Esto no puede ser amor

By BritnyCoper13

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Una misión que cumplir Para Dakota no es trabajo, es diversión Jacob odia el desorden y los cambios, Nicolás... More

Prologo

Capítulo 1

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By BritnyCoper13

Jacob estaba en la parte trasera de un auto. Había quedado en reunirse con Nicolás, su mejor amigo, en un club nocturno, Nicolás había insistido demasiado en que sea en ese lugar y bueno Jacob prefirió ceder. Jacob no se consideraba una persona terca, sabía que no ganaría nada con negarse, Nicolás sabría muy bien como convencerlo, después de todo tenía una beca en Ciencias Políticas. No era alguien con quien quisieras discutir. Habían pasado semanas desde que no conversaban, su amigo le había dicho que tenía algo muy importante que decirle y que no podría comunicárselo en una simple llamada, que tenía que ser era una conversación cara cara. Al principio Jacob se había preocupado, pero por el tono alegre de su voz percibió que no era algo malo.

Al llegar entro al lugar mientras lo buscaba con la mirada, era un lugar con mucha gente, una música sonaba a alto volumen con una letra demasiando despectiva para su gusto, olía a licor, cigarrillo y un olor diferente que podría haber sido marihuana. Genial pensó mientras caminaba con la esperanza de haberse equivocado para irse lo más rápido posible, pero al encontrar una mano extendida que lo miraba con alegría sintió que no tenía tal suerte.

—Jacob —lo llamó Nicolás con emoción en sus ojos—. Ven aquí...

Jacob trato de poner su mejor cara para que no notara su incomodidad apresurando su paso.

—Nicol —dijo no tan entusiasmado como hubiera querido sonar—. Por un momento creí que me había equivocado de lugar. —Se sentó tratando de no hacer muecas de desagrado

—Te dije que era un club nocturno —aviso mientras bebía un poco de una copa que tenía en la mano, por el color y olor probablemente sería Brandy, no es que supiera mucho de licores, pero su padre amaba esa bebida, así que era fácil reconocerla.

—Parece más un antro de mala muerte

—No puedes hablar ¿O has estado en alguno? No sabía que te gustaban lugares como esos

—La universidad te esta  cambiando —menciono Jacob aún no del todo acostumbrándose al olor de sudor y al bullicio del lugar

—Puliendo es la palabra —alego divertido.

—Deja de jugar a la retorica conmigo —pidió con agobio—. Aún no crees lo que dices, solo estas jugando, tú postura habla por si sola, no dejas de jugar con tus manos, tus piernas están tensas y has estado tomando varios sorbos más para tener algo en la boca que porque quieras tomarlo, aún sigue lleno, estas nervioso y estresado —hablo de forma calmada y con una expresión ligeramente divertida, para la mayoría de personas sería estar serio, pero Nicolás lo conocía lo suficiente como para saber que se estaba divirtiendo.

—Aún no se te pasa lo de psicólogo ¿Verdad? —sacó la copa de sus labios y la coloco sobre la mesa, dio un largo respiro y pareció estar más relajado.

—Supongo que encontré mi vocación—admitió—. ¿Por qué estabas tan nervioso? ¿Tiene que ver con lo que querías decirme? —Su amigo asintió.

—Se supone que ya debería haber... —De pronto pareció estar más relajado con la mirada fija en un lugar y su sonrisa reapareciendo acompañado por un brillo en sus ojos, uno que nunca había visto—. Ya.... es...ta aquí —hablo entrecortado mientras se levantaba torpemente para recibir a alguien

Jacob lo miró con sorpresa, por lo general Nicolás no tartamudeaba, ni era torpe, Jacob trato de recordar la ultima vez que lo había visto actuar así y fue... Nunca, Nicolás nunca tartamudeaba, era perfecto con la palabra, muy capaz de hacer que un ateo se contradiga y termine diciendo que Dios existe, ese comportamiento era extrañó, muy extraño. Y al parecer por el rubor de sus mejillas y unos sonidos de unas suelas de tacón que advertían que una fémina se acercaba, podía intuir muy bien por donde iba el asunto. Aunque, tenía que ser algo más, Nicolás tenía novias, no era un mujeriego ni nada, pero nunca estuvo "solo" emocionalmente hablando. El echo de comportarse torpe con una mujer era insólito en él, Nicolás no era alguien inseguro, por lo general no se dejaba deslumbrar por la belleza externa pero...

