Algunas cosas toman tiempo

De escritordefics

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La muerte de Annabeth lo quebró. Y muchos temían que para siempre. Busco el refugio en las profundidades del... Mais

La tristeza nubló todo
Ultimo adiós
Decisiones
Recompensas
Padre e hijo
Aprendiendo a ser un dios
Un aliado no deseado
Audiencia ante el consejo I
Audiencia ante el consejo II
No cuentes conmigo
Emociones desatadas
No estas solo... no estamos solos
Déjanos ayudarte I
Déjanos ayudarte II
Momentos
Nota de autor
Desaparecido
Se acaba el tiempo I
Se acaba el tiempo II
Revelado
Camino a seguir
Nueva responsabilidad
No, gracias
Explicaciones
Sin salida
Atrapado
Lecciones
Rescate
Buen recuerdo
Impacto
Perseguido
Secuestro
Consecuencias
Lejos de casa
Jackson
Sangre
Ausencia
Adversidad
Acercamiento
Reencuentro
Recuperación
Venganza I

En apuros

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De escritordefics


Tres meses más de entrenamiento y entonces Percy ya podía dominar la jabalina y la espada como si fueran extensiones de su propio cuerpo. Precisamente eso estaba haciendo junto con Tritón cuando Poseidón se asomó a la arena del nuevo palacio de Percy en las profundidades del mar. Su palacio era más un santuario del entrenamiento y la lucha, asi como también grandes salas para sus pegasos y acuarios para sus hipocampos. También poseía una sala llena de armas que habían sido un regalo de Tyson, pero había sido más una idea de Hefesto para estrenar el nuevo puesto de Tyson.

Tritón había logrado congeniar de manera más rápida con su Percy de lo que Anfitrite, puesto que ella a pesar que era un dios olímpico no podía dejar de verlo como la muestra de un engaño por parte de Poseidón.

— Entonces parece que volví a ganar — la voz de Percy era jadeante y su respiración acelerada mientras apuntaba su fiel espada Riptide en el cuello de un dominado Tritón quien estaba desarmado en el suelo. Percy le tendió la mano para ayudarle, pero lo que le dijo lo dejo pensando, no podía haber pasado tanto tiempo.

— Bueno no puedo culparte llevas más de 4 meses entrenando aislado del mundo real — la sorpresa se dejó ver en el rostro de Percy.

— ¿Cuatro meses? — susurro pensando en cuanto tiempo había pensado y ni siquiera había visitado el campamento. No sabía si era tiempo de volver. Todavía se sentía inseguro.

— Si cuatro meses... es tiempo de emerger al mundo exterior — Poseidón hizo su aparición aplaudiendo a sus jóvenes hijos luego de un digno combate. Poseidón aplaudió para convocar un poco de néctar y les arrojo las botellas a sus hijos que terminaron con ella como si tratara de un concurso de bebida.

— Padre... — ambos dijeron luego de terminar su néctar.

— Mis muchachos — palmeo a ambos en la espalda mientras abandonaban la arena de combate. Percy palmeo las manos para oscurecer el lugar. Mientras a su paso otra sala se iluminaba. La sala principal donde un trono de roca volcánica extraída de lo más profundo del mar se alzaba con majestuosidad. Los ciclopes que estaban bajo el mando de Tyson habían ayudado a tallar e incrustar piedras preciosas de todas partes del mundo. Topacios, zafiros, rubíes, diamantes, oro olímpico, plata olímpica y en los brazos del trono la cabeza de dos pegasos negros hechos de ónice y finamente tallado y pulido uno a cada lado. Simplemente majestuoso.

— Iré a ver cómo van las cosas... ¿nos veremos en la cena? — Tritón palmeo a su hermano sabiendo que Poseidón estaba aquí por un motivo.

— Espero que si... — Percy le hizo una cara de espero no estar en problemas y luego Tritón desapareció rumbo a la Atlántida.

