El pacto (SASUSAKU)

By ZoeUchihaa

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Esta es una historia original de Elade-chan❤✨ More

ACLARACIÓN
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Epílogo

Capítulo 11

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By ZoeUchihaa

El Pacto

Capítulo 11. Sonrisas vs Órdenes

Se hospedaron unos días en una aldea fronteriza con el país del Fuego, allí curaron sus heridas y se prepararon para el largo viaje de regreso.

La batalla contra el Akatsuki les había dejado bastante apaleados a todos. En especial a Sasuke, que se recuperó sorprendentemente rápido gracias a los cuidados de la medic-nin.

En cuanto al niño Haruno, había cogido confianza con Taka rápidamente y todos le han tomado cariño enseguida consintiéndolo en todo. El menor de los Uchiha comenzó a sospechar que el pequeño había pasado demasiado tiempo con Naruto.

Pobrecillo, el Dobe le había contagiado su afición por el ramen y su innata capacidad para abrir la boca en los momentos menos oportunos. Aun así, todos se encariñaron enseguida con el chiquillo de ojos dispares, que tenía la misma habilidad que Sakura para hacerse querer.

Llevaban varios días viajando, ya casi recorrido la mitad del camino que les separaba de la villa oculta de la Hoja. Se encontraban descansando alrededor del fuego en su parada nocturna habitual, cuando de pronto el sonido de una tela al rasgarse les hizo alzar la cabeza.

Lo que vieron no pudo más que sorrenderles. De pie ante la hoguera, se vieron Itachi rasgando su capa de Akatsuki con una expresión odio y rabia, que nunca visto visto pintada en su cara.

El mayor de los Uchiha, sin percatarse de las miradas de asombro de los demás, arrojó los girones de tela negra y roja al fuego y contempló como ardían con una mueca de profunda satisfacción, acto seguido se despojó de la banda rayada de traidor y la lanzó también a las llamas con despecho.

Ya no sería más un renegado, ya no era un traidor asesino. Por fin, esa carga había desaparecido. Se sintió ligero como si flotara. Iba a volver a casa, y cuando llegara, no habría un clan presionándole, ni un ambicioso Consejo coaccionándole.

No debería que ser el hijo perfecto, ni el ninja perfecto, ya nadie esperaría que fuera el genio Uchiha, podría ser, simple y llanamente, Itachi. Era libre… libre … cuanto más repetía la palabra más le gustaba, sentía deseos de gritárselo al mundo.

Sakura se quedó con la boca abierta ante lo que ocurrió entonces. Esa sonrisa, jamás la olvidaría.

Itachi estaba sonriendo, no una media sonrisa, sino una de verdad, de esas que iluminaban los ojos, rebosaba felicidad, le hacía aparentar los años que realmente tenía y no esa apariencia achacada por las preocupaciones que le hacía parecer mayor. La pelirrosa no pudo menos que devolvérsela, cuando el Uchiha la miró radiante, contagiando a todos con su felicidad.

- Somos libres, pequeño - le dijo al niño que estaba a su lado, revolviéndole el pelo. En cierta forma, ambos han sido prisioneros de Akatsuki.

El mayor de los Uchiha, había tardado tiempo en asimilar el nuevo rumbo que había tomado su vida y darse cuenta de que por fin, ya no todo dependía de él y que podía relajarse un poco.

- Te comportas como un crío, Aniki - le recriminó en tono distendido Sasuke, esbozando una media sonrisa y volviendo a reclinarse contra el árbol, en el que se encontró descansando despreocupadamente.

- Hmp… - Aniki, Itachi había extrañado que su hermano pequeño le llamara así, hacía casi diez años de la última vez que lo había hecho y jamás se habría imaginado que volvería a oírlo.

Al principio, cuando le había contado la verdad, su relación había sido incomoda y tensa. No en vano, Sasuke había odiado a su hermano por años con toda su alma. Aunque, una vez que todo había sido aclarado, poco a poco volvían a recuperar la confianza, no como la que les había unido en su niñez, eso sería mucho pedir dadas las circunstancias, pero por lo menos volvían a tratarse cordialmente.

Itachi se agachó y sacó de su bolsa la cinta nueva de Konoha que Sakura le había dado. Con un diestro movimiento se la anudó. Konoha tenía un nuevo jounnin.

- No sabía que los Uchiha sonrieran de esa manera - le notó burlonamente Sakura a Sasuke, una vez que se quedaron solos y todos los demás estaban dormidos - ¿tú también puedes? - preguntó socarronamente.

