A PRUEBA DE GOLPES

By AlinaBeta

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Un boxeador que se ha alejado de las cuerdas. Una mujer que va a ponerlo contra ellas. More

SINOPSIS
0. K.O
1. EL PROBLEMA
2. LA SOLUCIÓN
3. LOS TÉRMINOS
4. ANÁLISIS Y COMPETENCIA
5. A ENTRENAR
6. CONOCIÉNDONOS
8. ENSÉÑAME
9. LA COMPETICIÓN
10. ALGO MÁS
11. EFE AKMAN
12. SEMIFINALES
13. RESCATE
14. LA FIESTA
15. VENGANZA Y CONFIANZA
16. LA VIEJA SOLEDAD
17. AMENAZA ENCUBIERTA
18. LA FINAL
19. ENTRE TÚ Y YO
20. EL ÚLTIMO GOLPE
EPÍLOGO

7. PRIMER COMBATE

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By AlinaBeta

I'm So Sorry - Imagine Dragons

Eda Yildiz:

- Mañana es el gran día- dice Engin, al que acompaña un largo silencio por nuestra parte- Ya estoy nervioso, no quiero imaginar cuando llegue el momento.

Desde la noche del domingo han pasado dos largos días que han cambiado bastante las cosas. En primer lugar, el lunes Serkan decidió enviar un mensaje para avisarme de que tampoco entrenaría conmigo a la noche. Y aunque ayer sí que corrimos juntos, el trato que tuvo conmigo fue aún más frío que cuando estábamos conociéndonos.
Por no hablar de que el intercambio de mensajes se había vuelto escueto y puntual, nada que ver con esas largas conversaciones llenas de bromas o coqueteos. Es como si hubiese decidido encerrarse y dejarme fuera de esa habitación a mí, el problema es que no entendía el motivo de semejante actitud después de todo lo que habíamos compartido estos últimos días.

- ¿Visitaste el gimnasio donde entrena Hakan?- el hombre que parece odiarme se digna a dirigirme la palabra, pero no me mira mientras se acerca a la pizarra para contemplar la foto de su contrincante de cerca-
- Sí, fui ayer- coloco la misma voz fría que él, dos pueden jugar a este juego- Y a pesar de que no entiendo demasiado sobre estas cosas, después de veros entrenar a Engin y a ti, me di cuenta de que el mayor punto débil que tiene es que deja al descubierto demasiadas veces su rostro para cubrir su cuerpo.
- ¿Cómo has visto eso?- Engin se cruza de brazos y me mira-
- Serkan me explicó la manera en que uno debe colocarse para defenderse, él tiende a bajar los brazos. Según tengo entendido sufrió una lesión hace unos meses donde se partió varias costillas, supongo que intenta proteger esa zona por miedo a que la gente quiera golpearlas, porque la informaciónes de conocimiento público y...
- Y no esperará que los golpes vayan directos a la cara- sentencia Serkan, mirándome con ojos brillantes y una pequeña sonrisa que no correspondo. Sé que saber esto lo hace feliz, pero no quita que ahora mismo esté bastante resentida con su actitud-

Con la palmada que da Engin dejo de mirar en su dirección, visiblemente incómoda con toda la situación. No puedo comprender nada de lo que está ocurriendo y esa es la peor parte de todo, si al menos me diese una explicación para el motivo de su comportamiento, pues lo podría llegar a entender... pero si algo tengo claro es que no he hecho absolutamente nada para esto.

- Si ya está todo solucionado, lo mejor será que nos vayamos a casa e intentemos descansar- Engin parece más animado que nosotros dos juntos- Mañana es el gran día, y necesitamos ganar este combate para entrar en la competición oficial.
- Mañana no vendré a trabajar- anuncia Serkan- Sabes cuál es mi rutina el día del combate.
- Lo sé- aclara Engin, y me irrita el no tener ni idea de qué es lo que va a hacer mañana- Yo me voy. Buenas noches- hace un gesto con la mano en nuestra dirección, sonriendo y caminando hacía la salida-

Un silencio incómodo llena el gimnasio, y cuando lo miro me doy cuenta de que está recogiendo sus cosas como si yo no estuviese allí con él. Carraspeo con sutileza, pero ni siquiera con eso es capaz de levantar la vista para mirarme. ¿Cuánto tiempo piensa seguir actuando de esta manera? Comienza a irritarme.

- ¿Se puede sabe qué ocurre?- me cruzo de brazos y pongo mi mejor rostro de enfado. Al parecer con mi pregunta sí que he llamado su atención, porque levanta la vista para mirarme-
- ¿Con qué?- bufo con frustración-
- No me puedo creer esto- niego con la cabeza- Mira, no sé qué te ocurre o el motivo por el que te comportas como un imbécil pero...
- Creo que dejaste bastante claro desde un inicio que era un imbécil al que solo necesitabas para conseguir dinero, ¿no?- abro la boca, irritada y sorprendida por sus palabras- Es lo que soy, tenías razón.
- Sí... sí que tenía razón- asiento- Por un momento pensé que no, que eras más de lo que aparentabas, pero ya veo que no.
- Me alegro de que no te hayas confundido, no quiero que la princesa saque conclusiones equivocadas.
- ¿Conclusiones equivocadas? Aparentemente estábamos en buenos términos hace dos días y de la noche a la mañana decides convertirte en un imbécil, a mí eso no me parece sacar conclusiones equivocadas, a mí eso me parece jugar con la cabeza de una persona- lo señalo con rabia- Que es algo que al parecer se te da bastante bien.
- Si alguien ha jugado con su cabeza has sido tú sola, yo en ningún momento he prometido algo que no pueda ofrecer.
- Tampoco yo te lo he pedido.

