El Pacto
Capítulo 15. Sharingan
Por la mañana, en cuanto se levantaron, volvieron a la torre de la Hokage para concretar los detalles de su plan.
Dejaron a Kotaro con su antiguo maestro de la academia Iruka-sensei, el cual se alegró enormemente de ver al pequeño y se mostró sorprendido por la presencia del Uchiha, aunque le dio la bienvenida cordialmente pensando en que a partir de ese día Naruto volvería a ser feliz, tal y como acreditaba la imborrable sonrisa que mostraba el rubio todo el tiempo.
Cuando llegaron al despacho de Tsunade entraron, evidentemente, por la ventana. Taka comenzó a preguntarse para qué tenían las puertas en Konoha si desde que llegó aún no usado ninguna.
En un rincón apartado se encuentran Itachi enfundado en una capa con la capucha cubriendo sus rasgos para ocultar su identidad en el caso de que alguien entrara por casualidad y de imprevisto.
Conversaba con Kakashi y Shizune. Al parecer, el sensei del equipo siete y el Uchiha he sido sempais en la ANBU hace tiempo, antes de que todo sucediera, y la ayudante de la Hokage era más o menos de la misma edad que el ex Akatsuki de modo que los tres tenían temas comunes para hablar.
En el lado contrario de la sala, se hallaban convocados de pleno los ninjas de la generación de Sasuke y Naruto que miraban con suspicacia al encapuchado Itachi ya que aun no conocían su identidad.
Se hizo un tenso silencio cuando Sasuke y su grupo hicieron aparición junto a Naruto. Varios ceños se fruncieron en signo de hostilidad y todos se tensaron perceptiblemente mirando al Uchiha.
Shikamaru era el único que estaba enterado completamente de lo que ocurrió, e incluso sabía que era Itachi el sujeto que tanta expectación había hecho entre sus compañeros. Se adelantó unos pasos después de mirar a todos los que acompañaban a Naruto y formar un intranquilo gesto.
- Uchiha, ¿Dónde está Sakura? - increpó reclamando.
Sasuke lo miró inexpresivo. Por supuesto él no iba a contestar a una pregunta y mucho menos si provenía del Nara formulada en ese tono exigente. Compuso una mueca altiva y le mantuvo la mirada con exasperante tranquilidad.
- ¡Ne, Shikamaru! Sakura-chan vendrá en unos días - contestó Naruto suponiendo que el Uchiha no iba a abrir la boca.
- ¿Por qué? ¿Dónde está? - siguió preguntando. Estaba preocupado, se suponía que la pelirrosa tenía que volver con su hermano. Pero el único que estaba allí era el Uchiha y su grupo extraño.
- Esa es una de las razones por las que os he reunido a todos aquí - habló por fin la Hokage cortando de una vez la conversación. - Bien. Para los que no lo sepáis, Uchiha Sasuke ha sido absuelto de los cargos de traición de modo que vuelve a ser ninja de Konoha.
Una radiante sonrisa surcó el rostro de Ino, la cual miró feliz al pelinegro que parecía aburrido. Muchos relajaron la expresión tensa que mantuvo hasta entonces.
- ¡Bien, sabía que esto no podía acabar tan mal! - se alzó la entusiasta voz de Rock Lee - ¡Bien hecho Sasuke-san!
Al momento otras exclamaciones de júbilo se elevaron por la sala. Desde luego, Kiba no podía contenerse de armar barullo e incluso Naruto, que ya estaba enterado de la noticia, comenzó a aclamar. Suigetsu por supuesto se unió encantado al grito general entre carcajadas y ante la mirada reprobadora de Karin. Cada vez le gustaba más esa aldea.
Hinata se limitó a lanzarle una tímida sonrisa a Naruto, se alegraba por él, ahora ya no estaría triste y volvería a ser el de siempre.
El resto de los shinobis como Neji y Shino, que eran tan expresivos como Sasuke, se limitaban a cruzarse de brazos e ignorar a sus compañeros, tal y como el propio Uchiha estaba haciendo.
- ¡UN LLAMADOR! - Ordenó Tsunade e inmediatamente el reino de silencio en el despacho - Como iba diciendo, Sasuke y su grupo ayudaron a Sakura a rescatar a su hermano. El niño ya está en Konoha sano y salvo - les miró amenazadora ante la posibilidad de un nuevo estallido de júbilo.