- Hay muchas cosas de los Uchiha que aun no sabes, Sa-ku-ra - le contestó acercándose más a ella con un brillo pícaro en la mirada. La pelirrosa contuvo la respiración cuando él se detuvo a pocos centímetros de sus labios - pero si te refieres a la cara de idiota que puso mi hermano esta tarde. No, yo no puedo. - replicó con sorna alejándose y disfrutando de la cara de confusión de la ojijade.

- Eres un cínico insoportable - le reprochó Sakura con una mueca.

- Y tú una molestia gritona - replicó el Uchiha que parecía divertirse de lo lindo. La acorraló contra un árbol cuando ella le fulminó con la mirada y calló su ácida respuesta con un beso apasionado.

- No sé… cómo te soporto… - la voz de la pelirrosa salió débilmente entre su respiración agitada cuando Sasuke liberó sus labios y comenzó a recorrer su cuello lentamente.

- Porque tengo muchas virtudes - respondió con voz grave mientras le acariciaba el muslo haciendo que sus caderas chocaran y que la ojijade ahogara un gemido.

- Sasuke… - le llamó tirándole del pelo para separarle y poder mirarle a los ojos.

- Mmmm… - la mirada del Uchiha estaba oscurecida, la acción de la pelirrosa no había hecho sino avivar su deseo.

- Tengo que vigilar… es mi turno de guardia - le recordó cerrando los ojos entre entrecortados suspiros mientras enredaba sus dedos en los oscuros cabellos del muchacho, que había vuelto a enterrar la cara en su cuello. Colando una de sus manos bajo la camiseta de la kunoichi, comenzó a acariciar su vientre y subiendo más hacia sus pechos.

- Pues vigila - le dijo con la voz ronca de excitación mientras elevaba las piernas de ella para que se anudaran a su cintura y delineaba su figura con diestras caricias.

Mierda. Cuando le hablaba con ese tono no podía resistirse a él, en cuanto la ropa comenzó a sobrarle, supo que la vigilancia quedaría relegada a un segundo plano. Maldito Uchiha, si pasa algo será sólo culpa suya. Pensó mientras tiraba del haori del moreno y se lanzaba a devorar sus labios ansiosamente.

A la mañana siguiente, todos se levantaron animados, estaban a tan sólo una semana de viaje de Konoha. Ya tenían ganas de llegar y así dejar de dar tumbos de un lado para otro, tal y como venían haciendo últimamente.

Llegaron a un lugar en el que el camino atravesaba un desfiladero boscoso. El lugar perfecto para una trampa había descrito Suigetsu.

De modo, que se aseguraron de no encontrar chakras inesperados pidiendo a Karin que asegurara el terreno. Ella les confirmó que estaba despejado, por lo que se dispusieron a atravesarlo sin preocupación.

De pronto, una lluvia de shurikens cayó sobre ellos obligándolos a internarse más en el angosto desfiladero. De entre los arboles surgieron ninjas enmascarados.

ANBU raíz de Konoha. Los reconoció Sakura.

- Corre - le ordenó llanamente la pelirrosa a su hermano. El niño obedeció sin rechistar internándose en la maleza, mientras ella se enfrentaba al ninja que se disponía a atacar al pequeño.

- ¡¿Cómo no notaste que estaban aquí, zanahoria ?! - le gritó Suigetsu bloqueando una acometida con su espada.

- ¡¿Y cómo quieres que lo sepa, cara de pez ?! , ¡Juro que no noté ningún chakra! - le respondió mirándolo con desazón mientras lanzaba un ataque a uno de los ANBU que luchaban contra su compañero.

- Parece que tendrá que ajustar el radar - se burló el ninja colocándose espalda con espalda con ella para luchar. Puede que siempre estuvieran discutiendo, pero en momentos como ambos sabían que podían confiar al otro su vida.

Eran compañeros de batalla y se protegerían hasta el último aliento, porque los dos destinos encontrados en Hebi y más tarde en Taka mucho más que un grupo con el cual cumplir sus objetivos, encontraron una familia, un lugar al que pertenecer y no permitirían que nadie se lo arrebatara.

Por ello, cuando sus espaldas chocaron tomando posición defensiva, ambos sonrieron sabiendo que sus pensamientos llevaban un mismo rumbo, ya que pese a sus habituales insultos y aparente hostilidad, de todos los integrantes de Taka ellos eran los más parecidos entre sí, pues el grupo que tenía el mismo significado para los dos. Familia.

Los Uchiha han activado su Sharingan y luchaban fieramente contra los ninjas. Se tomaron en serio la pelea, pues se trataba de ninjas de elite de Konoha. Aunque después de todo no eran rivales para Taka, no por ello dejaban de causarles problemas y de plantear una dura batalla.