— Percy... — Poseidón hablo con algo de cansancio, o tal vez era preocupación. Sabía que Percy había optado por seguir su entrenamiento en su nuevo palacio para alejarse lo más posible de todo aquello que pudiera evocar recuerdos dolorosos. Como su padre podía saber que aun tenía sueños perturbadores que traían a su memoria lo que paso ese triste día. Pero no era por eso por lo que había venido. Él sabía que Percy necesitaba tiempo y apoyo y era precisamente eso lo que él iba a darle.

— Padre no... todavía no puedo — el joven dios intervino dejando salir de su corazón esa negativa a hacer algo de lo que pudiera arrepentirse, como salir de la seguridad de su palacio.

— Ni siquiera sabes de que te voy a hablar — Poseidón se sintió un poco agobiado porque lo primero en lo que había pensado Percy era en eso... todavía estaba allí, todavía era una carga para él.

— Casi puedo adivinar que me hablaras de que debo visitar el campamento y mi antigua vida — Poseidón le sonrió con algo de dolor, no quería forzar a su hijo. Levantarse de una perdida asi era difícil, tal vez nadie debería estar obligado a reponerse, pero era necesario.

— No exactamente — Percy observo a su padre con algo de vergüenza de verse tan vulnerable.

— ¿No? — pregunto con timidez, tal vez era algo serio en realidad y él estaba dando el espectáculo de autocompasión y miseria.

— Bueno si... obviamente quiero que vuelvas a ser el mismo de antes... no un joven recluido en las profundidades del mar sin más contacto que con su padre y hermano... pero no... no es por eso por lo que he venido — Percy bajo la cabeza con vergüenza, era cierto, él había decidido no salir a la superficie y bajo el pretexto de entrenamiento dedicado había obtenido la licencia del Olimpo para no asistir a las reuniones del consejo. Poseidón no le comento porque fue que Zeus accedió tan rápidamente, pero no le importaba.

— Lo siento — se disculpó susurrando. Su padre tomo su mentón y levanto su cabeza, sus ojos estaban vidriosos y su respiración ligeramente agitada. Todavía duele recordar.

— Hijo, entiendo que sea difícil y como padre me alegra saber que puedes confiar en mi como para decirme que aún no estás preparado, nadie tendría porque forzarte a estarlo y yo no lo hare — Percy asintió con la cabeza mientras apoyaba la cabeza en el hombro de su padre.

— Gracias... no sabes cuánto significa para mí — le susurro mientras dejaba caer las lágrimas contenidas en sus ojos.

— Lo único que deseo es que puedas encontrar nuevamente la felicidad — Poseidón le dio un cálido abrazo a su hijo mientras este se reponía de sus lágrimas, sabía que Percy buscaba que no lo viera como débil y vulnerable asi que le dio tiempo de recobrar la compostura.

— Soy feliz aquí... a mi manera — Percy se apartó un poco de su padre frotándose el cuello con algo de vergüenza. Sabía que estaba mintiendo terriblemente.

— Sabes a que me refiero

— Lo sé... es solo que... todavía no — declaró finalmente, todavía no. No dijo que nunca y eso era suficiente para Poseidón.

— Está bien... llegaremos a eso cuando sea el tiempo... pero es necesario que hoy te encargues de uno de tus dominios — Percy frunció el ceño un poco perturbado por lo que tendría que hacer. Ya estaba el fondo del mar, asi que lo único que quedaba eran los pegasos, los héroes, las armas y la lealtad, los últimos tres estaban relacionado con personas y eso le fastidiaba. Pero sabía que su papa no lo obligaría a entrar en contacto con su antigua vida, al menos no hasta que el supiera que estaba listo.

— ¿Cuál de todos?" La curiosidad era superada por la ansiedad y la sensación de su corazón apretado.

— Los héroes... — Poseidón sentencio abriendo un mapa en la mesa que estaba frente a ellos.

