Howls - RE & The Promised Nev...

By Jua_synthesis

1K 60 55

En la tribus de los Licántropos creen firmemente en la vinculación como un regalo, uno para dar y recibir. Un... More

2

1

653 37 17
By Jua_synthesis

Advertencia: Debo resaltar que puede haber posibles faltas ortografías, situación sexual implícita y dinámica animal. Si no es tu tipo de contenido, por favor evítalo. 

Shipp: Rayemma (RE)

Tipo: Two-Shot

N/A: Luego de algún tiempo, este viejo escrito tiene una actualización. ¡Disfrunten la primera parte de la lectura! 


El refrescante viento de otoño peino el pastizal amarillo de la pradera mientras pequeñas luciérnagas danzaban con su luz en el aire, bajo la atenta vigilancia de la Luna. Los ojos violetas de Ray enmarcaron la naturaleza, sus oídos se movían a cada mínimo sonido; como el rozar de las hojas y ramas de los pocos árboles, el croar de las ranas o trinar de los grillos. El verano estaba dejando su esencia a merced del otoño, los colores y la temperatura cambian segundo a segundo.

El cálido aliento de sus pulmones se congelaba apenas entraba en contacto con el exterior, Ray podía sentir como su pelaje negro se erizaba y las almohadillas de sus patas hormigueaban en la más única y pura emoción mientras ve a la belleza del amor de su vida parada a solo unos pies de distancia. El brillante e indomable pelaje rojizo balanceándose con la brisa, imitando los brazos de fuego ardiente en una hoguera, rápida y poderosa, con ojos verdes como la primavera y tan salvajes cuando se fijan en él.

Ray gruño con las pupilas dilatas, usando la mas más mínima expresión de luz en el ambiente para admirar la silueta lobuna de su pareja.

¡Uh...!, en realidad, más bien aún son prometidos, por desgracia. El tiempo siempre tiene una extraña forma de hacer fluir las vidas de cada ser vivo, en especial la de los Cambiantes. Desde el momento en que los presentaron cuando eran cachorros tuvieron una conexión increíblemente armoniosa, según a los ojos de sus padres, que con el pasar de los años y la entrada a la adolescencia se transformó en una atracción inefable que los mantuvo bailando la misma tonada de la canción por otro largo tiempo.

Una canción que solo avanzo a su pieza final cuando decidió dar el primer paso de una manera (muy) estúpida y meramente animal. Ray sabe que este es el resultado ansiado por más que le fastidiara estar alrededor de seis meses en el cortejo nupcial debido a las inútiles tradiciones previas al acoplamiento de los Cambiantes.

El lobo negro suspiro con anhelo ya que, a pesar de todo, sabe que se lo debe a Emma. Ella era simplemente... todo; cada razón vital que pueda existir en el mundo como un único pilar de granito.

Ray irguió las orejas y sus ojos se agudizaron en atención, abandonando el trance de pensamiento cuando Emma ladro y flexiono las patas delanteras, una obvia invitación a jugar. El gruño, tenso por los instintos dominantes, pero muy dispuesto a seguirla. Los ojos brillantes se observaron deseosos por largos minutos hasta que ella aulló y salió corriendo, la alegría acelerando sus corazones mientras sus alientos se gastaban en otra rápida y fuerte persecución.

Se persiguieron y saltaron en círculos por el alto pastizal, mordiendo suavemente sus cuartos traseros como relevo y aullando su presencia al otro. Ray siguió a la hembra cuando noto que ella se alejó en dirección al bosque, los instintos no le permitían perderla de vista. Ambos se detuvieron, Emma al borde del bosque y él a solo unos pies de distancia con alta expectativa de lo que está por suceder. Bajos gruñidos de excitación vibran en su garganta y la adrenalina empuja el deseo de cazar y reclamar lo que por años se merece.

Jadeo bruscamente cuando finalmente ella corrió hacia la honda oscuridad verde, sus extremidades se movieron sin siquiera deliberarlo; pisadas fuertes hacían eco en el bosque. Los ojos violetas ardieron ante el reflejo del destello rojizo del pelaje de Emma alejarse con habilidad y fuerza de Ray. No, no, no. Él inicio este Enlace de Nodens, un relato de los ancianos para los jóvenes sobre cómo ganar el interés de una pareja bajo la bendición y reglas de uno de los espíritus de su tribu, y él iba terminarlo como juro bajo el Arco Lunar Ceremonial. Era una opción más tradicional para los miembros de la tribu, conservada a través de muchas primaveras por su valor. No era obligatoria pero tampoco era negada a las nuevas generaciones que buscaban un desafío mutuo para hacer destacar su potencial como pareja. Pero debido al largo tiempo, la requerida resistencia y la frustración emergente causada por el cortejo nupcial, es obvio porque muchas parejas evitaban el Enlace de Nodens, optando por otros métodos más... sencillos. No obstante, no son como todos. Ambos, Emma y Ray, son Licántropos más competitivos, salvajes y apasionados que intentaran las difíciles pruebas de su tribu para demostrar y afirmar su devoción.