—Ella es Sol —la presentó Nicolás con una sonrisa tan grande que se le escapaba del rostro—. Mi novia. —Esas palabras estaban cargadas de un tono muy dulce y empalagoso, pero por alguna razón lo que ella contesto no salió del mismo modo

—Sí, su novia —lo dijo con una sonrisa, aunque era amplia no sonaba tan sincera—. Nicky es muy importante para mí. —Le dio un pequeño beso en los labios—. Estaba muy emocionado por presentarnos. —Se dirigió a Jacob y le dio un  beso en la mejilla, por alguna razón el tuvo el impulso de apartarse, pero sería descortés, así que lo reprimió, había algo que no le agradaba de esa chica, al sentir ese suave beso sobre su mejilla sintió algo raro en sí, no sabía como describirlo, era extrañó—. Espero que nos llevemos muy bien tú y yo —le susurró al oído mientras paso una mano por la espalda de Jacob, antes de volver a los brazos de Nicolás, por alguna razón eso lo hizo sentirse ligeramente incomodo, el tono en que lo dijo era casi... sensual.

Jacob la miro con el seño ligeramente fruncido.

—Un placer. —Por fin hablo cundo ella se sentó al lado de Nicolás.

—Descuida, no es que no le agrades, a Jacob no le gusta que invadan su espacio personal, es algo así como un viejito cascarrabias, pero cuando lo conozcas mejor no sabrás como has vivido tanto tiempo sin él —bromeó Nicolás colocando una mano alrededor de la cintura de la pelirroja

Ella era una pelirroja deslumbrante, ojos azules mucho más intensos que los de él, un vestido de color vino tinto con un prominente escote en la espalda y en el pecho, su piel era blanca y su rostro en forma de corazón la hacia ver muy hermosa. Pero por alguna razón la desconfianza era algo que no podía dejar de lado. No importa cuanto sonriera o cuanto abrazará a Nicolás, algo no cuadraba, no veía la misma chispa con la que Nicolás la miraba en los ojos de ella. Y el echo que ella no le quitara la vista de encima solo lo hacia sentirse más incomodo.

—Si Nicky, espero conocerlo muy bien —hablo con dulzura mientras se lamia los labios—. No me cabe duda que nos llevaremos de maravilla ¿No lo crees Jacob?

—Ya veremos —sonrió ligeramente mientras agarro la copa de licor que estaba al lado e ingirió una pequeña bocarada, no es que le gustara el licor, pero al menos al hacerlo podría concentrarse en otra cosa que no fuera ese sentimiento tan diferente que ella le producía—. Con tal de que hagas feliz a Nicolás tendrás un amigo —remarco esa palabra, por alguna extraña razón no le gusto lo que sintió al decirla—, en mí.

La pelirroja arqueo ligeramente una ceja. Jacob esperaba que entendiera la indirecta y dejará de mirarlo y concentrarse en su novio.

—No te lo dije, él es grandioso. —Colocó una mano sobre el hombro de Jacob y le dio una ligera palmadita fraternal—. Es el amigo más leal que he tenido, es casi como un hermano para mí.

—Que hermoso Nicky. —Acarició el rostro de su novio—. Espero que nunca nada logre romperla, es muy difícil conseguir amistades tan largas y fuertes como la de ustedes. —Volvió a fijar la vista en Jacob, por alguna razón lo que dijo sonaba como una amenaza.

—Sí, nada ni nadie —se apresuro a decir—. Soy muy leal a Nicolás y no lo traicionaría. —La miró fijamente con una sonrisa que se esmeraba por ser agradable—. Espero que tú tampoco —menciono tratando se sonar divertido sin lograrlo del todo.

Una gran risa salió de los labios de la pelirroja como si hubiera dicho la broma más elaborada del mundo.

—Claro que no, Nicky es mi mundo. —Se envolvió en sus brazos—. Soy muy afortunada de tenerlo, lo oíste Nicky en la vida te dejare escapar —bromeo besándolo.

Los tres rieron, aunque solo Nicolás lo hizo sin ninguna segunda intención.

La velada transcurrió entre indirectas y risas falsas hasta que después de una hora de platica.

—¿Entonces este es al primer club nocturno que entras? —Jacob asintió—. Huao... y yo que pensé que los ricos sabían divertirse, no te ofendas es solo...

—No tendría porque, mi idea de diversión esta muy lejos de ser un antro ¿Tú trabajas aquí? —Ella asintió.

—Acceso libre a la mejor bebida y buena música, me pagan por disfrutar. —Sonrió acabando la doceava copa de Wiski de la noche y estaba muy lejos de verse mareada.

