El pacto (SASUSAKU)

By ZoeUchihaa

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Esta es una historia original de Elade-chan❤✨ More

ACLARACIÓN
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Epílogo

Capítulo 13

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By ZoeUchihaa

El Pacto

Capítulo 13. Diferentes caminos

Después de su discusión, Sakura había salido de la casa con paso rápido para que nadie la viera derramar las lágrimas que había estado conteniendo.

Rodeó la casa y se sentó en el porche de madera que tenía en la parte de atrás. Apoyó la cabeza derrotada, en uno de los pilares de madera que sostenían el techo, y lloró abrazándose las rodillas.

Sasuke no se daba cuenta del daño que hacía su indiferencia, que la llamara molestia y no confiara en sus capacidades. Aunque en el fondo, sabía que él había hablado de ese modo porque estaba enfadado con ella, por querer ir sola a una misión peligrosa. Y eso significaba que se preocupaba por ella más de lo que podía imaginarse.

A esas alturas lo conocía lo suficiente como para saber que él estaba sufriendo tanto como ella. Sasuke había resultado ser muy protector con la gente que quería. Tal vez el haber perdido a los suyos de niño había marcado su fuerte carácter posesivo y sobre protector. Por mucho que le pesase a Sakura, no podía estar enfadada con él por querer que no se expusiera a peligros.

Ella misma se había angustiado y disgustado mucho cuando él se había estado a luchar contra Deidara.

Suspiró derrotada. Ya no estaba cabreada con Sasuke por sus palabras, pero seguía triste porque sabía que, aunque al Uchiha le pesara, ella debería irse y averiguar que era en realidad la profecía y el poder que involucraba a su hermano. Y eso era algo que disgustaba profundamente al pelinegro.

Sintió que alguien se sentaba a su lado pero continuó con la cabeza apoyada en sus rodillas.

- Ne, pelo de chicle - la llamó la voz de Karin.

- No estoy de humor, cuatro ojos - le contestó sin cambiar de posición.

- Te he traído algo de comer, Juugo está preocupado por ti - continue la pelirroja.

- Estoy bien - dijo elevando la cabeza para mirarla y cogiendo la manzana que le ofrecía.

Karin la carrera, tenía los ojos algo enrojecidos y el semblante abatido.

- ¿Sigues enfadada con Sasuke-kun?

- No - respondió escuetamente sin mirarla, dando un mordisco a la manzana.

- Él sí parece enfadado - dijo con cautela - hemos oído que rompía cosas en su habitación.

- Ya - hizo una pausa silenciosa - ¿ha subido alguien para hablar con él?

Karin abrió los ojos asustada, por nada del mundo se pondría al alcance de la furia del pelinegro en esos momentos, y lo mismo se podía decir de sus compañeros.

- Sinceramente, frentona. Él da más miedo que tú - dijo con una sonrisa burlona.

Sakura supuso hablar que la mandado a con ella ya que no se atrevían a entrar en la habitación del Uchiha.

La pelirrosa bufó.

- Así que quieres ir a ese oráculo ¿no? - preguntó la pelirroja sabiendo la respuesta.

- Es necesario para que podamos ganar, pero Sasuke no quiere aceptar que tengo que ir - respondió con resignación - aunque no puedo culparle por ello.

- No me hace mucha gracia que te vayas. - Confesó sin mirarla - pero estoy segura de que puedes convencer a Sasuke-kun para que acceda a tu plan.

- Ya lo intenté y mira lo que pasó - le dijo la pelirrosa desanimada.

- Quizá no usaste los argumentos adecuados - le dijo con una pícara sonrisa.

Sakura enrojeció hasta la raíz del cabello.

-… yo… eres una… - balbuceó avergonzada.

- No te esfuerces en hacerte la santa - dijo levantándose para marcharse mientras le dedicaba una sonrisa desvergonzada.

Maldita cuatro ojos entrometida . Aunque tenía razón en que debía ir a hablar de nuevo con Sasuke, no le gustaría tener que marcharse mientras él seguía enfadado con ella, y… quizás no era tan mala ocurrencia que aceptase la idea. Definitivamente había cometido un error al soltárselo a bocajarro.

Se encaminó andando con seguridad al interior de la casa portando un brillo descarado en la mirada.

. * / * / * / * / *.

Sakura abrió la puerta de la habitación de Sasuke con cuidado y la cerró tras ella. El Uchiha se encontró mirando por la ventana que había al otro lado de la habitación, dándole la espalda y apoyando las manos, una en cada del marco.

