El pacto (SASUSAKU)

By ZoeUchihaa

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Esta es una historia original de Elade-chan❤✨ More

ACLARACIÓN
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Epílogo

Capítulo 5

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By ZoeUchihaa

El Pacto

Capítulo 5. Miedo

Sakura se volvió con los ojos muy abiertos y se quedó paralizada por un terror irracional, allí estaba el hombre que la había torturado cruelmente en la guarida de Orochimaru.

-Kabuto - susurró con voz quebrada.

-El mismo, esta vez no te preguntare por los planes de tu villa - soltó una seca carcajada - ya estoy al corriente de ellos, Danzo es un hombre muy interesante verdaderamente, y me ha ofrecido un buen acuerdo a cambio de que tu dejes de existir. - completó con una sonrisa macabra.

Sakura estaba en estado de pánico, no era que Kabuto fuera un shinobi especialmente aterrador, los había peores ciertamente. Pero después de sufrir durante días a sus manos, la pelirrosa tenía un miedo irracional que le impedía pensar con claridad.

En cuanto pudo sosegar el ritmo de su respiración, corrió aterrorizada alejándose de él. Podía ver que sus compañeros estaban algo más alejados acabando con los pocos ninjas del sonido que quedaban. Ellos podrían ayudarla, ya que no se creía capaz de enfrentarse con el indeseable de Kabuto.

De pronto, cuando se había alejado unos metros de su enemigo chocó con algo que le impidió seguir avanzando, desesperada pasó sus manos por lo que parecía ser una pared transparente. Alzó los ojos y pudo comprobar con ayuda de los reflejos del Sol, que se encuentran dentro de una especie de barrera que cubría la extensión de terreno en la que estaban Kabuto y ella como si fuera una caja.

El terror se apoderó de ella e intentó romper el muro con su puño, pero la pared, que había parecido sólida, absorbía sus golpes como si fuera de goma. Intentó que se quebrara lanzándole shurikens pero nada funcionó. El antiguo espía de Orochimaru contemplaba tranquilamente sus intentos riendo burlonamente.

Mientras tanto, fuera de la barrera, Hebi había acabado con los enemigos y se encuentra percatado de la situación de pánico en la que se encuentran la pelirrosa, pudieron ver como hizo intentos por salir de aquella "prisión" desesperadamente, se acercaron rápidamente para ayudarla pero la barrera los repelió.

El Sharingan de Sasuke giró con odio cuando funcionen cómo Kabuto se acercaba a la kunoichi y golpeándola la lanzaba por el aire, haciendo que chocara contra la pared opuesta. El Uchiha rezumando ira cargó hacia la barrera con un Chidori dispuesto a derribarla y despellejar a aquel indeseable, pero la pared absorbió el impacto exactamente igual que los puñetazos de Sakura.

Debería haberlo matado cuando tuvo la oportunidad en la guarida de Orochimaru, en ese entonces no le había dado importancia a ese sujeto insignificante, pero en esos momentos, deseaba molerle los huesos para hacer pagar cada uno de los golpes que estaba recibiendo la pelirrosa.

-¿Pero que hace esa pelo chicle? Ni siquiera se defiende, que le lance uno de esos puñetazos rompe suelos a la cara - apuntó Karin exasperada.

-Está bloqueada, ese idiota la torturó hasta el cansancio, sólo puede pensar en alejarse de él - respondió Suigetsu con amargura - cobarde, él lo sabía por eso se ha enfrentado directamente a ella.

-No es recomendable encerrarse con un gato para apalearlo, al principio huyen asustados pero si se ven acorralados se defienden atacando fieramente - Juugo se ganó las miradas confundidas y extrañadas de todos ante sus filosóficas palabras.

Ninguno podía hacer nada por ayudarla, no podía traspasar esa extraña barrera por mucho que lo había intentado. Y se veían relegados al papel de simples espectadores.

El rostro habitualmente inexpresivo de Sasuke daba miedo, Hebi nunca lo había visto tan enfadado como para abandonar su perpetua máscara de calma. Si se rompía la barrera, el discípulo de Orochimaru desearía no haber nacido.