Golpeo el suelo con rabia al notar la burla en sus palabras. Algo tiene que haber pasado, es imposible que esté comportándose como un autentico cretino sin justificación.
Aún así no tengo que soportar que me hable en ese tono o me responda así de cortante. Si lo que quiere es que tengamos este trato entre nosotros, por mí no hay problema, así sería.

- La culpa es mía porque creer que podríamos llegar a ser amigos- digo mientras empiezo a caminar hacía la salida-
- Yo solo tengo dos amigos, mi hermana y Engin, no necesito más- habla bien alto para que lo escuche-
- Te equivocas, Serkan Bolat- me detengo para mirarlo- Es el resto del mundo quién no te necesita a ti, no al revés.

No responde a mi ataque, así que alzo la cabeza y salgo al exterior a paso apresurado. Una vez fuera me detengo para contener aire e intentar detener las lágrimas de impotencia. Lo peor de todo es no entender el motivo por el que tengo que adoptar este comportamiento, pero no voy a ser menos que él, no voy a permitir que juegue conmigo o con mis sentimientos.

Serkan Bolat:

La hora del combate ha llegado y unos nervios, que jamás he sentido en toda mi vida, se han almacenado en mi estómago para provocar malestar. Nunca he estado así antes de una pelea, y supongo que esto se debe a que Eda tenía razón al decir que no es lo mismo que hace 5 años. Durante todo este tiempo había entrenado en la oscuridad de un gimnasio, ahora estaba a punto de medirme a un contrincante frente a un centenar de personas.

- ¿Puedes dejar de moverte?- Engin también está irritado por mi forma de actuar, digamos que no he estado en mi mejor humor desde que he entrado al vestuario- Quince minutos yendo de un lado al otro no va a hacer que te tranquilices.

Lo miro con preocupación mientras escucho los gritos provenientes del gran salón. La gente tiene ganas de ver un espectáculo que ahora mismo no me siento preparado para ofrecer, no tengo la confianza suficiente para ello. Y tendría que comenzar a colocar las vendas porque en menos de media hora estaría subido sobre ese ring, pero solo puedo pensar en una cosa.

- ¿Dónde está Eda?- pregunto con toda la ansiedad que corroe mi mente- Sé que no debe estar cerca de nosotros durante el combate, que le dije que se colocase entre la gente para verlo, pero pensé que...
- Que ella se pasaría antes por aquí para desearte buena suerte- asiento con timidez e irritación. Al parecer era una idea estúpida que había permanecido en mi mente durante toda la mañana- No sé, solo sé del corazón enorme que debe tener para venir después de la forma en la que te has comportado con ella estos último días.
- Sabes tan bien como yo que es lo mejor para los dos- aprieto las mandíbula antes de colocar las manos en las caderas y mirar el techo- Es obvio que hay cierta atracción física entre ambos, así que tengo que detenerla para que sus sentimientos no se confundan y crea que algo de lo que vaya a hacer ha sido para herirla.
- ¿Sólo son sus sentimientos los que se confunden?- no respondo, no lo miro, no tengo ganas de negar lo evidente pero tampoco de afirmarlo- Voy a ir a por unas botellas de agua y toallas, espero que a la vuelta estés listo para salir.

Asiento con la cabeza sin mirarlo cuando pasa a mi lado. ¿Tan mal me he comportado para no ser merecedor de un "buena suerte" por su parte? ¿Por qué me parece tan necesario algo como esto? Eda jamás ha estado en un combate, por lo tanto nunca he necesitado tenerla cerca para sentir la confianza necesaria de que voy a vencer. Pero... ella ha sido parte de que haya decidido regresar al ring, y se siente como si fuese una parte indispensable en este proceso. Un talismán de la suerte, quizás.
Los nervios logran que las manos me suden, así que las limpio sobre el pantalón rojo que he decidido ponerme para el gran momento. Si continúo de esta manera voy a fallar a Eda, a mí... y a mi madre.

- Orion, Pegaso- comienzo a recitar las constelaciones, una costumbre que tengo desde pequeño para los momentos de pánico- Perseo, Pisces, Sagitta, Sagittarius...
- Y yo que pensaba que no podía encontrar más rarezas en ti- abro los ojos al escuchar el sonido de la voz de Eda. Ni siquiera la he escuchado entrar al encontrarme tan enfrascado en mis pensamientos-
- Yo... es algo que hago cuando estoy nervioso... o asustado.

Una gran parte de mí se alegra de verla ahí, eso significa que a pesar de mis esfuerzos por ser un imbécil, ella sigue teniendo algún atisbo de preocupación por mí. Una pequeña parte de mí quiere que me golpeen con fuerza en el ring para apartar el dolor que me causaba el no poder hablar con ella de la misma forma de siempre.
El caso es que Eda ha venido, quizás a darme un par de gritos o ver a Engin, lo que sea. Ha venido y los nervios se han ido como si jamás hubiesen estado ahí. Ella se está convirtiendo en algo peligroso para mí. Se está convirtiendo en una calma que no reconozco haber tenido jamás en nadie.