Por supuesto, él sabía que era ella la que había entrado. Seguramente, la había percibido desde que comenzó a subir la escalera, y por ello se había colocado de espaldas a la puerta para que pudiera percibir lo enfadado que estaba y que no quería hablar con nadie. Básicamente, le estaba diciendo sin palabras que se largara y lo dejara en paz.

La pelirrosa se acercó y apoyando la frente en su espalda, le rodeó el torso con los brazos y comenzó a acariciar sus trabajados pectorales, lentamente. Él siguió sin mostrar ninguna intención de reconocer su presencia, de modo que la chica se deslizó hasta quedar frente a él, que seguía sin mirarla manteniendo sus ojos cerrados, como si se hubiera dormido de pié.

Un brillo de desafío cruzó los ojos verdes de la muchacha. ¿Así que me ignoras, eh? Eso lo veremos.

Sakura se puso de puntillas y pegándose a él comenzó a lamer el lóbulo de la oreja del pelinegro que se estremeció levemente, sin dar todavía su brazo a torcer.

La kunoichi siguió besando la sensible piel del cuello de Sasuke justo debajo de su oreja, mientras emitía sensuales gemidos, soltando el aliento en la zona que quedaba húmeda después de pasar su lengua. Pudo ver cómo él apretaba las mandíbulas intentando mantener el control y sonrió con satisfacción.

- Mmmm… Sasuke-kun… ¿aun estas enfadado? - ronroneó seductoramente.

El muchacho luchó por mantener el ritmo de su respiración que se aceleraba por momentos.

Joder. Le había llamado Sasuke-kun. Maldición. Era cruel, ningún mortal podía resistirse a la tortura a la que la pelirrosa le estaba sometiendo en ese instante. Se estaba esforzando mucho en mantenerse impasible, nunca le había resultado tan difícil. Puede que tuviera un carácter de hielo pero era un hombre y por Kami que si seguía restregándose así contra él, no respondía de sus actos.

Ya ni siquiera recordaba el motivo por el que estaba enfadado, aunque sabía que lo estaba y mucho. Pero si la cosa continuaba subiendo de tono ni siquiera llegarían a la cama, la haría suya contra la pared en ese mismo momento.

Sasuke soltó un involuntario jadeo de placer y la pelirrosa sonrió triunfal contra su piel.

De pronto, el Uchiha abrió los ojos revelando el Sharingan. Con un violento movimiento acorraló a la ojijade contra la pared contigua, haciendo que su espalda rebotara por el golpe y atrapando sus labios en un fogoso beso mientras acariciaba su muslo y su cintura apasionadamente.

La pelirrosa abrió los ojos momentáneamente asustada ante el desenfrenado deseo que había ocasionado en el ninja.

Sasuke siguió sujetándola contra la pared, pegando su cuerpo al de ella para que pudiera sentir su creciente excitación. Con brusquedad comenzó a besar su cuello, mordiendo y succionando hasta dejarlo marcado. Una mano se deslizó dentro de la ropa interior de la pelirrosa haciendo que esta jadeara y se aferrara a su haori.

- No juegues con fuego, Sa-ku-ra - dijo roncamente en su oído - podrías quemarte.

- Prepara la hoguera entonces, - respondió con seguridad la chica - porque prefiero mil veces arder en las llamas antes de permitir que te separes de mí en este momento.

Era todo lo que Sasuke necesita oír, con un tirón rasgó la ropa de la pelirrosa mientras volvía a apoderarse de sus labios y en un abrir y cerrar de ojos se deshacía de sus propias prendas.

. * / * / * / * / *.

La pelirrosa funciona a Sasuke inclinado sobre ella, tenía el flequillo mojado por el sudor que perlaba su frente y su pecho todavía subía y bajaba rápidamente por su agitada respiración que comenzaba a calmarse. El Sharingan había abandonado sus ojos, pero estos se muestran tornado oscuros por la excitación y parecían tener un brillo diferente al mirarla.

La kunoichi alargó una mano para retirarle el húmedo flequillo de los ojos y le acarició el rostro con cariño.

- Te quiero - le confesó el Uchiha en un susurro. El pelinegro nunca se había atrevido a verbalizar lo que sintió por ella, pero en aquel momento, viéndola así, desnuda a su lado, bajo él , mirándole de esa manera que sólo ella sabía, las palabras acudieron a sus labios sin poder detenerlas.