— Mmm... eso podría ser un problema — Percy miraba dos grandes marcas donde se suponía que estaban los campamentos griego y romano y no se sentía preparado para entrar en contacto con ninguno de los dos.

— No cuando te explique de que se trata

***

Thalia al frente de las cazadoras corrían replegándose de una horda importante de perros del infierno, asi como el minotauro y Ortro (perro de dos cabezas) el hermano de Cerbero. Eran algunos de los monstruos que habían escapado de la guerra con Gea. La pelea había sido dura, pero después de la guerra el número de cazadoras se había disminuido, asi que no eran tan potentes como querían ser. Aunque nunca lo dirían, pero Thalia no había reclutado ninguna cazadora por temor a que la noticia de la ausencia de Artemisa se propagara.

Antes de salir en su cacería Poseidón había solicitado una audiencia con Thalia, la cual obviamente ella no había negado, porque además quería saber noticias de Percy... desde la ceremonia de premiación no había sabido de él y eso era malo. Era casi seguro que estaba tratando de lidiar con su dolor solo, a su forma, y Poseidón se encargó de confirmar su suposición. Poseidón le entrego un pequeño artilugio con el símbolo de la espada de Percy... Riptide y le pidió que en caso de que tuvieran problemas en su cacería no dudaran en llamarlo ya que los héroes eran parte de sus dominios y debía aprender a responder a su llamado. Poseidón sabía que estaba tratando con cazadoras orgullosas, pero después de explicarle que quería sacar a Percy de las profundidades del mar Thalia no tuvo más remedio que acceder, aunque no sabía cómo lo tomarían las chicas de la caza, ella no tenía problema con recibir ayuda de Percy, pero las chicas podían ser ásperas.

— Atrás Phoebe — Thalia ordeno mientras lanzaba flecha tras flecha para acabar con un perro del infierno más, pero al parecer no era suficiente, porque seguían siendo acechadas y mirando atrás eran dirigidas para estar de espaldas a un gran rio.

— Miranda cúbrenos — Mirando asintió y empezó a disparar flecha tras flecha, Phoebe y Thalia tomaban nuevas posiciones de repliego para luego darle la señal a Miranda para que retrocediera mientras ellas la cubrían.

— Creo que es hora de usar este artilugio... ojalá y funcione — Thalia saco el pequeño dije y lo apretó con fuerza, pero fue detenido por Phoebe, quien la miraba un poco molesta.

—¡No!... podemos con esto — Phoebe está furiosa de tener que pedir ayuda. Todas habían llegado al acuerdo de no reclutar nuevas cazadoras por los rumores, pero tampoco querían dejar a un lado su orgullo.

— Phoebe... varias están heridas y si no son atendidas seguiremos perdiendo cazadoras — Phoebe miro atrás para ver a varias sangrar con rastros de mordidas y contusiones, no se podían permitir perder más cazadoras.

— Está bien... pero más le venir en nuestra ayuda... porque si no — Phoebe amenazo sin importarle de que se tratara de un dios olímpico.

— Nadie tocara a Percy... es un dios... tranquilamente podría consumirte si te comportas asi — Phoebe se indignó de que Thalia lo defendiera.

— ¿Estas del lado de un muchacho? — Thalia estaba del lado de Percy, sabía como él era, pero tampoco quería más problemas con las cazadoras, asi que opto por la vía más sencilla.

— No... estoy de lado de la caza... que ahora necesita ayuda — entonces volvió a apretar con fuerza el dije y mentalmente llamo a Percy — Ayúdanos... — no escucho una respuesta, abrió los ojos para ver si alguien aparecía, pero nada... — Percy... ayúdanos — espero con paciencia, mientras Phoebe la miraba con rabia...

— Retrocedan hasta el rio y esperen — fue todo lo que escucho... no sabía que hacer... pero decidió confiar. Thalia se giró para mirar a sus hermanas, algunas tenían cara de no tener más fuerzas para continuar, pero el rio estaba solo a unos metros, asi que debían llegar allí.