- El caso, es que no habíamos hecho pública toda la información referente al secuestro del niño. Akatsuki se lo llevó, - el ambiente distendido que había reinado hasta el momento se torno serio - ellos interpretaron una profecía que fue formulada recientemente, sobre un niño con un poder capaz de acabar con la "guerra de las nubes rojas" y llegaron a la conclusión de que se trataba de Kotaro, por eso se lo llevó a poder usarlo en su favor.
Neji frunció el ceño e Ino se llevó una mano a la boca con sorpresa, sabía que les ocultaban algo pero nunca pensó que sería tan grave.
- Si la situación era tan grave ¿Por qué Sakura partió sola? - hablo el Hyuuga con voz susurrante.
- El Consejo se opuso, ellos querían al niño muerto - Sasuke decidió responder a la duda con esta concisa y brutal respuesta, se estaba cansando de dar tantos rodeos. Pudieron percibir un nivel rastro de ira en sus palabras.
- Pero eso no puede ser… - dijo Tenten sorprendida - El Consejo tiene el deber de velar por los habitantes de Konoha igual que el Hokage.
Un bufido se oyó procedente de Taka.
- Parece que no conoces mucho a tus propios gobernantes - agregó Karin.
- Descubrimos cosas muy desagradables del Consejo, pero de eso hablaremos más adelante - declaró Tsunade - el caso es que rescataron al niño, y Danzo envió a Sai para acabar con él y Sakura, al parecer considera el poder de la profecía un arma demasiado peligrosa como para usarla, así que quiere eliminarla.
Las miradas se volvieron hacia Sai que había estado todo el rato tranquilamente recostado en la pared observándolos a todos y escuchando, formuló como siempre una de sus sonrisas en respuesta a todos los pares de ojos que lo miraba reclamando una explicación.
- Sai-baka está con nosotros - aclaró Naruto rápidamente temiendo que se lanzaran sobre el ANBU.
- Pero todo esto no nos aclara dónde está mi flor de cerezo - reclamó Lee.
El Sharingan de Sasuke coloreó sus ojos, aunque afortunadamente, sólo Kakashi se percató de ello y se guardo los comentarios ahogando una risita.
El Uchiha tomó nota mental de darle una paliza al cejotas en la primera oportunidad que tuviera.
- Sakura decidió ir al Oráculo que realizó la dichosa profecía para recoger información sobre cómo usar ese poder ya que Kotaro no muestra ningún signo de habilidades especiales. – Contestó la Hokage – Tsk. Es una imprudente cabezota.
- ¿Cómo se te ocurre dejarla ir, Uchiha? – preguntó Sai abandonado su papel de espectador.
Sasuke frunció el ceño y le lanzó una iracunda mirada. Bastante le había costado aceptar la idea de dejarla marchar sola, como para que ahora ese estúpido con cara de estúpido y sonrisa de estúpido viniera a decirle estupideces. Como si él mismo no se hubiera hecho esa misma pregunta durante todo el tiempo desde que la pelirrosa partió.
- No es culpa del Teme dattebayo – le defendió Naruto.
Ah, para eso servía tener amigos, le ahorraban el tener que hablar, pensó el Uchiha con satisfacción.
- Ya sabes cómo es Sakura-chan – prosiguió el rubio – cuando se le mete algo en la cabeza es imposible hacerla cambiar de opinión.
Muy cierto, Naruto se está ganando un tazón de ramen. Sasuke miraba con aprobación a su amigo.
- Además el Teme lo intentó, Kotaro-chan dijo que incluso pelearon.
Oh,oh
- Me dijo que Sasuke-teme hasta tenía arañazos en la espalda cuando salió del cuarto – concluyó solemnemente el rubio, muy orgulloso de haber demostrado la inocencia de su amigo.
Le mataré.
Se hizo un silencio de risas contenidas y desencajadas expresiones incrédulas. Suigetsu se estaba ahogando intentando no estallar en carcajadas mientras los ojos le lagrimeaban del esfuerzo. Nadie se atrevió a mirar al Uchiha que estaba envuelto en un halo de ira homicida.
El suelo se astilló cuando Naruto impactó contra él por el golpe del Uchiha.
- ¡¿Pero qué te pasa baka?! Maldito Teme bipolar – gritó el rubio incorporándose.