Sakura sintió que lloraría de felicidad, él jamás le había dicho algo así. La pequeña niña que había sido a los doce años saltaba en su interior al ver su sueño de infancia cumplido por fin. Sasuke la quería. Kami-sama si el cielo existía debería ser algo como eso.

La pelirrosa se dio la vuelta quedando sentada encima del pelinegro y comenzó a besarlo mientras él le acariciaba la espalda.

Ninguno de los dos recordaba en esos momentos el motivo de su reciente discusión. La noche iba a ser muy larga.

En la sala de abajo, Taka se encontraba cenando tranquilamente.

- Itachi-niisan – llamó el niño - ¿tú crees que se están matando? – preguntó preocupado refiriéndose a su hermana y Sasuke.

Ya hacía un buen rato que su neesan había subido a la habitación del Uchiha para que se le pasara el enfado, y desde entonces había oído golpes que venían del dormitorio. Seguro que se estaban peleando, con el mal carácter que tenían los dos.

-…- el mayor de los Uchiha le miró con cara de espanto.

Suigetsu soltó una carcajada al ver la cara del pelinegro.

- No, no creo que se estén matando – respondió escuetamente el ex-Akatsuki.

- ¿Entonces por qué llevan tanto rato dando golpes? – siguió preguntando el pequeño inocentemente.

- Eso Itachi ¿por qué? – chinchó el ninja de la niebla, que se estaba divirtiendo de lo lindo con el apuro del Uchiha.

- …- ¿por qué le dejaban todos los engorros a él?.Kami le odiaba estaba seguro. ¿Qué se supone que debía contestarle al inocente chiquillo? ¡Tenía cinco años! - Hmp…pensándolo mejor…sí, deben estar matándose.

- ¡Tenemos que hacer algo! – Exclamó Kotaro indignado – voy ahora mismo.

- Tienes razón ¡vamos todos! – se levantó Suigetsu sonriendo.

- Tú te quedas aquí – le ordenó Karin amenazante. Tiró de su brazo haciendo que el ninja cayera en el asiento de nuevo con una mueca enfurruñada.

El niño ya se encaminaba hacia las escaleras tirando de Itachi que intentaba disuadirle.

- Espero que Sasuke-nii esté bien, con la fuerza que tiene mi hermana… ¿viste como quedó Sai-baka? – decía preocupado.

- No creo que Sasuke se queje – murmuró Itachi resignado a seguir al pequeño Haruno.

Al oír la ocurrencia del pequeño, el antiguo Hebi estalló en carcajadas, incluso Juugo rió un poco.

Todas las sábanas y mantas estaban esparcidas tapizando de blanco el suelo de la habitación, dando con su color un ambiente de paz, como si se tratase de un espacio aparte donde el mundo exterior y sus problemas no existían, donde sólo había lugar para dos personas .

En el medio del dormitorio, subido en la gran cama se encuentran Sasuke acostado boca abajo mientras la pelirrosa, semirrecostada a su, le acariciaba la espalda desnuda con la punta de los dedos trazando las curvas de sus músculos en cadenciosos movimientos.

La muchacha experimental al Uchiha con los ojos brillantes de la felicidad de quien ama con todo su corazón y sabe que es correspondido. Nunca había visto a Sasuke tan relajado, ni siquiera cuando dormía parecía bajar la guardia. Pero en esos momentos su expresión era tranquila y confiada, no mostraba ni una pizca de tensión en su postura.

- Eso me lo has hecho tú - dijo de pronto la voz grave de Sasuke en tono divertido, sin abrir los ojos. Había notado como la pelirrosa seguía la línea de los arañazos que tenía, seguramente finas marcas rojas que contrastaban con su pálida piel - siempre me rasguñas.

Abrió los ojos y miró como la muchacha se sonrojaba retirando la mano, él la agarró incorporándose un poco y se inclinó sobre ella haciendo que se recostara mientras él besaba su cuello succionando para marcarla.

- Sasuke… me va a quedar marca… - se quejó entre suspiros la pelirrosa, pero no intentó detenerle.

El sonrió sobre su piel y la miró a los ojos.

- Lo sé… ¿quieres que pare? - le preguntó con tono socarrón elevando una ceja.

- Ni lo pienses - dijo pícaramente y le empujó de espaldas al colchón comenzando a deslizar sus labios por el torso del chico.

