Chapter twenty-three
(maratón 2/3)
San Paulo, Brasil
- Bien, tienes prohibido comer comidas extrañas, tomar bebidas que nunca hayas probado, debemos tener cuidado con las zonas que visitamos y-
- Maggy, estaremos bien. No hace falta que sigamos al pie de la letra lo dice Zak. - Tomó mi mano para luego comenzar a dejar pequeños cariñitos en ella.
- Te trata como a su hijo, ¿Lo has notado?
Asintió con la cabeza, nuestro taxista estacionó el auto justo al frente del Hilton de San Pablo, Zak me había mandado las reservas del hotel por ser su patrocinio. Extraño, pero era otra de las condiciones para poder viajar con Lando.
Luego de pagar y registrarnos en el hotel, nos encontrábamos en la habitación 28 piso 8, ni tan arriba ni en la primera planta, la habitación ideal. Un ventanal era una de las paredes, en la otra un guardarropa mediano que encima se encontraba el televisor, una heladera, cama matrimonial, baño y una puerta que conectaba con la habitación de al lado, la escudería había alquilado todo el piso, así que no habría nadie hasta mañana.
¿Qué quieres hacer? - le pregunté mientras abría mi bolso de viaje sobre la cama.
- No lo sé. - Levantó y bajó sus hombros. - Tu me secuestraste, ¿Tu que quieres hacer?
Mi cabeza quedó en blanco.
- Eh podemos ir a almorzar. - Miré el reloj de la cómoda. - El bufet todavía está abierto. Después podemos ir a la playa, hace mucho que no toco la arena.
- Sí, debemos probar Caipiriña. - ¿Qué? - Es un trago típico de aquí, y en unas pocas horas sere legal en todo el mundo ¡Hay que celebrarlo a lo grande!
Asentí con la cabeza mientras sentía la alegría subir por todo mi cuerpo ¿Hacía cuánto no lo veía tan alegre? Quizás salir más seguido de nuestras responsabilidades nos hacía mejor de lo que nosotros creemos.
Nos encontrábamos acostados en el medio de la playa, el sol pegaba fuertemente sobre nuestras pieles. Mi vista estaba fija en el cuerpo de Lando, estaba jugando con el agua, como un niño. ¿Podía alguien ser tan tierno y ardiente a la vez?
Un carraspeo me sacó de mis pensamientos, una chica venía con una bandeja sobre ella se encontraban dos vasos, bebidas transparentes con unas pequeñas rodajas de lima.
- ¡Lando! - grité después de agradecerle a la mesera. - ¡Ven aquí!
El castaño corrió rápidamente hacía donde me encontraba. - Oh my god, ¡Debes grabarme!
Asentí con la cabeza mientras las carcajadas salían de mi boca, tomé mi celular y abrí la cámara, para luego apuntar con la misma. El chico frente a mí, tomó el vaso para después acabarse el líquido en menos de dos minutos. Comencé a reírme más fuerte al ver la cara que puso cuando la bebida pasó por su garganta.
- Maggy. - Hizo un puchero. - Es tu turno, ven aquí.
Agarró mi mano y me colocó a un lado suyo, vaya fuerza, con su otra mano tomó mi celular para apuntarme con él.
- Debes tomartelo de una sola vez y de golpe.
- ¿Quiéres que nos emborrachemos?
- ¿La vida es una cierto? - me mostró su hermosa sonrisa. - Además, solo se cumplen 21 una vez.
Deposite un beso corto en sus labios para después llevarme el vaso a la boca.
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Ok, estábamos un poquito más alegres de lo normal. No recuerdo bien porqué pero en algún momento comenzamos a corretear por la orilla de la playa, y quizás desde una perspectiva fuera de la nuestra se veía super romántico, pero desde la nuestra era como si a cada paso fueras a caer. El piso parecía inestable, a cada paso se giraba o movía más rápido.
Me detuve un momento, estaba muy mareada. Y mi cabeza chocó contra el suelo, pero al sentir el cuerpo de Lando sobre el mío comencé a carcajearme. Y nuestros cuerpos volvieron a caer hacía delante, pero esta vez por culpa de una ola.
La característica risa de Norris hizo que volviéramos a reírnos pero esta vez con más fuerza.
Nos acomodamos para mirar el atardecer, era bastante lindo, los colores dorados, morado, rosado y anaranjado recorrían todo el cielo brasilero.
- Deberíamos de quedarnos aquí.
- Probablemente.
Apoye mi cabeza en su hombro derecho.
- Pero ya me está comenzando a dar comezón en el estómago.
Acerque mi mano lentamente hasta la zona mencionada para comenzar a hacerle cosquillas pero deje de hacerlas cuando en vez de escuchar una risa escuche un sollozo.
- ¿Lando?
- Me castigará. - Comencé a escuchar más sollozos. - Zak me va a castigar.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- ¡Porque nos emborrachamos! ¡Y estamos en la playa! ¡Y tú me distraes tanto con tus bellos ojitos! - Lo mire más confundida que antes. - ¡Deja de mirarme!
Cerré los ojos y lo escuché lamentarse de haber recibido tantos vasos de alcohol, diciendo que era irresponsable y que no podría verle la cara nunca más a Zak.
- ¿Lando?
- ¿Qué?
- Te amo loquito.
Un suave beso con leve sabor a vodka fue depositado en mis labios.
- Yo te amo más.
- ¡Lando mira la hora! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Male💙