Convertida en Gray
El día de la boda había llegado, Abbey tenía claro que no quería casarse, no con Michael.
Entró en la habitación de John, nerviosa casi no podía respirar.
John — Tranquila, tranquila.
Abbey abrazo a John y esta parecía no estar tan nerviosa, agobiada por lo que quiera su familia y no ella.
Abbey — John... no me quiero casar con Michael. — dijo apunto de derribar lágrimas.
John — Yo quiero que te cases pero... conmigo. Te amo Abbey Sallow y no soporto verte cerca de Michael, pero nuestra familia quiere eso.
Abbey — ¿Y no importa lo que queramos nosotros? — John agarraba firme la cintura de Abbey y tras apretar un poco más esta se quejó.
John — ¿Que pasa Abbey? — este miró la cintura de ella. — Enséñame...
Tras Abbey levantar su camisa, John pudo ver los Moratinos que esta tenía.
John bajo furioso al salón toda la familia estaba hay pero le daba igual, no permitiría que volviese a tocar al amor de su vida.
Abbey — John, no por favor— suplico.
Polly — ¿Que pasa?
John — No la volverás a tocar maldito desgraciado — dicho eso John dio un golpe a Michael y mientras John lo golpeaba sus hermanos más los hermanos de Abbey, lo separaron.
Thomas — ¡John basta!
John — Estas avisado Michael Gray como la vuelvas a tocar un maldito pelo, ¡TE MATO!
Albert — ¿Que está pasando? — John miró Abbey la cual negaba con la cabeza.
Ella no quería que su familia estuviera en guerra con los Shelby por eso nunca hablo con sus padres del problema con Michael.
Amelia — ¿Hija, ocurre algo? — dijo mientras acariciaba el brazo de Abbey.
Gordon — Abbey que mierda ocurre aquí. — dijo alterado.
Abbey — No es nada. No ocurre nada, no se por que John se puso así. Se acercó hacia John el cual estaba en una esquina solo y todos los de el lugar los miraban. — John no lo pongas más difícil por favor.
John — Abbey te amo y no quiero ver como ese maldito té hace daño. Quiero lo mejor para ti, Abbey por favor no dejes que ese hijo de puta té vuelva hacer daño.
Abbey se fue hacia ellas escalera y en mitad de ellas se paró.
Abbey — ¡La boda sigue en pie, ha si que todo el mundo elegante! — se dirigió hacia su habitación.
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Entró Ada ayudándola con el vestido.
Ada — Estas hermosa, Abby — la nombrada sonrió ante el comentario de Ada.
Abbey — Ada, no quiero casarme con Michael, estoy enamorada de John.
Ada — ¿Que?
Abbey — Lo tenía que decir no podía callarlo más tenía que contárselo a alguien más.
Ada — Está bien, no pasa nada — dijo abrazándola.
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Todo el mundo estaba sentado y la persona oficial en empezar la ceremonia ya estaba empezando.
En el turno de Abbey al decir "si quiero" lo pensó. Pensó en su familia, pensó en Michael pero lo que más pensó fue en John.
Se escucharon disiparon y todos se agacharon John corrió hacia Abbey protegiéndola con su cuerpo.
Al terminar de escuchar los disparos Gordon corrió hacia Abbey.
John — ¿Estas bien? — pregunto mientras sostenía la cara de Abbey.
Abbey solamente asintió. Gordon se paro al lado de Abbey y John.
Gordon — Ese hijo de perra se escondió y dejó que casi te dispararan — dijo y se acercó a Michael el cual estaba escondido.
Gordon agarró del cuello de la camisa a Michael mientras lo golpeaba los demás lo apartaron.
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Todos se fueron a casa y la boda fue aplazada para más adelante.
John estaba furioso y decaído, el amor de su vida no se casó ese día, pero sabía que el día en que s casara con Michael llegaría.
Abbey se acercó a John y este se hizo a un lado para que ella se sentara.
Abbey — John...
John — Tranquila se que es por la familia, se que no lo amabas y que vivirás engañada el resto de tu vida.
Abbey miraba a John pero este no hacía lo mismo.