- Si es un método que te funciona, por mí no te cortes- se cruza de brazos y evita encontrar mi mirada- Pero no pensé que fueras de los que entra en pánico antes de un combate.
- Y no lo soy- suspiro con fuerza- Pero es diferente esta vez... ha pasado mucho tiempo y...- giro las manos para observar las palmas, ¿y si no gano?-
- No importa que hayan pasado 5 años- ha suavizado el tono, y ahora sí que me mira- Eres una persona que ha entrenado cada día porque ama esto, porque es la pasión que mueve su vida. Así que confía en que cuando salgas ahí fuera, ese hombre no va a tener nada que hacer contra ti.

Ahora mismo no me importa querer mantenerla alejada de mí, básicamente porque ha dicho las palabras que necesitaba escuchar de sus labios. Así que la miro con todo el cariño que he estado reteniendo estos últimos días, porque sí, porque la echo de menos de la manera en que pensé que jamás haría con otra persona.

- ¿No tienes uno de esos rituales extraños que tienen los deportistas antes de salir al ruedo?- me rio ante la forma que tiene de hablar, pero ahora lo único que me puede poner nervioso es como se está acercando a mí con paso lento-
- La verdad es que no, nunca he querido ser de los supersticiosos- hasta el momento, que parecía un loco sin su droga al no tenerte cerca-
- Entonces vamos a crear un ritual para estos dos meses de competición- Eda me mira de una forma que me aterra, como si quisiera devorarme ahora mismo-
- Pareces muy segura de que voy a ganar- trago saliva y carraspeo un poco cuando se detiene frente a mí-
- Confío en ti- susurra- Estoy segura de que eres mejor que cualquiera de esos hombres, y casi me da pena quién deba medirse a ti en un combate.

Las pestañas de Eda revolotean con inocencia, y comprendo que no hace nada con la intención de seducirme, más bien es el hecho de que yo ya me siento seducido con su simple presencia. Una pequeña sonrisa aparece en mis labios al saber que tengo toda su confianza, y es como un chute de energía que se instala en mi pecho y me asegura que lo de hoy va a ser coser y cantar.

- ¿Cuál puede ser nuestro ritual?- pregunto, hablando también en un susurro. Parece un secreto entre ambos, uno que no queremos que nadie escuche-
- Pues...- mira a la izquierda y después a la derecha-... he pensado que...

Una de sus manos desciende para tomar la mía, alzándola en el aire y tomando la dirección de su boca. Comprendo lo que va a hacer, pero no quita que la respiración se quede atascada en mi garganta cuando los labios de Eda besan mi cicatriz con una dulzura sin precedentes. Ella no lo sabe, pero esa cicatriz es un recuerdo del motivo por el que dejé de boxear, y ahora ella la besa con el cariño de quién confía en que puedo volver a hacerlo. Puedo ser el mejor en ello.
Cuando separa sus labios de la palma de mi mano, suspiro con suavidad, soltando toda la tensión que se había acumulado en mi cuerpo.

- Me gusta este ritual- murmuro antes de que suelte mi mano-
- A mí también- paso la mano por mi cuello, evitando directamente su mirada- Así que prepárate, porque me muero de ganas por saber qué puede hacer Serkan Bolat, El Robot.

No espera que responda para girar sobre sus talones y volver sobre sus pasos. Antes de salir por la puerta se detiene, sin mirarme, para decir algo en voz alta. A lo mejor se ha dado cuenta de que no he dejado de observar ninguno de sus movimientos desde que entró en el vestuario. Espero que no.

- Si en algún momento vuelves a dudar de ti mismo sobre el ring- dice con voz temblorosa- Búscame entre la gente, si te sientes perdido, yo intentaré demostrarte lo mucho que vales y que creo en ti.

Después se va, sin esperar una respuesta que no puedo ofrecerle. Esa mujer ha soportado la peor de mis actitudes estos dos últimos días y, sin embargo, ha aparecido aquí para disparar a todos los monstruos que revoloteaban en mi cabeza. Por eso mismo tengo que ganar, no solo este combate. Debo ganar ese premio para poder ayudarla de la misma manera que ella me ha ayudado a mí.
Porque sí, porque por primera vez siento que puedo ayudar a alguien. Que puedo ayudar a Eda.

... ... ... ...

- Y a la izquierda... Serkan Bolat... ¡El Robot!

Aplausos y vítores llegan a mis oídos después de que el árbitro diga mi nombre, pero intento aislarlos tanto como es posible. Camino con paso decidido, fijando la mirada en el cuadrilátero y pensando en toda la información que tanto Eda como Engin me habían ofrecido sobre Hakan.
Si lo tenía presente en cada momento, podría vencerlo en cuestión de minutos. Solo necesitaba concentrarme en el objetivo, no olvidar el motivo por el que hacía todo esto. Eda me necesitaba, mi venganza llevaba demasiado tiempo aguardando a ser realizada.

