/// Adán ///
Había llegado tarde a la fiesta, me extraño ver a todos callados, recogiendo información me contaron lo del asalto.
Las cosas no fueron bonitas, el primer sujeto que había llegado interrumpiendo la fiesta, se había impacientado buscando a ¡¿Elizabeth?!
Lo bueno era que se había desesperado, no la había encontrado, debió salir del instituto, pero ¿a dónde? Y ¿para qué la buscaba ese sujeto? La cosa es que había dado una señal, y con esta aparecieron mucho hombres armados, apuntando a los presente. No se llevaron a nadie, pero si algunos alumnos terminaron golpeados, con moratones y hematomas, pero eso era mejor que un balazo, o la muerte.
Me tranquilizaba que no unieran capturado a Elizabeth, pero entonces ¿dónde se encontraba?
///Javier///
Verla irse, y no poder detenerla fue muy difícil, ganas me sobraban para sujetarla y pedirle que no se fuera, pero sabía que correría mucho peligro si se quedaba.
‒ Hiciste lo correcto ‒escucho una vos más que familiar, me giro y no me sorprender ver a la persona parada en frente de mí.
‒ ¿Qué paso con ellos? ‒tenía que asegurarme.
‒ No la molestaran más.
Eso me reconforta, que ella estará bien y fuera del peligro, pero mi atención se desvío a una mancha roja.
‒ Estás herido.
*Meses después*
///Samanta///
Recuerdo la fiesta de la piscina, hicimos una pirámide en el agua. Las reuniones sin razón solo para vernos y comernos el mundo entre juegos. Cada recuerdo me dolía más, recuerdos que vienen a mi mente viendo las fotos de un álbum que acordamos llenarlo con una foto cada cumpleaños de cada una, y otro cada año nuevo.
Esta noche no estaremos juntas, Rose también debe estar destrozada, a Elizabeth desde ese día la desgracias la persiguieron hasta su muerte.
‒ Nunca encontraron el cuerpo ¿Verdad?
‒ No ‒me responde una vos muy quebrada, levanto la mirada y veo a mi amigo con la cabeza cabizbaja, frotando con sus pulgares un medallón en sus manos. Según lo que recuerdo él y Elizabeth se los habían comprado idénticos, un día cuando iban de paseo‒ el cuerpo se quemó por completo, según la policía, las partes quedaron irreconocibles excepto por el medallón ‒aprieta con más fuera el medallón en sus manos.
Bajo de nuevo el rostro, mirando por última vez las fotos y miro el reloj ya es hora de bajar a reunirnos con Rose y el comisario.
Me levando colocando el álbum en la cómoda, y me dirijo a la puerta seguida por los ojos azules de Colín, bajando las escaleras vimos al comisario al lado de Rose que sostiene... Trague hondo al ver la pequeña caja blanca con detalles dorados, y recordar que ahí van los restos de las cenizas que lograron recolectar de mi amiga.
Todos salinos de la casa y nos subimos cada uno en un auto diferente, excepto Rose que se iría conmigo. En el camino pasamos al frente de lugares que me revolvieron los recuerdos, el restaurant de asados, la tienda de helados, el parte ambiental y el de atracciones, todos ellos habían sido testigos de bellos momentos, que ahora quedarían como recuerdos.
Ese día estábamos rodeados de tantas tumbas, que no asimilaba todavía el por qué estaba ahí.
///Rose///
Sostenía con fuerza lo que fueran las cenizas de una amiga, este tipo de cosas no se superan tan fácilmente, llegamos al cementerio y vimos todos, la tumba de ella. Que más bien era una pequeña construcción que asimilaba a una mini capilla, echa de mármol y con vidrios en la puesta y en los costados para que entre la luz y se pueda ver la pequeña caja blanca.
Las lágrimas amenazaban con salir otra vez, ya que llore bastante mucho antes de venir, y ni mencionar cuando me entere, quería desmallarme y fue tan sorpresivo que mi primera reacción fue reír pensando que era una broma mucho que muy pesada y de muy mal gusto.
Pero no fue así, mi amiga había muerto, y hablo por todos los presentes cuando digo que estamos destrozados.
Las personas empezaron a llegar, pude ver llegar a Javier acompañado de... ¿Quién es ese? Era un alpino que jamás había visto, seguro era otro amigo de Elizabeth como Javier.
Al llegar el cura empezamos las oraciones, al terminar el comisario me pide la pequeña caja la cual dudo en dársela, mis manos no responden cuando intento soltarla, pero al fin lo hago y él con sumo cuidado la coloca en el interior de la pequeña capilla.
///Adán///
Después de pensar que se había salvado del asalto a la fiesta, me entero de esto, tarde varias horas en salir del shop en el que me dejo la noticia, la había perdido y aun no le había mostrado la mitad de los lugares más bonitos de la ciudad, mostrarle mis cosas favoritas aparte del trabajo de mi padre.