Les llegó a los oidos la voz burlona de Kabuto que seguía sin dar tregua a la pelirrosa.

-nee, ¿esta vez no vas a pedir auxilio ?, ¿no vas a gritar "Naruto, Sasuke-kun, sensei"? - se mofó poniendo una voz aguda en un intento por imitar a la chica.

Se agachó a su lado y la obligó a mirarlo a la cara sujetándola del pelo con lo que consiguió que la ojijade le escupiera al estar a su altura. Él le pegó una fuerte bofetada y se levantó todavía sosteniéndola por el cabello.

- bien, porque igual que entonces, ellos no vendrán a ayudarte… Sakura-chan.

Por un instante Sasuke pudo ver como un brillo de ira cruzaba los ojos de la pelirrosa que se mantenía arrodillada a un lado de su enemigo con la cabeza alzada por la fuerza con la que este tiraba de su melena.

-no… te permito… que me llames así - dijo la kunoichi con la voz impregnada de cólera. Ya había aguantado bastantes impertinencias de ese bastardo, sólo Naruto podía llamarla Sakura-chan. Esto la hizo reaccionar y darse cuenta de que podía acabar con ese gusano. No volvería a ser débil, lo había prometido.

Y después de pronunciar estas palabras clavó fuertemente un kunai en el pie de Kabuto haciendo que este la soltara lanzando un grito de dolor. Ella se puso en pie rápidamente y le asestó un puñetazo cargado de chakra que lo mandó a chocar contra la pared opuesta haciendo que tosiera sangre.

-¡Por fin reaccionas pelo chicle! ¡Deja de parecer una debilucha y patéale el culo! ¡Me avergüenzas! - el grito de Karin llegó a los oídos de la ojijade.

-¡Shannaro! ¡De debilucha nada, cuando termine con él serás la siguiente cuatro ojos!

A partir de ese momento, se desató una encarnizada lucha en la que los dos contendientes atacaban y se defendían sin descanso. El ninja del sonido era ágil y esquivaba los puñetazos mortales que la pelirrosa le lanzaba, atacándola sin tregua.

Golpes que en una batalla normal habrían dejado fuera de combate a un ninja, en esta no lo hacían ya que al ser los dos medic-nin, se curaban a sí mismos sobre la marcha haciendo que la pelea se alargara. Si seguían así pronto se quedarían sin chakra.

De pronto una de las patadas de Kabuto acertó a la pelirrosa en el estomago y aunque no poseía la fuerza de la chica, la hizo caer dolorida al suelo a unos metros de su oponente. Sakura intentó levantarse, pero volvió a caer sobre el terreno con una mueca de dolor.

El Sharingan de Sasuke giró enfocándola presintiendo el final de la batalla.

El ninja del sonido soltó una carcajada triunfal y se acercó a ella enarbolando sus armas con la intención de poner fin a su vida.

-Lo ves, al final no sirvió de nada todo tu entrenamiento, sigues siendo débil - la miró riendo - now vas a morir, aunque no sé por qué Danzo tiene tanto interés en que desaparezcas, eres insignificante. ¿Últimas palabras?

-Kabuto - dijo tosiendo en medio de una torcida sonrisa - cuando llegues al infierno dale recuerdos a la asquerosa serpiente de tu amo.

El ninja abrió mucho los ojos y al bajar la vista, pudo ver como un puño enguantado le había atravesado el pecho de un puñetazo. En ese momento, la Sakura con la que había estado hablando se desvaneció en una nube de humo. Un clon.

La verdadera Sakura estaba detrás de él aun con su brazo atravesándole en un golpe mortal.

-Si quieres matar a alguien hazlo, no le sueltes un discurso - le susurró al oído la pelirrosa - es menos guay pero más efectivo.

-Eres una zorra - jadeó el ninja vencido.

-Perder. - le contestó fríamente.

La kunoichi retiró el puño haciendo que Kabuto cayera de rodillas al suelo y se desplomara cuan largo era con un golpe sordo.

La barrera que los había rodeado se disolvió permitió entrar a Hebi, que rodearon a la pelirrosa y al cuerpo caído del ninja en silencio.

