aviso que yo me abrí una cuenta de Instagram para mis libros ¡Vayan a seguirme! Comparto muchas cosas por ahí y les aviso cuándo se subirán los capítulos nuevos además de otras cositas interesantes.

¡Recuerden etiquetarme si suben algo a sus historias! Me encanta ver sus reacciones y compartirlas en mi perfil, arianaagutierrez_ Así me pueden encontrar en ig (link en la descripción de mi perfil, al igual que las de los demás personajes).

Con muchísimo amor,

Ariana Gutiérrez.

Continue Reading

You'll Also Like

1.6K 140 9
advertencia⚠️ 1.-tendra abuso. 2.-tendra sangre. 3.-tendra sexos 4.-tendra porn- . 5.-tendra pelea. bueno comenzamos. esto fue obra por Tik tok que m...
Mis Dos Soles By 狂気の神

Mystery / Thriller

107K 8K 50
Puede que su hermana haya recibido el Kyuubi, pero armado con la mayor obra maestra de sellado de Namikaze Minato, Uzumaki Naruto se abrirá camino a...
70.9M 6.9M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...
4.8M 540K 57
↬Cuando te vi, una parte de mi dijo: "Es hermosa" y la otra se imaginó cómo te verías amarrada a una silla con los ojos y la boca vendados, luchando...