Acababan de reducir al último ANBU cuando un sonido cortó el aire.

- ¡Sakura! - la voz de Kotaro les llegó desde el fondo del paso. Parecía asustado.

Todos se apresuraron a correr hacia donde procedía la voz. A unos cuantos metros pudieron ver al pequeño Haruno being agarrado por un ninja con máscara de gato, el cual sostenía un kunai sobre el cuello del niño.

De pronto, cuando estaban cerca de su objetivo, quedaron inmóviles y se vieron incapaces de mover un solo músculo.

Los Uchiha comprobaron que no se trataba de ningún gennjutsu, ya que el Sharingan lo había descubierto. Alcanzaron a distinguir una especie de red de chakra invisible en la que estaban atrapados.

La pelirrosa, que era la que había quedado más cerca del ANBU y el niño, tan solo un par de metros los separaban, miró al ninja escrutadoramente y compuso una expresión seria.

- Te dije que volvería y traería a Kotaro conmigo sano y salvo. - le dijo la kunoichi con voz tranquila, teniendo en cuenta la situación. El resto de Taka le dirigió una mirada extrañada.

-…… y yo te creí - se oyó una inexpresiva voz bajo la máscara. El ANBU levantó una mano para descubrir su cara - hola Sakura.

- Sai. - saludó la pelirrosa con voz monótona y una triste mirada.

-Flash Back-

El sol apenas comenzaba a asomar sobre los tejados de la villa de la Hoja, por sus calles solitarias no se veía un alma exceptuando a una kunoichi pelirrosa que caminaba con paso decidido hacia la salida de la aldea.

Al pasar por una banca situada al lado del camino, se detuvo un instante a contemplarla perdida en sus pensamientos. Ahora soy yo la que se va pensó irónicamente, y apartó su dura y decidida mirada para continuar su camino.

Cuando llegó a las puertas de Konoha una voz la detuvo.

- ¿Te marchas sin despedirte, feíta?

La chica se volvió y contempló a un ninja de pelo negro y corto que la miraba con una sonrisa.

Ella no había querido que la acompañaran a la salida when partiera, le resultaba más fácil así. Sabía que las posibilidades de no volver eran muchas, pues su cometido era muy peligroso. Y no habría podido contemplar impasible los ojos de Naruto al despedirla, se sentó demasiado mal por dejarle solo. Pero era su deber y él lo comprendía.

- No me gustan las despedidas, me traen…recuerdos desagradables – sus pensamientos vagaron hacia la fría banca.

- Es más peligroso de lo que nos han contado ¿verdad?- preguntó el ninja refiriéndose a su "misión".

- Sí - respondió con tono neutro.

- Ese renacuajo…- se refería a Kotaro- siempre metiéndose en líos, se parece a Naruto. Es un buen crío, pero igual de revoltoso.

- … …- la pelirrosa le dedicó una mirada vacía. Le dolía hablar de su hermano.

- Ten cuidado Sakura, tienes que volver – le dedicó una sonrisa – eres la única que puede manejar a Naruto.

La kunoichi asintió.

- Volveré, y traeré a Kotaro conmigo sano y salvo – se volvió dispuesta a abandonar la aldea.

- Te tomo la palabra.

- Sai – le llamó sin mirarle - cuida del baka por mí.

Y sin más pegó un salto desapareciendo en el camino.

- Te echaremos de menos – murmuró cuando ella ya no podía oírle.

-Flash Back-

En cuanto el ninja se quitó la máscara, los ojos del pequeño se iluminaron y sonrió amigablemente al ANBU.

- Sai-baka, que susto me has dado- le dijo riendo como si se tratara de una broma – suéltame, soy yo.

El ninja se limitó a apretar un poco más el kunai contra su cuello sin mirarle. En ese momento, el pequeño comprendió, que no era un juego como los que solía tener con él en Konoha, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

- ¿Pero qué… - comenzó el pequeño con voz temblorosa.

- ¿A qué viene este ataque? – preguntó la pelirrosa duramente. Ella sabía perfectamente porqué, pero quería oírlo de él, quería que le contase a la cara todas las insulsas acusaciones y razones que Danzo le había dado para hacerlo.

Hervía de rabia por dentro, ¿cómo se atrevía ese malicioso viejo a mandar a Sai para esto?. Él era su amigo, su compañero, o al menos lo había sido. Era cruel ordenarle algo así. Aunque ese parecía ser el modo sistemático de actuar del Consejero, pensó Sakura al recordar a Itachi.