Les importa poco el tiempo, eso... lo hace mas emocionante. Ray aulló al ver como la hembra de licántropo salto desde el borde del precipicio hacia la rama gruesa de una gran y viejo árbol, pudo jurar que sonrió descaradamente cuando Emma se molesto en dirigirle la mirada antes de salir corriendo por la rama, saltando a otra y otra hasta llegar al suelo con una gracias poco digna de que pertenezca a un lobo gigante.

Ray ladro irritado al canturreo de invitación que le fue enviado, ojos verdes provocadores le erizaron los pelos del lomo antes de adentrarse mas en el bosque. Esta mujer descarada... Aunque estuviese colmado de amor por Emma, su locura no era tan grande como para hacerlo imitar sus acrobacias, conoce sus límites. Los ojos violáceos viajaron en todas direcciones en busca de otra opción menos suicida para descender del precipicio y continuar su persecución, gruñendo bajamente cuando finalmente encontró un estrecho e irregular plano camino hacia abajo. Bien, bien, aquí vamos. Él puede hacer esto sin morir en el jodido intento.

(...)

Emma observo divertida el cómo Ray bajaba el acantilado rocoso entre refunfuños, burlándose cuando piso mal y se resbalo unos centímetros. Dejo al hombre luchar contra la gravedad mientras seguía con su próximo movimiento; aun le costaba creer que el ratón (en lugar de lobo) de biblioteca aceptara hacer la tradición del Enlace de Nodens, conociendo su muy declarado disgusto al exterior... tal vez demasiadas veces. Sabiendo que esta especial tradición ambos prometidos permanecían transformados en su animal interior en cada momento, sea para cazar, comer o dormir siempre debe ser como lobos, ya que así están mas conectados a sus instintos. Los cuales serán su guía para sobrevivir en la intemperie natural del territorio mientras completan la dinámica del cortejo.

Ambos habían tenido una larga discusión sobre el aceptar el desafío, lo que implica para el Omega como derecho a poner a prueba la tenacidad y voluntad de su pretendiente, y para el Alpha el hacer resaltar su habilidad para cazar y rastrear su fijación; solo deteniéndose cuando el tiempo de un año acabara o el Alpha lograra atrapar a Omega. Era una dinámica sencilla, primitiva, pero no todos los Licántropos enamorados lograban el objetivo.

Lo que llevo a muchos Omegas a un sentimiento decepcionante y Alphas rápidamente rechazados. Debido a eso, y para evitar la decepción, la vergüenza y el rechazo, muchos en la tribu optaban por otras formas de cortejo como las citas o regalos. Emma siempre le costó ver el valor y la seriedad de esos cortejos simplistas. No entendía, tampoco deseaba hacerlo, porque creía firmemente que era como ir en bandeja de plata hacia los Cazadores de Licántropos que constantemente amenazan a la tribu. ¿Dónde estaba la devoción? ¿El desafío y la adrenalina? Los instintos, aromas y feromonas, sus animales internos son parte de su vida, su naturaleza. ¿Por qué negarla? ¿Por qué preferían no tener el poder de juzgar a un Alpha?

Emma gruño bajamente de malhumor, no deseando imaginar las respuestas. El amor que tiene por Ray siempre existió y creció más con el pasar de los años, no obstante, su lado animal impedía la unión que ambos desesperaban por tener si Ray no demostraba su potencial. La infancia aislada y salvaje que tuvo junto a su padre estaba pasando factura actualmente.

Ella Jadeaba pesadamente a través de su trote, pero no agotada aún. Ella naturalmente posee una condición física extraordinaria. Una resistencia para correr durante horas y la agilidad única que le ayudo a ganarse el título de mejor cazadora en la tribu cuando tuvo la edad necesaria para unirse a los grupos de caza; nunca dejaba escapar un caribú. Además, poco después fue asignada por los ancianos del Consejo la tarea de Maestra para los jóvenes y la misión de ser Líder en la manada cuando iba de cacería.

Emma gimió ruidosamente, tropezando y cayendo al suelo cuando un calambre retorció de dolor la zona baja de su abdomen, tonos de alarma, ansiedad y dolor se reflejaban en su olor cuando la idea de pasar su ciclo en el exterior sin la compañía de Ray. No, no puedo, no... Lo necesita. La loba rojiza gimoteo domada por los instintos empezó a rozar y frotar su cuerpo contra la tierra, ramas y hojas secas, levantándose para ir hacia los árboles y dejar su espeso, dulce y acaramelado aroma en la superficie con la intención de atraer al hombre.

Los ronroneos vibraron en su garganta, las feromonas de precalentamiento danzando en el aire, dejando un rastro mientas avanza por el sendero bajo el cielo nocturno y su sinnúmero de estrellas. Los minutos trascurren, poco a poco su cerebro se despeja y la claridad se refleja en los ojos verdes de Emma. Ugh... Ella sabe que su celo llegaría a principios de otoño, siempre lo hace, pero esperaba que Ray pudiera superarse y terminara esta tradición antes de que llegara.