—Eso lo explica —susurró mirando a otro lado, la situación lo estaba hartando, no sabía que era lo que veía su amigo en alguien tan ordinaria como ella.

—Disculpa, ¿Qué quisiste decir? —preguntó tratando de sonar amable e inocente y fracasando en el intentó.

—Que... —Tarto de pensar en algo, aunque las tres bebidas que había tomado no lo ayudaban—. Eso explica tu... tu tan agradable humor. —Se mordió la lengua para no decir nada de lo que se pudiera arrepentir Nicolás la quiere, es su novia, su novia, pero por alguna razón eso no lo tranquilizaba en lo absoluto.

—Graci...

Un sonido en el pantalón de Nicolás rompió el hilo de la conversación. Este contestó rápidamente mientras se dirigía a una zona más tranquila.

—Ahora sí. —Cambio su tono al percatarse que Nicolás estaba muy lejos—. ¿A que te referiste? En toda la noche no has dejado de darme indirectas de que no soy más que una zorra —bramó.

—No he sido el único, Solecito —espetó con burla—. ¿A qué estas jugando? Se nota que no estas con mi amigo por que lo quieres ¿Qué es lo que estas buscando?

—Piérdete, no es tu asunto, lo que yo haga o deje de hacer con Nicky no te incumbe —Se levanto de su silla para parecer más amenazante.

—Es como un hermano para mí. —También se levanto Jacob—. Es totalmente mi problema. —La miro con una postura protectora.

De pronto el teléfono de la joven vibró. Lo miró un momento y al instante en los ojos de aquella pelirroja se vio una chispa que de no ser porque él estaba tan molesto habría descrito como hermosa. Por alguna razón la pelirroja dejo de estar a la defensiva y comenzó a caminar en la dirección del rubio.

—Tu problema —dijo con una sonrisa coqueta y unos ojos que no se apartaban de los ojos de Jacob—. Pues hagámoslo más tu problema entonces —susurró en su oído pegando su cuerpo al de él.

Jacob intentó alejarla, pero mientras más se movía más la tocaba, además que los besos que ella le estaba dejando por la oreja solo empeoraba mejoraban la situación.

—Vendrá en cualquier momento. —Odió que su voz saliera quebradiza, odió lo que estaba sintiendo, odió a la responsable, se odió por permitirlo.

—Eso es lo que te preocupa —sonó burlona, mientras acariciaba la nuca y el cabello suave de su victima, suave, ella tenía una debilidad por las cosas suaves, le encantaban—. Que amigo tan leal.

—Cállate —ordenó disfrutando de sus caricias—. Eres la menos indicada para juzgarme. —Quería sonar amenazante, pero era muy difícil cuando ahora él tenía las manos en las caderas de la pelirroja acariciando.

—Tu eres él que esta besando a la novia de su mejor amigo —informo.

En su defensa, era difícil ver con tan poca luz, era difícil pensar con tanta música, pero algo debió haberle avisado cuando sintió unos sabrosos labios sobre los suyos. Debe ser el labial, los labios no pueden saber tan bien por si mismos, es ridículo.

—Tu te acercaste. —Trataba de sonar convincente, al parecer por la curvatura de aquellos labios no lo logró, su respiración subía y bajaba sin despegar la vista de aquellos labios color frambuesa. No. Quería acercarse. No. Quería sentirla. No en definitiva este no era él.

—¿Y solo por eso soy culpable? —preguntó con un tonito inocente mientras jugaba con el cabello del rubio, ella hubiera querido decir que lo hacia para provocarlo, pero en realidad, le gustaba, era agradable al tacto, como seda. El cabello de los hombres por lo general no era tan sedoso, pero este si. Me gusta. Si se guía con ese ritmo aquel cabello se convertiría en un nido de pájaros.

—Aléjate —ordenó con voz clara, hubiera sido creíble sino hubiera intensificado su agarre al momento de decirlo.

—Aléjate tú si puedes —susurró en su oído, talvez eran las copas demás, talvez no era tan inmune a los delirios por el alcohol como creía, se sentía a gusto a su alrededor.

Si Jacob sintió lo mismo sus ojos no lo demostraron, una fea mueca era lo único que había en su rostro.

—¿Acaso tu no? —cuestiono Jacob besando su cuello, la pelirroja sintió algo que... bueno ni quiera sabía que sentía, era distinto, extraño, no era desagradable, al contrario.

Tenía tan solo 17 años, pero si se ponía a contar todos los encuentros pasionales que tuvo, ni la noche entera le bastaría para enumerarlos. Pero esta sensación era nueva. No debió encenderla mas.