Aun así, ocultó todo lo que se le pasaba por la mente tras una fría y controlada indiferencia que competía con la del ninja de Raíz. Pues sabía que dejar ver lo triste que se sentía en ese momento, no sería de ninguna ayuda.

-…Se te acusa de traición…- le dijo él sin mostrar ningún tipo de emoción.

Sasuke miró bien al tipo que hablaba con Sakura. Se parecía un poco a él, había algo en sus inexpresivas facciones que recordaban al Uchiha, así como sus ojos negros. De pronto recordó dónde lo había visto, era su remplazo en el equipo siete, lo conoció en aquella ocasión en la que habían intentado que volviera a la villa sin éxito. Una súbita sensación de aversión lo recorrió, ese idiota jamás podría remplazarle en ningún aspecto.

Taka permaneció en silencio dejando la conversación a la ojijade, que parecía haber tomado el control de la situación. Y se limitaron a observar, pues no podían hacer nada sin correr el riesgo de lastimar al pequeño Haruno.

- ¿Traición a qué? – Cuestionó la pelirrosa enarcando una ceja - ¿a Konoha, o a Danzo? Te recuerdo que jamás juré lealtad a ese viejo ambicioso.

- Danzo sólo vela por Konoha – respondió sin alterarse – ha decretado que el niño es una amenaza demasiado grande para la villa y debe ser eliminado, al igual que cualquiera que le proteja.

- ¿Sabe la Hokage algo de esto? – le increpó intuyendo la respuesta.

- … …- Sai sabía que ella conocía la respuesta a esa pregunta, que era, obviamente, no.

- ¿Quién es el traidor entonces?- expuso tranquilamente - ¿es que no lo ves? Él es el único traidor, usa la protección de Konoha como escusa para hacerse con el poder.- estaba comenzando a perder la paciencia.

- Lo que veo – señaló con la cabeza a Taka – es que tus compañías hablan por sí mismas, Sakura.

- Tú no lo entiendes, no sabes la verdad…

- La verdad, es que son traidores que amenazan la seguridad de la villa, eso es lo único que necesito entender.- la interrumpió sin elevar el tono de su voz – y tú estás con ellos – finalizó mirándola a los ojos.

- Ellos arriesgaron su vida para rescatar a Kotaro.- explicó ella.

- Eso no les quita lo de traidores. Sabía qué harías cualquier cosa por tu hermano, pero jamás pensé que llegarías a este extremo.

- No, Danzo no te ha mandado por esa razón y en el fondo lo sabes – negó con la cabeza tristemente.

- Él sólo hace lo que es mejor para la villa – repitió obstinado el ANBU.

- ¡¿Y desde cuando matar niños y atacar a tus amigos es lo mejor para la villa, Sai?! – Gritó perdiendo la paciencia - ¡¿podrás volver a mirar a Naruto después de esto?!

- Se acabó, Sakura. Las ordenes no se cuestionan, se cumplen - recitó ignorando sus comentarios y alzando un kunai para lanzárselo.

Taka se removió inquieto intentando soltarse del agarre que los mantenía inmóviles.

La pelirrosa no hizo ningún movimiento para liberarse, suspiró derrotada y le miró dedicándole una cálida sonrisa de ojos tristes.

- ¿Sonríes? - preguntó el ANBU mostrando por fin confusión - ¿no intentarás defenderte? - con estas palabras el ninja casi parecía estar pidiéndole que no lo dejara matarla.

- Un amigo me enseñó, que una sonrisa es la manera más fácil de salir de una situación complicada - citó la chica sin perder la sonrisa- lo leyó en un libro - descrito.

Sai frunció el ceño. Recordaba perfectamente donde había oído aquello, se lo había dicho él mismo la primera vez que había salido de misión como nuevo integrante del equipo siete, rememoró como le había asestado un puñetazo por hablar mal del Uchiha, y como después, Naruto y ella le enseñado la importancia de la amistad y la fuerza de los lazos.

… Lazos… amistad… órdenes.

Apretó los labios y lanzó el kunai con decisión.

La sangre salpicó el suelo.

Sakura abrió los ojos con sorpresa.

Varios gritos angustiados surcaron el aire al mismo tiempo.

De pronto, todos se vieron libres de poder moverse de nuevo. Sasuke corrió hacia la pelirrosa que miraba con ojos sorprendidos a Sai.

Taka se acercó y contempló el cuerpo caído del ninja ANBU al que Sai había matado con el kunai, en lugar de acertar a Sakura.