- Hmp. Aprende a tener la boca cerrada, Dobe – le dijo entre dientes con el Sharingan amenazadoramente activado. Genial, ahora todos lo sabían, adiós a la fama de frío y deshormonado vengador.
- ¡SE ACABÓ! ¡¿Pero qué clase de ninjas sois, mocosos?! – Gruñó la Hokage - ¡estamos tratando temas importantes, no cotilleos de patio de vecinas!
Todos se cuadraron dispuestos a escuchar de nuevo a Tsunade con el mayor de los respetos. La Gondaime se sentó de nuevo en su escritorio masajeándose las sienes, tratar con esa cuadrilla de escandalosos siempre le ponía dolor de cabeza.
- Sakura volverá en unos días, fin del tema. - Les miró retándoles a hacer algún comentario - El caso es que tenemos información fiable de que Danzo planea hacerse con el poder en Konoha aprovechando el inminente ataque de Akatsuki.
Todos la miraron consternados por la terrible noticia.
- Y según lo que hemos podido averiguar esto sucederá dentro de poco, tal vez días - ignorando la sorpresa de los presentes continuar, aprovechando que estaban callados - No podremos enfrentarnos a todo a la vez, así que debemos ocuparnos del Consejo antes que nada. - Sonrió malignamente - y para eso tenemos la baza perfecta.
Hizo un gesto al encapuchado que se había colocado junto a Sasuke y Taka. Todos lo observaron curiosos, deseando saber quién se ocultaba tas la capa.
Unas manos blancas y finas se alzaron para descubrir los aristocráticos rasgos, tan parecidos a los de Sasuke, del primogénito del clan Uchiha. Les dedicó una mirada altiva, alzando una ceja y sonriendo de lado socarronamente, al ver como todos se tensaban en posición defensiva e incluso sacaban algún kunai.
- ¡¿Es que ahora acogemos a criminales de rango S ?! - exclamó Tenten. - ¡Él es un Akatsuki!
- Nee, Chouji - llamó a Kiba susurrando - Sasuke no le está atacando. Pensaba que quería matarlo.
El Akimichi frunció el ceño percatándose de que efectivamente el Uchiha se encontró junto a su hermano, que había vuelto a colocarse la capucha, sin la más mínima muestra de hostilidad.
- Tranquilizaos, es de los nuestros - Dijo Tsunade - Esto es lo que averiguamos…
La Hokage les contó toda la historia del clan Uchiha, la aparente traición de Itachi y la manipulación de Danzo. Cuando terminaron todos tenían un nudo en la garganta, Ino lloraba e Hinata no estaba muy lejos de hacerlo.
- Todo eso es suficiente para condenar a Danzo por traición - sentenció Neji.
- Tenemos que hacer una acusación pública y presentar unas pruebas de las que no quepa ninguna duda - dijo Kakashi apartando la vista de su Icha Icha. - si dejamos alguna fisura se volverán contra nosotros.
- Necesitaremos el apoyo de los clanes - dijo la Hokage pensativa - Neji, ¿puedes hablar en representación de los Hyuuga?
- Hinata- sama es de la rama principal - declaró el muchacho.
- N – Neji-san cuenta con la total confianza del clan - se apresuró a aclarar Hinata.
- Shikamaru, ¿el clan Nara nos apoyará? - el ninja asintió con pereza murmurando problemático.
- ¿Kiba?
- Iré a buscar a mi madre. Pero, la lealtad de los clanes está con la Hokage y con Konoha. No creo que necesite preguntarse - aclaró el Inuzuka acompañado por un ladrido de Akamaru.
El resto de los presentes pertenecientes a clanes asintieron corroborando las palabras de Kiba y se dispusieron a ir a buscar a los líderes familiares.
- Tsk. No les digáis que vengan, si empezamos a reunir a los cabezas de los clanes resultará muy sospechoso. Por eso os he convocado a vosotros, eso no llama tanto la atención y más con la vuelta de Sasuke - frunció el ceño concentrándose - planteadles la situación y volved con la respuesta. Ahora largos.
La noticia de la vuelta de Sasuke había corrido como la pólvora por toda la villa.
Mientras caminaban hacia el Ichiraku para comer, las miradas cautelosas se dirigían al Uchiha cuando pasaban y varios murmullos se oían al verlo. Él por su parte, hacía oídos sordos y caminaba con la cabeza alzada como si fuera el dueño de la calle.