—Yo no soy la que alardea ser un amigo leal —recordó remarcando las dos ultimas palabras con cierto desdén, detestaba la mascara de rectitud de la que había alardeado toda la noche.

—Me das asco —mintió, era más como si quisiera convencerse de eso, ordenar a su cuerpo que repudiara el tacto de aquel demonio que lo hacía sentirse primitivo—. Eres una zorra —escupió, rabia había en sus palabras, odiaba ser esclavo, esclavo de sus impulsos y sensaciones, porque esto era una sensación, tan efímera e insignificante que para el día siguiente ni lo recordaría.

—¿Asco? —preguntó con incredulidad—. ¿Entonces por que me besas si te doy asco? 

¿Lo había vuelto a hacer? Ni siquiera se daba cuenta de sus acciones. Pero no podía refutar nada, la evidencia estaba presente. La pelirroja noto el desconcierto en esos ojos. Esos ojos. No eran tan intensos como los suyos propios, pero no los hacían menos atractivos, era un color raro, a simple vista eran celeste, pero mientras más los mirabas, más te atrapaban, por eso no le había quitado la vista desde que llego. Entre otras cosas.

—Eso no es muy lógico.

—¿Lógico? —Una áspera sonrisa broto de sus labios—. Tú no sabes de lógica. —Una de las cosas que detestaba eran las personas que eran ignorantes en un campo y a pesar de eso hablaban, la lógica era un campo muy amplio y vasto como para tomarlo a la ligera—. No sé que vio Nicolás en ti. —Hasta donde él había sabido eso si compartía con Nicolás, una de las pocas cosas que tenían en común, pensar en su amigo mientras sostenía y acariciaba a la pelirroja se sentía mal, pero no por las razones correctas

—Lo mismo que tú en mí supongo. —Esa voz interrumpió sus pensamientos, dio gracias interiormente, sabía que no llegaría a buen puerto con eso.

—Yo no he visto nada en ti. —No mintió, era parte de una verdad, si bien sus ojos azules intensos eran deslumbrantes, no fue por eso que estaba pegado a ella; si bien su cabello color del fuego contrastaba perfectamente con el tono de su piel, tampoco fue por eso; si bien su cuerpo era estilizado y agradable de ver, no era ni de cerca el motivo; le gustaría saber por qué era.

—Pues para no haber visto nada en mi estas muy desesperado no te parece —alardeó mientras sentía sus besos por todo su cuello.

Demonios. Jacob tenía que prestar más atención a lo que hacía su cuerpo. Su primer impulso fue alejarse, pero no quería seguir reaccionando antes sus impulsos.

—¿Quién esta desesperado aquí? —No dejo de besarla, si él no se mostraba avergonzado, no lo estaría—. Yo me puedo detener cuando quiera —mintió, si de él dependiera ya estaría en un auto a toda velocidad rumbo a su casa muy muy lejos de ella.

—Eso quiere decir que lo haces por que quieres, traicionando a su amigo porque quiere y yo que pensé que culparías a la pasión como todos hacen.

Su ceño se frunció, la idea que lo comparen con otros lo enfermaba, debió ser eso porque se sentía tan caliente, debió ser por eso que quería sacarla de ahí y hacerla suya. Si. Estaba enfermo.

—Zorra —siseó tratando de mantener la compostura—. Él podría volver ¿Quieres que te encuentre así?

—¿A quien crees que elegirá? —Esos ojos no deberían verse tan lindos, esa boca no debería ser tan provocativa—. ¿A su dulce novia o a su amigo? —Quería hacerla callar, esos labios rojos solo debían moverse para besarlo Maldición Jacob no se podía comportar así por una simple chica, no es una simple chica, es la novia de tu amigo, mejor amigo. Remarco su conciencia.

—No tendría porque desconfiar de mí —respondió devorando sus labios, no sabía por que actuaba así, él no era así, normalmente no se abría dejado llevar por sus impulsos, impulsos, él no tenía impulsos, ni siquiera de pequeño hacia berrinches, su autocontrol era perfecto.

—Lo dice él que tiene su lengua en mi boca. —Salió con un gemido, ésa debió ser la alarma para cortar el momento, debió alejarse, debió salir cuanto antes, debió, debió y debió.

—Cállate. —La volvió a besar, no estaba nada orgulloso de los pensamiento que surcaban su mente, si tan solo pudiera deshacerse de ellos, si tan solo pudiera deshacerse de la creciente excitación en su interior.

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Holis, les gusto el capítulo ¿Qué creen que pase después?

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