Antes de que nadie pudiera hablar, Sakura cogió un kunai y se lo lanzó al inerte Kabuto alcanzándole en un lado del cuello.

-Tratándose de víboras de esta calaña hay que asegurase - contestó a las miradas de los demás, y respirando agitadamente, comenzó a darle patadas hasta que una gran mano se posó en su hombro y la abrazó fuertemente apartándola del ninja caído y reconfortándola.

Sakura escondió la cara en el fuerte pecho de Juugo mientras el gigante la calmaba como si fuera una niña.

-Ya se ha terminado, está muerto - informó Karin comprobando el pulso de Kabuto.

- que aguda, zanahoria - respondió Suigetsu como siempre intentando incordiarla - nee, Sakura un poco más y tienen que recogerlo con una pala, espero no ganarme jamás tu odio, si tratas así a tus enemigos acabaría en un frasco.

Una carcajada amortiguada salió de los labios de la kunoichi de Konoha que todavía se refugiada en los brazos de Juugo.

-¡¿A quién llamas zanahoria, cara de pez ?!

-no veo ninguna otra por aquí.

La momentánea tregua que parecían haber mantenido durante unos días se acabó tan rápido como llegó, al parecer Suigetsu no podía aguantar sin lanzarle puyas a Karin, se había convertido en algo adictivo para él.

-Lo hiciste bien - habló por fin Sasuke ignorando a los otros dos Hebi que estaban muy entretenidos gritándose - has mejorado.

- gracias, Sasuke - A la pelirrosa se le iluminó el rostro por un momento y le dedicó una sonrisa agradecida al Uchiha, que a él se le asemejó mucho a las que solía brindarle en Konoha.

Con su Sharingan, había podido apreciar la jugada de Sakura para ganar el combate.

Ella había dejado que la golpeara mandándola al suelo, y había fingido estar agotada y no poder levantarse para que Kabuto se confiara y diera por ganada la pelea.

Pero él se había dado cuenta de que, al "intentar" ponerse en pie había aprovechado sus movimientos para ocultar los sellos de sus manos, hacer un clon y cambiarse por él sin que su enemigo se diera cuenta, estado libre para colocarse detrás sin ser detectada mientras el muy idiota hablaba confiado de ser el vencedor, había cometido un grave error al subestimarla y eso le había costado la vida.

Una parte de él, sintió no haber podido machacarlo él mismo por atreverse a dañarla, pero por otro lado sintió una especie de orgullo al ver que la pequeña pelirrosa había sido capaz de defenderse por sí misma, con bastante habilidad ciertamente, y no había necesitado ser protegido de nuevo. Ella se sentiría bien por ello y eso lo alegraba.

La miró todavía abrazada a Juugo. Viéndola así, no parecía la fuerte kunoichi que acababa de derrotar a un enemigo, sino una niña que había sido obligada a crecer demasiado deprisa, como él.

Fijó su vista en Juugo. ¿Por qué seguía abrazándola? Para él estaba claro que ya estaba calmada, el papel de padre comprensivo ya había cumplido su función, debería soltarla de una vez, porque, inexplicablemente, el hecho de que estaba tan apegado a ella le estaba poniendo nervioso, si todavía necesita consuelo él podría dárselo, ¿no lo había demostrado la noche pasada cuando la había sacado de esa pesadilla ?.

Tsk. Pero que cosas estaba pensando, realmente la estupidez le estaba ablandando el cerebro. ¿Él abrazando a alguien en público? Todo el mundo sabía que rechazaba cualquier tipo de contacto humano. Y desde luego no iba a cambiar ahora, por muchas ganas que tuviera de apartar a Juugo de un porrazo y ocupar su lugar. Demonios otra vez pensando tonterías, definitivamente debería tener que hacérselo mirar, porque estaba volviéndose loco.

-Hmp… Sakura - la llamó - entonces ¿ese indeseable venía de parte de Danzo?

La pelirrosa se apartó finalmente del ninja de Hebi y miró a Sasuke para responle.