Abbey — ... John tú sabes que no quiero esto, sabes que te amo, joder John que más quieres.
John — podías decir que ¡No! Maldita sea... podías. — esta vez John la miró con tristeza en los ojos.
Abbey abrazo a John y este hizo lo mismo, todos bailaban felices pero las personas que verdaderamente se amaban no estaban felices.
John — lo siento, joder, lo siento no tenía por qué haberte hablado así.
Abbey — No pasa nada, tranquilo.
Los dos se miraron hasta que Abbey decidió hablar.
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Michael se durmió al igual que todos en la casa, pero Tommy no dormía.
John y Abbey se encontraban en el dormitorio de el.
Los dos estaban sentados en el borde de la cama, y se miraban.
Abbey — Te amo John Shelby.
John no pudo resistir ante el comentario de Abbey y la beso, esta siguió el beso.
+18
Una mano se apoyó contra la cama, la otra se deslizó entre ellos. Sus largos dedos rozaron su estómago, atrapando los trozos de encaje de su lencería. Abbey lo miró, estudiando su rostro una vez que estuvo más cerca. Un pequeño corte en una cicatriz marcaba su mejilla tras la pelea con Michael. Sus ojos eran, aún más, alarmantes cuanto más cerca estaba. Pero su toque fue sorprendentemente suave al principio.
el dedo de John rozar su entrepierna. Sacada de sus pensamientos sobresaltada, dejó escapar un gemido entrecortado y dejó que sus ojos se cerraran. No era ajeno al cuerpo de una mujer que estaba claro justo después de medio segundo de él tocándola. La tenía sin aliento incluso antes de ingresar en ella. Cuando lo hizo, Abbey tuvo que ponerse a tierra antes de embriagarse demasiado con él. Sus brazos rodearon su cuello, sus dedos se aferraron a su cabello para agarrarse. Él gruñó suavemente cuando ella entrelazó los dedos en sus mechones oscuros. Su cabeza se inclinó hacia abajo mientras sus caderas se movían hacia adelante. Se movió con ferocidad, persiguiendo algo más allá de la liberación. Había algo que necesitaba, y era algo que ella le podía dar. Sin embargo, siguió adelante. Abbey se estaba deshaciendo de la costura. Su vigor estaba alejando los pensamientos que antes habían nublado su cerebro. La llevó a un lugar que había extrañado durante mucho tiempo. Una conexión eléctrica y primaria.
Abbey —John...
Exhaló. Y cuando abrió los ojos, John también sintió la chispa. Su dolor. Su ansiedad. Su ira. Estaba entumecido. Solo podía sentir su cuerpo y el calor de su figura. Abrumado con la sensación, sus embestidas tartamudearon y la miró fijamente. La incredulidad y la lujuria hicieron volar sus pupilas, diluyendo el azul helado. Leah dejó que la mano de John se deslizara hasta su mejilla. Sus labios se separaron como si quisiera decir algo pero había perdido toda la capacidad de hablar. Para resolver el problema, se agachó y la besó. Apretó con tanta fuerza que sus labios seguramente se harían uno. Agradecida y embriagada por el sentimiento, ella le devolvió el beso. Nada en ese momento podría separarlos. John solo soltó sus labios para escucharla mientras llegaba al clímax. Escucharla jadear su nombre lo empujó al límite. Gimió y dejó que la sensación lo invadiera como un cóctel mortal de drogas y alcohol. Se sentía vivo pero curado de todos los dolores y dolores que tenía en los huesos. Se estremeció y dejó escapar un pitido en los oídos. Volvió la conciencia de la habitación. Abbey se aferraba a él, todavía cabalgando sobre las olas de una liberación que aún no había encontrado en años. John la dejó abrazarlo hasta que sus brazos se relajaron y su cuerpo se soltó. Sus ojos color esmeralda se encontraron con su rostro, pero ambos estaban demasiado aturdidos para hablar. Finalmente, John se sentó y alcanzó un cigarrillo. Ninguno de los dos esperaba encontrar una emoción tan fuerte en esa habitación. Fue aterrador para ambos y no sabían qué hacer con eso.
John se volvió a echar en la cama y mientras Abbey lo abrazaba se durmieron.