Cuando me agaché para pasar bajo las cuerdas del cuadrilátero y entrar en el ring, noté las miradas fijas de las personas que se encontraban al otro lado. Supe lo que pasaba por sus mentes de inmediato, no era la primera vez que ocurría.
La gente en el boxeo tiende a barajar sus posibilidades después de analizar el aspecto físico de la persona a la que se van a enfrentar, y tal como me dijeron una vez, yo simulaba ser un rostro bonito con un cuerpo bien cuidado, nada más. Seguramente ahora pensarían que sería un objetivo fácil, que Hakan tenía todas las de ganar.

Cuando me detuve en medio del ring para quitarme la bata, conseguí abucheos y silbidos por partes iguales. No me importaba, era algo habitual en ese ambiente. Después caminé lentamente hacía mi rincón en el ring y me dispuse a esperar, viendo como el árbitro intercambiaba algunas palabras con Engin y el otro entrenador.
Aproveché ese momento para recorrer las filas abarrotadas de gente, intentando encontrar un rostro en particular. Quería tenerla vigilada para poder mirarla después de vencer a mi oponente. Pero con los focos todas las caras me parecían iguales, brillantes de sudor, esperando ansiosamente la pelea, y anónimas.
Entonces la identifiqué en la segunda fila, en medio de la multitud, justo donde le había dicho que debía colocarse. Allí podría pasar desapercibida pero tener buena visión. Eda me sonrío al encontrarse con mi mirada, y asentí con la cabeza sutilmente, no quería mostrar ningún tipo de debilidad en este momento.

La entrada de mi contrincante fue recibida con los vítores de los que yo había carecido, y centré la mirada en Hakan Meret, La Tiniebla. Caminaba mientras saludaba a la gente con arrogancia, al parecer tenía demasiada confianza en sí mismo, y era normal.
Actualmente era el campeón vigente del gimnasio en el que nos encontramos, no era de extrañar que todas las apuestas lo proclamen como el claro ganador. A simple vista podía calcular que Hakan pesaba alrededor de 7kg más que yo, pero también tenía la certeza de que al ser más grande, era más lento. Ahora sabía que no tenía nada de lo que preocuparme, esto iría de la forma en la que habíamos predicho.

Cuando Hakan entró en el ring y se dirigió a su rincón, me miró con el ceño fruncido, y yo solo le correspondí la mirada mientras le lanzaba una sonrisa deliberadamente provocadora. Aquello solo lo enfurecería, pero me daba igual.

- Voy a destrozar esa cara de porcelana que tienes- gruñó Hakan-

Aquello me hizo sonreír de manera más amplia. Las personas tienden a cometer errores cuando se enfurecen, y este hombre tenía pinta de que iba a cometer demasiados en los siguientes minutos.

- Sea lo que sea que estás haciendo, déjalo- la voz de Engin me devolvió al mundo-
- Sabes que es mi naturaleza, no puedo evitarlo- acepto el protector bocal que me ofrece, pero no lo coloco aún- ¿Has visto a ese tipo? Quizás ni siquiera necesite golpearlo, tal y como habíamos previsto, a lo mejor tan solo me dedicaré a bailar alrededor de él hasta que caiga rendido sobre la lona.
- Serkan...- Engin no parecía estar de humor para bromas-... te recuerdo que ese hombre es un actual campeón, y tú llevas 5 años sin medirte a nadie. Aparte, las apuestas han comenzado.
- ¿Y?- puse los ojos en blanco-
- Ninguna sorpresa- se pasó la mano por la mandíbula- Hakan es el gran favorito, por lo tanto las apuestas por él son pequeñas- hizo una pausa y luego continúo- Así que he apostado 500 por ti, de esa manera ganaremos 2000 y podré daros unos 500 a cada uno.
- ¿Otra vez apostando?- no me gustaba que entrase en el mundo que había detrás de las peleas, pero la idea de poder ir ganando dinero para Eda no me parecía tan descabellada- Al menos haber jugado más, quizás ni siquiera necesite ganar para que Eda pueda pagar su deuda.
- Lo siento, amigo- se encogió de hombros- La próxima vez que me demuestres un poco más de fe en ti mismo, apostaré el gimnasio por ti si es necesario.

El árbitro hizo una señal en nuestra dirección para indicar que el combate estaba a punto de comenzar, así que Engin me dio una palmadita de suerte en el hombre y coloqué el protector bocal en mi boca.
Estiré mi cuerpo contra las cuerdas y di pequeños saltitos para calentar, después me dirigí hacía el centro del ring, preparado para lo que estaba a punto de ocurrir.

La multitud dejó escapar un murmullo de asombro cuando Hakan se quitó la bata antes de ponerse en pie, y todos pudimos apreciar su piel morena llena de blancas cicatrices. Tal vez a la gente les pudiese impresionar o atemorizar algo como aquello, yo tengo la certeza de que una cicatriz es sinónimo de debilidad, y él me estaba mostrado todos sus puntos flacos.

Después de lo sucedido 5 años atrás, Ceren siempre intentaba recalcar que la cicatriz que había en mi mano era el precio que había pagado por mi valentía y coraje, pero yo sabía la verdad. Al recordar al hombre que la había hecho, sentí un odio al que ya me había acostumbrado rugiendo en mi interior. Aquellos hombres me habían arrancado lo que era, poco a poco, hasta convertirme en el despojo humano que era hoy en día. Y aunque a lo largo de todo este tiempo había enterrado ese odio bajo soledad, arrogancia o sonrisas sarcásticas, el odio por Efe Akman y sus esbirros nunca me abandonaba.

