Si supieras...
Mi corazón va a salir saltando de mi pecho.
No puedo creer que me quieras.
Me pellizco el brazo varias veces para comprobar que no estoy soñando.
Te ríes de mi.
_No hagas eso_ dices evitando que vuelva a pellizcarme.
_ Necesito saber si es verdad.
_ ¡Claro que es verdad!_ dices con una amplia sonrisa.
_ Es que... todavía no lo creo... ¿Seguro que me quieres?
_ Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero...
_ Bien, ya entendí_ respondo riendo.
Me abrazas con fuerza y besas mi cabello.
Se siente tan bien.
Quiero quedarme así para toda la vida: En tus brazos y escuchándote decir que me quieres.
Pero debo regresar a mi casa.
Ya es tarde.
¿Y ahora que?
¿Qué va a pasar con nosotros?
¿Cómo nos vamos a presentar ante las demás personas?
¿Quieres algo serio conmigo o vamos a mantenerlo en secreto?
_ Tengo que irme—susurro.
_ ¡No quiero!_ dices a mi oído a modo de protesta, ajustas el agarre de tus brazos al rededor de mi cuerpo.
_ Mi mamá debe estar preocupada, ya es tarde.
Luego de unos segundos, me sueltas despacio y te quedas mirándome directamente a los ojos.
_ ¿Qué piensas? Tienes esa arruga en la frente... ¿Pasa algo malo?
¡No puedo creer como me conoces! Ni siquiera puedo ocultarte mis temores.
Bajo la mirada avergonzada de sentirme descubierta en mis miedos y dudas.
_ ¿No confías es mi?_ dices con voz grave y firme.
_ Claro que sí...
_ ¿Qué estás pensando?
Dudo unos segundo en responder.
_ ¿y ahora... ?_ digo confesando mi temor.
_ ¿Y ahora que?
Suelto un suspiro de resignación ante tu falta de respuesta.
Siento que estás jugando conmigo.
Si supieras que de verdad me preocupa que va pasar de ahora en adelante.