-Sí, eso dijo - frunció el ceño extrañada - pero es muy extraño. Hasta donde yo sé, lo único que se le ocurre hacer a Danzo con los ninjas renegados es matarlos sin tan siquiera preguntar. Si ha llegado al punto de aliarse con uno, es que la situación es peor de lo que creía - finalizó con expresión preocupada.

-Hmp - el Uchiha asintió con aire pensativo y se llevó una mano a la frente distraídamente para limpiarse el sudor.

La vista de la chica siguió el trayecto de la mano del pelinegro entrecerrando los ojos y cambiando su semblante a una alarmado. En un abrir y cerrar de ojos, se vieron junto al ninja examinando su mano detenidamente, ante la mirada atónita del Uchiha.

-Sasuke, estás sangrando - le reclamó en tono de reproche, mientras inspeccionaba con delicadeza la herida que tenía en los nudillos.

El muchacho miró con desinterés su mano sangrante sin darle importancia. Seguramente, se lo había hecho en uno de sus intentos por derribar la bendita barrera de Kabuto.

Retiró la mano cuando se dio cuenta de que la pelirrosa estaba comenzando a curársela con su jutsu médico. ¿Pero que hacía? Ella necesita el chakra para reponerse y curar sus propias heridas, no para desperdiciarlo en una lesión superficial. Vale la mano le dolía, acababa de darse cuenta al moverla repentinamente, pero no era para tanto, podía esperar. Había tenido heridas mil veces peores, así que no moriría por esta.

-¿Quieres estarte quieto? - le espetó Sakura con tono de poca paciencia mientras volvía a coger su mano.

-Tsk. Sakura, no es nada. Tú tienes heridas más graves.

-¿Eres médico? - le espetó ya con malas pulgas, él la miró inexpresivo - entonces, déjame que juzgue yo lo que es o no grave.

-No me moriré por eso - por Kami pero ¿qué le pasaba ahora ?. Ni que estaba terminal, era una herida de mierda, dolía, pero no era grave, hasta él podía verlo y no tenía ni idea de medicina.

-Uchiha no me cabrees, sé que te duele, así que deja de comportarte como un crio- y sin darle tiempo a replicar comenzó a emanar chakra sobre su mano para luego cubrirla con unas vendas, sacadas del botiquín que guardaba en su mochila- ¿ ves como no era tan complicado? - dijo apretando los dientes.

-a ver, si alguno más está herido que se acerque. No quiero que luego se os infecte y os entre fiebre - llamó la pelirrosa alzando la voz y volviéndose al resto del grupo.

Al parecer, todos los demás estaban bien, sólo algo magullados y cansados, por lo que decidieron pasar la noche en una aldea cercana en el lugar de andar acampando por ahí. Tal vez se quedaran un par de días hasta estar totalmente recuperados, ya que necesitaban estar al cien por cien al llegar a la base de Akatsuki.

Sasuke caminaba pensativo, la preocupación de la pelirrosa se le había antojado exagerada, al parecer por mucho que hubiera dicho que a ella le parecía grave, él pensaba que lo había hecho porque sabía que le dolía. Ese gesto era más propio de la antigua Sakura sentimental preocupada por el bienestar de todos, que de la práctica y dura kunoichi que era ahora.

La actitud cambiante de la pelirrosa lo tenía confundido, parecía que el muro de hielo que había construido en torno a ella se iba desmoronando poco a poco cayéndose a pedazos sin que se diera cuenta.

La relación entre ellos parecía más cercana que en un principio, esto se estaba volviendo peligroso. Pero lamentablemente, ya era demasiado tarde para poner distancias. Sasuke se había dado cuenta de lo importante que era la chica de pelo rosado para él cuando por primera vez en años había sentido miedo, hacía años que no sufría esa sensación de terror por perder a alguien, y mientras Sakura se enfrentaba a Kabuto, era eso lo que había llenado cada poro de su piel. Miedo .

Llegaron a una aldea que parecía turística, eso les facilitaría el hecho de pasar desapercibidos, y escogieron un buen hotel para hospedarse.