El árbitro dio la señal de que la pelea se encontraba a segundos de iniciarse. Y para ese momento mi mente se había cegado por todo lo sucedido la última vez que subí un ring. Sentimientos de odio, rabia y rebeldía. No podía ver más allá.

- Los pies en el centro, caballeros- gritó, y se apartó de un salto- Nada de pellizos, mordidas o patadas- entonces tocó el silbato-

Tal y como esperaba, Hakan fue el primero en asestar un golpe con la derecha que no dudé en esquivar con rapidez. El siguiente puño pasó por encima de mi cabeza. Cuando me erguí, con fuerza, golpeé con la izquierda las costillas que tan magulladas decía tener, con la derecha a la mandíbula y con la izquierda de nuevo a las costillas. Antes de que pudiese recibir los golpes en respuesta por parte de Hakan, di un salto hacía detrás.

Eché un vistazo rápido hacía Engin y vi como hacía un movimiento negativo con la cabeza al comprender que estaba actuando de manera irracional. Debía concentrarme en su rostro, no buscar hueco hacía sus costillas para infligir más dolor.
Hakan golpeó de nuevo, pero esta vez no fui lo suficientemente rápido para esquivarlo. El puño me dio en la mejilla, y me tambaleé hacía detrás, ligerametne mareado por el impacto.

- ¡Apártate!- podía escucha la voz de Eda en medio de los rugidos de la multitud, dándome instrucciones de la misma forma que hacía en los entrenamientos- ¡No te quedes quieto, apártate cuando vaya a por ti!
- ¡Eres más rápido!- gritó Engin también-

Hakan embistió de nuevo, sacudiendo los puños, y esta vez seguí el consejo de las dos personas que parecían estar más centradas que yo. Me agaché hacía el lado izquierdo y después propiné con fuerza tres puñetazos en la cara de Hakan, para seguidamente apartarme de nuevo fuera de su alcance. Después di una vuelta de 360 grados a su alrededor para lanzar un puño hacía su mandíbula que hizo crujir los huesos de mi mano.
Hakan se tambaleó, pero recuperó el equilibrio y levantó el puño para devolverme el golpe. Solo que yo ya no estaba en el mismo lugar.

- ¿Pero qué...?- murmuró Hakan, mirando a su alrededor con rostro cansado y confundido-

Lo llamé con un suave silbido, y él se dio la vuelta justo a tiempo para recibir el último golpe. El flamante campeón de este gimnasio, Hakan Meret, se derrumbó y el eco del ruido de su cuerpo al golpear la lona se confundió con el murmullo de consternación del público.
Aquello había sido más rápido de lo que cualquier de nosotros podría haber llegado a imaginar, ni siquiera en las versiones más optimistas creíamos ganar en el segundo asalto. Hoy, solo había necesitado uno para noquearlo.

Con un movimiento rápido me hice a un lado mientras el árbitro hacía la cuenta tras, alternando el peso de mi cuerpo de un pie a otro, respirando a través de los dientes, expectante por saber si Hakan conseguía levantarse y continuar la pelea. El hombre lo intentó, pero no puedo ni siquiera ponerse de rodillas.

- ¡Ganador, Serkan Bolat... El Robot!

El árbitro tomó una de mis muñecas para levantarla en el aire mientras mi mirada recorría la multitud hasta dar con la persona que merecía esa victoria, Eda. Cuyo rostro se iluminaba con una sonrisa y me recordaba que todo esto valdría la pena.

Eda Yildiz:

La puerta del vestuario hace un estruendo fuera de este mundo cuando la abro con toda la energía que invade mi cuerpo. Con los ojos busco el cuerpo al que quiero aferrarme y encuentro a Serkan envuelto en una bata, pasando una toalla por su pelo mojado. Ahí la sonrisa en mi boca se hace aún más amplia, si es que eso puede ser posible, y me echo a correr en su dirección sin tan siquiera pensarlo.

Serkan parece averiguar cuál es mi intención, porque cuando salto sobre su cuerpo y rodeo con mis piernas su cintura, él ya está preparado para atraparme en el aire y sujetarme contra su cuerpo. Lo aprieto contra mí con fuerza, embriaga por el éxtasis de la pelea y por el olor de su pelo. Él también me rodea con fiereza y da un giro sobre sí mismo, haciendo que se me escape una carcajada antes de sacar mi rostro de su cuello y mirarlo a la cara.

- ¡Lo conseguiste!- grito en medio de una carcajada- ¡Sabía que podías pero eso... eso fue...!- no tengo palabras para describir lo que había visto, ni yo, ni nadie en ese salón-
- Un solo round, el mejor regreso que podía desear- parece estar contagiado por mi energía, porque también sonríe-
- ¡Ha sido una pasada!- suelto mis manos de su cuello y las pongo en posición de ataque- Como has dado los golpes y esquivado los suyos- hago los movimientos sobre su cuerpo, haciéndolo reír- Aunque me he preocupado cuando te ha golpeado.

Sin detener mis instintos, bajo mi mano para acariciar con suavidad su mandíbula, justo donde aquel animal había golpeado. Serkan borra por completo la sonrisa de su boca al sentir mi tacto en su piel, y con lentitud me coloca los pies en el suelo para desenredarse de mi abrazo. Después toma mi muñeca y aleja mi mano muy despacio, como si intentase no hacerme un desplante demasiado grande. Lo que no sabe es que molesta de la misma manera.