— ¡Hacia el rio ahora! — gritó y algunas empezaron a moverse, pero Phoebe como siempre fue la primera en refutar la orden.

— Has perdido la razón Thalia... estaremos rodeadas si vamos al rio — Phoebe reclamaba airosa mientras la mayoría de las cazadoras hacían su camino. Thalia no estaba pensando en los reclamos del Phoebe asi que la tomo del brazo con fuerza y la empujo hacia el rio, mientras ella cubría la retaguardia.

— Phoebe no tenemos tiempo... ¡hacia el rio! — Phoebe de mala gana siguió a las demás cazadoras entonces cuando estaban todas contra él rio sin otro lugar donde ir Thalia volvió a escuchar la voz de Percy.

— Quédense quietas — les susurro, mientras sin que ellas se dieran cuenta él estaba por emerger del rio, quería tener a la mayor cantidad de monstruos para poder causar el mayor daño —¡Quietas! — Grito Thalia mientras los monstruos bajaban el ritmo sabiendo que las tenían acorraladas.

— Thalia... — Miranda susurraba con algo de temor mientras el minotauro a la cabeza refunfuñaba y alistaba sus cuernos para envestir al grupo de cazadoras.

— ¡Quietas! — grito nuevamente Thalia cerrando los ojos pidiendo que Percy no demorara más porque sería un baño de sangre.

En ese momento las aguas del rio se levantaron con Percy a la cabeza y dardos de agua congelada fueron lanzados contra el grupo de perros haciendo que desaparecieran en el instante. Percy se paró frente a las cazadoras mientras los dardos seguían cayendo, haciendo retroceder al Minotauro y a Ortro.

— ¡Percy! Porque tardaste tanto — Thalia salió de su asombro al ver como sucumbían los perros del infierno y enfurecía más al Minotauro y al Ortro. Percy no sonreía demasiado y eso no era bueno, pero aún conservaba su mirada amable.

— Quería acabar con el mayor número posible — Percy saco su espada mientras miraba hacia el frente buscando proteger a las cazadoras de cualquier amenaza imprevista.

— Bueno solo quedan un par de perros y esos dos — Thalia señalo. No sabía si Percy sabía que ella ahora era una diosa menor, pero no importaba, entre ellos los títulos y logros estaban de más.

— Quienes estén aptas para pelear se quedan... las heridas hay que lanzarlas al rio — Percy ordenó lanzando unas dagas a un par de perros que se habían librado de los dardos de hielo.

— ¿Estas bromeando muchacho? — Phoebe le espeto sin el menor de los respetos. Percy la miro fijamente haciendo que Phoebe retrocediera de su postura altanera.

— Ten cuidado a quien le hablas asi... ¿¡quieres morir!? — Percy no se refería a que él la iba a matar o algo asi, sino que si él retiraba su ayuda ellas no tenían oportunidad de sobrevivir.

— Percy... — Thalia puso su mano sobre su hombro y Percy suavizo la mirada al ver a Thalia a su costado — Phoebe da la orden de lanzar al rio a las que estén heridas — Thalia puso el rostro carente de emociones usando la postura de diosa, odiaba ser asi, pero a veces Phoebe se olvidaba que ella estaba al frente de la caza.

— Pero Thalia... — trato de replicar, pero fue frenada por la mano de Percy. Quien se giró para estar cara a cara con Thalia e ignorar completamente a Phoebe.

— Las Náyades se encargarán de cuidarlas — Percy le susurro a Thalia y ella hizo una señal para que las cazadoras arrojaran a sus hermanas en el rio. Cuando Percy se hubo asegurado que las heridas estaban a salvo la lluvia de dardos ceso.

— Ahora a terminar con esto... tengo una cena a la cual asistir — Thalia sonrió ligeramente mientras Percy saco otra espada de su espalda. Había cambiado físicamente un poco, pero seguí siendo el mismo muchacho de cabello negro desordenado y traviesos ojos verdes.

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