¡Oh, Espíritus! Emma gimió ante otro calambre más débil que el anterior, su cuerpo preparándose para una rutina dominante de sexo. ¡Demonios! Ray tiene que... ghrr... apresurarse. A pasos lento y nervioso dejo el lugar, Ray debe estar buscándola y, con la clara señalización de su olor desplazándose por el bosque es solo cuestión de tiempo hasta que la alcance. Lamio su hocico, repentinamente sedienta. La noche aun es joven, pero necesitara agua si desea mantenerse lista para otra persecución y, si mal no recuerda, por aquí cerca hay una laguna.

(...)

Había algo raro en aire, su nariz negra y húmeda le indicaba una anomalía presente entre la variedad normal de aromas del bosque. El cambio particular hizo que se introdujera con cierta cautela en el espeso boscaje, envalentonado por el deseo de encontrar a Emma y satisfacer esas expectativas que inconscientemente arañan en el fondo de su cabeza. Ray analizó su entorno, árboles solemnes y oscuros, algunos torcidos y rotos debido a los males que logran azotar al bosque y muestran figuras extrañas y quizás aterradoras, las cuales sin duda podían asustar a cualquier cachorro aventurero que decidió desobedecer a sus padres.

Las páginas de libros hojean velozmente por sus pensamientos en fin de recordar que los bosques no son capaces (al menos en esta región) de liberar esencias tan específicas como las que su nariz percibe ávidamente. Era un olor muy dulce y embriagador, espeso, nada parecido al de las flores porque sus instintos reaccionan con una increíblemente excitación y deseo por el origen que emana aquel aroma. Ray esta alerta, agitado, muy incitado a seguir aquel rastro cada vez que respira y tiene una bocanada de ese olor. La electricidad recorre su cerebro, un toque hace un sonoro chispazo cuando el caramelo, jengibre y cedro hacen la imagen de Emma.

Olfateo el aire y los árboles con canturreos profundos mientras disfruta las marcas de olor que su Emma dejo. Huele a casa, especialmente ese momento de la mañana en ambos solo disfrutan el silencio del desayuno. No obstante, se pregunta porque habrá hecho algo así sabiendo que permitir que su aroma se mezcle con el bosque hará que las presas se alejen del territorio, bajando las posibilidades de una caza exitosa.

¿Qué eran estas marcas de olor? No olía como una advertencia o una provocación audaz. Es mas bien... un mensaje. ¿De qué? ¿Por qué?

Estaba confundido. Ray siguió merodeando por los árboles marcados, sus ojos dilatados por el floreciente aroma de Emma en el aire. Esto es intencional. Un viento helado atrae mas aroma hacia el hombre, arrastrando hojas caídas teñidas de amarillo, naranja y rojo. El otoño trae consigo cambio, movimiento en los rebaños de caribúes quienes migran hacia el sur en busca de alimento mas verde. Es tiempo de cosecha para la tribu, todos se organizan para recibir el Festival de Nueva Vida...

Temporada de apareamiento. La nombrada cae como balde de agua fría en la cabeza de Ray, encendiendo su interior. ¡Oh!... Oh. El corazón martilla fuertemente dentro de la caja torácica seguido del meneo de su cola azabache; una emoción burbujeante que se transforma en un aullido gutural y lujurioso que estremece el boscaje. El sabe que Emma puede oírlo. La alegría excitante corre y quema las venas de su cuerpo cuando persigue el rastro, los instintos declarando las obviedades sobre que Emma entre en celo. La necesidad de emparejarse se hace mas latente, mas urgente. La idea de cachorros, sus cachorros, para la próxima primavera lo ponían duro ahora mismo. ¡Maldita sea! Ray gruño, debe calmarse, pero es jodidamente difícil cuando ese mensaje despertó completamente a sus instintos, motivados por cazar, montar y criar, enlazarse y dejar descendencia; es una batalla caótica en su cabeza por el control. No puede guiarse por los instintos, aun no. Seguir el aroma de Emma es sumamente fácil, sin embargo, determinar a donde va y termina es una travesía completamente diferente. El viento disolvía y mezclaba el rastro en el aire. La nariz de Ray respinga cada vez que respira, y como un hechizo puede visualizar en su cabeza las diferentes estelas de olores en el ambiente; pero aun con esta ventaja, sigue confundiéndose y caminando en direcciones sin sentidos. Dando vuelas y giros que comienzan a impacientarlo, ya era la maldita tercera vez que veía esa rama rota.

Si va demasiado lejos el aroma se desvanece, y si se queda quieto simplemente se desvía en otros caminos. Un gruñido hosco sale de sus labios, las orejas se contraen y la cola azota violentamente en signo de impaciente frustración, los ojos violáceos reflejan agotamiento. Ray no está hecho para estas cosas, si bien su cuerpo esta en las optimas condiciones debido al entrenamiento obligatorio que dictan las reglas de la tribu, personalmente prefería los lugares cerrados y el conocimiento empolvado de los libros. Pero él amaba a Emma, y es su amor por ella el que lo incita a seguir, a dar más de sí mismo, a entender su situación.