- No ha sido nada del otro mundo- tensa la mandíbula y vuelve a colocar la mirada fría que me ha estado dedicando estos tres últimos días- Aparte, he salido un poco de la estrategia trazada y Engin no está contento.
- Aún así ha salido bien- murmuro, con mucha menos energía que antes-
- No, tú no lo entiendes, pero no se puede perder la concentración en el ring o te conviertes en el eslabón débil- gira sobre su cuerpo, abriendo la taquilla que tiene tras de sí-
- Claro... que tonta, obviamente no lo entiendo- de la alegría al dolor, eso era un constante últimamente-

Serkan parece olvidar que estoy detrás de él, porque se sumerge en el interior de la taquilla, sacando algo de ropa y de higiene personal. Yo me rehúso a moverme de mi lugar, como si esperase que en cualquier momento despertase de este trance lleno de frialdad en el que quiere meterse constantemente. Si hay algo que tengo claro es que no puedo seguir soportando esta situación durante dos meses.

- Mañana no entrenaremos, será día de descanso- sigue sin mirarme cuando se sienta en el banco- Pero el viernes todo volverá a la normalidad. Aparte, pondrán la lista oficial para la competición, me gustaría que investigases de mejor manera al que será nuestro rival.
- ¿De mejor manera?- no sé que hago, parece que mi alma ha abandonado mi cuerpo-
- Sí, también debes reconocer que no estuviste del todo a la altura durante la última semana- aprieto los puños- No ocurre nada porque era la primera vez que hacías algo así, pero en la siguiente quiero toda la información posible sobre él. Cualquier cosa que pueda suponer una ventaja para mí.
- Quieres la perfección- sonrío con una mueca, irritada-
- Dudo mucho que conozcas esa palabra, pero me gustaría que dieses lo mejor de ti- gira el rostro para mirarme, y si no fuese por mi contención, lo habría golpeado ahí mismo-

La alegría ha desaparecido, el dolor lo he dejado a un lado y ahora solo queda viva la rabia que consume todo mi interior. ¡No merezco este trato! No he hecho otra cosa que seguir sus ordenes, cumplir a la perfección con cada exigencia y pasado tiempo a su lado. He hecho mucho más de lo que debería, así que no pienso tolerar que se refiera a mí de esa manera.

- ¡Se acabó!- grito, caminando con paso firme para colocarme frente a él- Se acabó esta mierda de comportamiento que me estás dando, porque no soy el saco de boxeo donde vas a descargar toda tu basura, Serkan Bolat- alzo un dedo- No he hecho absolutamente nada para que me hables de esa manera, porque la actitud del principio la puedo soportar, pero lo que estás siendo ahora es un completo imbécil sin motivo alguno.
- No pienso disculparme por ello- examino su rostro, no mueve ni un músculo-
- ¡No quiero tus malditas disculpas!- grito- Quiero que dejes de tratarme como si fuese invisible, como si fuese tu criada o como si te hubiese hecho algo. Aquí la única persona que ha hecho algo eres tú, y es comportarte como alguien cercano y amigable para después convertirte en...- extiendo la mano y la muevo de arriba abajo-... esto.
- ¿Esto?- Serkan se pone en pie, imponiéndose ante mí, pero no le temo- Esto es lo que soy, Eda. Tú misma dijiste que debería mostrarme a las personas de la manera en la que soy y dejar que ellas deciden si quieren permanecer o no en mi vida.
- A lo mejor ese es el discurso que te repites cada mañana para engañarte a ti mismo, pero a mí no me vas a colar semejante idiotez- suspiro, calmando un poco mi respiración- Si dije eso es porque me estabas dejando ver quién eras realmente, no esto. Lo que veo ahora es la coraza que has vuelto a ponerte porque eres un cobarde, ¿a qué tienes tanto miedo?
- Yo no le tengo miedo a nada- aquello me hace reír secamente-
- Le tienes miedo a todo, por eso mismo alejas a las personas de ti- asiento con la cabeza repetidas veces- ¡Muy bien! ¿No me quieres cerca de ti? Me parece perfecto. De ahora en adelante seremos dos desconocidos el uno para el otro.
- Te recuerdo que aún tenemos una competición por delante- la mandíbula de Serkan se ha tensado, y en sus ojos ha aparecido algo nuevo que no puedo reconocer-
- Lo sé- doy dos pasos atrás- Por eso mismo seguiremos entrenando, pero se acabó hablar mientras vemos el amanecer, cuando el reloj suene cada uno volverá por su lado sin necesidad de despedirse. Si aún quieres entrenarme, será solo los lunes porque los viernes lo dedicaré a hacer vida social con gente que si me quiere a su lado. Y olvídate de contactar conmigo para algo que no sea estrictamente profesional, ¿entendido?

El rostro de Serkan es irreconocible, es como si hubiese cogido un martillo y le hubiese golpeado el estómago en ese momento. Tampoco comprendo a que viene esa expresión de dolor, que igual que ha llegado desaparece de inmediato, como si no quisiese dar a conocer demasiado lo que siente.

- Si es lo que deseas...- asiente, con rostro serio-
- Es la única opción que me has dado.