El dinero no fue un problema, ya que el Uchiha había dado cuenta de las reservas de oro del Sannin serpiente. Después de estar años aguantando que me dijera que quería mi cuerpo y me mirase de esa forma inquietante, es lo menos que podía hacer pensaba el pelinegro conteniendo un escalofrío. De manera que alquilaron una habitación para cada uno con todas las comodidades, baño, etc.

Ya dormido bastante en el duro suelo a la intemperie, era hora de que podría gozar de un merecido descanso.

Cuando llegaron a sus habitaciones, acomodaron sus cosas y descansaron el resto de la mañana, después se reunieron todos para planear que harían de ahora en adelante.

Sakura les informó que su destino quedaba a un día de viaje de allí, de modo que resolvió quedarse un par de días para estar bien descansados ​​a la hora de enfrentarse a Akatsuki.

-Bueno, creo que es hora de que vallamos a divertirnos un poco ¿ne? - propuso Suigetsu animadamente - esta ciudad parece tener buenos bares y llevamos mucho tiempo paseando por estúpidos bosques, ya es hora de un poco de civilización.

-hmp necesitamos comprar provisiones - intervino el Uchiha para el cual, según pensó el ninja de la niebla desalentado, el único sinónimo de diversión era un entrenamiento de esos que te impedían caminar al día siguiente.

- yo pienso que no nos vendrá mal distraernos un rato. En los viajes que hice con Tsunade- shisou pude comprobar, que un poco de relajación viene muy bien en misiones largas- apuntó la pelirrosa con entusiasmo haciendo que Sasuke la mirara como si estaba loca, había pensado que ella se negaría en redondo a cualquier cosa que les apartara de la misión. Aunque comenzaba a creer que diría cualquier cosa con tal de llevarle la contraria. Molesta.

En ese momento Suigetsu se arrodilló ante ella con los ojos brillantes.

-Cásate conmigo - pidió en tono devoto mientras la miraba como si fuera la salvadora del mundo.

A espaldas de la pelirrosa los ojos de Sasuke se colorearon amenazadoramente rojos mirando al ninja. Está bien, ese idiota acaba de ganarse una eternidad de sufrimiento y dolor en la dimensión infernal del Sharingan, pensaba el Uchiha.

En ese momento, los ojos de Suigetsu captaron la mirada carmesí que le presagiaba todo tipo de dolorosas torturas a manos del pelinegro. El ninja del pelo celeste comenzó a sudar frío y con una mueca de terror se levantó rápidamente. Agitó las manos y dijo entrecortadamente que se trataba de una broma.

-Eh pelo chicle, apuesto a que te tumbo bebiendo sake - interrumpió Karin, después de mandarle una mirada asesina al ninja de la niebla, que había corrido a refugiarse tras Juugo al no entender el motivo de tanto odio hacia él.

-¿Estás segura de lo que haces, cuatro ojos?

-¡Ja !, ¡te aseguro que puedo contigo, debilucha!

-¡Eso lo veremos!

Y sin esperar a nadie salieron rumbo a algún bar lanzándose miradas retadoras.

-ehmm cre-creo que yo también voy, nos vemos luego - y Suigetsu salió corriendo tras ellas ya que temía quedarse a solas con el Uchiha.

-Sasuke-san, vamos a comprar esas provisiones, luego los buscaremos --ofreció Juugo.

-Hmp - Suspiró resignado. ¿Qué estaba haciendo con su vida ?. Él sí que necesita un trago para poder aguantar a la bola de ineptos que tenía como compañeros. Y sin más se encaminó a la puerta seguido del gigantón de Hebi.

Tan pronto como he llegado a un bar, las chicas se apalancaron en una de las mesas ordenando a Suigetsu, que las había acompañado, que fueron pedir sake.

Después de un rato, ambas tenían las mejillas coloradas y reían con brillo en los ojos.

-¿Sabes pelo chicle? Me rindo - dijo Karin con voz algo gangosa.

-lo sabía. Bebiendo sake no podías vencer cuatro ojos, he sido entrenada por la mas borracha de las maestras, algo se me tenía que quedar - anunció la pelirrosa con un entusiasmo cercano al de Lee, demostrando que también iba algo perjudicada.

