Ya había pasado una semana desde que Keith huyó de su harem. Estaba viviendo en una cabaña en la parte más profunda del bosque. En este momento se encontraba en una llamada con su amigo Pico.
Pico : ¿Entonces todo bien?
Keith : Si, por el momento si. Nadie sabe dónde estoy, así que dudo que las chicas me encuentren.
Pico : ¿Pero por qué no me puedes decir dónde estás?
Keith : Lo siento, pero prefiero que mi ubicación sea un secreto. Imagina que lo dices por accidente y las chicas descubren dónde estoy.
Pico : Entiendo. Bueno, estés donde estés, te deseo mucha suerte, porque está claro que la vas a necesitar.
Keith : Gracias. Adiós.
Pico : Adiós.
Keith colgó el teléfono y salió de la cabaña. Iba a recoger fruta de los árboles. No es que no tuviera otra cosa para comer, porque, por suerte, la cabaña tenía comida de sobra, pero aún así decidió que le vendría bien salir y tomar aire fresco.
Keith : *respira hondo* Aaaah. Que bien sienta un poco de tranquilidad después de todo este lío. Estoy recogiendo muchas manzanas, tal vez pueda hacer un pastel.
El peliazul siguió recogiendo manzanas unos cinco minutos más. Después de eso volvió a su casa provisional para dejar las manzanas y volvió a salir para dar un paseo.
Keith : Aunque no pueda salir de este bosque, tengo que admitir que no estoy del todo disgustado. Es decir, estoy tranquilo y sin nadie que me moleste, tengo comida de sobra, puedo disfrutar de las naturaleza tranquilamente. Es casi como un sueño hecho realidad, excepto por el hecho de que estoy huyendo de un montón de chicas locas.
Unos minutos después Keith decidió volver a la cabaña. Pasó el día y se hizo de noche. Keith recibía muchos mensajes de las preguntándole donde estaba y pidiéndole que volviera. Evidentemente, él no les hacía caso y simplemente los ignoraba.
Keith : Si de verdad se creen que voy a volver solo porque me lo pidan están muy equivocadas.
Unas horas después Keith estaba durmiendo. Como ya era costumbre, se encontraba en aquel espacio negro.
Keith : Otra vez aquí. ¿Se puede saber por qué siempre acabo volviendo aquí?
Mientras intentaba buscar una respuesta, Keith vió como se abría un portal frente a él.
Keith : Debe de ser Selever otra vez.
?? : ¿Estás seguro de que está aquí?
¿¿ : Estoy bastante seguro, puedo sentirlo.
Del portal salieron, como era de esperarse, Selever y Rasazy. Pero estos estaban bastante cambiados.
Rasazy : ¿Hola? ¿Alguien por aquí?
Keith : Selever, Rasazy, cuanto tiempo sin veros. Eh... ¿Os habéis tenido el pelo de azul?
Ambos miraron hacia Keith con cara de sorpresa para después mirarse el uno al otro.
Selever : Es... Él.
Rasazy : Si, de verdad es... Él.
Keith : ¿Hay algún problema?
Selever : ...
Rasazy : ...
Keith : ¿Chi-chicos? ¿Estáis bien?
Los dos : ¡Padre!
Ambos hermanos se lanzaron hacia Keith para darle un abrazo.
Selever : Por fin te encontramos, padre.
Rasazy : Estaba empezando a perder la esperanza.
Keith : Esperad un momento. ¿Como que padre?
Selever : Tu eres nuestro padre. Venimos de un universo paralelo en el que Sarvente se casó contigo en lugar de con Ruv.
Rasazy : Hemos estado viajando entre dimensiones con tal de encontrar a nuestros padres. Y por fin hemos dado contigo.
Keith : Genial, como si la cosa no estuviera ya lo bastante loca.
Selever : ¿Que es lo que te pasa?
Keith : Que os parece si venís a la cabaña y os lo explico todo más tranquilamente.