Serán pareja, deben apoyarse en las adversidades. Emma es una Licántropa que a diferencia de otros se guiaba mas por el instinto que su lado racional. Cuando la conoció lo primero que se le vino a la mente fue "chica rara" por su insistencia a cambiar a su piel animal y usar sonidos más primitivos para comunicarse, pero no lo era, Emma creció en un entorno muy diferente al suyo. Le tomo años entenderlo. Pero a pesar de las discrepancias, lograron crear una relación funcional. Lo único que les faltaba era demostrar su elección con el vínculo en sus cuellos. Fueron largas semanas de conversación, de confesiones y entendimiento, amor y pasión, pero cada vez que Ray intentaba marcar a Emma... la pelirroja se volvía salvaje, retrocediendo y desafiándolo.

Estuvieron muy frustrados, enojados consigo mismos, negando rotundamente sus instintos solo para desesperadamente unirse. No termino bien. Finalmente tuvieron que ir con el Curandero de la tribu por ayuda. El viejo Licántropo fue amable y paciente, compresivo, suave en darles la respuesta a su dificultad y... la milagrosa solución.

Enlace de Nodens.

Emma al convivir más con sus instintos buscaba desafiar a Ray para probar sus límites, sus fortalezas, ver si tenía potencial como su pareja. La dinámica del Enlace de Nodens si se completaba correctamente, satisface ese deseo primordial La propuesta se consideró. Primero (él dice considero porque la histeria de Emma fue...) tuvo que lidiar con las lágrimas bajar por el rostro de Emma mientras le repetía que no es su culpa, que la amaba tal y como es. No la haría cambiar por nada, ni siquiera por él. No fue justo. Si tenía que atravesar mar, cielo y tierra (o cualquier otro reto) siendo consciente que físicamente es imposible, lo haría sin dudarlo. El demostraría la magnitud de su amor si es Emma quien le espera al final.

También hubo otros temas... como los cachorros. Era un año, ambos sabían que si no regresaban a la tribu antes del celo de Emma terminarían con su primera camada la próxima primavera. Fue un deseo compartido, pero eventual, en su momento por así decirlo. No obstante, también concluyeron que aceptarían la responsabilidad si terminaban apareándose en la temporada de apareamiento. Ray se lamio los labios, la necesidad de agua ardió en su garganta y, por esta zona del territorio había una laguna. Abandona temporalmente la búsqueda para hidratarse y recuperar su vitalidad, no quería desmayarse a mitad de una persecución.


Emma suspiro aliviada cuando por fin encontró la tan anhelada fuente de agua luego de varios minutos rondando por el bosque. Su sentido de la orientación es pésimo cuando se trata de otras locaciones que no tengan que ver con caribús, jabalíes, liebres o cualquier otra presa que conozca. La loba rojiza observo su reflejo en la superficie del agua antes de beber de él, la helada sensación refrescando su paladar.

Los oídos se estremecen al escuchar el fuerte aullido dominante de Ray a la distancia, su pelaje se eriza mientras gime suavemente, el ardor del deseo oscilando en su vientre y bajando por sus piernas. Ray... debe haber encontrado su rastro. Emma gimotea y se aleja de la laguna, con dificultad ahogando la necesidad de responder el aullido del hombre. Debe regresar al bosque. Camina. Corre. Lejos. Se repite ella varias veces como para no perder el hilo de sus pensamientos, la excitación enciende su cuerpo como un faro en plena oscuridad. Llamando a las criaturas que buscan la luz.

Un sonido casi imperceptible hace que las orejas de Emma se muevan alertas, su cabeza girando bruscamente en dirección al ruido, orbes verdes buscando agudamente el origen o la causa de la discordancia. No ve nada, pero se siente observada.

Tensa, cautelosa y con suma lentitud se mueve, sus patas pisando con cuidado sobre el suelo para evitar hacer el mínimo ruido posible. Alguien estaba aquí... lo bastante grande o poderoso como para fijarla de objetivo. Emma movía sus orejas mientras su vista se fijaba en diferentes direcciones, intentando localizar el par de ojos que la vigilaban con un gruñido bajo retumbando en su pecho. Probablemente estaba expulsando oleados de feromonas de enojo, agresividad y advertencia. Emma no le gustaba para nada sentirse vigilada y acechada, la ponían ansiosa y a la defensiva, experiencias con grandes emboscadas de Cazadores de Licántropos dejaron marcas profundas en sus instintos.

No olía ningún olor, aroma o cualquier rastro que le explicase a que se estaba enfrentando. El viento estaba en otra dirección.

Ella cree que posiblemente se trata de Ray, pero él nunca haría una acción así (no es que deseo subestimarlo tampoco). Él era un hombre capaz de muchas cosas cuando se lo proponía. Estaba confundida, sus instintos gritaron en alarma en su cabeza, Emma no sabía en que creer, si asumir en que era Ray cambiando su táctica o en verdad se enfrentaba a una amenaza potencialmente mortal. Emma se encontraba en un camino de dos salidas con paraderos desconocidos, y como única alternativa en este tipo de situación, su solución era huir. Correr a toda velocidad, sin mirar atrás y buscar los rincones más estrechos y frondosos del bosque para disuadir al desconocido.