- ¡Ramen! - exclamó el rubio abalanzándose sobre el tazón humeante que acababan de colocar frente a él.
Taka miró como el chico engullía el plato en un abrir y cerrar de ojos, y pedía otro que seguramente desaparecería igual de rápido. Sasuke y Kakashi no estaban en absoluto sorprendidos por este comportamiento. Naruto no sería Naruto si no se atragantara a ramen siempre que tenía oportunidad.
- Teme, luego vamos a entrenar. Los demás aun estarán hablando con la vieja - propuso el rubio entre un tazón y el siguiente.
- No sé, Dobe - contestó distraído - no quiero dormir otra noche en tu maloliente madriguera, tenemos que buscar sitio.
- ¡Mi casa no está tan sucia, dattebayo! - Protestó - es solo que le falta un poco de orden.
- Tu definición de "un poco" es bastante indulgente, usuratonkachi - replicó el Uchiha con una media sonrisa. Había echado de menos molestar al Dobe.
- ¡Y la tuya demasiado estricta, amargado! - gritó el rubio exaltado.
- ¿Por qué no os quedáis en casa de Sakura? Es bastante grande - interrumpió Kakashi antes de que se enzarzaran en su habitual bucle de insultos.
- Sakura no está respondida - Sasuke duramente. No le hacía gracia que le recordaran constantemente a la pelirrosa, cada vez que oía su nombre le asaltaba una sensación de desagradable desazón por su ausencia.
- Nee Sasuke, estoy seguro de que a ella no le importará. - dijo Suigetsu lanzándole una mirada significativa acompañada de una picara sonrisa.
- Además alguien tiene que cuidar del renacuajo, no podemos dejarle siempre con el tipo de la academia - Agregó Karin que se metería debajo de un puente antes que volver a entrar en "tugurio Uzumaki".
- No sé, no creo que a Sakura-chan le guste tener al Teme husmeando en sus cosas - repuso Naruto contrariado.
- Yo no soy como tú, Dobe - contestó ofendido el Uchiha.
- Más quisieras, Teme - respondió el rubio acalorado - cuando Sakura-chan vuelve a rasguñarte la espalda por entrar en su casa no te quejes… -
Naruto se quedó pensativo, como si algo le estaba rondando el cerebro y no terminara de saber qué era.
-… Rasguñarte la espalda… - repitió entrecerrando los ojos concentrado -… ¿Dónde he oído yo eso antes?
Kakashi abrió su libro pervertido y se lo puso a Naruto abierto bajo las narices señalándole una frase.
- Cuarto tomo del Icha Icha Paradise, capítulo cinco, párrafo tres… Y ella le rasguñó la espalda gritando su nombre… - recitó el sensei con reverencia como si fuera un texto sagrado.
En un rápido movimiento el rubio saco de su propio bolsillo otro ejemplar del Icha Icha que abrió desaforadamente pasando las hojas como si buscara algo.
-… A cualquier persona pudo parecerle una pelea, por los golpes que se oían… - Naruto leyó otro párrafo del explicito libro abriendo mucho los ojos al comprender.
- ¡TEME! - gritó rojo de ira volviéndose hacia el Uchiha.
Pero para frustración del ninja rubio su amigo se había esfumado y sólo se encontró con los rostros burlones de Taka.
Estos observaban intrigados, aquellos libros que alumno y sensei han tratado con tal reverencia como si se tratara de preciados códices, pero al ver la portada se dieron cuenta de alarmados de que se trataba de libros para pervertidos. Los miraron con un tic en la ceja. Desde luego aquellos que hablaban con respeto de la grandeza y gloria de los ninjas de Konoha no había estado jamás en la villa viéndolos en su día a día.
- ¡TEME VUELVE AQUÍ! - Continuaba gritando Naruto - ¡eres un maldito pervertido!
Finalmente accedido a hospedarse en la casa Haruno, ya que el niño tenía sus cosas allí y ninguno de ellos tenía ganas de volver a dormir con Naruto.
El rubio por su parte había olvidado su rabieta después de gritar un poco y estaba junto a Sasuke entreteniendo a Kotaro con alguna de sus historias llenas de "dattebayo", mientras que Kakashi abría la puerta con la llave que la pelirrosa le había dejado al marcharse.