-no, no, no, lo ha entendido mal. Me rindo con Sasuke-kun - descrito con voz resignada.

-bueno, era cuestión de tiempo querida, para Sasuke Uchiha sólo existe una persona, él.- abrió los brazos realizando un amplio movimiento - Su gran ego podría llenar este bar y rebosaría por las ventanas- soltó una risita ante su propio chiste.

- ¡Ay! a veces me desesperas pequeñaja. A él la que le importa eres tú, no tiene ojos para ninguna otra, por eso me retiro.- y agregó en un susurro para que la pelirrosa no lo oyera - deben gustarle las enanas frentonas.

Las carcajadas de Sakura fueron imparables por un rato.

-estás más borracha de lo que creía - añadió todavía entre risitas tontas mientras se limpiaba las lágrimas de risa.

-de eso nada, hasta un ciego lo vería. Cuando estabas en peligro se puso como una fiera. Además, si alguien le hablara de la manera, digamos irrespetuosa por ser suaves, en la que tú lo harías habría muerto hace mucho tiempo. Eres la única a la que consiente que le moleste.

-está bien, no más sake para Karin - dijo retirando la botella del alcance de la pelirroja.- empiezas a creerte tus propias idioteces.

-¡Oh vamos! Y tú también sientes algo por él, se te acelera el pulso cada vez que se acerca, puedo notarlo - siguió pinchándole.

-creía que tu poder era detectar chakra, no ritmos cardiacos - dijo la pelirrosa apretando los dientes.

-Chakra, sangre, lo mismo da - apuntó Karin moviendo la mano con desidia - el caso es que es cierto.

- así que según tú, cuando alguien te permite insultarle continuamente cuando a otros los hubiera matado a la mínima, significa algo ¿no? - preguntó con un brillo de malicia la ojijade.

- veo que lo vas comprendiendo, pelo chicle. - respondió recostándose satisfecha en su asiento y cerrando los ojos.

- bueno, en ese caso- sonrió ladinamente - ya que has dejado de intentarlo con los bonitos venenos como Sasuke, quizás te apetezca probar un trago de agua - le notó maliciosamente señala mientrasba con un movimiento de cabeza al ninja de la niebla, que se acercaba cargado con la comida que le había mandado a buscar.

Karin abrió los ojos de repente, alarmada al entender la comparación y enrojeció violentamente al tiempo que negaba con la cabeza.

-Si alguien insultara a Suigetsu como lo haces tú, hace tiempo que gozaría del descanso eterno - siguió pinchando en un susurro la pelirrosa pasándose un dedo por la garganta para darle más énfasis.

-eres mala, la gente se fía de ti por tu cara de niña buena pero eres perversa - la acusó con los ojos entrecerrados.

Por toda respuesta Sakura la obsequió con una sonrisa maquiavélica. Dulce venganza, ahora entendía porque Sasuke estaba enganchado a vengarse.

Suigetsu llegó hasta donde se encontraban las kunoichis, y tras dejar la comida en la mesa se derrumbó en su asiento al lado de Karin recostándose cansadamente y apoyando los brazos a lo largo del respaldo del sillón en el que la pelirroja y él estaban sentados, por lo que al sentir la proximidad del ninja la chica se tensó en el acto recordando la conversación que había mantenido con Sakura.

-Espero que os aproveche, porque me ha costado media hora de fila al sol conseguirlo. No pienso volver a ser vuestro recadero. - comentó sin percatarse de nada, mientras bebía un gran trago de agua de su inseparable botella.

-Gracias - el tiempo pareció detenerse durante un momento, ¿Karin le había dado las gracias a Suigetsu? ¿Sería resultado del alcohol ?. Vaya, la pelirrosa no pensaba que sus palabras fueran a tener tanto efecto, de hecho lo había dicho sólo para molestarla por sus comentarios sobre el Uchiha. - Al menos has sido útil por una vez, cara de pescado.

Bueno, al parecer no había sido tan convincente.

- tal vez no deberías comer tanto zanahoria, si coges más lastre en la popa no podrás levantarte.