- Sasuke… - levantó la cabeza para mirarle -… si tú me lo pides… no me iré - le dijo desviando la vista y mordiéndose el labio.

El Uchiha la miradas sorprendido. Ella le estaba diciendo que podía pedirle que se quedara y le haría caso, sin más discusiones y gritos. Abrió la boca para pedírselo en ese mismo momento cuando un brillo plateado en el pecho de la ojijade captó su atención.

Se trataba del dije del clan que le había dado cuando se enfrentó a Deidara. Lo tomó entre sus dedos y lo expresó pensativo, sabía que ella había sufrido al permitir que peleara sólo, y aun así había confiado en él y se había alejado, a regañadientes, sí, pero lo había hecho.

- Es importante para ti ¿verdad? - le preguntó quedamente.

- Necesito saber hasta qué punto mi hermano está involucrado en esto y cuál es ese gran poder que se supone tiene - le contestó ella tristemente.

Sasuke tiró de la cadena que colgaba del cuello de la pelirrosa para acercar sus labios y se detuvo a escasos milímetros antes de rozarlos.

- Promete que volverás - exigió.

- Ni con un ejército lograrán separarme de ti - respondió seriamente.

Juntaron sus labios por fin y el Uchiha se colocó sobre ella dispuesta a consumar la promesa de nuevo. Descendió con un camino de besos por su abdomen mientras con una mano acariciaba sus pechos.

- ¡Aneue! ¡Sasuke-niichan! - retumbó la voz de un niño al otro lado de la puerta cerrada, mientras un pequeño puño golpeaba la madera.

Sakura puso cara de espanto y apartó al Uchiha poniéndole un pie en el torso a la vez miraba a la puerta todavía tumbada en el colchón. Él por su parte abierta se encontró de rodillas en la cama observando la entrada de la habitación con los ojos muy, mientras que el pie de la pelirrosa apoyado en su pecho le impedía acercarse. Ambos estaban despeinados, sin ropa y con los labios enrojecidos por los besos.

- ¿Echaste el cerrojo verdad? - susurró Sasuke conteniendo la respiración.

El pomo giró pero no pudo abrir la puerta ya que estaba cerrada por dentro.

- Sí - respondió la pelirrosa en el mismo tono bajo.

El Uchiha soltó el aire y acarició la pierna de Sakura que tenía un alcance comenzando a besar la parte interior.

- ¡Finca quieto! - le regañó la chica susurrando un poco más alto.

- ¡¿Sakura-neesan? - la llamó Kotaro desde fuera - ¡déjame entrar !, ¡tenéis que dejar de pelearos !, ¡Sois amigos! - exigió indignado.

¿Pelearos? Pensaron los dos al mismo tiempo. Mierda, quizás hicieron más ruido del que debían.

- ¡Kotaro, cariño !, ¡Ya no estamos enfadados! - gritó la pelirrosa para tranquilizar a su hermano y que desistiera en su intento de entrar.

- ¡¿Seguro? ¡No me lo creo oneechan! ¡Tú tienes muy mala leche! - respondió el niño con recelo.

Sasuke rió quedamente y recibió una leve patada por parte de la kunoichi.

- ¡Kotaro, me ha parecido oír que Itachi te llamaba! - mintió el pelinegro para que el crío se marchara y poder reanudar su labor.

-… - al otro lado de la puerta el pequeño miró extrañado al mayor de los Uchiha que estaba a su lado apenas conteniendo una carcajada.

- Hm - Itachi se aclaró la garganta - ¡creo que has oído mal baka-otouto!

Sasuke casi se cae de la cama. Que cabrón , si lo llego a saber lo mato. El niño era inocente, pero Itachi ya era mayorcito como para creer de verdad que se estuvieran "peleando".

- ¡Estábamos preocupados! - Itachi imitó una voz preocupada con burla - ¡y Kotaro decidió que teníamos que evitar que os matarais!

Desde el pasillo el niño y el ex Akatsuki oyeron pasos apresurados dentro de la habitación que iban de un lado a otro, y después el sonido de un millar de pájaros inundó el ambiente.

Itachi sonrió y apartó al pequeño a un lado alejándolo de la puerta, que en ese momento se abría revelando a un cabreado pelinegro descalzo, con el torso descubierto y el pelo despeinado, portando en su mano un Chidori.

El mayor de los Uchiha tras una carcajada se lanzó corriendo hacia las escaleras seguido de cerca por Sasuke.