Entre los sonidos rotos y lisos de ramas y hojas pudo escuchar una respiración profunda y gruñidos hoscos. Emma debía admitir que era rápido, muy pocos de sus conocidos lograban igualarla en velocidad. Pero en esta situación no podía pararse y halagar, no podía detenerse, ella no podía simplemente caer bajo cualquier mandíbula en su cuello.

Zigzagueo, saltos los troncos de árboles caídos, atravesó arbustos espinosos y enredaderas. Nada... Ninguno de sus arduos intentos parecía incentivar a lo desconocido a rendirse, la resistencia y perseverancia era dignas de admirar, pero asimismo la estaban asustando. Emma tenía límites, su resistencia no era infinita, debe deshacerse de esta presencia o no tiene más opción que llamar a Ray.

Los músculos de su patas y pecho estaban tensos, entre lapsos de tiempo podía sentir punzadas de dolor por el peso, sus pulmones cansados por las bruscas y erráticas respiraciones. Debe detenerse pronto o podía sufrir una lesión, desgarre o colapso pulmonar según decida el destino. En su adolescencia normalmente ella iría en contra de lo que sea que la persiguiera, pero Emma había madurado, aprendido que no podía enfrentarse a alguien más fuerte por sí sola por mas dotada de agilidad y dinámica que posea. Emma es una cazadora, no una guerrera. Era una mujer, y si bien sabe su valor y fuerza, no se puede comparar la suya con la de un hombre Licántropo.

El intento de aullar fue cortado, su temor sucedió, sus extremidades delanteras se tensaron dolorosamente haciendo que cayera con brusquedad y raspara contra la tierra. Emma gimió ahogadamente cuando su cuerpo se detuvo, se sintió pérdida y adolorida, intento levantarse para continuar, pero sus extremidades sencillamente no respondieron, sus ojos rápidamente reflejaron angustia y empezó a emitir suaves quejidos de su garganta. El miedo se apodero de ella. El sonido de arbustos moviéndose hicieron que el pelaje rojizo se erizara, el agotamiento le impidió elevar o mover su cabeza para visualizar por lo menos la figura que la acosaba, pero no le impidió descubrir los colmillos y gruñir profundamente en advertencia. La sombra emergió de los arbustos finalmente, acercándose a la loba rojiza y posicionándose encima de su cuerpo, el cálido aliento tocando sus orejas. Un oscuro gruñido emitió, y Emma gimió por la humillación y la vergüenza, escalofríos recorriéndola al sentir una lengua pasarse por su cuello gentilmente.

¿Que? De repente el aroma amaderado de sándalo golpea sus sentidos y la relajan enseguida, Emma entrecerró los ojos y ronroneo encantada. Las suaves administraciones de acicalamiento y el aroma familiar la hicieron sentir segura, receptiva y febril. Lloriqueo cuando sintió dientes afilados mordisquear su cuello, resoplando cuando un gruñido vibro cerca de sus orejas. Emma cerro los ojos e imagino su forma humana, el cabello pelirrojo, piel blanca, ojos verdes, cuando los vuelve abrir se dio cuenta de que tenia menos dolor. Ella gimió suavemente cuando otras manos la rodearon y la voltearon hasta colocarla en su espalda, hizo contacto rápidamente con esos ojos violetas que amaba tan profundamente.

-Te tengo. – La voz de Ray fue un susurro contra sus oídos, su sonrisa, petulante. Los gruesos brazos rodeando su cintura.

- ¡Dioses! ¡Casi me matas de un susto, Ray! –Emma siseó con el ceño fruncido alejando el rostro de su prometido con la palma de su mano, enojada. En el fondo, por otro lado, estaba orgullosa de él. No lo esperaba.

-Perdón. –Dijo Ray entre risas para luego lamer la mano en su rostro, sonriendo ante el chillido de la pelirroja. -Perdón. –

Emma suspiro, perezosamente acariciando la suavidad del cabello azabache del hombre. -Tendré que aceptarlo, supongo. –

Ray acaricio con su nariz las líneas del rostro de la pelirroja, deseoso de dejar su aroma. Las mejillas de Emma se tiñeron de rojo suave mientras correspondía el gesto, ronroneando bajamente. Las propias orejas del hombre se movieron con interés, curioso se acercó y acomodo entre las piernas de la chica. Oliendo la curva de su cuello, lamiendo y mordisqueando la piel disponible, seguido de un suave vaivén de caderas hacia adelante. Deleitándose al oír los suspiros y suaves gemidos de Emma. El gruñó cuando pudo saborear la dulzura del aceite acaramelado de la glándula aromática sin ser empujado y desafiado finalmente.