No quiero seguir hablando con él, no mientras continúe comportándose de manera tan fría. Este Serkan Bolat no me interesa, a mí me gustaba ese que prometió conocer más estrellas para poder hablarme de ellas, el que quería venir a cenar con mi tía para molestarme al fingir ser mi pareja o traer su viejo telescopio para ver las estrellas desde mi terraza con una taza de chocolate caliente.
Si no tenía al verdadero, no me interesaba este impostor.

Serkan Bolat:

El sonido de la segunda cerveza al abrirse es lo único que suena en la entrada de la noche, eso y el recuerdo de todas las palabras que Eda me había dicho ayer en aquel vestuario. Palabras merecidas, pero que me habían hecho daño. No solo las palabras, también el conocimiento de que ella había limitado su tiempo conmigo y el que teníamos no volvería a ser igual.
Apoyo las piernas en lo alto de la barandilla del balcón mientras llevo el botellín a mis labios. Al parecer la soledad vuelve a ser mi única amiga, y es una mierda.

Echo de menos poder enviar un mensaje gracioso que inicie alguna conversación absurda. Hacerla reír con cualquier comentario en alguna de las llamadas improvisadas o presentarme en su casa por las mañanas sin avisar. Echo de menos todas las cosas que yo mismo decidí dejar de hacer por el bien de ambos.
Si continúo adelante con esto, si hago caso a los sentimientos que sé que están creciendo en mi interior... no podré estar concentrado en algo que le debo a mi familia. No podré vengar la muerte de mi madre. No podré hacerle el daño que quiero a Akman.
Eda se convertiría en mi debilidad, mi talón de Aquiles. Cualquiera podría utilizarla en mi contra, con la certeza de que podrían desequilibrarme o hacerme daño, y no puedo permitir bajo ningún concepto que algo así suceda. El propósito de esto es poder ayudarla, no añadir más peligro a su vida. Ojalá tuviese el dinero que necesita para poder apartarla del todo, sería más fácil que tener que verla cada día y no poder actuar en la forma que quiero.

- ¿Qué haces ahí, huraño?- la voz de Ceren me sorprende lo suficiente para bajar las piernas de la barandilla con un pequeño respingo-
- Nada, solo intento tener un momento de tranquilidad- la mano de mi hermana cubre mi hombro y da un leve apretón-
- Siento mucho no haber podido ir ayer a tu combate, necesitaba entregar ese proyecto con urgencia- sonrío con dulzura-
- No te preocupes por eso- coloco mi manos sobre la de ella- Lo primero de todo son los estudios, el resto da igual
- ¡Oye!- camina para apoyar su cuerpo contra la barandilla- Lo primero para mí eres tú, mi familia, así que no digas tonterías. La próxima vez estaré ahí para ver como vuelves a convertirte en la estrella que una vez fuiste.
- No me interesa ser una estrella, solo quiero volver a hacer lo que me gusta- y no es mentira, mi intención jamás fue ser el mejor, simplemente quería practicar este deporte- Ey, ¿dónde vas tan guapa?

Las mejillas de Ceren se tiñen de rojo con mi cumplido, y no es para menos, el traje blanco que cubre su cuerpo es precioso. Hoy está más hermosa de lo normal, y eso solo puede significar una cosa: Ferit. Aún no he tenido el placer de conocer al hombre que tan loca parece tener a mi hermana, pero eso debe cambiar pronto.

- No es una cita, no como lo que te crees- se encoge de hombros- Más bien es como una cita doble.
- ¿Una cita doble?- sonrío, sabiendo las actitudes de casamentera que tiene mi hermana- ¿A quién has decidido meter en un problema esta vez?
- A... Eda y Cenk- lo dice con cuidado, mirándome con atención. Yo también lo habría hecho, porque mi estado emocional cambia drásticamente al comprender que las personas que van a tener una cita en pareja son esas dos-
- ¿Perdón?- me pongo en pie lentamente- Creí que ambos coincidíamos en que Cenk era un idiota y que Eda no merecía dar una segunda oportunidad.
- La gente siempre merece una segunda oportunidad, Serkan- se encoge de hombros de nuevo- Solo hay que verte a ti, siempre hay que darte más de dos porque no aprendes de tus errores, te esfuerzas en meter la pata y sabotearte a ti mismo.
- No es de mí de quién estamos hablando ahora- aprieto un poco el botellín- Dijiste que Eda no estaba interesada en volver con él, al contrario.
- Tampoco dijo que no a venir esta noche con nosotros, eso debe significar algo- recoge su bolso de la silla donde lo ha dejado, a mi lado- Y tengo que irme ya, Ferit ya los ha recogido y están esperando abajo.

Antes de irse deja un beso en mi mejilla con una despedida que no respondo. Ahora mismo lo único que puedo hacer es pensar en la posibilidad de que yo esté sintiéndome esta forma por Eda mientras ella solo baraja la posibilidad de volver con su ex. ¿Es eso posible? ¿Malinterpreté todo lo que ocurrió entre nosotros?
No, no, eso es imposible. Eda también se involucró en esos momentos de la misma forma en la que yo lo hice, por eso mismo estaba tan enfadada conmigo, por eso mismo me habló de la forma en la que lo hizo.