Quería haber podido tener tantos momentos con ella, no sé cómo lo hizo pero se ganó mi cariño sin el menor esfuerzo, cuando la conocí la vi tan vulnerable, quería protegerla, cuidarla, y apoyarla en ese momento que yo ya conocía. Entre todos los rostros allí presentes me fije en las amigas, que tenían los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, y también a los que consideraba mis rivales por su afecto, que ahora solo son desconocidos con una perdida en común.
///Colín///
Ya era bastante doloroso que la alejaran de mi lado, quiera hablarle de tantas cosas y saber qué opinaba, de mi acto repentino la penúltima vez que nos vimos, producto de la desesperación de que se fuera, y de no poder cuidarla, desesperación la cual fue creciendo junto con las dudas al pasar el tiempo.
El día de la feria, cayó la gota que colmó el vaso, al saber que tenía por decirlo de alguna manera más personas que trataban de acercársele, y ahora que los veo pienso en que la actitud que tome fue inmadura, al final no era lo que yo quisiera si no lo que ella eligiera.
Era uno de esos casos, donde no se necesitaba un héroe sino un amigo, que estuviera ahí para ella, quizás suene muy cliché pero los que saben de lo que hablo sabrán que tiene un significado más profundo si lo detallas.
///Javier///
No era fácil mantener una fachada creíble antes los demás, no era que no tenerla lejos no me doliera, pero yo sabía que seguía viva, y aun así estos últimos meses he tenido tiempo de desahogarme.
Mire en varias ocasiones al comisario, sin llamar su atención, también estaría tratando de disfrazar la verdad.
No me explico jamás que fue lo que hizo, pero horas después de que Elizabeth se fuera, dieron la noticia de que había sucedido una tragedia. Una chica había muerto quemada en la explosión de un coche en la vía.
Esa se suponía que era Elizabeth, no conozco más detalles de los que todo el mundo sabe aparte de que la muerte es falsa, pero lo habían planeado bien. Habían reconocido el cuerpo con un medallón que al parecer muchos reconocieron, y era simbólico de ella, curioso es que nunca se lo había visto puesto.
Todo había...
///Stevan///
Salido según el plan, la falsa muerte de Elizabeth fue perfecta, impecable, lo suficiente para convencer a Ryan de que había ganado.
Me encargue personalmente de cada detalle, del cadáver de una pequeña que sería Elizabeth, de que tuviera ese medallón que sabía que ayudaría a identificarla, y del accidente.
Como supuse Ryan no se quedaría satisfecho solo con ver, deje de espía a uno de mis hombre en la morgue, como pensé había mandado a recolectar información para asegurarse de no haberse equivocado de presa. El medallón en su cuello jugo gran parte, los expedientes todo apuntaba a que mi aijada había muerto.
Ahora estaba garantizado de que no la buscara más y tengo la esperanza de que se olvide de esta venganza, que él jura en estos momentos le logro tener.
Mis hombres también contribuyeron mucho, no solo por un favor para mí, sino por la memoria y la primogénita del amigo que conocieron de hace tantos años, mi compadre siempre había respetado para que lo respetaran, y ayudaba sin nada a cambio diciendo que algún día se le devolvería, no era un hombre muy correcto, tenía el vicio del alcohol. Pero tuvo razón en eso, ya que no permitiríamos que dañaran a su único tesoro.
///Ryan///
La sonrisa, y el lenguaje corporal de la persona al frente de mi me indica que todo ha salido bien.
No llegue a ver como atropellaban al desagradable engendro de aquel infeliz, pero si como su cuerpo se consumía por el fuego, y confirmarlo con mis hombre que traía una medallón disque simbólico, puras cursilería.
*
En cada acto que hago para demostrar que conmigo nadie puede, me entra una sensación de regocijo, y ese no fue la excepción, es más fue el más satisfactorio, las caras de los presentes eran un poema, ellos llorando, rezando por aquella chica, ¿Y yo? Observando semejante espectáculo que no era muy diferente a los acostumbrados, el viento arrastrando los lamentos de amigos y familiares, cascadas de lágrimas cayendo de los ojos de cada uno. Simplemente gratificante era lo que se merecía, me la debía.
Es curioso tanto lo odiaba que deseaba su muerte, y en estos momentos desearía que estuviera vivo, presenciando el entierro de alguien importante para él, soy muy devoto en eso que dicen que hay destinos peores que la muerte.
Me gusta que me teman, forma el respeto, y lo hacía valer en cualquier situación de cualquier forma, no descarto la tortura física, pero opto más por la psicológica.
Ver a esa persona destruida, dañándose a sí mismo, creando su propio dolor, desgastándose poco a poco, y todo sin mancharme las manos. Que poder el de la mente, el que sepa manipularlo estará en la gloria, y para el que sea demasiado, será su perdición, y de la manera más lenta y dolorosa posible morirá.
*un año después*
///Javier///
Las cosas habían mejorado para todos, seguían extrañando a Elizabeth, pero habían continuado con sus vidas de una manera productiva.