- ¿Y por qué Sakura-chan te dejó a ti una llave de su casa ya mí no? - se quejó contrariado el rubio.
- Porque entonces habría acabado siendo una pocilga como la tuya, Dobe - le contestó el Uchiha con una sonrisa socarrona.
El ninja iba a contestar con uno de sus acostumbrados gritos cuando el sensei abrió por fin la puerta haciéndolos pasar al interior.
El aroma de Sakura golpeó a Sasuke haciéndolo respirar hondo, no sabía cómo iba a poder dormir allí sabiendo que ella estaba lejos. Observó la casa con curiosidad, no era tan grande como la mansión Uchiha evidentemente. Se trataba de una casa normal, lo suficiente para que una familia viviera en ella cómodamente.
Las paredes estaban pintadas en tonos claros que captaban la luz dándole al lugar un aire alegre y fresco con un toque elegante y sencillo, muy Sakura. Sobre una estantería pudo observar unas fotos que mostraban a la pelirrosa con su familia, eran de hace tiempo cuando Kotaro era aún un bebé, también había otras con su maestra, con Naruto, incluso él mismo salía en más de una. Parecía que la ojijade había querido forrar la estantería de fotografías.
- Mi onee-san decía que había que conservar siempre bonitos recuerdos para ahuyentar la tristeza - comentó el pequeño Haruno sonriente, al ver que Sasuke miraba las fotografías con curiosidad.
El Uchiha pensó que en ese caso, Sakura había intentado ahuyentar mucha tristeza ya que podrían empapelar un cuarto entero con ellas.
- ¿Este es Sasuke-kun de pequeño? - dijo Karin emocionada mientras sostenía una foto en la que salía él sonriendo de medio lado con arrogancia mientras Naruto le pasaba el brazo por los hombros y al otro lado Sakura sonreía feliz.
Sasuke recordaba ese día, a Kakashi se le ocurrió la feliz idea de llevar una cámara a una sencilla misión de rango D y se dedicó a inmortalizar todos los momentos que pudo. Seguramente en esos estantes habría más fotos que el sensei realizó en la "excursión" sin que ni siquiera posaran para ello. Recorrió las demás con la vista y reparó en que efectivamente había más. Naruto cayéndose al río. Sakura golpeando a Naruto. Él golpeando a Naruto. Ambos golpeando a Naruto. Sí, fue un buen día pensó.
La risa de Karin interrumpió sus pensamientos.
- ¿Pero qué le pasó en el pelo? - Dijo señalando una foto de Sakura en los exámenes para chunnin - parece que se lo haya cortado a sí misma - comentó burlona.
- Eso fue lo que pasó - contestó Kakashi sonriente - un enemigo la agarró del pelo para inmovilizarla mientras atacaban a sus compañeros heridos, Sakura se cortó el pelo con su propio kunai para liberarse y defenderlos. - terminó con tono alegre.
Suigetsu soltó una carcajada mirando a la pelirroja que se acariciaba con mimo la melena, poniendo cara de horror ante la perspectiva de que alguien pudiera dañar su propio cabello voluntariamente.
Sasuke echó un vistazo a su alrededor. A pesar de que la casa había estado deshabitada durante meses, no lo parecía. Todo estaba limpio, tal vez una ligera capa de polvo se adivinara sobre los muebles, pero por lo demás daba la impresión de que en cualquier momento la pelirrosa saldría de la cocina anunciando que la merienda estaba lista con una sonrisa. Por desgracia eso no ocurrió.
De pronto el sonido de una fuerte explosión hizo temblar los cimientos. Naruto, que había acompañado a Kotaro a su habitación para dejar sus cosas, volvió corriendo rápidamente
- ¿Pero qué demonios ha sido eso? - exclamó Suigetsu aturdido.
Otra explosión siguió a la primera precediendo al eco de algo derrumbándose y fuertes gritos.
- Creo que se Akatsuki se ha adelantado a nuestros planes - dijo seriamente Kakashi. Todos compusieron una expresión de horror y Kotaro se abrazó a la pierna de Juugo buscando protección.
- Dobe - llamó Sasuke volviendo ligeramente la cabeza hacia el rubio. Este asintió con la cabeza sabiendo lo que el pelinegro decirle, y ambos se encaminaron hacia la salida con semblante serio.
- Proteged al niño - ordenó el Uchiha a su grupo apenas volviendo la cara.