-Hmm... ¡Ra-ah! –Emma jadeó, ronroneando profundamente al sentir los dientes presionar el área sensible de cuello. Gimió, moviendo sus caderas contra los empujes de Ray. –Si. Ray, por favor. ¡A-ah...! –

Ray se alejó, los labios brillantes por el aceite. Observando a Emma con la compresión de finalmente podrán estar juntos, finalmente podrán hacer el vínculo y conectarse como han estado anhelado. Emma gimió cuando su mandíbula fue sujetada y guida para un beso, duro y posesivo, lenguas jugando entre si por el dominio.

Ray se separó con un profundo suspiro, ojos entrecerrados y hambrientos. -No entiendo como aun no me he vuelto salvaje, tu olor... estaba por todas partes. –Murmuró el hombre buscando quitar las estorbosas prendas sujetas al cuerpo de Emma, ganándose una risa por parte de ella. –Destrozando mis sentidos... mis instintos... no sabes cuanto te deseo ahora mismo, Emma. –

-Hazlo, no te detengas ahora.... No más, nunca más. –Ray gruñe ante la desesperación en la voz de Emma, presionando de nuevo sus labios. Los brazos de Emma rodearon el cuello del pelinegro, frotándose contra el firme cuerpo masculino y profundizando mas el beso. Los corazones latiendo con anticipación y nervios, los olores de excitación, lujuria y alegría envolvió el aire a su alrededor. -Ray. –Ronroneó ella su nombre, ojos verdes entrecerrados y pupilas nubladas por el creciente calor en su vientre.

Todo olía a caramelo, jengibre, almizcle y sándalo. Ray lamió los suaves labios antes de apartarse, Emma gimió triste al no sentir el calor de su pareja sobre ella. El canturreó para calmarla, asegurarle que no se iría. Sus dedos buscando las cintas ubicadas detrás del peto de cuero, desatando el nudo y quitando la molesta prenda de su vista. Dejando ver la tela con la que la pelirroja mantenía firmemente sus senos en su lugar. Ignorándola por el momento, trazo sus dedos por la tersa piel, admirando cada centímetro, cada cicatriz y ese hermoso tatuaje que simbolizaba su habilidad para cazar.

-No tienes idea de lo que me haces. –Habló él, su voz ronca y concentrado solo en ella. -Hacer esto, tenerte... es solo una parte de mi deseo. –

Emma parpadeó lentamente, la cola rojiza golpeteando el suelo feliz por las caricias y palabras de anhelo. - ¿Cuál es el resto? –Preguntó, sus piernas apretándose en las caderas del hombre para empujarlo hacia ella. La erección vestida rozando contra su sexo, adolorido y húmedo, provocando un gemido de ambos.

-El resto... –Dijo Ray mientras se quitaba la camisa negra y cinturón de tela blanca grueso que rodeaba la cintura, sujetando y manteniendo en su lugar los pantalones oscuros. Dando un espectáculo a Emma, los músculos gruesos y definidos, brillantes por el sudor. -Es construir cada segundo, todo lo que implique. Nuestra vida, nuestro hogar... nuestra familia. –

Las manos del pelinegro se transformaron parcialmente en garras para cortar la tela que cubría los senos de su amada, liberándola, regresando a la normalidad poco después para que sus dedos acaricien uno de los tiernos capullos rosas. Ray dejo una estela de besos desde la clavícula, pecho y estómago, dando una que otra lamida a la piel febril. Tuvo cuidado de no lastimar la cola rojiza cuando quito el cinturón oscuro y bajo los pantalones; deshaciéndose también de las botas de cuero.

Emma exhalo temblorosamente por el frío tocando su piel, los ojos verdes ardiendo en deseo mientras sus propias manos exploraban el cuerpo de Ray, acariciando cada cicatriz, cada ondulación de musculo, el tatuaje de guerrero y riendo cuando el hombre temblaba al tocar un área sensible. –Quítatelos, ahora. –Siseo al ver aun la cintura de sus pantalones.

- ¿Estamos impacientes ahora? -Dijo Ray entre risas, arqueando una ceja. Emma cerro los ojos, resoplando con malhumor como si ella fuera la única que se sentía así: impaciente, enérgica, desesperada por todo lo que ofrece.

Ray jadeó, el miedo atravesándolo en seguida en el momento en que la pelirroja lo empujó, cayendo de espaldas a la tierra. Los ojos violáceos abiertos expectantes y nerviosos al ver a Emma con el rostro arrugado y ojos verdes intensos, su piel brillando por calor rezumando junto al movimiento violento irritado de una cola rojiza detrás. La pelirroja acarició el cuello de Ray, sus dedos trazando un camino hasta su pecho mientras movía sus caderas desnudas contra la erección aun vestida del hombre.

-Sera mejor que no te burles de mí. –Hablo Emma ejerciendo más presión en sus caderas. Ray gruñó y agarró sus caderas, sus garras amenazando la piel femenina.

- ¿De ti, mi amor? Eso jamás. –Gimió Ray relajándose y levantando las caderas, dejando que la chica bajara la línea de la tela y liberara el miembro erecto.