Al parecer, ese shinobi perteneciente al escuadrón del pelinegro, se había ocultado sin ser notado y había conseguido colocarse detrás de la pelirrosa. Al ver que Sai parecía dudar, había decidido hacer el trabajo por sí mismo y acabar con la kunoichi rápidamente. Por suerte el muchacho lo había visto y le había salvado la vida a la chica en el último momento.

- ¿Pero qué… - preguntó la pelirrosa sin salir de su estupor.

- Unos amigos me enseñaron, que en el mundo ninja, aquellos que desobedecen las órdenes son considerados escoria, pero los que abandonan a sus amigos, son peor que escoria. - recitó componiendo una de sus sonrisas.

- ¡Sai-baka, me debes una ración de ramen muy grande para compensarme esto! - gritó Kotaro dándole una patada en la espinilla. Sasuke sonrió de medio lado ante esto. Ese crío le agradaba.

- ¿Sabes? Sigues igual de renacuajo que siempre - le contestó burlonamente revolviéndole el pelo. El niño le sacó la lengua y corrió pasando junto a su hermana y Sasuke, el cual estaba delante de ella con ademán protector, para colocarse al lado de Itachi, al que había tomado especial aprecio y se aferró a él con sus manos aun mirando a Sai con el ceño fruncido.

- ¡Eres un idiota Sai, pensé que ibas a matarme! - le acusó Sakura señalándole en un tono igual al de su hermano.

- Iba a hacerlo, feíta - contestó seriamente.

- Lo habrías intentado, baka - replicó ella con una arrogante sonrisa, que parecía haberle robado a Sasuke.

El menor de los Uchiha le lanzó al ANBU una mirada envenenada, si se hubiera atrevido a tocar a Sakura ni siquiera le habría dado tiempo a parpadear antes de que él le incrustara su katana en las tripas. De hecho, aun no descartaba esa posibilidad. Miró a la pelirrosa que estaba tras su hombro, parecía relajada ahora y miraba al "idiota sonriente" de manera amistosa.

- ¿Y ya está? - Se oyó la voz indignada de Suigetsu - ¿ahora sois amigos? ¿Ya no vamos a matarle? - preguntó decepcionado con la mano aun en el mango de su espada.

- Nadie va a matar a nadie - replicó la pelirrosa con tono paciente y rodando los ojos.

- Hmp - oyó a Sasuke, que se mantenía aun entre Sakura y el ANBU mirando a este último con desconfianza. Yo no estaría tan seguro . Pensó maliciosamente.

- Hola Uchiha, parece que ha decidido regresar - saludó Sai.

Sasuke lo ignoró completamente haciéndose el sordo, la única muestra de haberlo oído fue apretar las mandíbulas sin variar su expresión. Por supuesto no iba a desperdiciar saliva contestándole a ese idiota, él jamás contestaba a nada normalmente y si la pregunta venía de alguien no muy valorado por el Uchiha, era totalmente hermético.

- ¿Ya has decidido dejar de ser un bastardo traidor que abandona a sus amigos ?, - siguió hablando Sai insultando al pelinegro. Según él se merecía que alguien le echara en cara todo lo que Naruto y Sakura han sufrido por su culpa, y sabía que ellos no lo harían.

El Sharingan giró en los ojos de Sasuke , ¿Quién se creía ese idiota para reprocharle nada ?. Definitivamente alguien va a matar a alguien.

Sakura se percató de las intenciones del Uchiha y lo cogió del brazo reteniéndolo, él se volvió sorprendido pero ella mantenía su vista fija en el ANBU.

- Sai, creo que ya te advertí cuando nos conocimos de lo que pasaría si volvías a decir algo como eso ¿verdad? - dijo la pelirrosa con una falsa gentileza aterradora.

Los ojos de Sai se ensancharon levemente. Por supuesto que recordaba el tremendo golpe que había recibido por insultar a Sasuke delante de ella.

- Mis disculpas Sasuke-san - dijo inclinándose en una educada reverencia - bienvenido - miró a Sakura esperando su aprobación, a lo que esta asintió complacida.

El menor de los Uchiha enarcó una ceja con escepticismo y dirigió su mirada a la pelirrosa esperando una explicación, a lo que ella contestó con un gesto ambiguo que interpretó como "te lo contare luego".

- Tienes mucho que explicar, feíta- dijo volviendo a un tema serio y señalando con la cabeza a Itachi, que había estado escuchando calladamente mientras Kotaro se agarraba a su capa de viaje nueva, la cual había adquirido en una de las aldeas por las que pasaron.

- Tú también. - le contestó ella.

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