En un abrir y cerrar de ojos los dos desaparecieron de un salto corriendo por los tejados de las casas como flechas, en la dirección en la que el humo se alzaba sobre la muralla de la villa.
Kakashi se preparó para salir hacia el despacho de Tsunade para informarse de la situación.
- Llevadlo con Iruka a la academia, él se ocupara de ponerlo a salvo junto con los demás niños y civiles - les aconsejó antes de desaparecer en una de sus acostumbradas nubes de humo.
Desde hacía rato había comenzado a llover, el cielo estaba encapotado por unas grises nubes perladas que hacían que la luz del sol llegase mortecina a través de ellas.
Habían retrocedido hasta casi el centro de la aldea, los ninjas de la lluvia y los subordinados de Akatsuki parecían no acabarse nunca. Las invocaciones de los enemigos destrozaban todo a su paso.
Naruto y Sasuke peleaban hombro con hombro como en los viejos tiempos, cubriéndose la espalda mutuamente y atacando sin descanso. A pesar del tiempo que estaban separados la compenetración entre ellos seguía intacta, jamás se había visto un par de guerreros tan coordinados y letales como ellos, parecía que se leían el pensamiento.
En esos momentos, se encontraban luchando espalda contra espalda en medio de un circulo de enemigos. Estaban cubiertos de sangre, tanto propia como ajena, sus ropas tenían desgarrones y las gotas mezcladas de sudor y lluvia, bajaban por sus rostros arrastrando la suciedad de la pelea. Respirando agitadamente por el cansancio Sasuke movió su katana rápidamente haciendo que los ninjas a su alrededor se desplomaran.
Los demás tampoco estaban en mejores condiciones, todos los chunnins, jouunins e incluso gennins de Konoha defendían su villa con uñas y dientes. Los clanes hicieron su aparición tumbando a una buena cantidad de enemigos con sus técnicas. Pero aunque podría librarse de los subordinados, los Akatsuki con sus capas de nubes rojas avanzaban imparablemente dejando la muerte a su paso.
- ¡LEE! - Gritó la voz de Tenten al ver como su compañero era lanzado contra una pared con una fuerza brutal - ¡NEJI! ¡Ven rápido! - llamó con desesperación mientras corría por encima del barro hacia el ninja herido que estaba inconsciente con varios escombros sobre él.
El Hyuuga se volvió con rapidez y frunció el ceño al ver a sus compañeros de equipo. Tenten intentaba despertar a Lee angustiada mientras le llamaba para que la ayudase. Sin pensarlo dos veces, el muchacho se lanzó hacia ellos y les cubrió de la lluvia de shurikens que caía sobre ellos con su Hakkeshō Kaiten.
Se giró preocupado hacia Lee, seguía inconsciente. Con un rápido movimiento le agarró por el brazo echándoselo a los hombros.
- Tenemos que sacarle de aquí - dijo dirigiéndose a la kunoichi y comenzando a andar entre las ruinas y el lodazal en el que se había convertido la calle, esquivando los kunais enemigos y las explosiones.
- Hay que buscar a Ino, ella es médico - sugirió Tenten lanzando sus armas para cubrirle las espaldas a Neji. Este activó Byakugan buscando a la medic-nin.
Kakashi y Gai colaboraban luchando sobre los tejados para derrotar a Zetsu, el Akatsuki planta, que había conseguido llegar hasta ellos y estaba causando estragos en sus filas. Ambos peleaban fieramente con movimientos rápidos aunque, por los rasguños que ambos presentaban, estaba being una reñida lucha.
Hinata estaba en medio del campo de batalla entre una mezcla de barro y sangre, buscando heridos para sacarlos de allí y poder curarlos. Divisó entre el tumulto de explosiones y ataques como Akamaru ladraba fuertemente protegiendo algo que se encontró agazapado en el suelo retorciéndose e intentando incorporarse.
- ¡KIBA! - gritó la kunoichi con su débil voz que quedó ahogada por el derrumbe de un edificio próximo. Sin pensarlo dos veces se lanzó corriendo hacia él esquivando los escombros con sus ágiles movimientos de bailarina sin importarle los estallidos cercanos ni las rocas que llovían del cielo.