-¡¿Cómo ha dicho ?! ¡Te voy a convertir en sushi, tiburón escuálido!

Finalmente, comieron todo lo tranquilamente que se puede comer con dos personas intentando sacar los ojos con los palillos y salieron a buscar a Sasuke y Juugo.

No tardará mucho en encontrarlos y decidir encaminarse al hotel de nuevo para descansar bien. Iban por la calle tranquilamente cuando un grito hizo que Sakura se detuviera.

-¡FRENTONA! - se escuchó proveniente de algún lugar.

-¿Cerda? - pronunció extrañada la pelirrosa mirando a su alrededor.

-¡¿Me corta en dados a mi ?! - se volvió furiosa Karin pero fue olímpicamente ignorada por la kunoichi.

-¡FRENTONA! - volvió a oírse esta vez más cerca.

En ese momento Sakura pudo ver como un borrón rubio se le echaba encima en un cálido abrazo.

-¡Cerda! - gritó alegremente la pelirrosa, mientras correspondía al abrazo de su amiga con una radiante sonrisa, ante las miradas atónitas de Hebi.

-hace un mucho que no sabíamos de ti, nos tenías preocupados - la regañó Ino.

-¿Pero qué haces aquí? - le preguntó extrañada la ojijade.

-Shikamaru y yo estamos hemos venido por una misión, algo simple. Cuando te he visto no podía creer que fueras tú.

-¿Shikamaru también está aquí? - dijo con un tono entusiasta que provocó que Sasuke frunciera el ceño.

El compañero de Ino había sido un gran apoyo para la pelirrosa cuando se quedó sola, después de que Sasuke se marchara y Naruto también partiera a entrenar con Jiraya. Se convertido en grandes amigos después de un tiempo.

-Sí, ya lo conoces, el muy vago no ha querido correr, viene ahora. - comentó sin interés fijándose por fin en los acompañantes de su amiga.- ¿no me vas a presentar, frentona?

-eh, sí. Esta es Ino una amiga de Konoha, estos son Juugo, Karin, Suigetsu y… creo que a él le conoces - finalizó señalando al pelinegro.

-Pues yo creo que… - se interrumpió a mitad de frase clavando sus ojos en el muchacho-… Sasuke-kun…

-Yamanaka - el Uchiha le devolvió el saludo tan frío como siempre.

La rubia retrocedió un poco, claro, lo último que sabía de él era que se trataba de un traidor que casi había matado a su mejor amigo. Pero era consciente de los esfuerzos del equipo siete por traerlo de vuelta a la villa, de modo que se hacía muy raro verlo en compañía de Sakura ya que él en ningún momento había mostrado interés por sus antiguos compañeros.

Miró interrogante a su amiga, esperando una explicación sobre la presencia del Uchiha.

-Es una historia un poco larga, digamos que ahora estamos colaborando por un tiempo - respondió Sakura a la muda pregunta de Ino.

- eres una "frentona-zorra" - le susurró por la comisura de la boca disimuladamente, lo cual no sirvió de nada, porque todos se enteraron del comentario.

-hola Sakura - una perezosa voz llegó a los oídos de la pelirrosa, que se volvió rápidamente, lanzándose a los brazos del ninja más vago de la villa dándole un fuerte abrazo.

-Te echaba de menos, vago - le dijo con una sonrisa radiante mientras él le revolvía el pelo cariñosamente.

- y yo a ti, es demasiado problemático controlar a Naruto si no estás cerca. Y él, a diferencia de Ino, reconoció al instante a Sasuke. Cambió la cara a una expresión seria e hizo ademán de ponerse delante de la ojijade.

-Uchiha. - el pelinegro le dedicó una mirada oscurecida, se había contenido de usar el Sharingan, que había amenazado con activarse cuando vio la alegría con la que lo recibía Sakura. Y el hecho de que se pusiera ligeramente delante de la chica, como si quisiera protegerla de él, había sido el colmo.

-Nara.

Un tenso silencio se instaló entre ellos mientras intercambiaban miradas aceradas cargadas de advertencias.

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