Selever : Me parece bien.
Rasazy : Por mi vale.
Keith : Okey, pues nos veremos por la mañana. Ahora tengo que despertarme.
Selever : Bien, pues nos iremos. *abre un portal* Nos vemos después.
Rasazy : Adiós, padre.
Ambos hermanos se metieron por el portal y desaparecieron, después de eso Keith se despertó. Decidió ir a la cocina y preparar un pastel con las manzanas que había recogido mientras esperaba a que sus hijos llegaran.
Toc toc toc
Keith : Deben de ser ellos.
Keith abrió la puerta para recibir a Selever y a Rasazy, quienes volvieron a darle un abrazo.
Selever : Hola padre.
Keith : Hola. Pasad, podéis sentaros donde queráis.
Los tres se sentaron en la mesa del comedor.
Rasazy : Entonces, ¿puedes explicarnos que es lo que te pasa, padre?
Keith : Si, ahora os lo explico. Pero por favor, no me llaméis padre, me hace sentir raro.
Selever : ¿Y como prefieres que te llamemos?
Keith : Llamadme solo Keith.
Rasazy : De acuerdo, Keith.
Keith : Bien, ahora voy a explicaros mi problema. Veréis...
Una explicación más tarde.
Keith : Y así está la cosa.
Selever : Osea que, en resumidas cuentas, tu harem está descontrolado y por eso has tenido que huir.
Keith : Si.
Rasazy : Oye, solo una pregunta. ¿Mamá se encuentra en tu harem?
Keith : ¿Te refieres a Sarvente? Si, ella también es parte de mi harem. Y ahora que lo pienso...
Rasazy : ¿Que pasa?
Keith : Pues que me pregunto cómo vas a reaccionar cuando conozcas a...
Rasazy : ¿Conocer a quien?
Keith : Pues...
En ese momento sonó el reloj del horno, indicando que el pastel estaba listo.
Keith : Mira, es algo un poco... Raro, por decirlo de alguna manera. Comamos algo y ya nos preocuparemos de eso más tarde, ¿de acuerdo?
Rasazy : De acuerdo.
Keith fue a la cocina para sacar el pastel del horno.
Selever : ¿Podemos probarlo?
Keith : Todavía no, está muy caliente.
Rasazy : ¿Y qué hacemos mientras tanto?
Keith : Bueno, si sois mis hijos...
Selever : ¿Que pasa?
Keith : Si sois los hijos de un rapero como yo debéis de tener buenas habilidades.
Selever : Creo que se por donde vas.
Keith : Bien, pues en ese caso...
Keith sacó su micrófono.
Keith : ¡Os reto a los dos a un duelo de rap!
Selever y Rasazy sacaron también unos micrófonos.
Los dos : ¡De acuerdo!
Y así los tres estuvieron rapeando durante dos horas enteras.
Keith : Huff... Sois... Muy buenos...
Selever : Lo mismo... Te digo...
Rasazy : No esperaba... Menos de ti...
Los tres dejaron caer sus micrófonos al suelo. Acto seguido ellos también cayeron al suelo debido al cansancio.
Rasazy : Tengo hambre...
Keith : Y yo...
Selever : ¿Podemos comernos ya el pastel?
Keith : Je je. Está bien. Iré a por el, vosotros sentaos.
Selever : De acuerdo.
Unos diez minutos después el pastel ya había desaparecido por completo, al igual que el sol.
Keith : Bueno, va siendo hora de dormir.
Rasazy : No es por molestar, pero, ¿donde vamos a dormir?
Keith : Vosotros dormireis en la cama, yo me quedaré en el sofá.
Selever : ¿Estás seguro?
Keith : Si. Sois mis hijos, y tengo que cuidar de vosotros. Venga, iros a la cama y dormios, que ya es tarde.
Selever : De acuerdo, buenas noches.
Rasazy : Buenas noches padre. Digo, Keith.
Keith : Buenas noches.