Adán siguió con su padre en el trabajo forense, hasta que recibió una beca de intercambio a Reino Unido, las amigas de Elizabeth no he sabido mucho más si sé que ambas tomaron la iniciativa de trabajar, en cambio Colín se dedicó a ser músico y avanzo rápido, lo último que oí es que está en una pequeña gira buscando a algún productor que se interese en su grupo. Cloe seguía recordándola, creo que es una de esas amistades donde no importa el tiempo de conocerse, sino la confianza que se tiene en ese corto periodo.
¿Y yo? He estado estudiando finanzas y otros temas relevantes a negocios y manejo de empresas, quiero que cuando sea mi turno mantener en pie el legado de mi padre, y hasta mejorarlo. Estaba planeando ejercer un poco la profesión de policía por cumplir esa visión que tenia de pequeño, sin interrumpir mi formación empresarial.
Todo parece tan normal, sin embargo yo no dejo de hacerme la pregunta ¿Cómo estará ella? Yo sé junto con el comisario que ella no murió esa noche. Y pensando en él, me doy cuenta que también he perdido comunicación con Stevan.
Esto me hace pensar que de una u otra manera Elizabeth era el vínculo que nos unía.
*
///Stevan///
Poco tiempo ha pasado, pero cuando se extraña parecen siglos, para no levantar sospechas no he tenido comunicación con ella, no sé cómo le ha ido, si tiene nuevas amigos que la ayuden. Si come, duerme, y en conclusión si está viviendo bien. Siempre me hago ese tipo de preguntas, y todo se queda en eso, unas simples preguntas.
‒ ¿En qué piensa jefe? ‒alzo la vista para encontrarme con un muchacho joven, cabello claro, alto, flaco pero había demostrado ser fuerte.
Según las mujeres de la estación, no es mal parecido, incluso le algunas le coquetean de forma discreta, otras no tanto, a alguien que fácil puede ser nieto de cualquiera de ellas. El joven me mira atento esperando la respuesta a su pregunta, seguro estaba con la mirada perdida en el infinito, otra vez.
‒ En nada novato ‒le habíamos puesto ese nombre de cariño es la estación, otros ya lo empezaban a llamar por su nombre (Erik), de vez en cuando lo llamaba así, pero particularmente lo llamaba por el apodo‒ veo que has estado ocupado está mañana –lo digo por su cabello desordenado, y porque a pesar de estar a unos cuantos pasos de mi escritorio, me llega perfectamente el olor a perfumes de mis colegas.
‒ ¿Tan evidente es? –Suelto una carcajada ante su comentario‒ al parecer dije algo que le causo gracia.
‒ Aparte de preguntar si es evidente que mis colegas, casi que te dejan en cueros, y que algunas piropean a alguien que podría ser su nieto ‒mi comentario hace que la habitación se llene sus risas.
‒ ¿No me invitan a la fiesta? ‒se escucha una tercera voz en el cuarto, el joven y yo vemos a un hombre alto corpulento, parado el marco de la puerta, las canas ya decoran su cabellos, pero eso no le quitaba lo don Juan, en mi opinión personal, un viejo rabo verde.
‒ Si esto fuera una fiesta –contesto– sería un reencuentro de un grupo de universitarios –tomo un respiro– ya pasando por la tercera edad ‒termino acentuando esa última frase.
Ambos presentes junto conmigo, estallamos en carcajadas, fijo mi vista en la carpeta que trae el más joven en sus manos.
‒ ¿Qué es eso? ‒pregunto con la mirada fija en la carpeta, el novato lo nota y se endereza antes de contestar.
‒ Se me olvidaba en el correo había esto para usted.
‒ Y ¿Quién lo envía?
‒ No sábenos, no tiene remitente.
‒ Como que no tiene remitente ‒instinto activado
‒ No señor, no tiene nada de información, más que su nombre escrito, no sabemos de dónde viene ni quien lo envía.
Me pareció extraño, ¿Quién enviaría una carpeta así? Y más a una estación de policías, Erik me había dicho que habían tomado algunas medidas de seguridad con respecto a la carpeta, también les había parecido sospechoso.
Abrí la capeta, parecía un expediente policial, lo detallo mejor y es el expediente del caso de un robo a una joyería, (¡Ryan Jackson!), no me explicaba como llego esto aquí.
En la capeta no quedaba más nada, no podía encargarme de averiguar quién había sido el bromista, no ahora.
*
En la noche me despido por el momento de los muchachos, se supone que nos reuniríamos más tarde en una de nuestros bares favoritos para celebrarle el cumpleaños a un colega, que se la debíamos.
La idea de ir a un bar, me recordaba a mi compadre, y de todo lo que pasamos para que ese negocio progresara.
Recojo mis cosas, me monto la chaqueta en el hombro, y cierro mi oficina para dirigirme a mi carro, que lo había estacionado algo lejos esta vez.
Me subo en él, pero antes de encenderlo veo una nota pegada en el volante, parece tener un mensaje, la abro para leerla y dice.
"¿tienes calor?"
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