Una pequeña mano ahueca su pene tembloroso, la palma presionando su eje y aplastando su nudo entre la carne caliente, el pulgar se sumerge en la hendidura vestida de su cabeza, empujando hacia atrás el prepucio para exponer la piel sensible, y Ray deja escapar un grito irregular, sacudiendo las caderas hacia adelante y casi empujando a Emma de su posición encima de él. Es torpe e inexperta, pero también seria y curiosa, con un deseo genuino de hacer que Ray se sienta bien, y eso es mejor que cualquier otra cosa. Él acaricio un muslo firme, roncos gruñidos escapando de sus labios; los olores y feromonas en aire incitándolos. Guío sus dedos al sexo de su amada y acaricio el clítoris hinchado, Emma respiró ahogadamente.

–¿Eso se siente bien, no es así? –Emma asintió con la cara roja, tensa cuando el bajo mas sus dedos hasta separar los labios húmedos. –Puedo olerlo... lo húmeda que estas. –Ray observo maravillado la expresión de satisfacción de Emma mientras acarició su sexo con movimientos lentos, provocándola, ampliando las fosas nasales cuando introdujo dos dedos dentro. El olor proveniente de aquel resbaladizo líquido atrayéndolo, lubricando para facilitar la fricción contra esas paredes calientes y suaves como la seda.

Emma jadeó, moviendo sus caderas y mirando ansiosa al pelinegro. -A-ah, sí, sigue... ¡Hmmg! –

-Haces los sonidos más dulces. –Ronroneó él con una sonrisa, moviendo sus dedos al ritmo de las caderas de la pelirroja. Ray baja su mirada, sus colmillos duelen por la imagen que ve. –Me pregunto qué más puedo hacer que hagas. –

Tomó impulso y se sentó, con Emma en su regazo y sus manos sobre sus caderas, ambos respirando pesadamente mientras sus sexos se rozan y la piel se eriza ante las sensaciones hormigueando por sus cuerpos violentamente. Ray gruñó suavemente cuando Emma agarró sus labios para un beso, dientes mordiendo la carne tierna y su aguijo calmado por una suave lengua; las garras de los dedos raspando en su cuero, agarrando fuerte el cabello. Gruñó oscuramente, hambriento, deseoso por más control sobre la pelirroja. Ray deja escapar un suspiro ahogado a través del beso cuando la palma de Emma se sacude con sorpresa al entrar en contacto de nuevo con el miembro del pelinegro, con calma, redirige el sexo rojo y latente, puede sentir los ojos verdes acalorados observándolo.

No se necesita mucha búsqueda para localizar la nota dulce, y solo un momento para alinear sus sexos. Emma gime mientras sus caderas se hunden lentamente y la polla del pelinegro desaparece en el húmedo agujero. La ausencia de aire, la intensidad de sensación, los obligaron a separarse. Los dientes rechinan y gruñidos constantes vibran en los abismos de sus pechos, ambos pares de ojos fijos en el área en la que están conectados. Las sensaciones son completamente ajenas mientras se tambalean al borde de una lujuria feroz e insaciable.

Ella suspira impotente, agarrando con fuerza los hombros anchos del pelinegro. -Eso se siente bien, muy bien.... –Ray siseó, abrazándola con fuerza y con la barbilla en su hombro. Como depredador territorial, los Licántropos siempre buscaran usar sus colmillos alargados para someter a su pareja y el nudo para mantenerlos en su lugar hasta que se haga la acción. Es transaccional y distante en la forma de vínculos íntimos. No obstante, el impulso aun no retumba sobre Ray para hacerlo, el cambio sensual no solo lo tiene aturdido y tranquilo si no emocionado por experimentar nuevas sensaciones con su pareja.

Emma levanta las caderas lentamente. El agarre de Ray sobre su carne se aprieta deliciosamente y la pelirroja sisea ante el aguijón. Le encanta, de hecho, no puede tener suficiente. Puede sentir cada vena, cada cresta del miembro mientras se desliza contra su interior. La curva se arquea deliciosamente en su carne, negándose a doblarse a favor de raspar sus paredes y cada nervio sensible que pueda localizar. Emma apenas puede levantar los ojos de la mirada violácea del pelinegro. Es demasiado abrumador, el calor se acumula en las profundidades de todo su ser cuando la punta del miembro de Ray apenas se asoma por el agujero de bienvenida. Los labios de ella se abren y un grito ahogado se estremece; el doloroso estiramiento desaparece cuando sus caderas tartamudean hacia adelante y hacia atrás, sin sumergirse todavía en el placer.

Emma se hunde rápidamente, el interior de sus muslos abraza las caderas de Ray con fuerza, quedando al ras entre sí en una ráfaga de lujuriosa gratificación. Su cuerpo actúa por instinto, sus caderas tartamudeando lentamente en círculos. Deliciosos sonidos de líquido resbaladizo contra la piel y las paredes apretadas de su vagina alrededor de la palpitante polla de Ray. El hombre sisea, murmurando palabras en Licano, algo que tiene a Emma orgullosa por hacerlo perder su firme compostura.