Se quedó paralizada cuando al alzar la cabeza vio un gran pedrusco que se abatía sobre ella, en el último momento un enjambre de bichos desvió el proyectil salvándola. Giró la cara para ver cómo Shino le hacía señas indicando que se apresurara, tenía la ropa rasgada y las gafas torcidas.
Sin perder tiempo la medic-nin recorrió el tramo que la separaba del herido y comenzó a emanar chakra sobre los profundos arañazos de su torso mientras Akamaru y Shino les cubrían.
De pronto, el ruido de estallidos sonó amortiguado, como si le hubieran bajado el volumen a todo, al menos eso fue lo que les pareció a Sasuke y Naruto cuando todos los ninjas que los atacaban se dispersaron y pudieron observar una figura enmascarada que avanzaba con paso firme hacia ellos. Las peleas de alrededor cesaron y sólo podía oírse el tenue sonido de la lluvia que caía chispeante sobre ellos.
Uchiha Madara pensaron los dos a un tiempo.
El pelinegro se colocó delante de su amigo con su Sharingan rodando amenazador. Sabía de buena mano que los Akatsuki buscaban jinnchurikis, y por Kami juraba que no tocaría al Kyuubi.
Madara se detuvo a escasos metros de ellos y les miró comenzando a reír burlonamente.
- Que patéticos resultáis - espetó detrás de la máscara con su áspera voz - ¿crees en serio que tienes una oportunidad contra mí? - volvió a carcajearse con desdén. - no eres más que un último intento de Uchiha.
Por toda respuesta Sasuke ladeó su katana y tensó los hombros preparándose para el ataque. Naruto frunció el ceño y se colocó a su lado en posición defensiva.
- ¿No vais a huir? - Comentó el Akatsuki haciéndose el sorprendido - Ella sí que lo intentó - dijo misteriosamente componiendo una sonrisa macabra.
El pelinegro entrecerró los ojos con recelo y una desagradable sensación se asentó en su estómago, por su cabeza una idea intentó formarse pero él rechazó incluso antes de ponerle nombre.
- Aunque eso no le sirvió de nada desde luego, nadie escapa de mí.
- ¿De qué está hablando este asqueroso? - preguntó Naruto rígidamente.
- Ni siquiera me vio llegar ¿sabes ?, que jovencita tan descuidada. - Rió - Realmente tenía bonitos ojos, se abrieron de par en par en par cuando me reconoció, demasiado tarde - added with fingida lástima.
-…… - Sasuke apretó la mandíbula. No, no, no . Era lo único que le martilleaba la cabeza.
- Me gustaría decir que te dedicó unas últimas palabras Sasuke-kun, pero antes de que pudiera pronunciarlas ya tenía mi katana atravesando su corazón - le lanzó algo plateado - creo que esto es tuyo.
El muchacho lo atrapó con su mano libre y contempló como brillaba el dije del clan Uchiha cubierto por sangre seca. Lo apretó en su mano hasta hacerse daño.
... te ofrezco un pacto, Uchiha ...
… Sasuke-kun ¿sigues enfadado? ...
... quiero que sepas que te amo ... siempre te he amado ...
... jajaja despierta Sasuke, ya es de día ...
Los recuerdos pasaban ante sus ojos, tan reales como si los viviendo de nuevo. Podía oír la risa de Sakura retumbándole en los oídos cuando le despertó una mañana rodando sobre él hasta que ambos cayeron al suelo.
… Ni con un ejército lograrán separarme de ti…
Mentira
… Volveré…
Mentira
… Nos veremos en Konoha y estaremos todos juntos…
Mentira
… Te quiero…
- Sakura… - pronunció con la voz estrangulada.
- No - susurró Naruto a su lado lanzando después un grito de desgarrador dolor, se encogió sobre sí mismo intentando contener al Kyuubi que amenazaba con manifesrse debido a su rabia.
- ¿Así se llamaba esa estúpida? - escupió Madara con desprecio - no sufras, pronto estarás con ella.
De pronto todos los presentes comprendieron de qué estaba hablando el líder de Akatsuki. Acababa de decir que había matado a la Flor de Konoha, un peso se extendió en todos los corazones, todos conocían a la kunoichi del equipo siete, a todos les había dedicado una de sus inolvidables sonrisas y les había curado when were heridos o enfermos.
El cielo tronó con fuerza llorando la perdida de la villa.
Sasuke alzó los ojos rojos del Sharingan que destilaban el odio y la furia de una bestia herida, tan terrible era la fría cólera de su mirada que Madara retrocedió un paso involuntariamente.