¿Entonces por qué sale con otro hombre? Yo no había sido capaz de salir con Selin a pesar de la insistencia de ésta por vernos, es más, dejé bastante claro que existía otra persona en mi vida. Ni siquiera ocurrió nada entre nosotros y yo no podía estar con nadie más pero Eda podía quedar con cuántos hombres quisiera. Concretamente con un hombre que ya la había besado, acariciado, echo el amor...

- ¡Mierda!- coloco la palma de la mano en mi frente y respiro con fuerza, intentando apartar esos pensamientos de mi cabeza- Eda puede estar con quien quiera, idiota. ¿No es lo que conseguiste al comportarte de esa manera a su alrededor? Ahora no sirve de nada arrepentirse, ya es tarde para cambiar de actitud sin parecer un completo desquiciado o que ella no esté enfadada con mi comportamiento.

La he cagado. La he cagado con Eda, conmigo, con nosotros. ¿Qué más da que surja algo entre ambos? No tiene que ser peligroso, no si gano el combate, pago la deuda y después destruyo a Akman. Él ni siquiera sabría de la existencia de que Eda y yo... ¡eres imbécil, Serkan Bolat! Tú un imbécil y Cenk un idiota con suerte.

Eda Yildiz:

- Te prometo que es el pez más grande que he visto- sigue contando Cenk- Mi padre casi no se podía creer que yo hubiese pescado algo así, es que ni si quiera yo era capaz de creerlo.
- Que guay- sonrío por compromiso, apoyando la espalda contra el coche de Ferit y abrazándome a mí misma-
- Voy a buscar la foto, tengo que tenerla en alguna carpeta- insiste mi ex novio-

La peor idea que podría haber tenido es la de aceptar la sugerencia de acompañar a Ceren en una cita doble. Más bien era para poder echarle una mano a mi amiga, ya que Cenk se había acoplado al plan de pareja y ella no quería tener que cargar con el tercero en discordia. Claramente, acepté ser yo quién soportase sus largas charlas sobre él mismo y lo bien que hace todo.
Ni siquiera comprendo el motivo por el que salí con él, en primer lugar, supongo que era joven y quería descubrir lo que se sentía estar en una relación con alguien. Y sí, puede que lo llegase a querer, pero jamás me enamoré de él de la manera en la que se supone que debe ser. Cenk fue un bonito error, nada más, aunque eso parece no querer comprenderlo, y eso que han pasado dos años desde nuestra fatídica ruptura.

- ¡Ahí viene Ceren!- Ferit pone esa cara de embobado que le sale cada vez que la ve, y no lo culpo porque mi amiga está preciosa-

Sin embargo, mis pensamientos van demasiado lejos de Cenk o la belleza de mi mejor amiga. Mis pensamientos se concentran en que Serkan se encuentra a escasos metros de mí, posiblemente en su sillón, con una cerveza en la mano, gruñendo a algún canal de deporte, tan sólo como siempre.
Por acto reflejo alzo el rostro en dirección al piso donde vive, y contengo la respiración al encontrar su rostro ahí. No está en ningún salón, está en el balcón, mirándome fijamente. Una mirada extraña, intensa, llena de emociones que no reconozco. ¿Por qué tiene que confundirme tanto?

- ¿Eda?- Ceren pasa la mano por mi rostro para devolverme a la Tierra- ¿Estás bien?
- Sí, yo estaba... tu...- volví a mirar hacía arriba, pero ya no había nadie- Nada, olvídalo.
- ¿Nos vamos?- Cenk abre la puerta de atrás para que entre, y asiento-

Antes de entrar al coche miro una última vez en dirección al balcón, pero ahí ya no hay nadie. Cuando tomo asiento dejo escapar un suspiro de tristeza, porque sí, todo lo que estaba ocurriendo entre nosotros me parecía doloroso. Nunca planeé sentir algo más que rechazo por él, y aquí estoy ahora, intentando mantener la distancia para que no pueda hacerme daño debido a los sentimientos que comienzan a florecer hacía él.

Mi único plan para soportar el largo trayecto de camino al restaurante es disimular que estoy ensimismada en el móvil, de esa manera no tendré que escuchar la charla incesante de Cenk o las preguntas incómodas de Ceren sobre los entrenamientos con Serkan.
Lo que no espero es recibir una notificación de mensaje de él en cuanto desbloqueo la pantalla. Y es estúpido, pero mi corazón se acelera ante la idea de que me haya escrito a pesar de nuestra discusión de ayer. ¿Qué ocurre?

- "Ya veo que has decidido dar una segunda oportunidad a tu ex novio. ¡Enhorabuena! Ten una esplendida noche con ese idiota"

¿Pero qué...?
Sé que debería estar enfadada u ofendida por el mensaje que he recibido. En cualquier otro momento obligaría a Ferit a dar media vuelta para subir a su casa y discutir abiertamente con él sobre su forma de hablarme. Posiblemente le echaría en cara que no debe meterse en mi asuntos personales porque no somos nada pero... ¿se mete porque realmente le molesta creer que puedo haber vuelto con Cenk? Es lo único que tiene sentido.

Serkan Bolat... está celoso.

......

Espero que os haya gustado y me lo contéis en vuestros comentarios.
Recordad dejad una estrellita, así sabré si gusta y debo continuarlo.

Al principio del capítulo os dejo el título y artista de la canción con la que he escrito el capítulo, aparte de ser la frase que aparece en las fotos que pongo a cada capítulo.

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