Los ojos violáceos del pelinegro se lanzan para encontrarse con los de Emma y se suavizan ante la vista. Observando fijamente durante mucho tiempo, contentos con el balanceo de la pelvis de Emma en direcciones aleatorias en un movimiento giratorio. -Mas, Ray, por favor. –Llama en un susurro de su voz.

Un gruñido fuerte y dominante nace de la garganta de Ray cuando el instinto golpea duro, pupilas negras sin rastro alguno del iris violeta. Los músculos se tensan, las extremidades se mueven con rapidez a pesar del peso sobre ellos y, sin perder en ningún momento la conexión que los une.

Los brazos de Emma son extendidos y sujetados por encima de su cabeza mientras Ray gravita sobre ella. El aroma del hombre es profundo, exigente y dominante, ahogando a Emma para descubrir su cuello en sumisión. Las grandes manos ejercen con fuerza un agarre en las muñecas de la pelirroja. El ritmo es lento y le permite sentir cada centímetro que se desliza contra sus paredes. Eso, hasta que Emma rodea con sus piernas la cintura del hombre, sus tobillos presionando en la espalda baja y exigiendo más de él. Ray retumba obedientemente, meciéndose rápido, duro y áspero por los instintos exigentes que hacen brillar sus colmillos con veneno y que el nudo palpite en la base de su pene.

Ray lleva su boca a la curva del cuello pintado de rojo, lamiendo la glándula. El cuerpo femenino bajo su domino se relaja, flácido y flexible a su voluntad. Emma ronronea a través de los gemidos que provoca con cada deslizamiento, su nudo se engancha en el apretado anillo de músculos y se lanza hacia adelante una última vez antes de inflarse por completo, enterrando su sexo dentro del coño de Emma.

-Déjalo ir... solo déjalo ir. –Emma grita y clava las uñas en el dorso de las manos de Ray, pequeñas rayas rojas delinean la piel del hombre mientras el orgasmo viene gradualmente, expandiéndose con cada respiración entre los dos y las caderas rodando con tortuosa fricción.

La pequeña bola de tensión en su vientre se rompe como una banda elástica demasiado estirada. -¡Joder! –El placer casi eclipsa el dolor causado por el hombre enterrando sus colmillos en el cuello de Emma. No hace nada para detenerlo, no puede y no quiere; la dicha dentro de ella solo aumenta sin aparente final. Tampoco importaba que acabara de llegar al clímax, el calor se extendía por todo su abdomen, dejándola tambaleándose en otro borde, llenándola hasta el punto en que sus entrañas se estiraban para acomodar cada gota de semen. El olor a sándalo perfuma el área de su apareamiento en el bosque con clara señalización de mantenerse alejados, gruñidos retumban desde el pecho de Ray antes de retirar su boca de la carne de Emma mientras respira con dificultad, los colmillos gotean la sangre de la chica.

Ray se relaja, bebiendo el sabor metálico en su boca antes de lamer con cuidado la herida. -Oye, cariño... ¡Hiss, maldición Emma!  –El siseo bruscamente, tensándose cuando sintió el propio aguijón de los colmillos de Emma sobre la piel de su glándula aromática. Emma gruño profundamente, los ojos verdes cansados luego de limpiar la herida antes de caer exhausta, ronroneando contenta cuando el vinculo se establece en la cabeza de ambos Licántropos en una presencia cálida, serena y goteante de amor.

Al abrir los ojos Emma pudo vislumbrar a través del dosel de los árboles la oscuridad del cielo y la Luna menguante. Una vista que evocaba recuerdos de aquellas noches en donde ella y Ray se recostaban sobre la hierba verde, contemplado el cielo, con el sonido de su voz de fondo en una encantadora narración sobre las estrellas, constelaciones y planetas; sus nombres o las historias ligadas a ellos.

Emma suspiró suavemente, sonriendo somnolienta cuando el movimiento de brazos la acercaron más a la calidez del torso de Ray para protegerla de las bajas temperaturas del otoño. Esta actualidad, no está muy alejada de esa memoria. Ella acaricia su hombro, riendo cuando el hombre arruga el ceño, resopla bajamente y aparentemente seguirá durmiendo. Se burlará de la inevitable situación más tarde, cuando estén más despiertos y menos adoloridos. Emma se acurruca más cerca, su cabeza bajo la barbilla de su pareja mientras deja que los olores y los sonidos del bosque la arrullen, confortándola rápidamente por su tranquila asociación.

Los ronroneos y suaves ronquidos se unen a la sinfonía natural de otros seres mientras esperan la tímida llegada del sol en el horizonte. 

Continue Reading

You'll Also Like

200K 17K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
571K 34K 200
ya leiste Pero esto ya está lleno vayan al nuevo libro
3.6K 666 6
Tenma Uzui había sido obligado por sus padres a ir a la casa antigua y sobretodo descuidada de su difunto bisabuelo Tengen Uzui, al estar allá, consi...
1.6M 86K 72
Siempre es "chico malo y chica buena" o "chica mala y chico bueno". ¿Pero qué pasa cuando envían a Dana Ferwin, la hija de uno de los hombre mas rico...