Sakura los pies apoyada en el marco de la puerta sonriendo de lado. Parece que esos dos se comportaban como dos hermanos después de todo. Le sorprendía la faceta de Itachi burlándose así de su "baka-otouto", al parecer el primogénito del clan había sufrido una regresión infantil al verso libre de responsabilidades por fin, y toda su madurez se había quemado con su capa de Akatsuki.

Se acomodó el haori de Sasuke que se había puesto a toda prisa a modo de bata, y se encontró con la mirada interrogante de su hermano que le exigía una explicación.

En la sala de abajo el resto de Taka tomaban el té sentados en la mesa, con pose solemne.

Junto a ellos pasaron corriendo Itachi y detrás de él, Sasuke Chidori en mano. Ambos salieron de la casa por la ventana rápidamente. Ellos no perdieron la compostura y continuaron con el té como si nada ocurriera, sin haber movido la cabeza para verlos pasar.

- ¿Ves como yo tenía razón? Si hubieras subido ahora serías tú el que estaría huyendo de la muerte. - apuntó Karin hacia Suigetsu como el que no quiere la cosa, mientras daba un sorbo su taza.

El ninja de la niebla y Juugo asintieron seriamente.

Por supuesto, todos ellos han estado partiéndose de risa hasta que oído que la puerta de arriba se abría y decidieron que era mejor conservar su integridad física pretendiendo que no veían ni oían nada.

A la mañana siguiente llegaron al punto en el que sus caminos se separaban. La pelirrosa marcharía hacia el Oráculo para hacer averiguaciones y el resto de ellos tomaría el camino de Konoha.

- ¡Aneue! Quiero que vengas con nosotros – decía el pequeño Haruno con lágrimas en los ojos mientras abrazaba a su hermana fuertemente.

- Tranquilo otouto, pronto nos veremos – respondió dejándole en el suelo y revolviéndole el pelo – recuerda que debes portarte bien y obedecer lo que te digan y cuando llegues a Konoha hazle caso Tsunade y Naruto.

Sasuke bufó y murmuró algo que sonó como "si le hace caso al Dobe terminará siendo tan usuratonkachi como él"

- Bueno mejor sólo haz lo que Tsunade-shisou te diga – rectificó la pelirrosa.

- Adiós linda - se despidió Suigetsu alzándola del suelo en un abrazo y dándole una vuelta - vuelve pronto.

Se despegó de ella rápidamente al ver la mirada de advertencia del Uchiha.

- Cuídate, pelo de chicle - le dijo la pelirroja - y no hagas tonterías.

- Descuida, cuatro ojos - le devolvió el saludo con una sonrisa - ten cuidado tú también.

Sakura se dirigió hacia Juugo que la miraba con tristeza, se paró frente a él y le entregó un sobre.

- Aquí le he escrito a Tsunade-shisou lo que he averiguado sobre tu enfermedad, estoy segura de que ella te ayudará - le sonrió con cariño.

- Sakura-san… - pero no pudo decir nada más porque ella lo abrazó.

- Vigila que no hagan locuras - le susurró al oído refiriéndose claramente al antiguo Hebi. Sin duda, el gigantón era el más sensato de todos.

- ¿Todo esto es un poco dramático, no crees? - preguntó Itachi con una sonrisa ladeada.

- Estoy de acuerdo - rió la pelirrosa - cuida de Kotaro.

El mayor de los Uchiha le hizo una seña con la mano para que sera como si le fuera a decir algo, y cuando lo hizo le golpeó levemente la frente con los dedos tal como hacía con Sasuke.

- Claro, baka-imouto - le contestó al más puro estilo Itachi.

Sakura sonrió agradecida y se encamino hacia Sasuke que estaba algo más alejado de los demás.

- Tienes que volver, lo has prometido - la cortó él antes de que pudiera decir nada.

- Pobre del que intente detenerme - alardeó la pelirrosa con altanería - me gustaría poder estar contigo cuando veas a Naruto ya sabes cómo es…

- Hmp supongo que sigue igual de dobe.

Sin previo aviso Sasuke le rodeó la cintura con los brazos pegándola a él y la besó con pasión. Sakura se sorprendió, no esperaba que él fuera a besarla delante de todos, sabía perfectamente que las demostraciones públicas de afecto no iban con él, pero se lo devolvió gustosa.

- Nos vemos en Konoha - le dijo cuando la soltó y se encaminó hacia el resto del grupo sin una última mirada.

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