El viento le agitaba los cabellos haciendo que le golpearan el rostro que mostraba unas facciones de piedra, la luz proyectaba sombras a su alrededor creando la ilusión de unas alas negras, parecía un ángel de la muerte, hermoso y terrible. Sólo sus ojos mostraban la ira, el dolor y la sed de sangre que recorrían sus venas. Tanto era su odio en ese momento que el sello maldito se vio colapsado y no se activó.
Avanzó sosteniendo su katana y con un rápido y certero movimiento atacó al fundador del clan, este retrocedió y devolvió el ataque, se enzarzaron en una lucha encarnizada.
Sasuke se movía con el único pensamiento de destrozar a ese malnacido, lo que quería era desmembrar cada parte de su ser y luego seguir arrasando hasta que nada quedara a su alrededor, nada que le recordara el dolor que estaba sintiendo. Sólo abandonarse al sedante poder que la violencia ejercía en su angustia.
Su cabeza ni siquiera formaba ideas lógicas, solo oía su propia voz canturrear burlona ... es culpa tuya ... te empeñaste en ser feliz y mira lo que pasó ... los Uchiha destrozan todo lo que tocan ... es culpa tuya ... debiste acompañarla, protegerla ... la voz se iba volviendo cada vez más amarga y agresiva … tú culpa… está muerta y es sólo ¡culpa tuya! ... su subconsciente gritó de agonía, siempre supo que terminaría volviéndose loco, su alma ya había soportado demasiado dolor para continuar cuerdo. Pero si ya nada existía para él, al menos se encargaría de que Madara le acompañara al infierno.
Mientras ellos luchaban, Naruto se retorcía cuando la tercera cola surgió burbujeante rindiéndose al dolor de la pérdida ya la ira de la venganza.
Sasuke consiguió colar el filo de su arma en un flanco desprotegido, pero cuando pensaba que esta se clavaría provocando una grave herida, la hoja atravesó a su oponente como si no fuera corpóreo.
Madara se desvaneció en una nube de humo negro y apareció de nuevo a la espalda del pelinegro que abrió los ojos con sorpresa, lanzándole contra un edificio medio derruido con un fuerte golpe que hizo que el suelo se estremeciera.
En ese momento, Naruto se lanzó hacia él con la fuerza de las cuatro colas de Kyuubi que mostraba, intentó desgarrarle con odio haciendo que el suelo se agrietara. El Akatsuki se limitó a mirarlo con el Sharingan y haciendo gala del Mangekyō Sharingan frenó al biju provocando que su poder retrocediera dentro del jinchuuriki, para después lanzar al rubio confuso y herido contra el mismo hueco que Sasuke había hecho en la pared y contra el que se apoyaba para levantarse, haciendo que el pelinegro cayera de nuevo por el impacto.
- Esto ya no me divierte, sois demasiado fáciles de matar - espetó con desdén - creo que esto se acaba aquí.
- Estoy de acuerdo - dijo una voz.
Acercándose lentamente pudo ver una delicada figura que caminaba con calma entre los charcos y cascotes, una capa blanca cubría sus rasgos con una capucha ancha.
Alzó la cabeza y unos ojos rojos quedaron a la vista de todos. Madara soltó un bufido. ¿A cuántos Uchiha debería que matar para que le dejaran en paz? Pero sólo quedaban dos y esa figura no pertenecía a Itachi, parecía…
Con un diestro movimiento la figura de ojos rojos se arrancó la capa dejando que un único rayo de sol que se filtraba entre las nubes iluminara su rosada melena.
Sasuke se había puesto en pie y sostenía a Naruto que se apoyaba en su hombro, funcionó a la kunoichi con una mezcla de intensas emociones, alivio, alegría y… ¿eso era el Sharingan?
- Teme - llamó el rubio medio tosiendo - ¿desde cuándo Sakura-chan tiene Sharingan?
De la primavera nacerá el último de una estirpe diezmada,
por sus ojos será reconocido aquel que desde sus inicios tendrá el poder de acabar con la guerra de las nubes rojas.
La pelirrosa posó una mano en su vientre y sonrió. Desvió su mirada hacia Madara imprimiendo un desafío en el extraño Sharingan, con el dibujo de una trinqueta, que giraba en sus ojos.